Disclaimer: Los personajes pertenecen a E. L. James, pero la historia que leerán a continuación es mía, realizada con el propósito de entretener solamente.
Descubriendo la pasión
Por: Wendy Grandchester
Capítulo 1
—¿Piensas pasarte toda la vida esperando a que ese milagro suceda?— Dijo Kate mientras ambas estábamos sentadas sobre la acera, viendo a los chicos del vecindario jugar baloncesto, entre ellos, José.
—Ni siquiera lo estoy mirando, Kate.— el tono de mi voz fue agrio.
Tengo dieciocho años y he estado enamorada de José desde el octavo grado y lo único que he podido conseguir de él ha sido una larga y bonita amistad. Pienso que él debe saber que lo amo, suelo perderme en sus ojos marrones y difícilmente le sigo cuando me habla. Tiene el cabello oscuro y lacio hasta los hombros, una barba de tres días que lo hace parecer un bárbaro español y un adorable hoyuelo en su mejilla izquierda. Es alto, siempre me he sentido atraída por los hombres altos.
—A mí no me engañas, Ana.—me miró a los ojos y me acarició el cabello.
—Lo sé, es solo que... no puedo evitarlo...— en ese mismo momento José deja caer el balón y este rebota hasta mis pies.
—¿Sabes lo que yo piensa?—pregunta ella a la vez que patea el balón de vuelta hacia José.
—No lo sé, pero supongo que me lo vas a decir...
—Ya han pasado tantos años, pienso que más que amarlo, estás acostumbrada a él.
—No. Yo de verdad lo amo, ¡lo amo!
—¿Y cuál es la diferencia? Él ha dejado bastante claro que nunca te querrá como tú lo quieres a él.— se me aguan los ojos.
Siempre he sabido eso, pero la forma en que ella lo gritó fue como si me apuñalaran directo al corazón, esa verdad siempre me desangra hasta morir.
—Debes pasar la pasar la página, cariño, estás perdiendo tu tiempo, tu pasión en un sentimiento que no vale la pena.
—Tienes razón. Es momento de dejar salir mi pasión.
Me pongo de pie, dejándola desconcertada por mi abrupta reacción y entro a mi casa.
...
—La cena está casi lista.—dice Ray, el único hombre que me ha correspondido.
Realmente no tengo hambre, pero él y yo sólo nos tenemos uno al otro desde que mamá murió, cáncer de mama. Extraño demasiado a mamá, pero Ray fue a quien más le ha afectado su pérdida.
—¿Qué tenemos?—sonrío para él.
—Estofado.— él destapa la olla y el olor inunda mis sentidos.
—Entonces sí tengo hambre.
Comemos en silencio, Ray no es un hombre muy expresivo, podrías decir que es frío como un pescado, pero yo lo conozco bien, él tiene un gran corazón y sus cálidos brazos me han sostenido cuando estoy a punto de desfallecer. Ray es mi padrastro, mi padre verdadero ni siquiera sabe que existo.
Cuando terminamos de cenar, lavé los platos y subí a ducharme.
Es tiempo de hacer algo por mí, así que decido comenzar a hacer las cosas que amo. Dejaré que mi música se oiga. Envuelta en una toalla, estoy mirando en mi armario tratando de escoger algo apropiado para esta noche, es viernes, pero mi guardarropa parece mostrarme aburridos atuendos de lunes.
Me decido por unos jeans ajustados y una blusa que Kate me regaló, es negra, corta, muestra mi ombligo, no me siento cómoda mostrando tanto, pero esta noche quiero algo diferente, entonces tengo que comenzar por hacer algo diferente.
Mido un metro sesenta y uno, por lo que me encaramo en mis sandalias de tacón, que no sólo me regala varios centímetros de altura, sino que además hace que mi trasero luzca más erguido. Entonces viene la parte más difícil, tengo que lidiar con mi largo, lacio y aburrido cabello castaño. Tras una lucha con la espuma estilizante consigo ondularlo.
