Bueno primero que nada, bienvenidos a esta historia que probablemente encontraron al azar mientras estaban aburridos y sin nada más que hacer, asi que decidieron navegar por internet en busca de crap.

Ya una vez intenté publicar esta historia, pero se me rompió el PC y esta quedo inconclusa, por lo que ahora le eche una revisión y voy a terminarla seguro, pero pido paciencia ya que aún soy novato pues es mi primera historia; y como no, preferí usar un género tan gastado como Pokémon, después de todo hay tanta mierda aquí que una mas no hace la diferencia.
Como casi todos, o todos los que jugaron Pokemon al menos una vez sueñan con escribir su propia aventura y yo con mis cerca de20 años no soy la excepción, luego de tanto pelear con el teclado salió esto.

Esta historia esta basada en los juegos de Pokémon Platino por si no lo notan, pero no me enfocaré tanto en la aventura, sino más en el lado emocional de este pobre diablo que es mi OC, al explorar un mundo tan ilógico como este, a la vez que trata de encontrar quién carajos es.
Por supuesto, también quiero meter algo de acción en el futuro, pero veremos si esto continua, y como sale.

Bueno nos vemos en las notas al final del fic, y disfruten.

Pero pará emocionado, no te olvides del disclaimer: I don' t own Pokémon series, I however, own a pshysical copy of Pokémon Alpha Sapphire and Pokémon Moon, also a digital copy of Pokémon Ultrasun in my 3ds.


Prólogo: El inicio de mi aventura Pokémon no es como lo esperaba

— De acuerdo, todo listo. ¡Ya podemos ponernos en marcha hacia Sandgem Town! ¡Si corremos todo el camino hasta allí, los Pokémon salvajes no nos podrán atrapar! Soy una genio ¿No? Ahora, no te separes de mi ¿Bien? En sus marcas…

Haaaa… ¿Cómo termine así, me pregunto? En este lugar, la entrada a la hierba alta de la ruta 201, que está a 10 minutos del pueblo, y cuya mejor descripción no podría ser nada más que árboles por todos lados, y un camino de tierra, junto con el ocasional grito de los Pokémon silvestres.
Junto esta a mí esta una pequeña y energética chica, que me obliga a cargar su gran y pesado bolso a la vez que ella se monta en mi espalda como si yo fuera su burro de carga, sin poder levantar queja alguna.
Aunque honestamente, si por alguna clase de milagro creado por algún Dios de un mundo alterno existente en un universo paralelo (llámese cualquiera que no sea Arceus) hubiese tenido la oportunidad de negarme, dudo que de todas formas tuviera la capacidad de hacerlo. Después de todo ella me dio una de esas sonrisas tan características suyas, siendo tan dulce e inocente que se siente como si una presión invisible me forzara a aceptar cualquier cosa que ella pidiera con tal de hacerla feliz. Sí, soy patético, lo sé.

Y por supuesto, también esta la agradable sensación en mi espalda, como si dos suaves bultos de malvavisco se estuvieran presionando contra mí. Aunque es un poco decepcionante que estos sean tan pequeños y la sensación tan poca…

Ehem, creo que me desvié un poco. Volviendo al tema de como llegue al momento en el que estoy, esta mañana…


"Los Pokémon están a nuestro lado, en las buenas y en las malas, y no dudarán ni un segundo en seguirnos, así como a nuestras creencias e ideales. Espero que algún día todos los entrenadores jóvenes entiendan el significado de esas palabras, y tengan conciencia de lo que hacen con sus Pokémon."

Escucho una voz sonar a la distancia que viene de donde creo está el televisor, al tiempo que lentamente me despierto de mi pesado sueño.
Para aclarar cómo sé que es que es la tele, mi conclusión llega ya que, al no reconocer la voz como familiar, y poder distinguir que está acompañada junto a otra voz que al parecer es la de esa presentadora tan clónica y reconocida haciéndole preguntas, me hace dudar que una entrevista se esté llevando a cabo en mi habitación, a menos que haya caído inconsciente en algún lugar al azar en la calle y me haya topado con ellos, lo que es altamente improbable, mayormente porque odio salir de mi casa.

En una segunda nota, aclaro pesado porque sé que es más difícil despertarme de mi descanso nocturno que a un Snorlax con el estómago lleno, lo que me lleva a una segunda conclusión, y esa es que el volumen de la TV está bastante alto.

Por supuesto, también sé que el hecho de que la TV este prendida tan temprano - o al menos antes de que yo despierte - sin poder recordar el haberla dejado así la noche anterior, solo puede significar una cosa: Tengo un invitado aquí conmigo.
Y por el hecho de estar aquí a esta hora de la mañana, en mi habitación conmigo durmiendo, mientras probablemente toquetea y juega con mis cosas como si la palabra privacidad no cupiera en su entendimiento, creo que puedo suponer quien es. Y el hecho de tener que lidiar con ella tan temprano en la mañana hace que mi humor se vaya para abajo antes de siquiera poder terminar de abrir los ojos, por lo que creo que es mejor seguir fingiendo dormir hasta que se canse de perder el tiempo aquí y se vaya a molestar a otra parte.

Después de todo, ella es así, siempre de acá para allá tan rápido que he comenzado a dudar si es que está emparentada con los Jolteon, o si este emparentada con los tiburones blancos de este mundo.

Por si no esta claro, con todo esto me estoy refiriendo a ni más ni menos a quien - supuestamente - es mi amiga de la infancia, y la persona con la que he pasado más tiempo - mayormente contra mi voluntad - desde que llegue aquí.
También me gustaría agregar que es la única posee el privilegio de ser mínimamente reconocida por mi como algo cercano a un ser humano - sin importar el hecho de que sea su actitud a veces me haga replantearmelo - entre tanto NPC de este lugar de mierda.

Ah, ¿no lo había dicho? No soy de aquí. No, no es que sea de otra Región y me haya mudado recientemente al pueblo, o sea alguna clase de espía infiltrado para descubrir los secretos de la gente de este lugar - como la habilidad de la gente de este pueblo de vivir del aire, es decir, ni siquiera hay una tienda de vivieres en las cercanías -, sino más bien, como que no soy de este lugar en donde animalejos antropomórficos son obligados a apalizarse unos a otros como forma de entretenimiento.

A lo que me refiero es a eso, por lo que es más como que no soy de este universo, realidad, o como sea que quieras llamarlo.
Así es, vengo de un mundo sin Pokémon, al menos no en la vida real, siendo uno capaz encontrárselos al dar dos pasos en la hierba alta - ubicada en cualquier ruta y/o lugar transitable solamente excluyendo interiores, sin jamás ser cortada debo agregar, y que incluso tiene el poder de esconder bicharracos de más de 4 metros de altura como si nada -, sino que más bien son encontrados en unos cartuchos de videojuegos de cantidad de consolas, o en deformados peluches con el tamaño de su cabeza proporcional al de todo el resto de su cuerpo, además de figurines, cartas y demás merchandising de variada categoría.

Volviendo a la situación en la estoy, me encuentro echado en la cama fingiendo estar dormido con tal de despistar a mi invitado, y ocasionalmente observando mi habitación de aqui para allá repasando sus detalles para perder el tiempo. Y ya que no tengo nada más que hacer, lo repetiré en mi mente una vez más.

