Disclaimer: Los personajes de CCS no me pertenecen, sino a CLAMP, otros personajes tampoco son de mi autoría, tanto como lugares. Yo solo escribo por y para entretener.
Recordatorio:
"" pensamientos
"" recuerdos
(cursiva) canciones que recomiendo escuchar para la escena
-diálogos-
. cambio de escena
Prólogo
"Nunca te imagines ser diferente de lo que a los demás pudieras parecer o hubieses parecido que fueras si les hubieres o hubieses parecido que no fueras lo que eres" Lewis Carroll
Desperté por el ruido de la alarma que emitía mi despertador. Miré hacia todos lados en busca de aquel endemoniado objeto. Lo tomé entre mis manos y después de bostezar, lo apagué. Miré la hora -5:30a.m- y quise dormir un rato más, pero sino llegaría tarde y quien sabe como me iría en el día, no quería ni pensarlo.
Me senté en la orilla de la cama, haciendo las sábanas a un lado. Me levanté con demasiada lentitud y flojera, se podía apreciar en mis movimientos de tortuga.
Tomé un conjunto de ropa casual y me cambie, luego cepille mi cabello y dejé que estuviera suelto, me quedaba un poco más debajo de los hombros. Me miré por última vez en el espejo para verificar que todo estuviera en orden y me calcé los zapatos. Tomé aquel colgante del cual nunca me separaba, pues era uno de los pocos objetos que tenía desde que la señora Miller me adoptó cuando me encontró en la calle. Tome mi bolso y salí de mi recamara, desayuné y me dirigí a las jardineras.
Ahí una señora de aspecto robusto, con un vestido azul marino con detalles blancos y un pequeño sombrerito a juego que vestía hacia que su blanca piel contrastara. Sus ojos azules y su cabello casi rubio atado sin que ningún cabello rebelde saliese de su lugar me esperaba. Si, ella era la señora Miller.
-Vamos niña, llegaremos tarde y ya sabes cómo se pone la familia Dankworth- apresuró. Me metí en el coche seguida de aquella señora que había tenido la amabilidad de adoptarme oficialmente días atrás.
Llegamos a la increíble mansión después de algunos minutos, nos bajamos y miré la casa con cierto odio. Los padres del niño demonio me caían decentemente bien, pero él. ¡ÉL!. Mis dientes chocaron y me mordí la lengua para evitar decir alguna cosa ofensiva hacia el mocoso. Pero bueno había algo bueno en todo esto y eso era que podía ver a la adorable Alicia.
Todavía lo recordaba como si fuera ayer, lo que paso en verdad hace casi una semana.
Flashback.
-Vamos niña, ¿ya estás lista?- cuestionaba la señora Miller yendo de un lado hacia otro, arreglándose lo mejor que podía. –Esa familia es muy reconocida aquí en la hermosa Inglaterra, debes de ir lo más presentable si quieres ganarte el puesto. No, no estés nerviosa, mira yo estoy muy tranquila- rió de manera teatral.
Le sonreí de manera tranquila, realmente la que debía calmarse era ella. Asentí suavemente. Llevaba un vestido color jade que llegaba un poco más debajo de las rodillas y tenía mangas tres cuartos con un sombrerito a juego, unos calcetines blancos y calzaba unos zapatos negros.
Estábamos frente a la inmensa puerta de roble con detalles finos en cuestión de minutos. Le eche una mirada a mi tutora legal y le sonreí suavemente, esto parecía tranquilizarla y enseguida llamó a la puerta. Se escuchó un escueto "adelante" y ambas entramos.
La familia nos hizo una pequeña entrevista y por los gestos que hacían en sus rostros, parecía que les agradábamos.
-Bien, todo parece en orden- dijo el padre de familia de aquella rica familia. -¿Cómo te llamas pequeña?- Su mirada se clavo en mi, pues yo no había dicho ni "mu".
-Me llamo Sakura Miller- me presenté con una adorable sonrisa en mi rostro.
-Ya veo, no se parecen mucho que digamos- dijo la señora, mirando alternativamente a mi tutora y luego a mi.
