Ok, alguien me dijo que toda historia debe de tener un prólogo y como esta fue mi primera historia, no le puse, pero como dicen, mejor tarde que nunca aquí está el prólogo que debí haber escrito hace mucho tiempo, bueno antes de comenzar la historia. Espero lo disfruten.

Prólogo

Era un día como cualquier otro en Hogwarts, estudiantes por aquí, estudiantes por allá, menos en Slytherin. Todos estaban en absoluto silencio, observando fijamente a la pareja que se encontraba en medio de la Sala Común. Era el penúltimo día a la graduación. Un día muy esperado por pocos, entre ellos nuestros protagonistas, aunque por diferentes razones a los demás, a no ser que todos pensaran en un Santa Claus que se creía Michael Jackson, pero muchísimo más anciano.

La Sala Común de Slytherin, ah, una belleza inigualable, del techo caía un candelabro de cristal, que emitía destellos plateados, este estaba colgado de un techo, parecido al del gran comedor, arriba se podía apreciar al gran luna llena. El techo estaba hecho de caoba café oscura, casi negra, la sala era octagonal, por lo que seis de ocho lados, eran grandes ventanales de color verde agua, al instante pasaron sirenas por ahí, en los dos lados restantes, habían grandes libreros, del suelo hasta el techo.

En frente de la chimenea negra, que ocupaba un lado, estaba tres sillones color negro, muy elegantes, en medio de este, una mesa color caoba, del mismo tono del piso, dos mesas se encontraban en frente de dos ventanales. La sala en sí, era elegante y enorme, arriba de la chimenea estaba un retrato de Salazar Slytherin.

Elena Bloom, una sangre pura orgullosa de quién era, la única chica Sangre Pura que no había caído ingenuamente detrás de Tom Riddle, como todos sus seguidores, elegante, con cabello negro y ojos verde esmeralda, que al estar enojada se transformaban en el verde Avada, como llamaba su pesadilla número uno.

Tom Riddle, desde el comienzo de su séptimo año la había estado molestando incansablemente, no dudaba de que le gustaban esas atenciones y regalos que él le prodigaba, pero después de unos momentos se llegaba a hartar y simplemente le gritaba lo que se le ocurría al pobre muchacho enviado por su Señor. Elena casi, casi sentía pena por ellos. Pero por ahora se había olvidado de ellos, como de casi todo lo demás que la rodeaba.

Tom Riddle, mestizo, un secreto que casi nadie conocía, de padre rico, había reclamado su herencia apenas tuvo la mayoría de edad en Gringots. De cabello oscuro y a la luz castaño, ojos negros como la misma noche, estos mostraban frialdad a casi todas las personas de Hogwarts, con la única que no lo hacía era una muchacha, que al comienzo solo le había interesado por su pureza, apariencia y la influencia que tenían sus progenitores en el ministerio, luego se comenzó a fijar más en ella, sus ojos, su boca, al poco tiempo podía tener una imagen mental tan clara, como si la chica estuviera viéndose en un espejo.

Ella llenaba sus pensamientos casi todo el tiempo, era increíble. La había comenzado a cortejar y ella se veía encantada, al inicio, porque luego se enojaba y él podía disfrutar de como aquella máscara que siempre llevaba caí, dejando ver a una mujer apasionada y decidida. Tanto tiempo lo estuvo haciendo que ese día por primera, pero no única vez se había rendido a sus instintos. Ese día había olvidado quiénes se suponía que eran en medio de la sala común y le había gritado algo que llamó la atención de todos en la Sala.

-Qué fue lo que dijiste? -preguntó ella, perdiendo la compostura por un momento, dejando caer los dos libros que llevaba en brazos, estaba a dos gradas de distancia, ya que había estado tratando de pasar a su habitación, con pasos temblorosos, volvió al medio de la Sala Común, dejando olvidados los libros.

Tom aprovechando la situación se agachó a recogerlos y volviendo a su anterior posición, se arrodillo y unió ambos libros en una mano. Elena era la única persona que tenía el poder de ponerlo de rodillas en frente de alguien o por algo, Tom extendió los libros, que ella cogió por inercia y se los entregó a su mejor amiga, Narcissa Black, que en ese momento había vuelto a retroceder hasta pegarse a la ventana que dejaba ver el fondo marítimo, parecía que el cielo también estaba tranquilo, ya que la luz de la luna entraba en la estancia.

