Realidad Paralela

Capitulo 1

Un nuevo inicio, una nueva aventura

Los personajes le pertenecen a Rumiko Takahasi. Advertencia puede tener contenido lemon más adelante.

Debo decir que mi inspiración para comenzar a escribir mis historias fue cuando leí ´Destino´ de Eiko007, aunque no la conozco espero que lo lea algún día y le guste mi trabajo.

- lo que hablan -

-lo que piensan-

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Kagome se vio en el espejo, pensó en cuanto había cambiado desde que comenzó su viaje en el Sengoku. Su largo cabello llega ahora hasta su cintura era más liso, pero sus característicos rizos seguían notándose en las puntas. Ya no era aquella niña de 15 años, la mujer que ahora la miraba en el espejo tenía 20. Se notaba un poco en su altura y sus amplias caderas, su busto se destacaba más que antes, pero su rostro aún seguía igual.

Recién salida de la ducha se miraba en el espejo notando y admirando sus cambios, hace cuanto ya que no se fijaba en su cuerpo y cuanto había crecido, hace cuanto que no se detenía un momento a pensar en sus recuerdos, añorando aquella era, aquel lugar del que tiene buenos recuerdos y las muchas batallas que habían quedado atrás. Aquel lugar en el que creció y aprehendió a usar sus poderes espirituales y con estos comprendió su conexión con la naturaleza. Por esto todos los días desde su regreso sentía la necesidad de ir a primera hora del día a meditar bajo algún árbol cercano, junto a un río o en la playa.

Sí, es cierto que luchó grandes batallas y se hizo una guerrera, una miko, conoció su amor por la aventura y los hermosos paisajes que no lograría encontrar en esta época. Tantas personas que habían quedado en aquel lugar, ¿Qué sería de Sango y Miroku, de Kouga y del pequeño Shippo?

Sí, sus amigos... Y además, uh, esa otra persona, la persona con la que conoció el significado de la palabra amor. Que sería de ÉL...

-No! que estoy pensando- Kagome sacudió su cabeza un momento y luego volteó, abrió su closet y se puso su blusa de tirantes blanca aún sobre su piel mojada, luego se secaría y no se notaría que no llevaba brasier. Lanzó su minifalda gris tableada cuadrillé sobre su cama y comenzó a colocarse la tanga negra que le quedaba perfecta en forma de V, resaltando sus largas piernas, se puso largas medias grises hasta justo sobre las rodillas.

Perfecto, sólo le quedó colocarse la falda con las botas café oscuro y estaba lista.

-ahh un nuevo día empieza- estiró sus brazos por sobre su cabeza, se miró por última vez al espejo satisfecha por su look y bajo las escaleras.

Salió del departamento rumbo a la estación de trenes donde compró un boleto hacia Tokio. Ahora ya de vacaciones de verano tendría un descanso de la universidad y finalmente vería a su madre y a su hermano, visitar el Templo Shinto de su abuelo le hacía mucha ilusión.

Después de la muerte de su abuelo no había regresado y desde entonces se juntaba con su madre y con su hermano en cafeterías o se reunían cuando la visitaban en su nuevo departamento en Kyoto.

- Disculpe señorita - un joven se tropezó con ella mientras salía del tren, la sostuvo por los brazos y la observó de forma extraña con algo que no supo identificar - ¿Te encuentras bien? -

- no se preocupe - Kagome se sintió algo intimidada frente a la penetrante mirada y se separó del joven, el cual recogió y le entrego el cuaderno que había botado con el choque - gracias, me debo ir, con permiso -

- espera! aún es temprano. Me gustaría invitarte un café como disculpa por mi torpeza- le sonrió el joven.

- muchas gracias, pero tengo prisa. – asintió lo más cordial que pudo y salió de la estación.

- es cierto, son las 7 am y el sol recién está saliendo y se ve muy poca gente en las calles - pensó en que los hombres que ahora le solían cortejar tanto en la universidad como los desconocidos de la calle, se avergonzó.

A medida que se acercaba al templo notó las calles desiertas y comenzó a caminar lento recordando cada casa, cada esquina - ahhh el barrio sigue igual, al fin he vuelto después de más de un año - sonrió feliz sintiendo la paz que le generaba caminar por estas calles.

