Naruto no me pertenece. Le pertenece a Masashi Kishimoto.
Resumen: ¿Puede acaso el hielo vencer al fuego? Un triángulo amoroso. (NejixSakuraxSasuke)
Compromiso para Tres
Ya todo estaba hecho...
-Entiendes todo lo que esto implica ¿no es así señorita?- preguntó un hombre fornido y de expresión seria
-Si Señor- susurró, en sus ojos se podía observar claramente la tristeza
-Bueno, ya todo está decidido, esta misma noche comenzarás a hospedarte, los sirvientes estarán esperando tu llegada- anunció mientras se ponía de pie y caminaba hasta la puerta
Ella no hizo nada, simplemente se quedó allí unos minutos más para luego partir a su casa, tenía muchas cosas que hacer.
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El camino a casa fue un lento y melancólico paseo. Al llegar a su hogar, empezó a recoger sus cosas, no eran muchas, pero eran suyas.
Guardó todo lo que se pudo, a excepción, por supuesto, de los muebles, los cuales dejaría en ese lugar.
Ya cuando todo estuvo recogido, se sentó en su colchón, ahora sin sábanas ni almohadas, tenía mucho que pensar.
Ahora iba a comenzar una nueva vida, todo iba a cambiar.
Pero tenía que hacerlo, era algo que elloshabían querido para ella, así que lo cumpliría, como su último deseo…
Empezó a recorrer su casa por última vez…
Cocina, baños, sala, cuartos….
Ya cuando terminó agarró las maletas que pudo y salió, luego buscaría las demás.
Al abrir la puerta, se sorprendió al verle a élallí.
-¿Qué sucede¿Hubo un cambio de planes o algo así?- preguntó extrañada
-Vengo por tus maletas- respondió el con el mismo tono de siempre
-Están arriba, en mi habitación- informó mientras salía y se apoyaba de la pared, esperándolo
A los pocos segundos apareció el con el resto de las maletas, o por lo menos eso parecía.
-¿Son todas las que quedaban arriba?- preguntó mientras se enderezaba.
Él afirmó con la cabeza, sin cambiar su semblante.
Cuando cerró bien la puerta, empezaron a caminar, sumidos en un incómodo silencio, el cual ninguno se encargó de romper.
Al llegar a la residencia, como habían dicho, los sirvientes los recibieron, tres a cada lado del pasillo.
Ellos, luego de saludar cortésmente, agarraron todo el equipaje e indicaron a la chica su nueva habitación.
Al llegar allí, colocaron las maletas y bolsos a un lado del cuarto, se despidieron y dejaron a los dos sujetos en silencio de nuevo.
Ella de espaldas a él. Ambos absortos en su propio silencio.
-Supongo ya estás informado de todo- susurró ella- ¿no Neji-san?
-Así es- afirmó, secundando su respuesta, moviendo la cabeza afirmativamente-Hiashi-sama me ha informado de todo- siguió mientras se daba media vuelta, pero no salió
-Ya veo- fue todo lo que susurró ella mientras sus ojos se hundían en una profunda tristeza
Al pasar de unos minutos, ninguno había pronunciado ni una sola palabra, sumiéndose de nuevo en el total silencio.
-¿Necesitas algo más Neji-san?- preguntó mientras caminaba hacia su equipaje, agachándose, comenzó a desempacar sus cosas
-Dos cosas- aclaró mientras la observaba, pero su mirada no era correspondida- Cuando sea anunciado, te moverás de alcoba, así que mejor no saques muchas cosas, y segundo, en ese momento, espero me llames únicamente con mi nombre- y dicho esto se retiró, luego de pronunciar un leve "permiso".
Ella esperó un momento, inmóvil.
Luego, lentamente recargó su cabeza y parte de su espalda en la pared, viendo directamente hacia la puerta.
Sus ojos estaban acuosos, prueba de las lágrimas que estaban por salir.
Y así fue, cuando cerró sus ojos para pestañear, aquellas gotas de agua cayeron por sus mejillas. No se preocupó por limpiarlas, ni mucho menos contenerlas.
Lloró, lloró todo lo que pudo. Hasta que sus ojos no dieron para más.
Porque quizás, esta podría ser la última vez que lloraría…
Lloró porque ya nada iba a ser igual…
Lloró porque ellos ya no estaban allí con ella…
Lloró porque no quería hacer lo que estaba haciendo…
Pero tenía que hacerlo…
Lloró, simplemente, porque estaba triste, deprimida, tenía ganas de hacerlo, y sacar todo eso que había estado guardando en su interior..
Sin percatarse, presa del cansancio, quedó dormida en esa misma posición, aún con las marcas de las lágrimas en sus mejillas y sus manos posadas descuidadamente en sus piernas.
-Ya es hora de…- empezó a decir la persona que entraba en la habitación temporal de la chica, encontrándose con aquel triste panorama.
Sin atreverse a despertarla, la tomó en brazos y la recostó en la cama, para luego arroparla y salir silenciosamente.
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Despertó, debido a los rayos del Sol que se filtraban por los escombros más pequeños y por las ventanas semi-abiertas.
