SALUDOS A TODAS MIS AMIGAS TERRYTANAS, POR AHI ALGUIEN ME PIDIO UNA HISTORIA DE TERRECE, BIEN NUNCA HABIA HECHO ESTO DE PUBLICAR DOS HISTORIAS AL MISMO TIEMPO, PERO, MI OTRA HISTORIA ES COMPLETAMENTE PARA ALBERTHFANS, ASI QUE PUES AQUI VOY PUBLICANDO AL MISMO TIEMPO ESTA QUE ES COMPLETAMENTE TERRYTANA, PARA QUE NO DIGAN QUE NO LAS CONCIENTO, ESPERO QUE LES GUSTE, ES EN TIEMPO ALTERNO PERO BASADA EN LA HISTORIA ORIGINAL. SIEMPRE ME HE PREGUNTADO SI ESTO PUDIERA SER POSIBLE Y POR ELLO SE ME OCURRIO ESCRIBIR ALGO REFERENTE, ESPERO QUE LES GUSTE. Y COMO SIEMPRE PERDON POR MI MALA ORTOGRAFIA Y ERRORES GRAMATICALES, USO EL CORRECTOR AUTOMATICO DE MI COMPUTADORA A SI QUE NO ME APORRIEN TANTO, BUENO, PUES ACLARO COMO ES DEBIDO QUE LOSPERSONAJES NO ME PERTENECEN, SOLO LA HISTORIA ES 100% MIA.
DESTINO
New York 2013, Una de las ciudades más grandes del país número uno en el mundo, como cada día miles de visitantes llegan al aeropuerto internacional, y algunos otros van en busca de sus familiares, la época Navideña siempre es motivo de reuniones, fiestas, y felicidad?.
-Oh!, discúlpeme señorita…- una despistada chica se disculpaba apresurada por haber golpeado levemente el bolso de una joven que derramaba estilo en la sala de espera de primera clase.
-Pero que tonta… y zarrapastrosa!...- la joven sacaba de prisa un paño y comenzaba a limpiar con exageración el lugar de su bolso que había sido tocado por la joven que continuo su apresurado camino sin notar el disgusto de la glamorosa mujer.
-No es para tanto, solo lo ha rozado, además es solo un bolso…- el acompañante de la elegante mujer se acercaba llevando dos vasos con bebidas calientes, pues a pesar de su enorme abrigo de pieles, la joven decía tener frio.
-Por supuesto que no, no es solo un bolso común y corriente, es italiano y solo existen dos en el mundo… este y el que perteneció a Lady "D".- decía con arrogancia
-Claro que lo sé, como que fui yo quien pago la factura…- el hombre le entregaba uno de los vasos y se giraba con gesto molesto, con la mirada buscaba entre las personas discretamente hasta que encontró lo que deseaba observar, con la vista continuo siguiendo cada movimiento, mientras bebía de su aromatizante café.
-Donde compraste esta porquería… te dije que deseaba…- las palabras de la joven se detuvieron al ver que su acompañante no le estaba prestando la debida atención, así que busco el "objeto" de la distracción del apuesto hombre.- Por favor Terrece!, ahora también quieres gatas en tu cama?...- pregunto con desprecio al ver que el apuesto ingles no perdía movimiento de la joven que al parecer estaba desesperada por encontrar a alguien… y que era la misma que accidentalmente había "ensuciado" su bolso.
-No sé a qué te refieres…- comento el girándose con un poco con discreción y colocándose sus obscuros anteojos… así podía observar mejor y con mayor privacidad…, su elegante acompañante hiso una mueca molesta y se giró dándole la espalda mientras el joven que llevaría su equipaje continuaba cargando un portaequipaje… realmente la mujer llevaba maletas por demás.
Ajena al hecho de ser observada por un par de pupilas de color de mar que se habían esclavizado a ella con solo verla pasar, una joven seguía tratando de ver claramente el pasillo por donde los pasajeros y el personal desabordaban del avión, hacía ya un año que no lo veía y estaba ansiosa por volver a estar juntos, pero su estatura no le ayudaba mucho para poder ver sobre la gente… de pronto sus pupilas se abrieron llenándose con alegría y no pudo evitar correr como toda una chiquilla… frente a ella un distraído hombre de figura atlética y alto, no advirtió que pronto seria atacado de frente, cuando la joven salto a el abrazándolo con manos y piernas, el poco equipaje que llevaba el joven cayo de sus manos estrellándose en el suelo, pero el, después de ser sorprendido, solo comenzó a reír y a girar con ella encerrándola en sus brazos con infinita ternura y alegría.
