Tradiciones navideñas… ¿Y tú, cómo celebras la Navidad? (Gakuen Hetalia).

Introducción: La Navidad debe tomarse como un tiempo de reflexión recordando el porqué de la venida de nuestro Salvador Jesucristo (para la mayoría de los occidentales y los seguidores de la doctrina de Cristo en todo el mundo). La fecha real de su nacimiento es un misterio y se cayó en la especulación de adaptarla a las celebraciones de cada región donde se asentaba el cristianismo para darle entrada como un nuevo culto a esos lugares, pero no debemos pasar por alto la importancia de su significado.

Independientemente de eso les presento esta pequeña historieta basada en este simpático anime, al cual le he tomado cariño pues he dado un repaso a los capítulos, para divertirnos y meditar un momento en ello. Saludos.

Club de periodismo del Instituto "W", unos días antes de Navidad…

─ ¿Qué opinas, Nihon? ─Alemania, el alto y bien parecido representante de la raza germánica, le mostraba a su compañero Japón, joven de baja estatura y aspecto tímido, algunos breves escritos para la redacción de lo que sería la última publicación escolar de la gaceta informativa a su cargo antes de que diera inicio el periodo vacacional de fin de año.

─ Parece interesante… ─su acompañante dio su aprobación con un movimiento de cabeza─… creo que también podríamos agregar algunas fotografías ambientales para complementar la información ─detalló a continuación.

─ Eso suena bastante bien… tenemos que asegurarnos de escoger las mejores tomas ─afirmó el alemán con agrado.

La puerta del salón fue abierta de sopetón haciéndoles dar un respingo de tan concentrados que estaban en su labor.

─ ¡Doiutsu, Nihon, ya estoy aquí! ─los saludó el siempre ruidoso Italia, tan campante y quitado de la pena como siempre. Muy fresco se acercó a ellos.

─ ¡Itaria! ─con lo que consiguió que Alemania le metiera un buen coscorrón en lo alto de la cabeza provocándole un chichón muy doloroso de ver─. ¡Casi me matas del susto, idiota! ─le espetó visiblemente enfadado.

─ ¡Lo siento, lo siento mucho, Doiutsu! ─lloriqueó el italiano con gesto compungido sobándose la enorme protuberancia.

─ Itaria – kun… ─Japón únicamente respondió con un susurro bajo y ahogado poniéndose una mano en el corazón. A su edad ya no estaba para ese tipo de sorpresas.

─… ¿qué estaban haciendo? ─el dolor le duró muy poco al joven mediterráneo cuando su atención se fijó en las hojas puestas sobre la mesa, así que lanzó la pregunta demostrando su curiosidad.

─ Estamos trabajando en la redacción del último número de este año sobre el tema de Navidad… ─le explicó el rubio germano recomponiéndose de igual manera─… pero todavía nos faltan detalles ─adicionó en tono de circunspecto.

─ Casi toda la información la encontramos en Internet… aunque Doiutsu – san y yo consideramos que se puede profundizar en ella ─dijo el joven oriental externando su sentir.

─ Oohh… ─Italia le echó un vistazo rápido a la primera hoja poniendo carita de asombro. Luego sonrió despreocupado y miró a sus amigos─. ¿Y si agregamos algunas recetas para la cena de Navidad?... a todo mundo le gusta comer mucho en Navidad ─sugirió muy contento y convencido.

─ Mmm… puede ser un buen suplemento… ─reconoció el teutón en tono complaciente.

─ Entonces es necesario hacer más entrevistas para comprobar la información… ─el japonés se sintió más motivado por la propuesta del italiano y alistó su equipo de grabación portátil en menos de un segundo, mostrándose dispuesto a salir.

─ ¡Qué bien, vayamos a entrevistar a Ukuraina nee – san! ─a lo que el latino se unió entusiasta soltando una exclamación emocionada levantando los brazos por un momento. Saludaría nuevamente a la joven Ucrania y sus grandes bustos y tal vez, ahora sí, conseguiría una cita con ella.

─ Evidentemente muero de curiosidad por saber a ciencia cierta cómo celebran la Navidad en otros países del Este de Europa ─Alemania ni se molestó y antes bien tomó también su libreta de notas preparándose para ir a la carga.

Sin más salieron juntos, dispuestos a caerle a preguntas al primero que se les cruzara enfrente. Nadie rechazaría una entrevista pues, ¿quién se negaría a ser noticia en una buena reseña?

Caminando sin rumbo fijo sus pasos les llevaron al aula de Música donde encontraron a la dulce Hungría haciéndole compañía a Austria en tanto éste tocaba villancicos al piano.

