Después de todo y aunque no quisiera, le estoy agarrando cariño a estos Drabbles, ni modo y como dice el dicho: "uno no sabe lo que le gusta hasta que lo prueba" así que aquí va otro.
Espero disfruten tanto como yo lo hice al escribirla.
Como corresponde: Este Fic fue escrito en respuesta al mini-reto del mes de Abril de la casa de Gryffindor: "Aragog" del foro "Las cuatro casas"
Disclaimer: Los personajes, personalidades y lugares son propiedad de la gran J.K. Rowling, esta pequeña narrativa es de mi autoría para mi disfrute personal y el de algún que otro lector.
Resumen: "Tal vez fueran las circunstancias, tal vez el momento o sus palabras. Tal vez fuera ella o tal vez fuera el, tal vez simple y llanamente la perfección se ocultaba tras una sonrisa amable o una charla amena."
Tal vez fuera
Aragog siempre fue alguien solitario, desde sus primeros días. Siempre rehuyendo todo y de todos, independientemente de su especie, no los creía lo suficientemente confiables para manejarse y desenvolverse a su lado. Ni sus hermanos que luchaban por ver quién era el más fuerte y apto para liderar a la familia, ni las creaturas que buscaban huir de su amenazante presencia o los depredadores que deseaban un pedazo de comida; incluso los humanos, aquellos seres tan increíblemente inteligentes pero tan imperfectos para ver más allá de sí mismos y su naturaleza.
Nadie valía la pena en aquel lugar y ese fue su credo para el solitario camino que forjó a través de los años, hasta que llego Hagrid.
¿Quién lo diría?
Tal vez fuera el tiempo o la época, pero aquel semigigante mostró algo que, en su imperfección y falta de humanidad, faltaba en los demás hombres. Tal vez fuera esa carencia de humanidad o su misma e imperfecta personalidad lo que adornada aquella amable faceta que mostraba para con todos y solo se abría hacia aquellas creaturas que eran tan imperfectas como él.
Pero así como Hagrid llegó, se fue y la soledad volvió a su mundo.
Tal vez fueran las circunstancias o la misma naturaleza del mundo, pero como toda regla que domina la realidad, todo aquello que tenga que pasar, pasara.
Y la conoció a ella, caminando a través de aquel peligroso paramo, tarareando una pequeña sinfonía que como susurro surcaba el viento hasta él. Tan perfecta a simple vista, como la mayor creación del mismo universo. Tan bella y tan amable, tan falta de maldad y miedo.
—¿No tienes miedo?
—No.
—¿Por qué?
—… Estas charlando conmigo —contesto con una amable sonrisa. —No me has insultado ni escondido mis cosas.
Tal vez fuera el momento o sus palabras, tal vez fuera algo que nunca supo o siquiera llegaría a imaginar. Pero aquella niña humana no era tan perfecta como lo imaginó en primera instancia.
Luna Lovewood era tan imperfecta como cualquier humano habido y por haber pero, a la vez, dentro de su propia imperfección, su amabilidad, su carencia de maldad, de miedo y su gran inocencia, era perfecta; como la representación terrenal de la mayor creación del universo.
Tal vez fuera ella o tal vez fuera el, tal vez simple y llanamente la perfección se ocultaba tras una sonrisa amable o una charla amena.
FIN
¿Y bien? ¿Lo conseguí? ¿Toque la fibra sensible? Admito que escribir sobre Aragog si representó un reto, aunque una buena cancion siempre ayuda para que la musa se ponga a trabajar.
Nos leeremos en la próxima, ¿vale? ¡Cuidence mucho!
Atte. Aspros