-Pequeña…. Casi me derribas esta vez… creo que estas creciendo o aumentando de peso…- William Albert Andrey, capitán aviador, recibía entre sus brazos a la bella rubia de ojos verdes que era su motivo de existencia, había estado volando los cielos a diferentes partes del mundo a lo largo de un año y ahora por fin había podido tomar unas merecidas vacaciones para pasarlas con ella… en la época que más los unía…
-Berth!, te he extrañado tanto!, con las lágrimas a punto de derramarse ella enterró su rostro en el cuello del joven, estar sin él era realmente una vida solitaria, pero ahora tendría todo un mes para disfrutarlo a sus anchas, se sentía llena de alegría pero también de nostalgia, el, la apretó más a su pecho como si cargara a una pequeña niña y no a una mujer de 23 años, pero no importaba ella siempre seria "su pequeña".
A unos metros de ahí los ojos azules que la vieran con ira, ahora la veían con satisfacción y desprecio…
-Parece que tu juguetito ya está ocupado querido, así que no podrás cazar esta noche…- con la burla marcándole el rostro, Susana Marlow, una ex actriz olvidada por la prensa y sus antiguos fans, le daba la espalda a su "Prometido", y le señalaba al jovenzuelo que llevaba su equipaje que la siguiera. Terrece acomodo sus gafas de manera arrogante y arrojo la bebida que mantenía en sus manos al recipiente de basura. Se giró cubriendo su rostro con el cuello de su obscura gabardina y sumió su cabeza en la elegante gorra que le protegía del frio y de ser reconocido por sus innumerables fanáticas…, ser el actor más afamado de la época… no siempre era agradable.
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En una hermosa área de distinguidas residencias, alejada del ruidoso ritmo de la ciudad y rodeado de hermosa naturaleza, una de las parejas llegaba a su destino.
-Es revitalizante estar por fin en casa…- Berth dejaba su equipaje en uno de los muebles de la enorme estancia, después se dirigía seguido muy de cerca de Candice hacia uno de los laterales, donde la chimenea brindaba mayor calor y un enorme árbol esperaba por ser decorado para la temporada.
-Te estaba esperando para poner los adornos… como cada año.- Con una bella sonrisa Candice se acercaba y destapaba una enorme caja de plástico que contenía innumerables cajillas, y en cada una de ellas delicados y bellos colgantes navideños.
-Gracias pequeña, estar a tu lado me hace sentir que tengo un hogar después de todo.
-Berth… es nuestro hogar y nosotros somos una familia….- Candice dio unos pasos entregándole el primer adorno… un par de bellos zapatillos dorados que representaban la primera navidad de Albert, el sonrió al tomarlos en sus manos, aun recordaba el día en que su madre los colgó por primera vez cuando el apenas era un bebe… su padre había tomado una foto de aquel momento misma que se convirtió en la portada de una bella tarjeta navideña que compartieron con todas sus amistades.
Una a una las decoraciones fueron saliendo de sus cajas, todas con una bello recuerdo que comentaban entre sí, la primera navidad con Candice, la segunda navidad de Albert y así sucesivamente, cada recuerdo importante representado en una fina figurilla de porcelana y decorada con alguna joya significativa, pero eran más valiosas por las memorias que quedaban grabadas en ellos, Y al final, ambos tocaban con cariño el recuerdo más especial… Albert lo coloco completamente en las manos de Candice y después se inclinó hasta casi tocar el suelo, había una escalera a su lado, pero entre ellos aquella forma era mejor… prácticamente una tradición… Candice se colocó en los hombros de Albert y él se irguió en toda su altura, ella coloco con facilidad aquella bella figurilla elaborada por las manos de su madre… un hermosos ángel de dorados cabellos y vestido de seda, con hermosas y suaves alas de blancas plumas… una vez colocado, Albert la ayudo a apoyarse nuevamente en el suelo, después la encerró entre sus brazos rodeándola por la espalda y colocando su barbilla sobre la rubia cabeza mientras los dos observaban el bello pino…
-Es momento de encenderlo…- la alegre voz se escuchó a sus espaldas y ambos se volvieron a recibirla aunque ya sabían de quien se trataba… la mujer más cariñosa que ellos conocieran y que los trataba como si ellos fueran sus hijos…
-Doris… - Candice se acercaba a la mujer mayor y la auxiliaba con la charola que contenía tres humeantes tazas de delicioso chocolate y algunos bombones navegaban en el espeso líquido.
-Hola nana…- Albert se acercaba y la saludaba con un beso en la regordeta mejilla...
-Has llegado mi pequeño… ahora la familia está completa…- La mujer miraba a los dos jóvenes y ellos sonreían, Albert se separó un poco de ellas para encender el hermoso árbol que comenzó a brillar como si cientos de estrellas se hubieran posado sobre el, después fue a reunirse con las dos mujeres que ya se habían sentado en el cómodo sofá para juntos beber aquella delicia mientras los recuerdos los inundaban y las lágrimas cristalizaban sus ojos llenos de emoción.