Jaló más las sábanas, tapándose hasta el último mechón de pelo, pero aún así, no pudo volver a conciliar el sueño.
Se desarropó hasta medio cuerpo, pero se quedó allí, acostumbrándose a la luz.
Frotando sus ojos y estirándose se sentó en la cama, con el cabello todo desordenado y la ropa mal puesta.
Se paró y se arregló un poco. Cogió una toalla del closet, y se metió al baño inmediatamente. Se dio un largo y relajante baño, se aseó por completo y salió con una toalla enrollada en su cuerpo con su cabello aún mojado.
Se dirigió hasta sus cosas y en ese momento recordó que ya no "podía" vestir sus cómodas y bonitas ropas.
Fastidiada y con el seño fruncido, se dirigió a un estante donde habían colocado, su nueva "vestimenta".
Se la colocó, era bonito, pero ¡tch! Que fastidio vestir eso todos los días.
Salió de allí examinando cada parte de su "nuevo hogar".
Era bonito, no podía negarlo, pero no era su casa, no eran sus cosas.
Llegó a una parte clara, era como un mini espacio de entrenamiento en medio del sitio.
Y lo vio a él. Practicando con mucho afán cada una de sus técnicas con el seño fruncido, muestra de concentración.
Le daba pena llegar así de repente e interrumpir, pero no sabía que más hacer, así que se dirigió al borde del piso de madera, donde se sentó, dejando sus piernas colgando, mientras lo observaba.
Ella sabía, que él ya había notado su presencia, así que optó por empezar a ser más... ¿familiar?
-Ohayo gozaimasu- saludó aún viendo como el chico se movía ágilmente entre los muñecos de entrenamiento.
-Ohayo- fue todo lo que respondió él mientras paraba su entrenamiento y se volvía a ella.
Ahí fue cuando pudo observarla vistiendo ese hermoso kimono que su tía había elegido para ella.
Se dirigió a paso tranquilo hacia ella, hasta quedar al frente.
-Dentro de poco será la hora de desayunar, es mejor que vayamos hasta allá- dijo casi a modo de orden.
Ambos empezaron a caminar por los largos pasillos, hasta que llegaron a una puerta, la cual Neji abrió con mucha cautela y se apartó para dejarla entrar primero.
Él se excusó, diciendo que tomaría un baño rápidos, y así mismo como vino, se fue.
Examinó el lugar cuidadosamente, había una enorme mesa de madera en el centro, con muchos tatamis alrededor, indicando cada puesto.
Se preguntó cuál sería el suyo…
Se sentó a un lado, sin atreverse a ir hasta la mesa, y allí esperó unos veinte minutos, aburrida.
Luego alguien abrió la puerta, y pudo ver al chico de ojos perla, con el pelo aún un poco húmedo; por el baño que se había dado; un haori blanco con unos pantalones de licra azul grisáceos.
-Ven- le indicó al momento que se sentada en uno de los lados de la mesa, haciendo que ella se colocara al lado de éste.
A los pocos minutos, empezaron a comer, siendo informado que los demás miembros estaban ocupados arreglando los últimos toques.
Luego de comer, cada uno se fue por su lado, a sus respectivas habitaciones a alistarse.
El kimono que ella vestía, era de color rojo escarlata con muchas flores de un rojo más pálido, con el obi de un color dorado opaco.
Se colocó unas argollas doradas y a los pocos minutos llegaron las encargadas de hacerle el peinado y maquillaje, ya que ella no estaba acostumbrada a ese tipo de cosas.
Cuando estuvo lista, se miró al espejo y no pudo evitar sonreír, estaba preciosa.
Ese kimono le sentaba de maravilla, su pelo estaba recogido en un moño muy elegante, su pollina estaba colocada hacia el lado derecho, mientras que los mechones restantes del lado izquierdo eran sujetados por un broche. Sus labios de rojo, y un poco de colorete y sombra para los ojos, fue lo que terminó de hacerla lucir deslumbrante.
Esperó a que vinieran por ella. Ya las señoras se habían retirado.
Su corazón latía rápidamente, pero aún así le dolía.
Y el momento que tanto deseó que no llegara, llegó.
Ahí, parado a un lado del marco de la puerta, se encontraba Hiashi Hyuuga, esperando para llevarla ante todos.
Caminaron un largo trecho hasta la plaza principal del clan, donde mcuhas personas estaban reunidas, esperando saber el porqué habían sido llamadas a ese lugar.
Esuchó con pesar cada una de las palabras dictadas por la cabeza del Clan Hyuuga y algunas por la Hokage, hasta que llegó el momento.
-Así que hoy ante ustedes, tengo el honor de presentarles a la prometida de mi sobrino Neji, la señorita Sakura Haruno….-
Ya no había vuelta atrás…
Ésta es una idea que, aunque no lo crean, saqué de un juego de Wii de Naruto.
Si lo se u.u ¿Qué tiene que ver un juego con esto?
Pues.. simplemente me inspiré al ver a Neji con Sakura ò.ó
Espero la historia haya sido de su agrado xq tengo grandes ideas para esta n.n
Espero Reviews para saber si les gusto
¡Onegaii!
¡Nos vemos!