-Es una larga historia- comentó Miller, mirando de manera significativa a ambos. Por unos instantes reinó el silencio hasta que la cabecera de la familia volvió a hablar.
-Entiendo, señorita Miller, ¿no le gustaría ir a conocer los jardines?, seguramente ahí podrá encontrar a mi hijo, espero que se lleven bien- me sonrió cálidamente y yo asentí.
-De acuerdo, ha sido un placer señor y señora Dankworth- dije de manera sincera antes de salir de aquella sala amplia y detalladamente decorada, he de decir que tenían in gusto exquisito. Cerré la puerta detrás de mi y suspiré cuando me halle en las amplias y bien cuidadas jardineras. -¿Es que todo es gigante en éste lugar?- me pregunte a mi misma mientras paseaba por allí.
A lo lejos podía escuchar unas risas burlonas, me acerqué tratando de hacer el mínimo ruido posible. Podía observar a cinco niños, seguramente de mi edad o más grandes y a un metro de distancia de éstos, había una niña de unos cinco años, tirada en el césped y la cual sollozaba en silencio.
Me acerqué corriendo, esta vez preocupándome poco de que me escucharan o llamara la atención. Me estaba moviendo por mero impulso. Llegué hasta donde se encontraba la pequeña y me hinque para quedar a su estatura. -¿Te encuentras bien?- pregunté con preocupación. Ésta alzó su rostro y morí de ternura, pero al mismo tiempo un rencor creció en mi interior, ¿cómo podían hacer llorar a una adorable criatura como ésta?.
Su rostro estaba redondo y tenía las facciones de un niño de aquella edad. Sus ojos parecían dos gotitas de agua no solo por el color de éstos. Tenía la piel suave y clara. Las mejillas levemente sonrojadas y los ojos vidriosos por haber llorado.
Ella al mirarme volvió a soltar un sollozo y se tapo el rostro con ambas manos. Me levanté y encaré a los cinco chicos que se habían callado cuando llegue. Los miré detenidamente. -¿Quién le ha hecho esto?- pregunté desafiante.
-Oh vaya, ésta gatita tiene garras- dijo un chico rubio con ojos demasiado parecidos a los de la niña. Tenía aquel porte de una familia rica y era hermoso, pero su rostro lleno de crueldad, burla y casi indiferencia lo arruinaban completamente. -¿Por qué no le enseñamos a ésta entrometida a no meterse en asuntos de otros, no cr…?
Paff
Una hermosa marca se empezó a formar en la mejilla derecha del chico por la bofetada firme y fuerte que le había dado. ¿Cómo tener una actitud como esa?, ¿Qué sus padres no le habían educado o qué?, hacer llorar a una niña de esa manera y más importante era que aquella criatura era mucho más pequeña que ellos. Era imperdonable.
El chico se llevó su mano a su mejilla, me miraba con sorpresa y sus ojos parecían no dar crédito a lo que veían.
-Eso te enseñara a no meterte con menores- dije de manera fría. Tomé entre mis brazos a la pequeña y me la llevé de ahí. Tampoco era tonta, ellos eran mucho más mayores que yo y si seguía ahí seguramente aquel niñato se vengaría por aquel orgullo pisoteado.
Dejé la niña en el suelo cuando ya estábamos demasiado alejadas de ésos monstruos. La miré y ella hizo la mismo, se limpió las lágrimas con la manga de su suéter y me regalo una resplandeciente sonrisa. –Gracias hermanita, has sido muy valiente- dijo con su voz aguda y yo me morí derretida.
-No ha sido nada- dije con una sonrisa. -¿Ya te encuentras bien, qué te hicieron?
-Se estaban burlando de mí porque yo aún no sé usar bien mis poderes- dijo con voz tímida y la miré con comprensión.
Era cierto, aquí las personas podían poseer magia y había que entrenarse arduamente para mejorar y convertirse un día en uno de los magos reconocidos para darle fama además de honor a la familia. Sin embargo si eras torpe o no tenías ni una pizca de ellos se burlaban de ti de manera cruel. ¡Agh!, no debían de hacerlo, no tenía sentido. Con o sin magia seguíamos siendo seres humanos y todos tenemos sentimientos.