No es nada muy vistoso: 4 paredes de un celeste tan claro y brillante que a veces dudo de si estoy en una institución para la salud mental, y un techo de madera con algunas goteras. Contra la pared, una cama de acero inoxidable - oxidada, aunque no me preguntes cómo - de 1 plaza en la que me encuentro hechado, y en el lado opuesto 1 escritorio de madera con una computadora que solo sirve para recibir e-mails - aunque figúrate que la compañia de internet no llegua hasta aquí, por lo que creo seria más efectivo mencionarlo como pisapapeles -.

En el suelo adornan una alfombra roja con varias manchas de leche de milktank con chocolate, y un par de puffs con motivo de Pokéball - ¿por qué todo en este mundo tiene que ver con los Pokémon, me pregunto? -.

Apoyado en el lado de la entrada un ropero no muy grande que hace imposible abrir la puerta totalmente - eso si tuviera una, antes estaba allí, pero la saqué por motivos emm... personales, ahora simplemente uso una cortina - y una gran ventana ubicada en el lado opuesto sin barrotes de seguridad, por la cual seria demasiado fácil caerte hacia abajo ya que de alguna forma el vidrio esta siempre abierto, y por la cual recibo visitas nocturnas de vez en cuando - pero desafortunadamente no de las que crees - con un par de macetas en las cuales plante bayas que nunca crecieron - igualmente nunca las regué -.

¡Y ademas de todo eso, una maravillosa televisión pantalla plana, demostrando toda su gloria en medio de la habitación! con una Wii conectada...
Más de una vez trate de vender esa mierda verseando sobre la posibilidad jugar con la nueva Wii U cuando esta salió y todos creyeron que era un nuevo control, pero resulta que todo el mundo en ese entonces tenia ya una PS3 con el Move o una XBOX junto con el Kinetic que son mil veces mejores que esta porquería. - Y por si no lo notaste, sí, odio mi Wii, y no creo ser el único -.

Luego de un laaargo rato hechado haciendo nada, a punto de alcanzar mi cuerpo astral debido a la larga espera que mi "estrategia" conlleva, logro escuchar el sonido de cómo se apaga la televisión - Ya sabes, ese "btzz" - seguido de unos suaves pasos que avanzan lentamente hacia donde yo estoy.

¡Nooo, por favor! ¡No te des cuenta de que estoy despierto! ¡Solo vete por donde viniste y déjame descansar en paz al menos una vez sin tener que esperar a mi muerte por ello!

Y como si mis súplicas internas valieran un comino para ella, lo cual estoy bastante seguro ya que dudo que pueda oír mis pensamientos - o al menos eso quiero creer… - súbitamente un duro impacto me da de lleno en mis costillas, sacándome el aire y casi haciéndome saltar de la cama, cosa que me resistí, ya que eso significaría quedar a merced de sus infantiles caprichos.

Hey, estás despierto ¿No es así?

Escucho una suave, casi infantil, pero cautivante voz susurrándome a la vez que un cálido aliento alcanza mis oídos, lo que me provoca nada más un gran escalofrió en la espalda.

¡No, no te rindas ahora a la tentación hermano! Ella solo está jugando contigo al igual que siempre. Sabes que si la dejas ganar no habrá salvación, así que por lo que más quieras no piques, mantén la calma y no la dejes oler tu miedo, eso es... ¡Hazte el muerto! ¡Por supuesto! La mejor técnica defensiva en la naturaleza, para ahuyentar a los predadores que disfrutan juguetear con sus presas antes de acabarlas. Aunque honestamente dudo que hacerse el muerto sea de mucha ayuda contra ella, ya que como mencione previamente, ella tiene rasgos de un tiburón blanco, y con eso me refiero a que ella prefiere emboscar a sus presas en cuanto ellas muestren la más mínima debilidad, o cuando se distraen…

— Sé que estas despierto. Puedo sentir como tu cuerpo tiembla y tu corazón se acelera ahora mismo.

Y sin duda que lo estaba haciendo - tanto hasta podría vender mi cama haciéndola pasar como uno esos sillones reclinables que se dice, te masajean cuando vibran - además de mantener mis ojos fuertemente cerrados, rezando ser en este momento parte esos Chuuni entrenadores que creen que son mitad humano-mitad Pokémon y poder camuflarme como un Kecleon.

Pero en el momento en el que se atrevió a quitarme las sabanas y meter su mano dentro de mis pijamas para tratar de manosear mi pecho y probar su punto, supe que ese era mi límite, y simplemente me rendí.

En serio, ¿Cuán sinvergüenza puedes ser, demonio? ¿Qué no ves que también soy hombre y puedo caer en la tentación? Tienes suerte de que yo sea parte de la facción a favor de proteger a las lolis.
¡Si lolita, no tocar!

Eh no, quiero decir, tienes suerte de que te vea como familia.

Levantando mis manos en señal de rendición y sentándome en la cama, la encaro con la expresión más irritada y cansada que puedo dar.

— ¿Qué demonios quieres hoy, tan temprano en la mañana?

Cosa que no funcionó, pues ella ignoró olímpicamente mi pregunta y actitud, y se hecho de nuevo sobre mí, con una cara llena de entusiasmo.

— ¿Escuchaste lo que decía en la tele? - me dijo con una cara de feliz cumpleaños y mirandome directamente con esos ojos del color del mismísimo cielo. Sabes, nunca habia notado que eran tan grandes, brillantes, hermosos y... redondos - ¡El Profesor Rowan vuelve a Sinnoh! - me gritó directamente en la cara, nada nuevo - Ese es el viejo que estudia Pokémon ¿verdad?, así que debe tener un montón de ellos ¿verdad? ¡Y estoy segura de que si se lo pedimos, nos va a dar algunos! ¡¿Verdad?!

O eso creo que fue lo que dijo por lo menos, después de todo ella estaba hablando - léase gritando - entusiasmadamente, a la vez que brincaba sobre mí y golpeaba mi pecho con sus pequeños pero poderosos brazos.

— ¡En cuanto nos den nuestros Pokémon, hay que luchar.- sonrió - Y, y entrenarlos, y ganar las medallas, y, y desafiar la liga.- cambió a una cara llena de determinación. - Siendo rivales que recorren el mismo camino solo para terminar enfrentándose en el final de su viaje, y descubrir que solo uno de ellos terminara siendo el gran campeón, y el otro solo un eterno aspirante, y por supuesto, yo no pienso perder! - y así siguió haciendo todo tipo de morisquetas. Algunas de ellas tan lindas que incluso me tentaron a apretar sus cachetes, pero afortunadamente y gracias a Arceus, su ataque de Encanto falló debido al uso continuo. Como se esperaba de un mundo RPG - ¡Además…!

Y continuó soñando despierta por bastante tiempo, balbuceando tonterías sobre nuestro futuro como entrenadores, cosa que no preste la más mínima atención y en cambio aproveche para terminar de despabilarme.

— …Y por eso ¡Te estaré esperando afuera! ¡No tardes mucho, o tendrás que cargar con mis cosas!

Y así como apareció, se fué, sin siquiera yo notarlo. Pero bueno, al menos esta vez me dejo cambiarme de ropas tranquilo, sin tener que soportarla burlándose sobre mi mal sentido de la moda, o quejándose sobre mi tardanza al vestirme ¡Pero es que no puedo evitarlo! después de todo, sigue siendo incómodo tener que hacerlo frente a esa mirada tan intensa que pareciese que estuviera analizando cada pequeño detalle de mi semi-desnudo cuerpo… Brrr.

Bueno, dejando ese tema que me da escalofríos de lado, al dirigirme al baño para lavarme la cara, esa sensación incómoda que tengo cada vez que me miro mi apariencia en el espejo se presentó de nuevo.