El maquillaje no es lo mío, pero no voy a presentarme con la cara lavada. Usé un poco de polvo facial, sombra para los ojos en tonos claros, delineador negro para darle a mis ojos azules un aire oscuro y misterioso, me apliqué un poco de rubor en las mejillas para darle vida a mi piel pálida y por primerísima vez me atrevo a aplicarme un brillante labial rojo.
La chica que me está mirando en el espejo no soy yo, no la conozco, pero me agrada.
Tomé mis llaves y mi bolso, lista para irme. Ray se quedó dormido en el sofá, así que no tuve que despedirme. Me monté en mi Toyota Corolla 2010 y me dirigí hacia Martini's.
Llegué al Martini's a las diez, encontré un espacio apretado para estacioanarme, me bajo, la luz de neón de la entrada tiene la silueta de una copa de martini. Entro y mi primera reacción fue querer salir corriendo de ese lugar. Todos los ojos están puestos en mí, no estoy acostumbrada a tanta atención, el humo de los cigarrillos me marea, este sitio está atestado.
—¡Anna!— La voz de Kate fue como una bendición en medio de todo este caos de risas, euforia y borrachines. Tuve que esquivar a un montón de idiotas que parecían estar inmersos en su propio mundo para poder llegar hasta Kate.
—No puedo creer que hayas venido.—Kate está más emocionada que yo.
—No te vayas muy lejos, estoy a punto de arrepentirme.
—¡Ni de coña!—dice y me hace sentarme.
Me cuesta creer que Kate y yo seamos mejores amigas, somos tan diferentes. Ella es preciosa, carismática, el alma de las fiestas, tiene un cuerpo de ensueño, un cabello rubio y perfecto, centelleantes ojos verdes y puede ponere esa mini falda sin ningún complejo mostrando sus largas y actractivas piernas. Ella es la clase de chica que puede obtener lo que quiera con una sonrisa y a veces ni siquiera tiene que esforzarse tanto.
—Aquí está tu bebida, preciosa.— un hombre guapísimo se nos acerca con un martini y se lo da a Kate.
—Gracias. Anna, este es Elliot, el chico del que te hablé... y Elliot, esta es Anna.
—Un placer conocerte, Anna.
—El gusto es mío.
Estrechamos las manos, él es rubio, alto, tiene una hermosa sonrisa e hizo contacto visual conmigo, puedo decir que es muy educado.
—¿Quieres que te consiga algo de tomar, Anna? ¿Una cerveza?
—Oh no, estoy bien...
—¡Por supuesto que quiere un trago! Ve y búscale un martini.— Elliot se apuró en complacernos.
—Sabes que no me gusta el alcohol.
—Pero esta noche te gustará, cariño.
Elliot regresó con mi bebida, debo admitir que tiene muy buen sabor y me empiezo a relajar, puedo incluso disfrutar la música de la banda local que está tocando.
—Anna, ¿te importa si te dejamos solita un rato?
—Para nada chicos, vayan si cuidado.
Elliot dirige a Kate hacia la pista y yo los observo desde mi silla, se ven tan felices, parecen encajar. Yo nunca he tenido eso, alguien con quien encajar, alguien que quiera mi atención, que le importe si estoy bien, haciendo cualquier cosa por complacerme.
—¿Quieres bailar, bombón?—un tipo se me acerca interrumpiendo mis pensamientos.
—No, estoy bien, gracias.— lo rechacé de la forma más educada que pude, el tipo es bien parecido, pero está borracho y tiene una sonrisa lasciva que me asquea.
—¡Vamos, nena!—insiste y me jala del brazo.
—¡He dicho que no!— lo empujé.
—¡Pues vete al diablo!—me dice mientras con una servilleta intenta secarse la cerveza que se le derramó en la camisa.
Respiré profundo y volví a mi silla, me propuse terminar mi martini, la banda se despidió, así que ya no hay más música en vivo. Un DJ pone música disco y todos siguen bailando como si nada, creo que ni siquiera se han dado cuenta del cambio.
