Disclaimer: Los personajes de Bleach pertenecen a Tite Kubo. Lo que me pertenece es la idea de las historias y no busco lucro en Esto.
Título: Besos Robados
Autor: Al Shinomori
Pareja: Nelliel Tu x Grimmjow
Dedicado a todos los fans de esta linda y extraña pareja.
-Primera Parte -
Llevábamos más de tres horas sentados uno al lado del otro. Resolviendo un problema tras otro, realmente empezaba a odiar las matemáticas - Solté un sonoro suspiro - Quería gritar lleno de frustración. ¿Cómo era posible que siendo tan listo e inteligente había llegado hasta ESTO? Tomar clases de regularización después de mis clases ordinarias. Estas clases extras me tenían loco y cansado. Odiaba tomar de mi tiempo libre para este tipo de tonterías. Sin embargo, la chica que me habían asignado como tutora, no estaba nada mal, era tan linda, simpática, amable e infantil la mayoría de las veces. Pero, para ser sincero, conmigo siempre la mayoría de las veces se comportaba seria y comprometida a lograr que Yo cumpliera con mis tareas, trabajos de investigación y proyectos finales. Teníamos más de cuatro meses en la misma situación, no podía quejarme, desde que Ella se hacía cargo de mí, mis notas habían subido considerablemente. El problema no era que Yo no pasará mis exámenes, al contrario mis notas eran de envidia, lo digo de esa manera, puesto que sin necesidad de tomar un solo libro sacaba notas de A y +A, a diferencia de mis compañeros y de mi bella tutora, no necesitaba pasarme las horas estudiando, mi lema es: " Lo que se aprendió en clase, se aprendió y si no ni modo", - Ja – ensimismado en mis pensamientos, solté una carcajada, seguro que me creen loco, siento las miradas de los chicos observándome. Mi acompañante acostumbrada a mis momentos de desquicio – Lapsos cortos que manifiesto en ocasiones – No hace ni el más mínimo esfuerzo por mirarme. Ella sigue en lo suyo, respondiendo un problema tras otro.
Después de un tiempo, dejo de hacer lo que estoy haciendo y observo como Ella saca un libro para iniciar a leer.
-Ya me voy- Digo con desgana– Voy a mi entrenamiento – Se me escapa un llamativo bostezo.
-SHHHHHH- Es la reacción unánime de los ahí presentes. Estar en la biblioteca haciendo mis deberes me es molesto. Prefiero hacerlo en casa – aunque raras veces lo haga – Me digo en silencio.
-Te veo mañana – Hago medio sonrisa, Ella sigue sin mirarme – Que tengas suerte con tu lectura –
-¿Cómo?- Le escuchó hablar por fin. Sus bellos ojos de color verde olivo se cruzan con mis pupilas. Es tan hermosa, el flequillo le cae desordenado perfilando su rostro. Me gusta de una manera tan extrema, que me da miedo, es por ese hecho que no dejo mis clases de regularización, las mismas que Ella sabe que no necesito. Miles de veces me lo dice – No sé porque no te haces el hábito de cumplir con tus tareas, serías el mejor de la escuela, tienes todo para lograrlo y no lo haces– Repetidas veces lo dice, tanto que ya ni registro la cuenta – No tienes necesidad de seguir con estas clases y acá sigues, sólo haciéndome compañía– Sonrío para mis adentros, me gusta saber que Ella lo sabe - Que no necesito de estas estúpidas clases - Pero, lo que sé que no sabe, es que lo que necesito desde hace tiempo, es de Ella, de su compañía. A pesar de ser del mismo grado, estamos en salones diferentes, pero, desde tiempo atrás, la rutina es la misma, saliendo de clases, vengo a la biblioteca y aquí esta Ella concentrada haciendo sus deberes, y me hago el tonto para que me explique lo que vi en clase y hacemos la tarea juntos, incluso , algunas veces, son pocas las ocasiones, Yo le explico algunos conceptos y estudiamos juntos para los exámenes y cuando pasan los exámenes Ella me pregunta por mis notas y siempre con satisfacción y orgullo nos damos cuenta que estamos casi iguales. Por supuesto, que al ser Ella más aplicada, las notas más altas, al final, son siempre para Ella y luego viene el reproche – Otra vez sacaste Diez en el examen y ¿Cómo es posible que tengas un nueve u ocho como nota final? Pero si se supone entregaste todas las tares – Aquello es muy cierto. Pero, hay ocasiones en que olvido imprimirlas y no las entrego o las entrego en destiempo y ya no tienen el mismo puntaje – Eso es el colmo – Me sermonea, cada vez que tiene la oportunidad – Es cuestión de que te comprometas, tienes la manera de ser el mejor y no lo haces – Suelta frustrada la mayoría de las ocasiones – Un verdadero desperdicio, ¿En qué momento te vas a hacer responsable? – Una pregunta, que siempre, queda en el aire. Sin una respuesta aparente.