Tez blanca, casi pálida debido a la falta de exposición al sol - y es que admito que prefiero quedarme encerrado en mi casa haciendo nada -, ojos de un color cercano al marrón rojizo, junto con unas grandes ojeras por debajo - las cuales no tengo idea del porque están allí, ya que duermo entre 12 y 14 horas por día -, cabello semilargo el cual prefiero mantener el sobrante controlado en una pequeña cola de caballo, siendo este castaño en la parte de arriba y negro en la parte de abajo - era solamente negro cuando llegue, pero desde entonces lentamente estuvo cambiando de color, y no solo el de la cabeza, sino que las cejas, pestañas, pelos del brazo y de las piernas, axilas, además de… otras partes se tiñeron ya -, mi altura es algo cercana a los 1,8 metros, aunque esto no se llega a notar ya que mayormente, o siempre, ando encorvado. Y me ahorro el mencionar sobre mi atuendo, ya que no soy un gran conocedor de moda, como mencione anteriormente.

Además de que que es mejor apurarme e irme a encontrar con ella, antes de que me obligue a tener que cargar con sus cosa. Aunque pensándolo bien, sé que las voy a cargar no importa qué. Pero igualmente no es caballeroso hacer esperar a una linda Loli... ejemm chica, al menos si no quiero tener que sufrir mas castigos por su parte.

No, yo no soy un Lolicon ¡No me mires así!


Mientras estoy bajando las escaleras - de madera, como toda esta casa de mierda - yendo a preparar mi desayuno, con mis pensamientos vagando de aquí para allá con el fin de ignorar los horribles rechinidos de esta porquería, una horrible revelación pasa por mi cabeza. Y eso es... ¡Soy el único con habitación en esta casa! Pero luego recuerdo que mamá esta todo el día sentada en el sofá viendo la TV, y honestamente, el levantarme a veces a altas horas de la madrugada y encontrármela en ese mismo lugar sin siquiera moverse y/o parpadear es un poco traumatizante.

Pero puedo asegurar de que ella no es un cadáver, porque según veo ella sigue respirando, o un vegetal, porque muy de vez en cuando suele darme los buenos días, o avisarme sobre las visitas de la Loli.

Además, a veces suele levantarme - a los gritos por supuesto, ya mencione que no se mueve de su sillón - para decirme que coma el desayuno, cosa que me hago yo mismo, incluyendo el almuerzo y la cena, ya que si fuera a esperar a que ella se moviera para hacer el intento de alimentar a su hijo, estoy seguro que moriría de hambre primero.

En un curioso dato extra, nunca la he visto comer conmigo, salir de la casa, o siquiera intentar levantarse para ir al baño.

El cómo mi madre puede sobrevivir sin dormir, comer o siquiera hacer sus necesidades básicas como ser humano es un misterio en sí mismo, uno que realmente no quiero descubrir en algún momento cercano.


Cuando salí de mi casa al pueblo la vista era normal, muy normal, como siempre. Twinleaf Town es un pueblo rural y pequeño, ubicado en la esquina suroeste más remota e inimportante de Sinnoh y cuya única atraccion digna de mencion es estar al sur de Lake Verity.
Gracias a esto, hace mucho tiempo hubo una época en la que el pueblo rebosaba de turistas por la leyenda del Pokémon legendario del lago y el hecho de que se decía puede cumplir deseos, pero todo terminó por la supuesta desaparición del Pokémon del lago, devolviendo la paz al lugar nuevamente.

Hoy en día no es más que un pacífico pueblo con no más de 10 familias, rodeado de grandes árboles que proveen sombras y aire fresco en las horas más calurosas del dia, un pequeño lago al sur en el cual los pescadores que suelen venir a visitar se paran todo el día a intentar capturar Magicraps, ejem, Magikarps - que es lo único que pica -, junto al grito de los Pidgey que a veces suelen pasar por aqui durante su migración, y el muy de vez en cuando grito de los Caterpie que caen presas de sus garras para transformarze en almuerzo.
Pequeñas casas de dos pisos esparcidas aquí y allá, cada una contando con un gran patio delantero y trasero debido a la gran magnitud de espacio inutilizado por aqui, además del olor de la naturaleza siempre presente como reza el lema de Twinleaf.

¡Ojalá te guste y te quedes!

Los NPC - o habitantes, como quieras llamarlo - parados en sus lugares estáticamente sin mostrar algún signo de vida. Esperando pacientemente hasta que algún despistado idiota pase frente a ellos - léase mí mismo - para luego revivir de golpe como si hubieran sido poseidos, y asaltarlo con sus molestas líneas repetitivas, con el fin de pudrirte la mente debido al sin sentido y convertirte en uno de ellos, como zombies en una película de horror.

Entre ellos están los de siempre: La anciana chismosa de al lado, que a pesar de nunca salir del pueblo siempre está actualizada con los últimos chimentos de toda la región.
Su nieta, que creo tiene algunos problemas mentales, y que siempre que me ve me dice que quiere conseguir un Pokémon lindo.

En serio, ya sé que quieres un Pokémon lindo. ME LO ESTUVISTE REPITIENPDO CADA DIA DESDE EL MOMENTO EN EL QUE LLEGUE AQUÍ. ¡Es casi como si no pudiera decir otra frase! Por suerte con el tiempo me acostumbre y ya lo tomo como una especie de saludo. Mira, aquí viene de nuevo.

Niña del Pueblo: — Hey, sabes qué. Quiero un Pokémon que sea realmente lindo.

Aunque el hecho de que me haya acostumbrado no significa que no siga molestándome… ¿Es qué no ves que ni siquiera tengo un Pokémon yo mismo, maldición?

Bueno como decía, también están los pueblerinos que se pasean de aquí para allá día y noche sin hacer nada realmente, murmurando cosas sobre la tecnología de hoy, y los ataques de Pokémon salvajes hacia despreocupados transeúntes que pasan en su territorio.

Es que no tienen nada mejor que hacer, como no sé ¿trabajar? Aunque honestamente desde que llegue aquí no he visto a una sola persona de este lugar trabajando o siendo un adulto responsable y/o respetable…

Oh también está el tipo que siempre repite algo como:

Tipo Raro: — Oh, ¿Estás saliendo con ella otra vez? ¡Ustedes dos de seguro son cercanos!

Aquí mismo quisiera hacer una nota aparte: Desde que llegue aquí, o al parecer mucho antes de eso, aquella chica está bajo la impresión de que somos amigos. Algo que no coincide con las pocas memorias que tengo sobre nuestra relación, pero de alguna forma contagio al resto del pueblo y ahora es algo asegurado para todos.

De hecho, puedo confirmar de que somos los habitantes más reconocidos del pueblo y una prueba que afirma esto es que solo nuestras casas cuentan con buzones - obviando el tema de que no tenemos servicio postal aquí -, junto con el hecho de que somos los más jóvenes de aqui, por lo que es más como si fuéramos una especie de atracción de circo que otra cosa.

¡Además de que estos tienen nuestros nombres en ellos! Sin apellidos ni nada.
Ahora que lo pienso... ¿Cuál es mi apellido?, nunca oí a nadie mencionarlo y que recuerde nunca he visto a mi padre una sola vez…

...

Bueno, al parecer estuve perdido en mis pensamientos tanto tiempo durante el camino hacia aqui, que no note que llegue a mi destino, su casa.
No es nada muy sobresaliente: 2 pisos como la mayoría de las casas de aqui, pintada de un rosa claro y un techo de tejas azules; un jardín delantero con flores de todos colores del arcoiris, o de un Ho-Oh - el hecho de poder, o más bien, tener que Pokémonizar (¿es una palabra?) todo aquí sigue siendo un gran dolor de cabeza -, bailando a la luz del sol; y un gran patio trasero lleno de variedad de juegos para niños y una pequeña piscina.