Comenzó a subir las escaleras al templo y noto su corazón acelerarse de la alegría y emoción de llegar -mamá y Sota deben estar dormidos, ya que hoy es Domingo

Rodeó el templo hasta llegar al árbol sagrado, colocó su mano sobre este y cerró los ojos - he vuelto- susurro y se sentó apoyando su espalda contra el árbol, y como todas las mañanas, comenzó a meditar. Llenándose de energía, más que en sus otras meditaciones sintió la gran cantidad de fortaleza que le transmitía la espiritualidad del lugar.

Luego de dos horas se levantó feliz y es cuando percibe una energía llamarla desde la bodega donde se encontraba aquel pozo. Dirigió sus pasos hacia este sin pensar y cuando abrió la puerta, una brisa refrescante salió rozando su piel. Kagome cerró los ojos emocionada oliendo el aroma a bosque al aire y energía tan característicos de la época Feudal.

- No puede ser – susurró

Abrió los ojos y se sintió conmovida por los recuerdos de sus viajes una vez más, dejo caer sus maletas en el suelo y abrió la tapa del pozo para mirar adentro

- estoy imaginado cosas- suspiro y volvió a cerrar

Escucho un ruido del templo y olvidando todo se volvió feliz corriendo a la puerta - mamá! he vuelto! -

-Hija, que alegría que estés aquí- se abrazaron unos minutos.

- ¿Kagome? - bajando las escaleras y mirando a las dos en mujeres que estaban en la entrada, abrió completamente los ojos con sorpresa - hermanaaa! -

- Souta! Tanto tiempo, mira cómo has crecido -

- no exageres me viste hace 3 meses cuando te visite en Kyoto jaja –

Kagome le beso la mejilla y le acaricio el pelo desordenándolo - no importa, es cierto hermanito has crecido mucho -

Su madre aplaudió - vamos a tomar desayuno todos juntos que les parece, para celebrar que Kagome ha vuelto por estos 2 meses de sus vacaciones! -

-siiii ! - gritaron ambos emocionados.

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Mientras en otro lugar 500 años antes, un hanyou saltaba de piedra en piedra. Estaba a punto de llegar, esquivo unas rocas que casi lo golpean y rodeó también la lava con mucho esfuerzo ya que estaba por todo el lugar.

- sólo un poco más grr-

A duras penas llego un agujero negro casi infinito se abría en el suelo del volcán, apenas media 2 m de diámetro pero su profundidad era incierta, sin dudarlo se lanzó al abismo, cayendo durante varios minutos, pensó que tal vez moriría y que la leyenda no era cierta. En cualquier caso moriría o era verdadera la existencia de aquel ser milenario, el ser más antiguo de este mundo, aquel que vivía en el núcleo de la tierra para mantenerla en equilibrio.

Mientras continuaba cayendo la imagen de Kagome sonriendo paso por su mente. La vida no tenía sentido sin ella - Kagome- susurro con agonía, anhelo, esperanzas.

Cayó finalmente lleno de golpes y arañazos, de las puntiagudas rocas durante su caída, a una especie de magma azul brillante y transparente, era suave. Se levantó y observo aquel lugar era completamente blanco, no distinguía el suelo o las paredes. Él pensaba que sería como estar en una cueva muy profunda, lleno de tierra y oscuridad, pero este espacio no era parecido a nada que el haya visto antes.

Se sentía flotando he intento avanzar en cualquier dirección buscando con ansias - ¡donde estas gran deidad Kami musubi no kami! –

Sintió las partículas estremecer y se tapó los oídos y su cuerpo se sintió pesado, algo se movía hacia él. Podía sentir esa energía con mayor intensidad casi no lo soportaba cuando de pronto todo se calmó

- keh! Pero que ray...-

Abrió los ojos y cayó ante el asombro de un ser del tamaño de una montaña compuesto de algo transparente de colores azules y dorados, con varias extremidades y alas, le miro sin ojos, pero sabía que lo miraba directamente

- me has despertado, hace mil años que no bajada un ser de la tierra hasta mi escondite, que buscas aquí -hablo en su cabeza con una voz femenina.