-Te he dicho, más bien he gritado -murmuró, bajando la cabeza un poco avergonzado pro lo que había hecho en frente de tantas personas, que luego maldeciría, por meter sus narices donde no deben. Levantó la cabeza y clavo su profunda mirada en la de Elena- Te amo y tú lo sabes, solo que no lo ves porque una vez ya te cause daño, más el tiempo ha pasado y hoy yo te pido, que te cases conmigo y estés siempre a mi lado.

Elena y toda la Sala Común estaba estupefacta, y sí, Tom tenía razón, porque una vez ya había caído por él, era solo un juego, ya que ellos habían estado en segundo año, pero como ya había dicho, el hoy, es el presente, no el ayer, sonrió con un poco de malicia, pensando en hacer una broma, pero ya habían sufrido demasiado y con un movimiento de cabeza dio su respuesta. Afirmativa por supuesto.

Esa fue la primera vez, pero no última vez, que Elena logró sacar una sonrisa sincera al Príncipe de las Serpientes, este había puesto un hermoso anillo en su dedo anular de la mano izquierda, era un diamante, pero la forma era de rosa, el aro, bañado en oro blanco calzaba perfectamente en su dedo.

Tom se levantó y beso a Elena, poniendo una mano en su cintura y otra en su cabeza, la acercó hacia él, Elena entusiasmada, puso sus dos manos atrás del cuello de Tom. Afuera de la burbuja que se había formado alrededor de ellos, se oían exclamaciones y aplausos, alguien había conjurado rosas negras, que eran las favoritas de Elena y caían sobre ellos. Claro, se lo merecían, el príncipe y princesa de las Serpientes se habían unido finalmente.

Elena y Tom se separaron al sentir las rosas sobre ellos, sonrieron y se volvieron a besar, causando exclamaciones y aplausos entre sus compañeros, Tom la cargo y comenzó a dar vueltas con ella, mientras reía, Elena no Tom, que había escondido la cabeza en el cuello de su futura esposa, para que nadie lo viera.

Cuando todo se calmó y la pareja se encontraba sentada en el sillón de la Sala Común, Tom pasaba un brazo alrededor de los brazos de Elena, mientras esta se recostaba en su pecho, perdidos en sus pensamientos, admirando el fuego que se consumía lentamente.

-Espero que eso no nos pase a nosotros -susurró Elena.

-Qué cosa? -dijo en el mismo tono Tom.

-Que el fuego entre nosotros se consuma, espero que eso nunca nos llegue a pasar -dijo ella mirándolo fijamente. Tom solo la beso.

-No te preocupes por eso. Si se llega a consumir, tú vas a estar ahí recordándome porque te amo -murmuró Tom

-O tú a mí en ese caso -Tom soltó una carcajada y acomodó mejor a Elena en su pecho, dejándolo aspirar su aroma a fresa.

Tom comenzó a acariciar con parsimonia los cabellos de Elena, arrancando un suave suspiro de la misma, le encantaba que le acariciaran el cabello, pero muy pocos entre ellos Tom, lo habían hecho, realmente, era el primero a parte de su padre que la acariciaba de esa manera.

Suspiro sin poder evitarlo y se fue quedando dormida, Tom lo sintió y atrajo una manta que los cubrió a los dos, con cuidado, la cogió en brazos y al sentó sobre su regazo, admirando la belleza y calma que solo su futura esposa le podía brindar.

Inevitablemente, ya fuera por la hora o la agradable calidez que sentí en todo el cuerpo, se fue quedando dormido, pensando en el futuro que le esperaba con la mujer más importante de su vida.

-Te amo Elena y aunque tenga que mover cielo, mar y tierra, o venga la mismísima reina de Inglaterra, tú no te iras de mi lado, no lo permitiré -murmuró antes de besar su cabeza y dejarse llevar al reino de Morfeo.

7 meses después

El atardecer era espléndido, los jardines de la mansión Riddle, estaban decorados en blanco, plata y negro, en medio de estos se había construido una pequeña cúpula de cristal, en frente tenía tres grandes, de esta caía una alfombra completamente blanca, hasta el comienzo, donde un arco, hecho de rozas negras se encontraba, a cada lado de la alfombra, había hileras de bancas blancas con detalles en plateado, juntándolas, había rosas negras, alternándose con orquídeas blancas, al entrar por el arco, te maravillabas por la elegante y a la vez delicada decoración.