Ahora creo que es mejor pasar de largo el tema anterior sobre la inexistencia de una figura paterna y empujarlo al rincón más alejado de mi mente - en el que tengo encerrado a la mayor parte de mi sentido común, por el bien de conservar mi salud mental - para prepararme a mi perdición en los confines más profundos del Tártaros, ejem digo, pasar a saludar a la casa de mi "amiga".

Al haberme armado de coraje y recitado mis plegarias, cuando estoy a punto de abrir la puerta de su casa - puesto que en este pequeño y pacífico lugar nadie cierra con llave realmente - soy recibido con un portazo en la cara, seguido de un fuerte golpe en mi mentón, que me deja en el suelo casi en estado de inconciencia.

A veces olvido que esta puerta de mierda se abre por los dos lados…

Luego de esperar a que mi visión deje de dar vueltas, y revisar que todas las piezas de mi dentadura sigan en su lugar, levanto la cabeza para encontrarme con ella. Esa mocosa.

Arrodillada en el suelo, sobándose su expuesta frente - que ahora que la veo bien, esta bastante roja - haciendo un puchero que la hace ver más infantil y con pequeñas lágrimas que amenazan escaparse de sus ojos, al tiempo que suelta pequeños alaridos de dolor, algo así como aiai, ouchi y au au. Todo esto debo admitir, es bastante tierno de ver y me dan ganas de apachurrarle los cachetes.

Los de la cara, ¡malpensado!

— Oww, qué fue eso ¡Fíjate por donde vas! Oh… Honey ¡Eres tú!- me gritó enojada por un segundo, pero que se convirtió de alguna manera en pura felicidad al ver que era yo, y honestamente, ni idea del por qué - Estaba por irte a buscar, ya que la anciana chismosa me dijo que al parecer el profesor ese que volvió de Kanto está acá al lado nomás, en Sandgem Town. Así que voy a ir para que me de mi primer Pokémon ¡Y tu vienes conmigo, vamos!

Termina de decir y lanza un puño motivacional al aire, seguido de encararme para darme esa sonrisa tan dulce y embriagante característica suya - que puedo apostar es capaz de derretir a cualquiera - adornando su perfecto, redondeado y suave rostro, sus ojos, brillantes y transparentes, como si podría quedarme mirando en ellos y olvidarme de todas las preocupaciones del mundo, y sus largas y brillantes pestañas llendo arriba y abajo para proteger sus ojos de la tierra que levanto la suave brisa caracteristica del pueblo...
Ejem, me deje llevar.

Sumado a todo esto, estoy casi seguro que pude vislumbrar algunos brillos dorados alrededor suyo junto a un halo de luz iluminándola, casi haciéndome sentir como si un ángel hubiera descendido a la tierra a pedirme ayuda en su misión divina.
Por supuesto, sé que ella no es un ángel, sino más bien un pequeño y astuto demonio que no me viene a pedir ayuda, sino más bien a arrastrarme a un abismo de problemas y sufrimiento, tanto fisico como mental.

(Aquí quiero hacer una nota aparte y explicar el por qué ella me llama Honey. Al parecer su madre hace varios años ya, le dijo que como somos amigos muy cercanos debemos comenzar a llamarnos por apodos, y también le metió el verso de que la forma en la que me llama ella es para referirte a un amigo HOMBRE, al que aprecias mucho. Esa anciana, cuando la agarre…)

Y así, antes de que siquiera salir de mi estupor para reaccionar y oponerme a su "petición", siento un fuerte agarre en mi brazo que casi me corta la circulación, y soy arrastrado sin tener oportunidad de protestar.

- Oh, casi lo olvido ¡Mi bolso!

Dijo deteniéndose en seco y golpeándose la frente con una cara de realización. Y seguido de eso, soy tirado hacia un lado por su inhumana fuerza - que en serio ¿Cómo cabe en esos bracitos tan delgados? ¡Te maldigo, ley del manga! - para que ella vuelva a entrar a su casa una vez más y me cierre la puerta en toda la cara.
Todo esto hace que mi ya mal humor se ponga peor - al punto de estar apretando los dientes - y este a tentado a tirar esta puerta de mierda para abajo debido a mí ya acumulado hace bastante tiempo resentimiento contra ella - mayormente basado en portazos en la cara como el de recién -, pero me resisto a ello y en cambio prefiero entrar a buscar a la causante de mi sufrimiento. Abriendo a mi odiado némesis, luego de una serie de respiraciones profundas para calmar mi ira.

Sí, sí. Sé que ir a buscar a quien te hace la vida miserable por desición propia es una estupidez más grande que la salsa Golf. Pero es mejor entrar de una vez e ir directo al asunto antes de que más cosas problemáticas se presenten y vayan directo a mi, y esto lo digo por experiencia.


Ya dentro del lugar y antes de poder terminar de darme la vuelta, soy detenido por una muy irritante y escalofriante risa, que reconozco como perteneciente a la señora del lugar y la madre de mi amiga.

Terminando de voltearme para encararla, y tratando de poner la sonrisa más amistosa que tengo - que es más como una mueca amenazante si combinas todos mis rasgos faciales - como un gesto de buena educación, levanto la mano levemente y la saludo con un apenas audible "heey, Tía". Lo que hace que una sonrisa maliciosa aparezca en el rostro de la señora mayor, y lentamente como una astuta serpiente se acerque a mí - demasiado cerca para mi gusto debo agregar, además casi crei ver un tic en su ojo -.

- ¡Oh! Hola otra vez yerno - dijo ojéandome de arriba abajo a la vez que su sonrisa se ensanchaba más, y sentía como si unas cadenas invisibles se posaran a mi alrededor quitándome la chance de intentar moverme o escapar - ¿Estás aquí para visitar a mi hija? Ella se fue por un segundo pero entonces ¡Pam! Entró de nuevo de golpe con una gran sonrisa idiota en su cara, así que me figure que es porque habías venido a visitar. Ahora debe estar en su habitación, asi que tómense su tiempo. Hohoho~.- terminó con un gesto de brazo indicandome que fuera, a lo que gratamente obedecí con el fin de alejarme de esta mujer. - Ah, pero ten por seguro de que si le haces algo debes tomar la responsabilidad por ello ¿Eh?

Fue lo que me dijo con un tono de voz demasiado-alegre-para-mi-gusto y me daba un sugestivo guiño.

Tch, esa señora, cada vez que nos vemos no duda en intentar tirar a su intratable hija hacia mí. Ya tengo suficientes problemas como para tratar con una problemática adolescente hiperactiva, como saber cómo volver a mi mundo, saber quién soy, ¡o al menos saber como activar mis cheats de protagonista! ¡Así que muchas gracias por la oferta, pero lo rechazo!

Por lo que la paso de largo sin echarle una segunda mirada y me dirijo hacia las escaleras, ojeando las habitaciones por las que paso de vez en cuando -mesa circular para cuatro personas de caoba, television de tamaño moderado en el comedor, y una grande de pantalla plana pegada a la pared del living con una PS3 conectada, sillones indiviales de cuero sintético por aqui y allá, y un gran sillón familiar muy cómodo en el medio de la habitación, chimenea de piedra, además de un piano no muy grande -, paseando por aquí y por allá como si fuera mi propia casa.