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-Me fastidia venir a América!… debimos quedarnos en Londres, los festejos que ofrece la reina son mejores que estas reuniones de tercera que organiza Hataway…- Susana arrojaba su "delicado" bolso sobre la cama del lujoso hotel en el centro de la ciudad.
-Te he dicho que no pienso seguir asistiendo a esas fiestas, no son para mí, toda esa gente pomposa me causa migraña…- Terrece dejaba su abrigo sobre el respaldo alto de una silla frente a la chimenea…
-Pensé que estabas acostumbrado a ellas, has asistido desde niño según me comento tu madre…- Susana comenzaba a despojarse de su abrigo dejando al descubierto su vestido de seda que no cubría más de lo que se debía cubrir, el escote era tan profundo que mostraba hasta su bajo vientre donde las dos líneas que formaban la blusa eran sostenidas en su lugar por un ancho cinturón que bien podría confundirse con la falda de la prenda, y la espalda… simplemente no existía….además que era visible que a la joven le molestaba usar ropa íntima que cubriera sus formas más de lo que un pequeño triangulo de cinco centímetros debía cubrir, Terrece la miro un tanto hastiado… ella ya no tenía nada que el pudiera desear ver…
-Te recuerdo que ella no es mi madre… es mi madrastra, y era obligado a asistir, solo porque la Reina mostraba interés en mi… y no lo ha perdido, pero yo ya no soy un manipulable infante.
-La verdad no entiendo porque te gusta venir a este país… yo lo aborrezco, - La mujer abría la ventana que daba a la terraza, el frio se coló y se mostró en su cuerpo que reaccionó al sentir la helada ráfaga, con movimientos sensuales y mirando a Terrece por encima del hombro de una manera seductora, lo invitaba a acompañarla, pero él no estaba interesado, la imagen de unos ojos verdes no habían dejado de rondar en su cabeza y eso ya había comenzado a ponerlo de mal humor, se giró dirigiéndose al baño…necesitaba una ducha caliente, era lo único que lo relajaba cuando su mal carácter comenzaba a mostrarse.
Frustrada, Susana cerró la puerta de cristal y molesta se dirigió al baño siguiendo apresuradamente los pasos de Terrece, ella no permitiría que la dejara así, era su prometida y aunque la engañara infinidad de veces, ella no abandonaría su posición, le había costado demasiado conquistarlo y hacerlo comprometerse públicamente con ella y ante la nobleza, el público que seguía la trayectoria de aquel duque rebelde que se había convertido en actor, eran testigos de su relación formalizada, y no importaba que pasara, nadie, absolutamente nadie, ni siquiera el mismo Terrece, rompería su futuro de una vida plena y llena de comodidades, jamás lo permitiría, como que se llamaba Susana Marlow.
Los gemidos de placer inundaban el cuarto de baño, el vapor salía por encima de los paneles de cristal que rodeaban la ducha, Terrece estaba furioso, excitado, desesperado, ansioso, pero todas aquellas sensaciones no eran por Susana que parecía estar disfrutando plenamente, no, todo aquello estaba en su interior y gritaba por desahogo, era plenamente consciente que el cuerpo de la mujer que estaba usando era Susana, pero su mente solo le permitía recordar los ojos de esa desconocida que se cruzó en el aeropuerto, su sonrisa, sus deliciosos y carnosos labios de una boca formada para la seducción, esa expresión de inocencia y el brillo de aquellas pupilas que buscaban emocionadas y ansiosas, Porque había deseado tan profundamente que fuera a él a quien buscara?, incluso la había imaginado corriendo a sus brazos y rodearlo tal como lo hiso con aquel pilotillo de tercera… aquel recuero le provoco irritarse más y los gemidos de Susana aumentaron en igual medida que su rabia.
-Cariño, estuviste… como nunca…- secando su rubia cabellera con una toalla, Susana alcanzaba a Terrece en la habitación, no se había preocupado de cubrir su cuerpo y desnuda se dirigía nuevamente a el…
-Vístete, vamos a salir…- fue la fría respuesta de Terrece que evito las caricias de la mujer que trataba de provocarlo nuevamente, termino de encender su cigarro y salió a la Terraza envuelto en la gruesa bata de baño obscura, el frio le golpeo la cara y la parte de las piernas que quedaban descubiertas, cerró los ojos dejando escapar el humo de su boca mientras elevaba el rostro en dirección al cielo, cuando volvió a descubrir sus hermosa pupilas… las estrellas que extrañamente se mostraban aquella noche, volvieron a recordarle el brillo de aquellos ojos verdes, maldijo… porque se estaba obsesionando tanto con aquella mirada?..., volvió a entrar en la habitación, esperando que Susana ya se hubiera enfriado… esa mujer lo irritaba cada día mas.