-Tranquila, todavía tienes mucho tiempo para aprender a usarlos. Todo a su tiempo, no te presiones demasiado, ¿ok?- traté de animarla y ella asintió. Se abalanzó sobre mi y me regaló un cálido abrazo.
-Ojala fueras mi hermana de sangre, ¡ah!, ¿pero dónde están mis modales?- se separó e hizo una pequeña reverencia. –Me llamo Alicia Dankworth-
Me sorprendí por unos instantes, aquella pequeña… ¿era hija de ésta rica familia?. –Pero si tu eres su hija, ¿por qué te dejas tratar así por esos niños?- pregunté confundida.
-Porque soy su hermano Sean Dankworth- dijo una voz a mis espaldas. Me levanté bruscamente y encaré a aquel que había dicho eso. ¡Era el niño rubio!.
Mis manos se volvieron puños. –Si eres su hermano, ¿por qué la tratas así?- dije con furia contenida.
El sonrió burlón. –Porque quiero- se limitó a decir. –Y ahora es tu turno por ser una chiquilla sin magia-
Abrí los ojos desmesuradamente, ¿cómo podía saber él eso?. ¡No me conocía!, ¿cómo fue capaz de…?
-Puedo sentirlo, tu presencia es débil como cualquier persona sin magia- dijo con cierto tono asqueado. Me apuntó con su dedo índice y el viento empezó a volverse fuerte. Me tape el rostro con los brazos, el viento se había vuelto demasiado fuerte y parecía que me rodeaba.
-¡Sean, Sean, ahí vienen tus padres!- gritaron los mocosos corriendo hacia nuestra dirección. El viento volvió a la normalidad y el chico rubio me miró con sorna.
-Tienes suerte mocosa- dijo de manera engreída. Se acomodo el traje y sonrió de manera cálida cuando ellos estuvieron a la vista. Hice lo mismo que él, acomodando mi vestido y tratando de lucir como si nada hubiera pasado.
(DOTA BATA-OST CCS)
-Veo que has conocido a la pequeña Sakura Miller- dijo su madre quien se dirigía a su hijo cuando habló. -¿A que es una ternura, no es así?. ¡Ah, Alicia aquí estás!, te hemos estado buscando, vamos a tus clases que se hace tarde- dijo la mujer, extendiendo su mano hacia la pequeña quien fue corriendo hasta alcanzarla.
-Si, es muy linda- comentó con tranquilidad. Lo miré de reojo, aquel niño era… era… imposible.
Ambas mujeres tanto hija como madre, sonrieron y se marcharon, alejando la primera que iban tarde para las lecciones. Nos quedamos solo el padre, el hijo y yo, ah y bueno también los mocosos.
-¿Qué te sucedió en la mejilla, hijo?- preguntó ahora consternado su tutor. Un escalofrió recorrió mi espinilla dorsal. Estaba muerta, la señora Miller me daría de golpes, iba a perder el trabajo por mi culpa, ¡hay no!.
-Me golpee- se excusó, fingiendo estar avergonzado. Sentí como abría suavemente la boca pero al instante la volví a cerrar. ¿Por qué habría mentido?, no entendía nada.
-Oh bueno- comentó extrañado. –Ten más cuidado la próxima vez. Bueno señorita Miller su tutora la espera en la entrada, creo que tomamos la decisión correcta y las aceptamos para el trabajo.
-¡Me alegro!- dije con efusividad hasta que algo se me hizo raro. Esperen, dijo… ¿las aceptamos?, ¿las, en plural?, ¡EEEEEEEEH!, yo no quería trabajar en ésta casa. Bueno no me molestaría cuidar a la pequeña de Alicia o hacer los favores de los padres, pero… pero… ¿estar al pendiente de éste mocoso?, ¡ni en sueños!.
-Será un placer verte mañana por la mañana- dijo de manera amable el rubio. Lo miré y pude notar aquella imperceptible sonrisa de burla. ¡ÉL LO SABIA!, ¡Hay, por qué me pasaban estas cosas a mí!, alguien no me quería allá arriba.