Lo que no le veo mucho problema pues según lo poco que recuerdo, tal vez no seamos los mejores amigos ni nada, pero al menos somos personas que crecieron juntas.

De hecho, puedo afirmar que he pasado más tiempo aquí que en mi propia casa durante toda mi infancia, ya que debido a mamá y su no hablada regla de haz-las-cosas-por-ti-mismo siempre venia aquí a comer, o bañarme, o cada vez que tenía una pesadilla, o cada vez que no tenía nada más que hacer. Volviendome cercano con la niña aquí residente.

Pero bueno, éramos los únicos niños en el pueblo. Y aunque odie admitirlo, esta señora me ha criado como a su propio hijo y yo la aprecio mucho, e incluso a su hija.

Así que debido a estas razones todo sentido de la privacidad entre nosotros es algo así como no existente, y he llegado a quererla a ella como algo parecido a una hermana menor. O al menos es gracias a las memorias del dueño de este cuerpo…
Y para validar esa declaración, al subir las escaleras y llegar al bastardo - puerta - con el cartel que dice "Cuarto de… " La abro sin dudar un momento alguno, gran error pues es algo de lo que arrepentiría, y mucho.


Ahora mismo, para sacudirme la incomodidad que me provoco la situación, voy a intentar describirla de forma más poética.

En el momento en el que abrí aquel pasaje hacia su propio santuario personal, la vi allí. Su pequeña y delicada figura de espaldas estaba dándome la bienvenida, a la vez que su brillante y sedoso cabello bailaba al ritmo de la melodía que estaba tarareando y sus leves movimientos.

Este mismo tenía un color que según tengo entendido, es muy raramente visto en este mundo. Negro. No un negro con toques purpuras en las puntas, ni un azul oscuro fácilmente confundible, sino negro puro, azabache.

Este contrastaba perfectamente con su suave y blanca piel, casi de porcelana.

Sus delgadas y expuestas, perfectas si se me permite decirlo, piernas levemente flexionadas y suavemente apoyadas contra el edredón que adornaba su cama. Sus posesiones liando aquí y allá, haciendo del santuario un lugar más único y personal y confirmándolo como su propiedad.

Sus delicados brazos moviéndose suavemente hacia aquello que se encontraba en la cama, al tiempo que tímidamente estos guardaban aquellos blancos, suaves y casi divinos objetos.

Su elegante vestimenta, ligeramente pegándose a su cuerpo y acentuando su belleza natural se mecía contra los más suaves movimientos, y su falda, corta y pecaminosa, amagaba en mostrar…

...

Bueno, cortando con la mierda. Cuando entré ella estaba frente a su cama, armario y cajones abiertos, con ropa desparramada todo alrededor mientras que guardaba su ropa interior en su bolso. Corta.

Y no, no es eso lo que me molesto. Después de todo hemos pasado tanto tiempo juntos que conozco cada parte de ella, incluyendo su vestimente y ropa interior. Esto tambien incluye la habilidad de adivinar cual de todas posiblemente tiene puesta ahora mismo - lo admito, eso es algo asqueroso -. De hecho, repito, según mis memorias fui yo quien casi crió a esta chica. Así que tampoco es que tenga problemas viendo su cuerpo, ya que más de una vez la bañe cuando era más pequeña.

Y no es como si su cuerpo hubiera crecido mucho ahora comparado hace un par de años atrás, serán como, no sé ¿15 cm más de altura? - y eso es que ahora apenas llega al metro 50… - Además de seguir siendo tan plana como una plancha de acero. Aunque el hecho de que siga siendo una Loli me frena de intentar hacerle algo en cuando se pone demasiado cercana con el fin de proteger su divinidad, por lo que se agradece.

Vuelvo a repetir ¡Yo no soy un Lolicon!

Lo que me jodió fue lo que sigue:

— Será mejor que guarde toallas, cepillos de dientes, mucha ropa interior de cambio, y mi diario también mmm… - decía a la vez que miraba la variedad de ropa interior en sus manos pensativamente - ¿Mmm? ¡Oh, ya que estás aquí Honey! Ven, ayúdame a terminar de empacar mis cosas, de esa forma será mucho más rápido. - me dijo con una de esas sonrisas de "no te puedes negar" adornando cara -

Y sin esperar respuesta alguna de mi parte - como siempre- , me tiró toda la ropa interior que estaba en sus brazos hace un instante por encima de la cabeza, y comienzó a correr de nuevo hacia la puerta para seguido abrirla, pasar por ella y cerrarla sin detenerse un segundo.

Sigo aquí ¿Sabes?

— Haz que todo encaje ahí dentro ¿De acuerdo? - esto vino con tono de autoridad, otra vez, nada nuevo - Mientras tanto te estaré esperando en la ruta 201, así que termina de empacar rápido y no tardes, es malo hacer esperar a una linda chica ¿Sabes? Ah, y mientras estas en ello, ordena mi habitación.

Todo eso escuché que vino desde el otro lado de mi enemigo natural - la puerta -, seguido de unos rápidos pasos que sonaban como si alguien se alejara de ella.

Y así sin más, me deja solo en su habitación - que es rosa, muy rosa y adornada con una gran cantidad de peluches para niñas -, acomodando todo el desastre que hizo.
En serio, tranquilamente podría trabajar como mayordomo con todo el entrenamiento de sirviente que me hizo pasar esta chica a través de los años…


En mi camino de vuelta hacia la salida, y la libertad del mundo exterior - cargando con un pesado equipaje extra debo agregar - vuelvo a encontrarme con la molesta señora que no duda en informarme de la ubicación de su hija, con una jodidamente fingida - se nota a leguas - preocupada expresión en su rostro, esperando que yo vaya y la saque de los problemas en los que probablemente ya este, como siempre…

— Oh, con que ahí estabas. Mi hija se fue hace un instante, se fue corriendo tan rápido que apenas logre entenderla decir algo sobre la ruta 201, por favor ve con ella, hay Pokémon en la hierba alta y puede ser peligroso para alguien tan descuidado… - luego cambio a un tono triste, otra vez, demasiado fingido - Ayyy, qué voy a hacer con esa niña por Arceus, siempre de acá para allá sin poder quedarse quieta. Me pregunto ¿Quién cuidara de ella cuando yo ya sea vieja e inútil? ¿Tal vez debería arreglar una ceremonia de compromiso para ustedes dos? ¡Estoy segura de que tu madre estaría más que encantada con ello! Hohoho~.

Tch, la madre tan molesta como la hija, me atrevería a decir que incluso más, y eso ya es decir mucho.
A veces no sé si se rie de lo patético y manipulable soy, de mis desgracias, o de saber que al final terminaré cumpliendo con lo que me pide. O quizá todo junto. Aaarg...

Después de eso todo lo que recuerdo es que salí disparado como si tuviera un cohete en el culo hacia la ruta 201, preocupado por la seguridad de esa mocosa.
Y luego de una serie de sucesos sin importancia, que los resumiré en balbuceos de mi acompañante, aquí estamos.

Bueno, suficiente flashback, volvamos al presente.


Ahhh… me perdí en mis pensamientos otra vez ¡Pero es que no puedo evitarlo! Al recordar en donde estoy y todas las mierdas que me están pasando una tras otra desde que llegue aquí, mi mente instintivamente trata de escapar de esta realidad, hacia un lugar más pacífico, y mi sentido común agradece al volver en donde las leyes de la física no pueden ser rotas con un ligero movimiento de un animalejo que cabe en el bolsillo de uno, lo que se convierte en un potente ataque de tijeras con mi consciencia sucumbiendo y lanzándome graciosas alucinaciones sobre animales aprendiendo a usar el inodoro.

