Parte 1:
Elizabeth
Prólogo.
Esta noche Walter llegará tarde, lo sé. Estaba enseñando uno de sus raros proyectos al ejercito. Walter nunca llegaba temprano por la noche. Ni siquiera aunque su hijo, su único hijo, Peter, estuviese en fase terminal. Pero Walter es así.
Subí al dormitorio de Peter, estaba como siempre, sudando. Su húmeda melena castaña le llegaba hasta la garganta. No podía soportar ver a Peter así. Salí de la habitación y baje las escaleras. Me quede quieta, pensando. Al cabo de unos minutos, no se si horas, la puerta se abrió. Era Walter. Vestía su chaqueta negra con su camisa blanca, como siempre.
-Está peor- dije. Walter cerro la puerta, sonó un estruendo. Walter miro hacia arriba. Apoyaba mi cabeza en mi mano, necesitaba sujetarla, si no se caería.
-No para de llamarte-comenté. Walter se empezó a quitar su chaqueta-No es como antes.
-¿Y como es?-preguntó. Suspiré, gire la cabeza, mirando a Walter.
-Es distinto-respondí-dice que quiere hablar contigo, dice que le preocupa no comer-volví a suspirar. Walter me miró unos segundos, se giró, y se dirigió al tocadiscos. Puso un vinilo de color rojo, el de musica de Strauss que le regaló Nina Sharp a Walter por su cumpleaños. Fui al salón, con Walter ,me puse a su lado.
-Esque… no soporto cuando no estás- Walter agarró mi brazo con fuerza.
-Sabes lo que estoy haciendo…sabes donde estoy… 24 horas al día, siete días a la semana..-Asentí-Escucha, no voy a rendirme Elizabeth- Walter hizo una pausa- lo conseguiremos.-Walter me abrazo y acaricio mi rizado y húmedo pelo.-Necesito que confíes en mi.
Walter subió las escaleras y entró al cuarto de Peter. Me senté en el pequeño sillón, escuchando la música que había puesto Walter, solo pensé. Estuve minutos y minutos pensando sobre que podría pasarle a Peter.
Walter bajo las escaleras corriendo y me miró, sus ojos estaban acuosos y rojos. Entendía lo que había pasado.
-Elizabeth… nuestro hijo Peter… ha muerto.
Comencé a llorar. Me daba la sensación de que el mundo se desmoronaba. Peter…