—¿Estás bien, Ann?— Kate regresó respirando agitada por el baile, de la mano de Elliot.
—Estoy de lujo.— contesté sonriendo, después de dos martinis estoy muy relajada...
La música es buena, pero yo prefiero la banda, son realmente buenos. Aún no estoy segura de qué carrera decida tomar, pero dentro de mí siempre he querido cantar, pero no es una carrera en la que pueda dejar mi futuro, tengo los pies sobre la tierra. Además, cantar me gusta, pero no me apasiona, aún no he encontrado algo que me apasione.
—Damas y caballeros, el karaoke acaba de empezar, ¿quién quiere romper el hielo?—dice el anfitrión.
—Vamos, Anna, demuéstrales lo que tienes.—me anima Kate.
—No...—respondo muy bajito.
—¡Ella quiere cantar!—grita Kate señalándome.
Todos los ojos se posan en mí nuevamente y me repito a mí misma "no debo matar a mi mejor amiga" una y otra vez.
—Pase por aquí, señorita.
El anfitrión me invita hasta la pequeña tarima, me levanto, me parece que no tengo otra alternativa. El anfitrión me da un micrófono y me siento en la silla que está en el centro luego de indicarla la canción que quiero cantar.
Trato de relajarme, pero cada músculo de mi cuerpo está temblando. Todos están muy callados esperando a que yo empiece, pero mi voz está atrapada dentro de mi boca, estoy tan nerviosa...
—Tú puedes.— pude leer de los labios de Kate.
Cerré mis ojos y comencé a cantar, ni si quiera tengo que seguir la letra de la canción en la pantalla, la conozco muy bien.
Cabello genial, ojos matadores
tus piercings, tus tatuajes
me pregunto si significan algo más que garabatos
tu barba descuidada te hace lucir aún más sexy
Yo aún lucho contra el acné
tu sonrisa de un millón
jamás encajaría con mis brackets
¿Alguna vez dejaré este capullo?
quisiera ser la tinta de tu piel
si tan solo pudiera extender mis alas
dejaría que mi belleza aflorara
me colaría por tu ventana como un hada
Es una canción lenta, llena de sentimiento, no escucho palabra alguna, excepto las mías y de alguna forma, esta canción retrata mi vida.
Te veo caminar como si fueras el dueño del mundo
y tras mi timidez yo me oculto en los muros,
nene, tú eres lluvia fuerte
yo soy una gota solitaria resbalando en el cristal
Tuvimos un breve encuentro al andar
me sonreíste deteniendo mi mundo,
pero realmente no me miraste,
sólo fuiste amable
duele no ser esa chica que logra que tu voz se trabe
Abro mis ojos por un momento y veo a Kate mirándome con adoración, ella ve a través de mí.
¿Alguna vez dejaré este capullo?
quisiera ser la tinta de tu piel
si tan solo pudiera extender mis alas
dejaría que mi belleza aflorara
me colaría por tu ventana como un hada
Cuando he terminado, abro mis ojos otra vez, recibo el breve aplauso que se les da a todos los que tienen las agallas de pararse aquí y cantar, siento un escalofrío.
Algo que no puedo explicar, como si alguien me estuviera mirando profundamente. Entonces lo veo. Un hombre con los ojos grises que me mira directo, con una suave y curvada sonrisa, cabello oscuro, viste jeans y una camisa blanca manga larga, es casual, pero él la lleva con una elegancia que no puedo describir.
Sigue mirándome fijo y yo estoy paralizada, ni siquiera puedo respirar.
Continuará...
Hola!
Es mi primer fic de esta categoría, espero que le puedan dar una oportunidad, es probable que eventualmente se cambie de rating a (M).
La canción en su version original en inglés "Caterpillar" me pertenece a mí y la traduje para la version en español de esta historia.
Que tengan una tarde excelente.
Wendy!