Bueno, empujando todo eso al fondo de mi mente otra vez - nos vemos sentido común -, es mejor no hacer esperar más a esta molesta pero linda y torpe Loli frente a mí, y darle una respuesta adecuada a su proposición que quedo allaaaa a lo lejos.

— Ni de por casuali…

Y así, antes de que pueda terminar - ¿Lo puedes creer? -, una patada en las costillas me da el comando de comenzar a andar, y vuelvo a ser arrastrado a las incontables y peligrosas - al menos para mí - travesuras de esta mocosa, otra vez…

Haaa… una vez más, ¿Cómo termine así? Estúpidos NPC. Pero bueno, supongo que me he metido en una de esas partes de la trama en la que no puedes decidir qué hacer, o es obligatorio hacer las acciones que se esperan de ti para poder avanzar.

Ahora que lo recuerdo en la mayoría - sino en todos - los juegos de Pokémon que he jugado alguna vez, si estás en una parte que mueve la trama y tienes que responder a algo afirmativamente para avanzar, aunque respondas que no a esa pregunta, los NPC te volverán a preguntar una y otra vez, y no te dejarán seguir hasta que tu respuesta a la pregunta haya sido la que ellos querían, desde la más pequeña como "¿Quieres utilizar corte?, hasta partes como "Destruirás al alto mando y al campeón con un solo Pokémon?" Lo que hace todo el proceso de preguntar inútil.

Haaa… que tedioso es ser el protagonista, nadie realmente toma en cuenta tus pensamientos, o tu sentido común y siempre eres forzado de acá para allá por el bien de la trama.

Aunque lo admito, más de una vez en mi anterior vida he querido entrar en el mundo de un juego Pokémon y hacer mi propia aventura viviendo la vida fácil, obteniendo un equipo de legendarios o Pokémon fuertes gracias al Deus-Ex Machina, siendo el campeón con mi Gary-Stu-nes y mis Pokémon cheteados, haciendo a todas las chicas caer por mi sin razón alguna, siendo beneficiado con situaciones al azar, pateándole el culo bien duro a una organización criminal mientras la policía se rasca a cuatro manos, siendo reconocido en todas las regiones como un símbolo, y toda la mierda esa que los auto-insertados autores de Fanfictions suelen hacer.

Bueno, dejando lo malo de lado, al menos a partir de ahora en adelante puedo disfrutar de gran cantidad de situaciones coincidentalmente beneficiosas solo para mí, además de la habilidad de que mis Pokémon entrenados por menos de 4 horas le pateen el culo a tipos que han tenido los suyos más de 10 años, la habilidad de hacer lo que se me dé la reverenda gana sin consecuencias legales, la habilidad de poder sobrevivir sin dormir, comer, e ir al baño, incapacidad de enfermarme e incluso el tan buscado "si yo no le presto atención a la situación no va a pasar nada".

Pero ahora que recuerdo, todo esto también traerá la supuesta "rivalidad" de esta cabeza de aire-amiga de la infancia que esta junto a mí ,además de otras personas que supuestamente verán el potencial escondido dentro de mí, y lucharemos una y otra y otra vez, me dirá tediosas líneas clichés sobre ser la mejor entrenadora o que estoy destinado a ser un héroe mientras nos metemos en lugares y situaciones potencialmente peligrosas y/o mortales, y aparecerán cada uno en la trama con escalofriante puntualidad y a su propia conveniencia, solo para encorajarme y decirme que de lo mejor, mientras toda la mierda de salvar el mundo me cae a mí.

Haaa, allí va un poco de mi felicidad otra vez, estoy seguro que de tantos suspiros que di hoy, de ahora en adelante viviré una vida de eterna desesperación y miseria…

Y como si mis pensamientos internos hubieran dudado menos de un segundo, al volver a la realidad me doy cuenta de que estamos por entrar en la hierba alta, y honestamente, estoy un poco asustado.

Ese incidente de cuando mi conciencia llego a este cuerpo me ha dejado un poco traumado.
Es decir ¡casi fui hecho puré por un Pokémon! Un Staraptor para ser específicos, que me identificó como intruso al entrar a un territorio cerca de su nido y comenzó a atacarme de una manera que viola todas las leyes que dictan que durante una pelea Pokémon (con o entre) nadie sale herido realmente.
Todo esto acabando conmigo con un par de cicatrices menores, y una gran cicatriz psicológica que aún permanece hoy en día, además del Staraptor como parte del relleno de una almohada y una cena de navidad.

Este incidente debo aclarar, también fue por culpa de mi acompañante y sus travesuras…

Afortunadamente, a partir de ese momento comencé a llevar un bate plegable de acero para defensa personal, que incluso traigo conmigo en este momento, y no dudare en dárselo por la cabeza a cualquier bicharraco antropomórfico que nos intente atacar.

Nótese que digo NOS, pues, aunque no tengo duda alguna de que los personajes de este mundo son nada más que meros NPC cuyo bienestar me importa un comino, esta chica que está aquí conmigo sigue siendo mi responsabilidad, y a pesar de estar bastante crecida - su edad, pues su cuerpo y su mente no lo demuestran - su impulsiva naturaleza hace que sea un peligro dejarla suelta y sola por ahí, tanto para ella como para mí, ya que de alguna manera, yo siempre termino en medio de todo el problema…

En el momento que estábamos por poner un pie en aquellos pastos de más de medio metro de altura, un grito nos detuvo en seco. Que por suerte, o eso quiero creer, no fue de un Pokémon, sino de un humano, y uno con bastantes años encima según parece. Que con una voz de — DETENGANSE AHÍ, MOCOSOS - nos hizo quedarnos en nuestros lugares.

Luego de quedarnos congelados en el lugar, por el volumen del grito que haría pasar vergüenza a un Exploud, y un momento de silencio en el que podía sentir en mi espalda como el corazón de la persona montada encima de mí se aceleraba y su cuerpo comenzaba a temblar ligeramente, el sonido de los arbustos moviéndose se hizo presente tras nuestro. Y yo rápidamente me di vuelta para encarar a nuestro nuevo invitado, bajando a mi "jinete", rápidamente tomando mi bate plegable y parándome frente a ella en una postura defensiva.

En cuestión de segundos después de eso, un anciano con una desarreglada y picuda barba blanca en una rara forma de cadena, poco cabello en su cabeza pero mucho en sus orejas, su ropa mayoremte cubierta por una gran bata de laboratorio, muy arrugada y verde y con algunas hojas todavia encima probablamente por estar pasando tan estrechamente entre los árboles - y parte de ellas incluso un poco rotas -, salió de entre la maleza y nos encaró con su mirada desafiante.

En ese momento, juro que pude sentir como mi compañera me abrazaba fuertemente desde atrás como si quisiera estrujarme todo el relleno y enterraba su cara en mí espalda. Una sensación nada agradable si tomamos en cuente su desproporcionada fuerza.

Luego de un momento de silencio examinándonos unos a otros, y yo preparando mi bate para sacarle toda la mierda a este vejete, éste hablo con su voz firme.

— Ustedes no tienen ningún Pokémon entre ustedes ¿No es así?

Ninguno de nosotros respondió. Ella porque es más bien tímida con los extraños y sé que el grito de antes la había dejado asustada, y yo por estar atento observando mis alrededores y cualquier movimiento sospechoso del viejo. Al ver que ninguno de nosotros hizo el intento de responder, el siguió hablando.