Inuyasha sorprendido intento hablar pero no le respondió. Su corazón no entendía como ese ser había creado un canal de comunicación con los sentimientos y sin palabras

- ya veo, anhelas otra vida para ti, buscas el alma que te complementa y te hace sentir amor, esa alma que perdiste y crees no volver a ver-

Unas lágrimas sinceras cayeron de los ojos de Inuyasha. Se sentía como si ese ser divino lo comprendiera y los consolara y viera dentro de sus más íntimos sentimientos -

El ser se materializó en una especie de mujer de 2 metros con varios brazos y cabellos de hojas y flores y lo tomo de la mano - mortal, yo no quiero que se sepa mi escondite, tu gran deseo y fuertes sentimientos lograron mostraste el camino hacia mí, pero desde la creación he querido ocultarme lejos de esta-

- gran deidad, lamento interrumpir, solo le ruego piedad, un deseo tengo que pedirle, necesito volver atrás- La diosa que aun mantenía su mano pudo ver sus recuerdos. Vio su sufrida infancia, luego sintió la aceptación de Kykyo una miko que lo quería transformar en humano y como esta lo traiciono, luego vio el amor que conoció con Kagome una humana del futuro y como él es quien la traiciona varias veces poniendo a la miko muerta como su prioridad máxima, luego vio la escena en el Meido donde Inuyasha abraza a Kagome y ella con valor pide un último deseo a la perla de Shikon: que desaparezca para siempre. La perla se purifica y se desvanece, y el pozo devora huesos aparece, devolviendo a cada uno a su respectiva época, aunque luego queda bloqueado.

Siente el alma rota de Inuyasha por no volver a ver a Kagome, él había descubierto en estos 5 años que solo amo a Kagome y que cuando conoció a Kykyo, lo que quería era sentirse aceptando por otros humanos o youkais, sentir que pertenecía a un lugar y no estar mas solo, pero no conoció el amor hasta que el alma de la miko del futuro estuvo junto a él en cada viaje cada batalla, cada aventura.

La soledad era inmensa ya no le bastaba con vivir con amigos o gente que lo aceptaba, su alma anhelaba su otra mitad, el amor hacia Kagome era demasiado, no podía vivir ni morir sin verla de nuevo. Ver que ella era feliz aunque sea sin él. Pero tampoco deseaba que ella volviera a vivir con él, ya que se sentía un sucio traidor, ella merecía algo mucho mejor, un hombre que no la hiciera sufrir un hombre que nunca la traicionara un hombre que la amara cada día con la intensidad que él la amaba ahora. Alguien que no fuese él

-yo no la merezco-

- Me has conmovido, veo tus esfuerzos durante estos últimos 3 años para buscarme sin descanso para pedirme tu último deseo – la deidad le abrió sus brazos para que pidiera el deseo con el que sentía sería su final.

Inuyasha la mira aun con lágrimas en los ojos- deseo que Kagome sea feliz - sonríe con amor al sentir su corazón cálido y en paz, siente como la diosa lo hace desaparecer de a poco y luego todo se volvió negro, había perdido su conciencia.

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Después de pasar el dio entero los tres juntos y una deliciosa cena en el centro de Tokio, ya que Kagome los quería invitar luego de juntar dinero con las ayudantías que hacía en la universidad. La familia Higurashi llega al templo de noche para desearse buenas noches y cada uno ir a dormir a sus respectivos cuartos. Y su madre ir a ordenar la cocina y preparar el almuerzo para el día siguiente.

Kagome luego de Bañarse y lavarse los dientes recuerda que sus maletas con su pijama habían quedado dentro de la bodega que contenía el pozo.

- rayos!-

Se vistió con la misma ropa que uso el día de hoy y bajo hasta el pozo, al entrar en la bodega vuelve a sentir el aire y energías que la llenaban era como estar de vuelta en el Sengoku. Cuando lo sintió, su corazón dio un vuelco cuando sintió algo venir desde el pozo, lentamente lo abre para ver un cielo estrellado precioso al fondo. Sus ojos no lo pueden creer.

Al fin luego de 5 años el pozo se ha vuelto a conectar, ¿cómo es posible?, ella creía que el pozo traslado a cada uno a su época ya que eso era lo correcto, que Inuyasha ya tenía su vida allá, que el amo a una mujer de su época y ella sólo fue a ayudar a purificar la perla, y a pesar que se enamoró profundamente del hanyou, su corazón nunca le pertenecería por eso luego de regresar se propuso olvidarle, creyendo nunca más tener la oportunidad de verlo. Los primeros meses intento usar el pozo, pero luego se dio cuenta de esto y pensó que nunca se volvería a abrir.

Sintió su corazón en sus manos, estaba en shock, no podía apartar la vista de aquel hermoso cielo.

