Disclaimer:
Los personajes, trama y detalles originales de Naruto son propiedad de Masashi Kishimoto, Shūeisha y Shūkan Shōnen Jump (manga), Hayato Date, Pierrot y TV Tokyo (anime).
Advertencias:
Basado en la obra del manga, no del anime.
Memoria de los Caídos
Últimamente han sido más que en otros tiempos, ya casi no puedo recibirlos pero continúan llegando uno tras otro. A muchos no los esperaba sino hasta dentro algunos años, de otros me extrañaba su tardanza, y es que los conozco a todos, sé perfectamente sus historias, yo sí recuerdo a aquellos que en la aldea nunca se mencionan. Porque a la gente le es fácil olvidar… pero yo no puedo.
Siento que sol se ha estado ocultando para no ver cómo todo se viene abajo, el cielo llora tanto como aquellos que han sufrido la pérdida, los árboles cercanos pierden sus fuerzas como los shinobi de la aldea, no soportarán mucho más. Si todo sale bien, quizás se salven y con trabajo arduo olvidarán el daño para seguir adelante, pero si el enemigo vence, entonces toda la agonía terminará y nadie recordará… en cualquiera de los casos yo seguiré aquí con esta eterna maldición que me pesa.
Cada parte de mí está llena de dolor, el tipo de dolor que deja una persona cuando sus sueños terminan abruptamente, cuando la vida se va en un último suspiro, un último grito de guerra antes de desfallecer, un pensamiento dedicado al ser amado que no se volverá a ver, al sacrificio de la sangre por amor.
Ese es mi destino, para eso existo, para cargar con todo aquello que ellos no quieren recordar.
Algunos comparten mi carga cuando se acercan sigilosos y permanecemos en muda compañía, a veces sin mirarnos, a veces sin tocarnos porque no es apropiado hablar del asunto.
Estamos como dos extraños que se encuentran casualmente, aunque no lo somos, quizás ellos sepan algunos detalles míos, pero nunca tantos como yo de ellos, porque en ocasiones sueltan un suspiro y sé por quien, una lágrima se escapa y conozco la razón, no se molestan en negarlo ni siquiera se percatan de que pongo atención en ello.
No puedo consolar, no sé cómo hacerlo… tanto tiempo… y no logro ayudar a reducir la pena, tan solo puedo recordarles. Pero quisiera hacerlo, quisiera poder decir que yo también lo siento, que lo comprendo… pero no puedo.
Más de una vez he tenido el impulso de gritar a los cuatro vientos los nombres de los caídos, desde el primero que ya nadie recuerda, hasta el chiquillo que se incorporó esta mañana a mi lista, el mismo que hoy es llorado y mañana reemplazado.
No recuerdo cuándo fue la última vez que recibí a tantos, el dolor aumenta… aquí viene uno más… si pudiera llorar lo haría, un nombre se agrega a mi perpetua memoria.
El cielo solloza de nuevo, esta vez el caído nos ha tomado por sorpresa, realmente creí que lo lograría, tenía un gran futuro por delante, un presente que vivir, un sueño que cumplir, algo en mi interior se estremece, pero soy inmutable.
Permanecieron más tiempo del habitual, no los culpo, sus compañeros se acercan uno a uno para un último adiós, un ligero peso sobre mí me saca de la contemplación, no es la primera vez que presto apoyo para llorar, eso es lo que hago, pero insisto; no puedo consolar. Poco a poco se alejan de nuevo, pero ya regresarían, y muy a mi pesar será pronto, lo sé…
Comentarios y aclaraciones:
Bueno, y se preguntarán, ¿quién cuenta la historia?, se los diré: "El monumento a los caídos"
Un fic sin tiempo, que se ajusta a cualquier arco de la historia.
¡Gracias por leer!