Fin Flashback.
Y aquí estaba de nuevo. A partir de ése día el niño se encargaba de hacerme la vida imposible y prácticamente pasaba las veinticuatro horas del día ordenando infinidades de cosas, solo para que él las estropeara después. Era como un juego del gato y del ratón, lamentablemente yo era éste último.
Algún día le daría su merecido. Solo necesitaba que la señora Miller ganara suficiente dinero como para dejar de trabajar en ese lugar y me desquitaría de todo lo que me había echo.
Entramos a la mansión y ayude a mi tutora a hacer la comida. Yo realmente no tenía recuerdos, parecía que mi memoria había sido borrada. Lo único que recuerdo es aquel día lluvioso que me encontró la señora inglesa y yo le alcanzaba a murmurar mi primer nombre. Esperaba que algún día lograra recuperar esos recuerdos, ese era mi sueño.
Preparé la mesa y serví la comida, escuchando después la grosería mas grande del universo entero. –Ve a despertar a los señoritos- me indicó mi tutora.
Un escalofrió recorrió mi columna vertebral, si algo odiaba de todos los días era esa específica hora en la mañana. Subí las escaleras escuchando las campanas de mi funeral. ¿Hay campanas en los funerales?.
Me paré frente a la puerta de roble, después de primero despertar a la pequeña Alicia. Ahora venía la parte pesada. Toqué la puerta varias veces, no hubo respuesta. –Voy a entrar- susurré y abrí la puerta. Me acerqué al bulto que se encontraba en la cama y toqué suavemente. –Es hora de despertar- susurré con cierto esfuerzo, realmente ser amable no me nacía con ese mocoso. –Vamos, el desayuno esta listo-
-¿Le hablas a las sábanas Micola?- preguntó aquella irritante voz. Le miré con odio cuando me apodó así. Alcé las manos que estaban convertidas en puños. Sentía como una vena en mi frente latía, ¡que mal educado!.
"Tranquilízate Sakura, es solo el mocoso, no le des lo que quiere, no dejes que te provoque."
-Como sea, hoy me acompañarás a comprar lo útiles del colegio- comentó como si nada, arreglándose frente al espejo, luchando por acomodarse la corbata con torpeza.
Suspiré y me acerqué a él, siendo precavida en todo momento. Le quite sus manos torpes y me ocupe de la corbata, haciéndole aquel nudo. Cuando me iba a separar el tomó mis muñecas con sus manos, apretándolas con cierta fuerza.
-Me haces daño- dije con una mueca.
-Tonta- dijo de pronto. Le miré colérica y alcé mi rostro para encararlo. Él definitivamente no sabía decir "gracias".
-Feo- contesté con odio. Él sonrió con burla.
-El burro hablando de orejas- dijo y empezó a acercar su rostro al mío, con lentitud. Abrí los ojos de forma desmesurada por la cercanía que empezaba a crecer con cada segundo.
Traté de apartarme, forcejeando lo que solo hizo que su agarre se volviera más fuerte y me lastimara de verdad. Se acercó hasta que nuestros labios se rozaron, cerré los ojos con fuerza y de pronto me sentí liberada.
Se escuchó su risa rebotando en aquellas cuatro paredes. Cuando abrí los ojos, él ya estaba en el marco de la puerta. –Hubieras visto tu cara, ¡de verdad creías que te iba a besar!, ¡a una mocosa sin chiste como tú!- Y se largó.
¡AHG!, definitivamente algún día me vengaría, patearé su trasero hasta que le duela, algún día.
N/A: Hola mis queridos lectores, si es que hay por ahí o.ó. Espero hayan disfrutado de éste corto prólogo. Espero poder subir el primer capítulo el fin de semana.
Ahora, ¿les ha gustado?, o mejor aún, ¿saben quién es o se hacen una idea de quién es nuestra protagonista?, el que lo adivine primero tendrá dedicado el primer capi de Dream Scape!, bueno aunque es bastante obvio ^^u (?)
Bueno en fin, eso es todo
B.C.M cambio y fuera.