- Te veo mañana – Le repito asiendo la mochila, la coloco en mi hombro.
-¿Terminaste los problemas? – Me pregunta incrédula.
-No – Suelto sin el más mínimo remordimiento.
-Entonces no puedes irte – Me dice con los ojos entrecerrados sin dejar de observarme.
-No exageres me faltan como cinco de los cincuenta que la maestra encargo – Hago una mueca de disgusto – Ya no me falta casi nada – Suelto mirando hacia la salida del lugar.
-Muéstrame- Dice extendiendo su mano.
-Rayos – Pienso malhumorado – No lo haré – Le reto con mi típica sonrisa de Don Juan.
- Sabes – Me mira con más determinación – Que ese tipo de actitudes no te funcionan conmigo – Ahora es Ella quien sonríe divertida – Dame ese cuaderno, quiero ver si es verdad que sólo te faltan cinco problemas-
-Como me molesta su manera tan encantadoramente autoritaria que maneja para decirme las cosas – Pienso al mismo tiempo en que saco el cuaderno – Aquí esta señorita Nelliel – Le muestro las hojas para que vea que he respondido los cuarenta y cinco problemas y efectivamente solo faltan cinco.
-Muy bien – Sonríe con más calma – Cuando termines el entrenamiento te veo acá para que termines esos problemas –
-Tú estás loca Nelliel – Le digo con mucha molestia, esta vez sí que se está pasando, ¿Acaso quiere controlar mi vida? – No vendré – Le digo decidido arrebatándole el cuaderno de sus manos.
-No estoy loca – Me dice desafiante – Quiero asegurarme de que termines esa tarea y de que la entregues – Me dice apartando su mirada, la clava en el libro que tiene frente a Ella, desde hacía un rato Nelliel ya había terminado esos problemas y ahora hace un repaso de lo visto en clases – Todos los días es lo mismo – Pienso, en realidad sigo molesto – No necesito de su estúpida supervisión, ni que se meta en mis asuntos –
- Pues no vendré – Le informó con determinación - Mi entrenamiento de Basquetball es mucho más importante que las tontas clases, después de todo eso ya me lo sé, no necesito estudiar de más – Ni siquiera me mira, lo sé está molesta, mis palabras la han herido, pero no pienso retractarme, ni disculparme, algunas veces esta chica logra agotar mi poca paciencia, realmente sólo la reservó para Ella ¿Que no se da cuenta? -
-Como quieras – Suelta sin interrumpir su lectura – Pero es la última vez que vienes conmigo a perder tu tiempo – Me dice con molestia inyectada en las palabras – No es necesario que vengas hacer tus tareas, si no las vas a entregar – Ahora su mirada esta clavada en la mía – Tú y Yo sabemos que no necesitas de estas clases – Su voz se apaga – También deja que Yo ayude a quien realmente lo necesita y no me hagas perder mi tiempo – Sus palabras me duelen. Pero, no le voy a dar el gusto de que se dé cuenta, así que sin más. Di media vuelta y seguí mi camino. Ella no debería estar hablando en serio o ¿sí?
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-Jaegerjaques andas muy distraído - Escuchó la voz de Kurosaki.
-Cierto, después de que llegas tarde – Le echa más leña al fuego Abarai – No estás dando el cien –
-Demonios – Suelto entre dientes – Todo es culpa suya, de esa chica que quiere ver en mí alguien que no existe – Sigo pensando sin dar mucha importancia a lo que los chicos dicen – A Ellos que les importa – Me hierve la sangre y mi pulso no se estabiliza – Rayos – Grito al darme cuenta que he vuelvo a fallar – No es posible – Digo entre dientes, por décimo octava vez fallé el enceste.
-Jaegerjaques sal de la cacha – Escuchó la voz preocupada del entrenador.
Le miró furioso e incrédulo. Soy el capitán del equipo y me manda a la banca, estoy a punto de replicar cuando el coach habla de nuevo – Chicos el entrenamiento se ha terminado, vamos a descansar –
-Si – Sueltan los chicos entusiasmados – Gracias capitán – Escuchó los agradecimientos de parte de los chicos. De alguna manera las palabras de Nelliel me han afectado y a su vez eso ha hecho que mi rendimiento sea nefasto en mi entrenamiento. Empezaba a odiar, la manera en que esta chica tenía influencia sobre mí, ya no sólo en mis pensamientos o en mis habilidades académicas, ahora también en mi cuerpo – Demonios, de dieciocho intentos ninguno tuvo éxito – Me digo mientras voy a la banca –
-Arregla tu problema Grimmjow, relájate y ya el jueves vemos como mejora tu rendimiento – El entrenador me dio ánimos – Eres de nuestros mejores elementos, no quiero que por tonterías pierdas tu lugar en los titulares y te quedes en la banca – Lo dice muy enserio, lo sé – Eres la estrella y capitán del equipo-
Todos se fueron y me quede ahí sentado pensando, abrí la mochila y vi el estúpido cuaderno. Lo saque y con furia lo avente al piso, me sentía frustrado, odiaba ser el causante de las interrupciones de los entrenamientos. En sólo tres ocasiones atrás había sucedido, uno cuando había bajado mucho de notas, la primera vez que me mandaron a esas malditas clases de regularización, la segunda cuando había salido de viaje a visitar a mi abuela enferma y la tercera cuando había salido de excursión y ya llegamos tarde. Ahora, tenía que sumar una cuarta y por puras tonterías, por estar pensando en una chica, por una discusión sin sentido, que había tenido con mi tutora, la encargada de esas estúpidas clases de regularización.