— ¿Cuál es el significado en intentar entrar a la hierba alta sin ningún Pokémon para protegerse? - Dijo afilando la mirada aun más, y clavandola en la mía.

Honestamente anciano, no creo que ningún Pokémon en la hierba alta de aquí sea de algún problema para mí y Fred - si, nombre a mi bate de metal Fred ¿Cuál es el problema?-, sino que me siento más bien amenazado por TU presencia aquí.

Frente a dos jóvenes indefensos - si como no - en una ruta casi desierta e intransitada, además del hecho de que nunca te había visto antes en el pueblo ¿Y de la nada saltas y nos vienes a sermonear? Eso solo grita "SOSPECHOSO" para mí.

— Nosotros vinimos a buscar Pokémon…

Escuche venir desde atrás mío. La verdad es que fue un susurro tan bajo que apenas lo oí, pero aun así no dejo de sorprenderme que la tímida persona aquí conmigo - si, sé que todas sus acciones anteriores demuestran lo contrario, pero repito, crecimos juntos y somos casi como familia, así que ella debe estar ya acostumbrada a mi - fue quien le había respondido a este anciano salido de la nada, al tiempo que asomaba su cabeza para ver a nuestro oponente.

Luego un rato, y otra pelea de miradas durante la cual ella volvió a esconderse detras de mí, el anciano murmuró un "ya veo", y nos dió la espalda para comenzar a hablar consigo mismo.

Mientras tanto, yo me enfoque en conversar con mi acompañante para brindarle algo de calma, aunque sin dejar de estar atento a los alrededores.

— Hey Honey… este anciano da miedo uhhh. Oh, ¡espera! Ahora que lo veo bien creo que lo he visto en algún lugar, pero donde…

Comenzó a decir ella, al tiempo que rápidamente pasaba de una tierna cara asustada a una pensativa, bastante tierna también, debo agregar.

En serio chica, con la rapidez en la que cambias tus emociones le darías a más de un Gardevoir dolores de cabeza…

Pero pensándolo bien, también creo que reconozco a este anciano, o más bien su voz de algún lugar…

— Oh ¡Espera Honey! - me lanzó una mirada de sorpresa, como si hubiera hecho el descubrimiento del siglo - ¡Es el Profesor Rowan ese que salió en la tele hoy! Pero, ¿qué está haciendo por aquí? - dijo, a la vez que su expresión se tornaba a confusión esta vez - Mm ¡oh! Debe haberse enterado de que voy a buscar mi primer Pokémon, y vino aquí personalmente a entregármelo. ¡Como se esperaba de alguien tan reconocido! Ahora que ya nos encontró Honey, ¡ve a pedírselo por mí! - habló a la vez que golpeaba su -pequeño - pecho, toda alta y llena de si misma la mocosa -.

¿Ah? ¿Un Profesor Pokémon? Siendo realista, por la forma en la que salió de esos arbustos gritando aquí en medio de la nada, y por la forma en la que esta vestido además, no dudaría un segundo en confundirlo con algún paciente mental que se ha escapado de un manicomio.

— Ellos se metieron en la hierba alta porque querían Pokémon... Mmm… ¿Qué debería hacer? Su mundo de seguro cambiaria si se encontraran con Pokémon… ¿Es lo correcto para mi ponerlos en ese camino?... mmm

Y el hecho de que se esté hablando a sí mismo no hace nada para mejorar mi impresión de él.

Viejo, mi mundo ya cambió la primera vez que me encontré a un Pokémon. Entré a un mundo de sufrimiento sin límites, y ahora no estaría muy impresionado si una nueva puerta se hubiera abierto para mí en aquel momento.
Aunque una vez que piensas en todo el sufrimiento que me hizo pasar esta mocosa, y el hecho de que yo todavía sigo aqui preocupándome por ella me hace dudar de mi mismo.

¿Seré un M realmente?...

— Ustedes dos mocosos ¿Aman a los Pokémon?

Soltó el viejo de la nada haciéndome soltar inconscientemente un pequeño "¿ehh?" por la ridiculez de la pregunta.

— Si, seguro. - dije en voz neutra (quería remarcar el dije YO, por que creo que es la primera vez en la que puedo responderle a alguien sin ser interrumpido hoy) -.

Tanto como podría amar a una rata morada mutante, o a una roca parlante. Pero esto último me lo ahorre en mi respuesta.

— Lo preguntaré una vez más ¿Ustedes aman a los Pokémon? - cambiando de su anterior mirada fiera a una inquisitiva -.

Volvió a preguntar el viejo, pasando totalmente de largo mi respuesta. Algo muy rudo debo agregar.

- ¡No importa cuántas veces nos preguntes, nuestra respuesta no va a cambiar! ¡Nosotros amamos a los Pokémon! ¿Verdad Honey? - saltó ella desde atras mio, respondiendo firmemente y llena de convicción, compitiendo con la mirada del viejo, a la vez que me tomaba del brazo buscando apoyo de mi lado.

Tanto como podría hacerlo una chica hiperactiva que solo quiere a alguien para llevar en sus peligrosas excursiones, y un chico que es probablemente inestable mentalmente, y que quiere sacarle la mierda a todo bicharraco con superpoderes que se encuentre debido a un trauma psicológico.

Esta vez me tenté realmente a decir eso, pero afortunadamente (¿o no?) el viejo me corto antes de que pueda hablar.

Es enserio, ¿Cuál es la manía de las personas de este mundo de mierda con ignorarme? Estoy aquí ¿saben? ¡También tengo opiniones carajo! ESCÚCHENME.

— Con que es así ¿eh? - y seguido soltó un bufido - Un par de descuidados mocosos que tontamente intentaron entrar en la hierba alta sin Pokémon propios. ¿mmm? - dijo mirándonos hacia abajo, a la vez se cruzaba de brazos - Realmente me preocupa qué es lo que personas así harían con los Pokémon…

Comenzó el viejo a darnos una lectura con un tono condescendiente. Algo que me irritó mucho.

A mi puedes insultarme todo lo que quieras, pero no te metas con la niña aquí presente. Solo yo puedo decirle idiota, descuidada, cabeza-de-aire, sin vergüenza, acosadora, mañosa, intratable, hiperactiva, manipuladora. Ejem… Creo que me deje llevar…

- Yo… uh… bueno… - comenzo ella toda tímida, a la vez que buscaba mi mirada para brindarle apoyo y seguridad, cosa que cumplí claro esta. - E-entonces olvide sobre darme un Pokémon a mí, pero no incluya a Honey. Después de todo fui yo quien quería entrar en la hierba alta, y el no tuvo más opción que acompañarme. Uhhh… - soltó al final resignada, pero extrañamente decidida al mismo tiempo -.

¿Oh? ¿Me estás defendiendo? ¿Tanto así te importo? Uhh, me sentí usado por tanto tiempo, pero al ver que realmente te preocupas por mi estoy tan conmovido que hasta podría llorar lágrimas de alegría.

— Además de que no importa realmente quien tenga el Pokémon. Estoy segura de que si hablo con mamá, ella me dejara acompañar a Honey en su aventura Pokémon, y también convencerá a su madre de mandarlo a una por si las dudas. Jejeje

Escuché que susurró esa parte al final, con una maliciosa sonrisa que podria competir con la de su madre.

Como se esperaría de alguien tan astuto y manipulador, e incluso, emparentado con esa mujer.

¡Devuélveme mis lágrimas de vuelta, maldita sinvergüenza! ¡Yo creí en ti! ¿Y qué es eso de obligarme a salir del pueblo?