─ ¡Hangarī nee – chan! ─el italiano no desaprovecharía una oportunidad para acomodarse muy cerca de la muchacha en espera de recibir un beso cariñoso, pasando por alto, una vez más, la mueca de desaprobación del alemán y el gesto resignado del japonés.

─ ¡Hola, Ita – chan! ─claro que, como ella le tiene un gran cariño y estima, no se hizo de rogar plantándole de inmediato el tan ansiado beso para después acariciarle la cabeza como si aún fuera un niño pequeño.

─ Vee~… ─eso le hizo poner su típico gesto de enamorado perdido en su mundo de ensueño.

─… Ōsutoria… Hangarī… ─Alemania disimuló su malestar poniendo los ojos en blanco por un breve instante, para después saludar con educación.

─ Muy buenas tardes, Ōsutoria – san, Hangarī – san… ─Japón también mostró su civilidad dedicándoles a ambos una reverencia respetuosa. Ninguno de ellos se animó a entrar en el aula a menos que los invitaran a hacerlo.

─ No se queden ahí parados y siéntense de una buena vez ─no tuvieron que esperar mucho ya que Austria les indicó con gesto grave que ocuparan alguno de los asientos vacíos del interior del salón.

Así que sin más se dispusieron a obedecerle y disfrutaron de una diversidad de villancicos por lo menos durante un cuarto de hora hasta que una nota extraña y discordante rompió el encanto.

─ Tendré que afinar un poco más el piano… ─externó el austriaco de mal humor después de tan horripilante sonido, "disciplinando" un poco el instrumento como si él fuera el responsable de su enfado.

─ ¿Pasa algo? ─le preguntó el alemán mostrando disposición para ayudar.

─ Ese bellaco de Puroisen estuvo jugando con el piano en su afán de tocar los villancicos al ritmo "trash metal" y dañó varias cuerdas ─Austria no dudó en revelar la causa de sus pesares expulsando un denso humo por las orejas, empleando a su vez un tono de voz levemente histérico.

─ Lo bueno es que ya lo mandé a la enfermería… ─mencionó Hungría muy quitada de la pena dándose sus aires mientras continuaba mimando al italiano en la cabeza como si fuera un cachorrito, y éste se veía muy contento recostado en su regazo.

─ Ya me lo imagino… ─el rubio germano hizo una cómica mueca de vergüenza y pena por la suerte de su hermano mayor. Ya pasaría a saludarlo más tarde.

─ ¡Hangarī nee – chan! ─Italia pareció volver en sí justo en ese momento, así que se enderezó de su cómoda posición y miró a su amiga de años con gesto emocionado y gran sonrisa inocente─, ¿cómo celebran la Navidad en tu casa? ─le preguntó a continuación. Ese era el cuestionamiento clave para iniciar con la entrevista.

─ Oh, ya veo ─la chica le correspondió el gesto y volvió la vista a los otros dos hablándoles con amabilidad─. ¿Así que volverán a publicar un reportaje de Navidad?

─Así es, y en está ocasión también pensamos incluir algunas recetas tradicionales navideñas ─respondió Alemania y tanto él como Japón se prepararon para tomar notas y grabar.

─ Eso suena bien… ─dijo la joven sin dejar de sonreír─. ¿Por qué no les cuenta usted también sobre la Navidad en su casa, Ōsutoria – san? ─invitando al austriaco a compartir lo suyo.

─ Por ahora estoy ocupado… ─respondió éste con algo de aspereza metiendo la cabeza en la caja de resonancia del piano para revisarlo cuidadosamente.

─ Bueno… ─Hungría se encogió un poco de hombros sin ofenderse.

─ Entonces, Hangarī, ¿cómo celebran la Navidad en tu casa? ─el alemán tomó su papel de periodista en tanto el japonés acercaba el micrófono para captar sus palabras.

─ La época navideña y de intercambio de regalos comienza relativamente pronto en comparación con otras culturas… San Nicolás o Papá Noel es conocido en mi casa como Mikulás o Szent Miklós, y él visita a los niños la noche del 5 al 6 de diciembre, aunque es el Niño Jesús quien trae los regalos el mero día de Navidad ─empezó la muchacha con su explicación.

─ Ese es un buen punto… ─externó Japón en voz baja mirándola con interés.

─ Vee~… ─Italia tenía ojitos soñadores al pensar en todos los regalos que pediría ese año.