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Terrece caminaba entre las calles de Broadway, los enormes teatros con sus letreros de luces, algunos insignificantes y otros de gran renombre, justo como al que se dirigía, uno de los principales teatros de dicha área, él no era en realidad actor de Teatro, pero había sido su comienzo en la carrera actoral, de ahí conoció a un importante productor de cine y este lo había llevado a los Ángeles al tan añorado Hollywood, pero para él, Broadway era algo especial, lo sentía en la sangre, era como si en alguna vida pasada su historia hubiese sido escrita entre aquellas calles, sus pasos se detuvieron, sobre la careta que coronaba el teatro se extendía un enorme cartel… una bella mujer miraba enamorada a su apuesto amante… "Romeo y Julieta", sonrió, ese había sido su primer papel en aquel mismo teatro, y de ahí había saltado a la fama Hollywoodense… entro por la entrada principal a pesar de que el letrero anunciaba que un estaba cerrado, conocía el lugar como la palma de su mano así que se dirigió directo a la oficina donde encontraría a su gran amigo...
-Hola Robert!- saludo entrando sin llamar pero el joven detrás del escritorio no se sorprendió.
-Te esperaba, sigues con tu mala educación de no llamar a la puerta cuando entras a algún lugar.
-Sabes que odio las reglas… y jamás dejo que traten de imponérmelas…- sonreía de medio lado y se acomodaba en una silla frente al joven.- y bien, para que me has llamado a esta hora, pensé que nos veríamos hasta la noche en la apertura de la temporada de invierno, por cierto se está volviendo un clásico para tu teatro esta obra…- tomaba un afiche que estaba sobre el escritorio de su amigo.
- Ya sabes, en memoria de mis antepasados, es una petición que mi tatarabuelo hiso antes de morir, según él le recordaba demasiado a un viejo y gran amigo… al que el aseguraba había sido el mejor actor de esta compañía, aunque yo aseguro que fuiste tú… pero ahora sé porque…- Robert abría uno de los cajones de su escritorio y sacaba un grueso archivo añejado por los años que depositaba justo frente a Terrece.
-Qué es esto?- preguntaba el castaño curioso pero dudando de abrir aquel folder.
-ahora sé porque tu pasión por la actuación, tu siempre negaste que en tu familia hubiese habido algún actor por ser parte de la nobleza inglesa, pues parece que hay secretos que tu familia no conoce y que se quedaron en américa antes de que tu tatarabuelo tomara el Ducado… sabes que antes de ti hubo otro Terrece como duque?...
-De que hablas?...- el joven movido por la curiosidad de la palabras de su amigo… decidió comenzar a ver aquellas páginas… lo primero que observaron sus ojos que se abrieron sorprendidos, fue el afiche de romeo y Julieta… con su rostro estampado en el… miro al hombre frente a si con tremenda incredulidad y pensando que tal vez se trataba de alguna mala broma que su amigo quería hacerle.
-No, no eres tú, es tu tatarabuelo… el primer Duque rebelde de Granchester…, como ves mi amigo, alguien más ya tenía tu título de rebeldía y creo que te supero por mucho…
Terrece volvió la mirada hacia las páginas que mantenía en sus manos, las pasaba lentamente mirándolas con cuidado y a detalle, cada una contenía diferentes fotos viejas y añejadas, pero todas mostraban al mismo hombre, uno que no solo tenía su nombre, sino también su rostro, era como verse a sí mismo, pero en un tiempo muy lejano, un extraño escalofrió lo recorrió por la espalda, y esos ojos verdes se formaron nuevamente en su pensamiento pero con mayor claridad, con una expresión de amor profundo que hiso que su corazón temblara… la imagen en su memoria era la misma chica del aeropuerto… pero al igual que el hombre de las imágenes… pertenecía a otra época…demasiado lejana y a la vez… como si solo hubiese sido el día anterior.
El folder cayo pesadamente en el escritorio y Terrece trato de ocultar el temblor de sus manos… se puso de pie dando la espalda al joven que lo miraba extrañado de aquella reacción, su frente comenzó a llenarse de un ligero y frio sudor que se extendió por todo su cuerpo.
GUSTO? NO GUSTO?, PUES ESPERO SUS COMENTARIOS, BUENOS O MALOS SERAN BIEN RECIBIDOS, RECUERDEN QUE SUS COMENTARIOS AYUDAN A ESTA IMITACION DE ESCRITORA Y PARA COLMO FUSTRADA, JAJAJAJAJAJAJAJAJ, NO PUES ESPERO QUE SI LES GUSTE LA HISTORIA CONFORME VAYA SUBIENDO LOS CAPITULOS LE HAYARAN SABOR, BUENO PUES BENDICIONES Y NOS SEGUIMOS LEYENDO...
AKIREM.