Por supuesto, el anciano no escucho nada de la última parte, y quedó movido hasta las lágrimas. O casi, bueno, nada realmente. Es una forma de hablar, tú me entiendes.

¿Con quién estoy hablando, de nuevo? Meh, no importa.

— Ohhh ¡Que conmovedor gesto de tu parte!, preocupándote por tu amigo aunque eso signifique sacrificarte a ti misma - dijo suavizando la mirada un instante, pero luego su vista se enfocó en ella, comenzando a escanearla de arriba a abajo.

No, no, no es nada como eso vejete, más bien es todo lo contrario. Ella me sacrifica a mi para lograr lo que quiere.

— Lo siento mucho por ponerlos en esa prueba, pero quería saber si eran dignos de confianza - relajó su postura el viejo, a la vez que el aura amenazante que estaba presente en el ambiente hace un tiempo desaparecía.

Mientras tanto, comenzó a hablar todo alto y lleno de sí mismo el vejete, a la vez que se asentía a sí mismo y cambiaba su firme expresión anterior por una amigable sonrisa.

En serio ¿Cómo pueden cambiar de humor tan rápido? Aprender eso me sería de gran ayuda, después de todo, me levante con mal humor, y sigo de mal humor. Además de que Fred me está pidiendo algo de acción y yo gustosamente quiero cumplir.

— Bueno primero que nada, déjenme presentarme.- se paró firmemente seguido de brindar una pequeña revencia. - Me llamo Rowan, Charles Rowan. Pero la gente me llama Profesor Pokémon.

La gente es pésima para los apodos ¿sabes?, después de todo, todos los científicos conocidos son el Profesor Pokémon. Me pregunto ¿cómo les llegara la correspondencia? o ¿cómo se llaman unos a otros? ¿con números? si es asi ¿cómo definen los números de cada uno? Esta y otras preguntas comenzaron a vagar por mi subconsciente. Debe ser algo confuso ser uno de ellos...

— Vamos a ver... - comenzó a ponerse pensativo, a la vez que se sacudía las hojas de los arboles que seguian en su vestimenta. - Este mundo está habitado por unas criaturas fantásticas llamadas Pokémon.

¡El descubrimiento científico del milenio! Alguien dele un premio ya mismo.

— Bueno no tengo ninguna encima para mostrar - decía mientras comenzaba a tantear su ropa, dandose por vencido un momento después.- Pero mayormente los Pokémon son capturados en Pokéballs.

Ahora que lo recuerdo, varias organizaciones estaban luchando en contra de eso según las noticias. Principalmente la PETA (Pokémon Ethnical Tratament Aid), ya que restringia su libertad y era una forma de esclavismo, blah, blah, blah.

— Nosotros los humanos, vivimos junto a los Pokémon como amigos.- comenzó de nuevo ganando su compostura.- A veces, nosotros jugamos juntos, y otras veces trabajamos juntos.

Si claro, después de todo la mano de obra Pokémon es muy barata y todas las ganancias van para los dueños de los mismos ¡Menudo negocio ser un entrenador, por Arceus! ¡Debi haber empezado antes!

— Algunas personas usan sus Pokémon para combatir, desarrollando vínculos con ellos.- seguía cuando le volví a prestar atención, de hecho, creo que ni siquiera notó que lo estaba ignorando.

—¿Que qué hago yo? - preguntó en un falso tono de sorpresa, no esperando por nuestras respuestas y siguiendo de largo con su ya-muy-larga introducción - Yo me dedico a investigar a los Pokémon para saber más de ellos. - su tono habia comenzado a ganar un aire dignificado, a la vez que una orgullosa expresión aparecia en su rostro.

Luego de que termino de decir todo aquello que ya sabiamos de antemano, hizo la pose esa de la estatua del pensador, cerró un ojo y comenzó a miraros directamente una vez más.

— Ahora ¿Por qué no me dices un poco más de ti joven muchacha?

¿Eh?, espera, espera, espera, creí que estabas hablando conmigo. Después de todo yo estoy frente a ti y ella sigue escondida tras de mi ¿O puede ser que creas que soy transgénero? Lo siento mucho anciano, pero a pesar de estar llevando una cola de caballo, ¡sigo siendo 100% macho, así como mi nombre lo indica!

Pasó un rato de silencio bastante largo hasta que ella junto toda su valentía de nuevo para dejar de ocultarse en mi espalda y responder.

— Yo… uhhh…- ay, sus nervios la traicionaban otra vez, por lo que me aseguré de tomar su mano (sin ningún tipo de significado más una forma que el apoyo, claro), mientras le asentía para que continuase - ¡Yo quiero ser una entrenadora Pokémon! ¡Viajar por toda la región para juntar las medallas, y ver muchos Pokémon!.- Soltó, volviendo a su usual personalidad hiperactiva, pero al siguiente segundo su cara se puso totalmente roja, y se escondió detras de mi otra vez, abrazándome y enterrando su cara en mi espalda.-

Al escuchar esa respuesta, la expresión en la cara de Rowan se endureció, y se quedó en silencio un rato con la mirada perdida en el horizonte mientras posaba una mano bajo su barbilla, levantaba su cabeza y ponía recta su espalda.

Realmente tratas de verte cool ¿eh?

— Jajajaja, ya veo. - su cara seria explotó en risas de la nada que hasta yo me soprendí un poco, y sin querer salté al frente un paso, empuñando Fred con fuerza. - Un sueño bastante memorable joven muchacha, estoy seguro de que lo llegaras a cumplir.

Le dijo con un tono suave y una mirada llena de cariño, como si estuviera hablando con uno de sus nietos. O bisnietos, váyase uno a saber.
Pero luego de un instante, volvió a su cara dura y seria, y su mirada analizadora se poso en mí, cosa que no dude en responder con una mirada fiera propia.

— Ahora, el chico que esta junto a ti… - comenzó a decir con algo de duda, sin retirar su mirada de mi un segundo. - Creo que él es tu amigo ¿no? ¿Cuál podría ser su nombre?

En el momento esas palabras se colaron en mi cabeza, como un rayo de luz que de repente ilumina, la totalidad de mis pensamientos había sido llenada con solo una conclusión a todo esto.

Y me quede alli parado, estupefacto, y probablemente con los ojos y la boca bien abiertos, pues dos palabras habían comenzado a revolotear por toda mi cabeza y me advertían sobre los eventos que se iban a desarrollar de ahora en adelante frente a mí.

Estoy Jodido.


Bueno, eso fue todo el prólogo de esta historia. Si notan algunas cosas que se contradicen, como el protagonista aclarando una y otra vez su relación con la chica, o su forma de describir a las personas de ahora en adelante, todo es apropósito y será explorado más adelante junto con la personalidad del personaje.

Unas aclaraciones: Se cree que los tiburones mueren si dejan de estar en constante movimiento, Honey es algo asi como cariño en paises de habla inglesa, los Gardevoir son conocidos por poder leer las emociones humanas.

Dejen sus comentarios, sugerencias, insultos, etc. para saber que piensan de esto, y si es posible márquenme los errores para corregirlos .

Ahora que lo noto, el contador de palabras se me escapó un poco de las manos, por lo que creo que es mejor hacer en los futuros capítulos - si es que los hay - el ser menos detallista para acortar la longitud, o separarlos en partes para brindar más comodidad al leer menos texto. Lo dejo a su criterio.

Bueno en fin. Saludos, vivan la vida loca, y nos vemos la próxima.

- Una madrugada de Diciembre mientras tomo un té y disfruto viendo el Discovery Channel -.