Todas las bancas ya estaban ocupadas por los invitados, el sacerdote se encontraba dentro de la cúpula, enfrente suyo el novio y a su lado como único padrino de bodas, Richard Bloom, Tom vestía un impecable traje negro, con solo una rosa blanca colgando en su solapa, Richard usaba un traje azul oscuro que combinaba con sus ojos, con la misma flor que Tom.

En segundos sonó un violín, al instante entró la Dama de Honor de Elena, nada más y nada menos que Narcissa Black, esta usaba un vestido color café oscuro, con una cinta en la cintura de el mismo color, pero más claro, llevaba en sus manos un ramo de orquídeas color blanco, caminaba despacio, siguiendo el ritmo de la música, al llegar a la cúpula, se posicionó al lado opuesto de Tom.

Al instante comenzó a sonar la Marcha Nupcial, y por el arco de rosas negras, entro Elena, del brazo de su padre. A Tom se le cortó la respiración al verla, llevaba un vestido blanco, con solo una cinta negra en la cintura, adornándolo, su cabello, estaba suelto y decorado por un broche en forma de tres rosas negro con detalles en azul, según él, el broche había sido de su madre, Elena caminaba despacio y con una sonrisa en el rostro.

-Te entregó mi don más preciado, espero que la sepas cuidar y proteger cuando yo no esté -Caleb, el padre de Elena, beso en la mejilla a su hija, y le dio la mano de ella a Tom, se sonrieron y caminaron hacia adentro.

-Queridos amigos, estamos reunidos hoy aquí, para unir en sagrado matrimonio a Tom Sorvolo Riddle y a Elena Isabelle Bloom -hablo el juez que había sido enviado a la boda, ya que las bodas mágicas eran diferentes a las bodas muggles- En sangre, cuerpo y alma, se van a unir y lo que hoy se ha unido, no se podrá separar a no ser que uno de los dos muera.

El Padre saco una daga y realizó un corte no muy profundo en la mano derecha de Tom y Elena. Estos se dieron la mano y juraron.

-Por mi sangre yo te tomo, para cuidarte, amarte, respetarte, protegerte y serte fiel, aunque muera en el intento, moriré feliz al saber que lo hice con el que desde ahora mi dueño es. Que lo que ahora siento, no se apague, aunque la luna y el sol cambie, mi sangre, mente y cuerpo no lo harán. Lo juro -dijeron en voz alta y clara, mirándose a los ojos. El Juez puso un cordel hecho de oro y rosas entre sus manos.

-Desde ahora serán Tom y Elena Riddle. Los anillos -Richard se los dio y el Juez vio como el cordel desaparecía en una luz plateada.

-Yo, Tom Sorvolo Riddle, desde hoy, Elena Isabelle Bloom, prometo serte fiel, en la salud y enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que el sol y la luna dejen de existir -juró él mientras ponía el anillo en su dedo, el anillo era de plata, con tres diamantes incrustados a través. Dentro se rezaba: "Infinitum"

-Yo, Elena Isabelle Bloom, desde hoy, Tom Sorvolo Riddle, prometo serte fiel, en la salud y enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que el sol y la luna dejen de existir -juró ella mientras ponía el anillo en su dedo, el anillo era de plata, con una banda negra en el borde. Dentro se rezaba: "Amare Te"

-Juro amarte hasta el infinito -dijeron en voz fuerte y clara, para luego murmurar en pársel- Amare te infinitum.

Luego sin permiso o palabra se besaron, Tom abrazó la cintura, de su ahora esposa, y ella paso los brazos por el cuello de Tom, todos los invitados aplaudieron y se levantaron de los asientos. Los nuevos esposos Riddle, rieron en contra de los labios del otro y observaron la luna que se levantaba sobre ellos.

Mientras todos los invitados se retiraban a la Mansión donde sería la recepción, ellos se mantuvieron ahí, viendo la luna y silenciosamente juraron proteger y cuidar el futuro que desde ese momento construirían.

Puse el prólogo en este momento para que ustedes lo puedan leer, pero para el próximo mes va a estar al comienzo de la historia y no en el lugar del sexto capítulo, donde se suponía tenía que estar desde un comienzo, espero les haya gustado.

P.D: El próximo capítulo ya lo estoy escribiendo.

P.D.D: En el próximo capítulo voy a dejar el resumen para la historia nueva, se llama Wizard Love, pueden oír la canción en la que está basada.

P.D.D.D: Me dejan un review, comentario, crítica por favor?

P.D.D.D.D: Para ver imágenes de este y otros fics, paséense por mi perfil, donde está la página de las fotos.

Se despide,

Alex Black Moon.