─… La noche anterior a la festividad de San Nicolás los niños húngaros tienen la tradición de colocar una bota en el alféizar de su ventana para que Mikulás la llene de dulces. Y las celebraciones formales comienzan con la decoración del árbol de Navidad el 24 de diciembre, y siguen con una cena familiar a base de platos típicos navideños; en algunas zonas se sirve una sopa de pescado llamada halászlé, pero, aparte de eso, el día de Nochebuena es un día de ayuno.

─ ¿En serio? ─preguntó Alemania con curiosidad. Habían dado por hecho de que en todo mundo se comía en exceso en esas fiestas.

─ Es la tradición… ─observó la doncella con aire de diversión─. Esa noche (Szenteste), el ángel o el Niño Jesús (Kisjézus o Jézuska) traen los regalos. Este es el momento más íntimo de la Navidad, con el árbol iluminado con cálidas velas, suave música navideña, la familia cantando villancicos y música religiosa y el intercambio de regalos. Durante el mes de diciembre, y especialmente en Nochebuena, también existe la costumbre de que niños y adultos hagan representaciones del nacimiento de Jesús (Betlehemezés), vistiéndose con ropa de la época y contando historias sobre los Reyes Magos que llegaron de Oriente, los pastores, María, José y por supuesto, el nacimiento de Jesús. Los actores van de casa en casa y reciben regalos por su actuación… y esto es lo más relevante que les puedo contar ─y dio por finalizada su narración.

─ Es más interesante de lo que pensé… ─dijo el japonés muy admirado.

─ ¡Yo quiero ir a tu casa en Navidad, Hangarī nee – chan! ─dijo Italia mostrándose encantado ante la perspectiva de recibir regalos anticipados.

─ Este año varios amigos pasaremos la Navidad en casa de Ōsutoria – san ─respondió la joven en tono cariñoso dedicándole una sonrisita de complacencia al austriaco, quien se había asomado curioso para escuchar el relato.

─ Yo sólo prepararé la Sachertorte¹ y tocaré «Stille Nacht, heilige Nacht»², eso es todo… ─ repuso éste volviendo a ocultarse para no dejar ver el breve rubor de sus orejas.

─ ¿¡Vas a preparar una Sachertorte!? ¿¡De verdad vas a hacer eso!? ─Alemania se mostró perplejo ante la perspectiva de que su primo tendría invitados a cenar… con lo avaro que era podía considerar eso como un milagro navideño.

─ Suisu y su hermana Rihitenshutain³ llevarán la cena, y Puroisen dijo que él haría las galletas tradicionales navideñas de mantequilla, así que no tengo de que preocuparme ─agregó Austria sin dar la cara.

─ ¿Suisu va a ir a cenar contigo? ─la extrañeza del alemán fue mayúscula. Dado que también conocía lo mezquino y hostil que llegaba a ser el suizo con todo mundo, especialmente con Austria, ya no le quedaba duda que esa noticia sí se trataba de un verdadero milagro.

─ Iremos al mercado de Salzburgo para comprar los regalos y los dulces para los niños, nos divertiremos en el teatro y decoraremos toda la casa con luces en colores dorado y plata ─detalló la húngara más que sonriente y divertida─. Si gustan pueden venir también ─haciéndoles extensiva la invitación.

─ ¡Vamos, Doiutsu, di que sí! ─le dijo el italiano a su amigo un tanto suplicante.

─… este… vamos a terminar nuestro reportaje y después veremos a donde iremos a celebrar… ─le contestó el aludido dándole la vuelta al tema en el afán de no incomodar a nadie.

Se despidieron amablemente y continuaron su camino en busca del siguiente entrevistado.

Notas informativas (gracias a Wikipedia de donde tomé los datos presentados):

¹ Sachertorte es un tradicional pastel austriaco hecho de chocolate y cubierto de chocolate, con relleno de mermelada de albaricoque que le da un toque levemente ácido para no hacerlo demasiado empalagoso. Se sirve acompañado de crema batida que tampoco es muy dulce.

²Es el nombre en alemán de la canción "Noche de paz".

³Nos referimos a Liechtenstein, un pequeño país enclavado en los Alpes cuya cercana vecindad y economía con Suiza lo hace parecer más bien una región dependiente de él. En la serie no son hermanos como tal pero tienen un gran parecido, y Suiza la tomó a su cargo después de la Primera Guerra Mundial al sentirse compadecido hacia su persona. Ella es la única persona por la que el suizo iría a la guerra sin dudarlo con tal de defenderla.

Nota: este capítulo es breve pero espero poder explayarme un poco con los demás. No pretendo presentar a varios países pero si a los suficientes para que podamos admirar la diversidad de tradiciones desde otro enfoque ya que ahora todo se encuentra en la red. Un saludo.