-querida hija- Kagome se voltea y encontró a su madre con una gran bolsa - es tu destino, siento que tu felicidad está allá, no te contengas, nosotros siempre te amaremos no importa donde estés -

- mamá!, ¿como lo ...?¿ cuando...? oh mama te amo! pero mi corazón lo necesita aunque sea ver una vez más su rostro aunque nunca vuelva acá, a mi hogar – sollozó abrazada a su madre-

-ten - se acerca y le pasa una gran bolsa- yo solo lo sentí, sabía que algún día irías a hacer tu vida junto al hombre que amas, ahora ve hija- Kagome toma la bolsa y la abre se sorprende al ver una gran cantidad de comida ,sopas instantáneas, shampoo y jabones entre otras cosas.

- gracias mama- Kagome recoge su otra maleta que dejó por la mañana llena de ropa y luego de besar la mejilla de su madre la mira llena de amor y salta dentro del pozo.

- vive feliz hija- la señora se queda mirando como desaparece su hija y se cierra el pozo.

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- Ahhh dios - cuando sube por el pozo luego de lanzar su maleta con mucho esfuerzo, se da cuenta que ya está amaneciendo, inspira con alegría ese aire que la calma, mira a su alrededor llena de emociones - he vuelto! he vuelto! - salta de felicidad, no lo podía creer.

- rayos ahora como llevare esta tremenda bolsa hacia la cabaña de Kaede mmm- mira su maleta y la gran bolsa junto a este.

Luego de pensarlo un poco decide quedarse junto al pozo meditando esperando, sólo esperando. Decide probar sus poderes luego de su entrenamiento y cierra los ojos y se sienta junto al pozo y se concentra.

- puedo sentir vida a mi alrededor, siento el aura de un youkai pequeño y débil - pensaba mientras iba aumentando el rango de alcance de su poder, abarcando unos metros a la redonda, luego percibe la presencia insectos, animales salvajes, pero pronto siente un presencia ¿humana?

Se concentra en aquella presencia, es un humano con poderes espirituales al igual que ella, esa presencia se le hacía conocida - no es posible - pensó con sorpresa, confusión - que demonios está pasando! está viva y viene junto a otra presencia – percibió una niña.

- Espera, Kagome contrólate, no puedes dejar que tus emociones tomen el control debo tener paz que ha practicado tanto años- mientras ambas humanas se acercan hasta quedar frente a ella.

- lo sabía, sentí un gran poder espiritual; eres una miko. - no lo dijo en tono de pregunta, entonces Kagome abre los ojos y las mira- lamentamos interrumpir tú meditación joven miko, yo soy Kikyo y ella es mi pequeña hermana Kaede.

-no puedo hablar de la impresión ¡Kikyo está viva que significa esto!, dónde estoy?. Acaso luego de mi partida lograron revivirla de alguna manera, no, no puede ser ! Kaede es pequeña ahora,eso significa que, significa que...- kagome sentía su corazón palpitar con fuerza.

- lo lamento- dijo levantándose y tomando una profunda inspiración- me presento soy Higurashi Kagome - miró a Kaede y le sonrió con nostalgia, la había extrañado pero aún no se acostumbraba a verla como una niña. - buenos días Kaede-chan y Kikyo-sama.

-buenos días Higurashi-san, eres acaso alguna viajera, de dónde vienes?- Kikyo la mira de pies a cabeza, la vestimenta de Kagome le parecía extraña y la ve con algo de desconfianza.

-Sus ojos son más cálidos, con más vida, así que así es la Kikyo de la cual se enamoró Inuyasha, pero aún reflejan algo de frialdad como si llevara una gran responsabilidad, claro es la miko de una aldea, tiene mucha gente que depende de ella – pensó mirándola - sí, vengo de un lugar lejano llamado Tokio, me gustaría perfeccionarme como miko para ayudar a la gente y he dejado mi aldea para eso - respondió algo nerviosa por la semi mentira.

- ya veo, siento la pureza de tu alma, eres bienvenida a quedarte con nosotras mientras entrenas- Kikyo pensaba aún con desconfianza, como esta niña ha viajado tanto con semejante equipaje, algo no le calzaba , pero es una humana y merece ayuda, claro que su responsabilidad también era ayudar a los viajeros, pero la vigilaría con precaución.

- disculpa, necesitas ayuda miko-sama?..- Kaede la miró.

- ayúdame con mi maleta, es a ruedas y la puedes arrastrar si quieres, muchas gracias Kaede-chan –

Kaede se sonroja un poco ante tan linda sonrisa.

Así parten rumbo a la aldea, pero Kagomne entonces lo nota, un pequeño detalle, le extraño un segundo… la hakama (pantalón largo) de Kykyo no era de color rojo sino… AZUL?

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Muchísimas gracias por leer,

Espero sus comentarios con ansias.

14/01/2019

Kami