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No pasaron ni cuarenta minutos cuando ya estaba de regreso en la biblioteca, seguro que Nelliel seguía ahí, observé el reloj que se encontraba en la pared justo enfrente de la entrada, faltaban todavía diez minutos para que se fuera. Entre decidido y efectivamente como lo había sospechado Ella seguía ahí, enfrascada en su lectura.
-Hey – Le hablo con molestia – Nelliel – Mi tutora me ignora, creo que si está molesta. Pero, sigo en lo mismo no pienso disculparme – No piensas hacerme caso – Le digo nuevamente sin delicadeza – Te estoy hablando –
Ella sigue en la misma, no piensa hacerme caso, no me va dirigir la palabra – Perfecto – Sonrío con malicia – Tú te lo buscaste – Musito acercándome a Ella. Sin más le planto un beso en los suaves, finos y delicados labios, sólo hago presión, la idea es llamar su atención, ya dejaré para después la degustación completa y profunda.
-Pe..ro que.. t..e – Balbucea sorprendida alzando su mirada con los ojos llenos de incredulidad, la sorpresa reflejada en estos no es para menos, tantos meses haciéndonos compañía, con una relación de respeto y amabilidad que seguramente lo menos que esperaba era ese comportamiento de mi parte.
-Necesitaba tu atención – Le puse enfrente el cuaderno que llevaba en la mano – Ya termine los odiosos y estúpidos problemas que faltaban – Todavía no sale del asombró, posa su mirada en el cuaderno para cerciorarse de que mis palabras son verdaderas.
No la dejo hablar aún – No pienso disculparme por lo que dije hace un rato – No puedo apartar mi vista de su rostro, es tan bella – Ni mucho menos espero que Tú lo hagas – Seguimos cruzando las miradas – Pero aunque ambos sepamos que no necesito de estas estúpidas clases – Sonrío complacido viendo como su mirada y el gesto de su rostro se suaviza – Es verdad también que ambos sabemos que necesito de tu compañía – Le observo pestañear y nuevamente la sorpresa se apodera de sus pupilas – Así que espero que sea la última vez que dices estupideces como que dejemos que alguien más ocupe mi lugar – Hago una pausa para buscar las palabras adecuadas – Ya que estoy seguro que Tú no quieres que eso suceda- Hago una pausa- Mi compañía también te agrada – Afirmo sin vacilar –Mañana acá nos vemos Nelliel Tu Odelschwanck – Me retiro, sabiendo que mis palabras le han taladrado, una vez me dijo que no le gustaba que le llamaran por su nombre completo, que sentía como si le estuvieran regañando, así que seguramente se molestaría más, me parecía una buena idea. Ahora tenía varías razones para estarlo, una, le había robado un exquisito beso, dos, le había dejado claro que no se iba deshacer de mí con facilidad y tres, le hice ver que a pesar de todo, Yo podía llamarla como quisiera y no significaba un regaño.
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Hasta que estuve fuera del instituto esperando el camión me di cuenta de que mis labios ardían. La sensación de la suave piel de los labios de Nel, me quemaba. Una experiencia especial, extraña y nueva para mí. Había besado a muchas chicas. Pero, nunca había quedado con aquella sensación de satisfacción y deseo por más y más hasta empalagarme de aquel sabor a miel.
Solté un lento y relajado suspiro, ya me daría la tarea de conseguir más sensaciones como aquella, ya buscaría la manera de convertirme en el ladrón exclusivo de muchos besos, de aquellos dulces labios con sabor a cereza.
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Continuará...
Notas de autora: Hola a tods, no pude resistirme a escribir este fic. Existen tan poquitos fics de esta pareja que ya me he dado a la tarea de escribir tres, así que empezamos con Este, dependiendo de la aceptación de los fans subo los otros. Esta historia será corta, con diferentes escenarios y con la perspectiva de cada uno. Ya dependerá de los lectores y los comentarios si es que se hace un fic más largo y con desarrollo.
Les dice hasta la siguiente entrega Alis chan (Alias R.I)
