San Marco... La calle inundada de personas completamente vestidas de rojo y entre ellas yo, era la primera vez que cumplía la marcha, la primera vez que hacia la penitencia... Y todo por cumplir una promesa. Según contaban, San Marco había expulsado a los vampiros del pueblo y por eso se celebraba esta fiesta tan particular, se le ofrecían respetos a su memoria y todas esas tonterías que solo los supersticiosos creen. Entre esos supersticiosos estaba mi difunto abuelo (muerto hacia pocos meses) y como yo era su única familia cercana me pidió como ultimo deseo que hiciera el camino, la penitencia y le pidiera a San Marco que cuidara su alma en el cielo y la miá en la tierra... No me negué, quería demasiado a mi abuelo como para hacerlo. Contaba los pasos para llegar a la plaza, los pies me quemaban, y notaba como el sudor se deslizaba por mi espalda arqueada del cansancio que suponía toda aquella caminata.
Por fin, divise la fuente... La gente que se paraba y como entonces, entre empujones, a garrones y casi de rodillas me cole entre toda aquella gente y llegue a la plaza... Se me llenaron las rodillas de gravilla, pero no me importaba, mi promesa estaba apunto de cumplirse. Sonó la campana, volvió a resonar... Y la tercera, la que indicaba que debíamos mirar al cielo y lanzar nuestras plegarias... Escuche las palabras de mi abuelo resonar en mi cabeza una vez mas... Entrelace mis dedos, mire al cielo y empece a pronunciar aquella plegaria ya citada.
- San Marco... Cuida el alma de mi abuelo en el cielo... Y la miá en...
Frente a la plaza de San Marco, había un viejo edificio, una capilla, un santuario... Quien sabe que... Todas las mañanas permanecía completamente cerrado para el publico, hasta que el sol se escondía y dejaban entrar a los turistas a visitar su interior. Tenia un gran balcón en el lado derecho, con cortinas de seda blancas que se ondeaban al ritmo del viento... Y estaban abiertas... La cristalera estaba abierta, y una figura, pelo castaño y no muy alejado a mi edad observaba desde el interior la ceremonia. Estaba serio, tenia la mirada clavada en algo... y no se por que sentía que esa mirada era mía, que esos ojos me observaban... Solo una palabra llego a mi mente en aquel momento...
-Vampiros...-Pronuncie en lugar de acabar mi plegaria-.
El corazón me dio un vuelco, me latía cada vez mas rápido, estaba asustada y emocionada al mismo tiempo... Una mezcla de sentimientos extraña en mi interior. De pronto aquella figura dio media vuelta, note como el corazón se tranquilizaba cuando su penetrante mirada se aparto de mi, y se marcho con un movimiento grácil, delicado... No sabia si eran ciertas mis suposiciones, si el era un vampiro... Pero deseaba tanto averiguarlo, la piel se me ponía de gallina al imaginarme su mirada de cerca, o como sonaría su voz... El contacto... No sabia por que... Lo único que sabia era que no podría olvidalo hasta que no hablara con el o viera que no era solo un sueño o un espejismo por el calor que hacia aquella tarde en la plaza.
