Disclaimer: Los personajes y su universo le pertenecen al Tio Rick.
Este fic participa del reto temático de Agosto "Padres e Hijos" del foro "El Monte Olimpo"
°-Cinco minutos más-°
Te recuestas mejor en la pared y dejas que un suspiro silencioso se escape de tus labios.
Tu sonrisa no puede ser más grande y la razón de ella está a unos centímetros de ti. Con su cabello negro revuelto como el tuyo y esa nariz respingada como la de ella ese pequeño que esta tan cerca te roba el aliento y te hace sonreír más grande de lo habitual.
No puedes evitar sentir como una extraña calidez se instala en tu pecho y como esta te hace sentir extremadamente completo y alegre.
Durante ese instante te dejas de sentir como un todopoderoso Dios que todo lo ve y te sientes como un mero mortal, pero no cualquier tipo de mortal.
¡Oh, no!
Te sientes como un padre, un padre mortal, uno que no ve la muerte de su hijo cercana, uno que no siente que los años van tan rápido que pierde la cuenta, uno que no es tan joven como lo aparenta.
Pero por sobre todo uno que se siente extremadamente orgulloso de su pequeño y revoltoso hijo de un año.
Perseus… O mejor dicho Percy.
Es tu pequeño orgullo y del cual nunca te arrepentirás a pesar del terrible destino que sabes que tendrá al solo tener tu sangre corriendo por sus pequeñas venas.
Te acercas un poco más a su cuna y deslizas tu mano por su suave mejilla; suave y caliente se siente bajo tu tacto. Deseas que todo esto nunca acabe, pero tú más que nadie sabe que tienes millones de responsabilidades que cumplir, además una familia y un reino que te esperan con ansias ya que tú eres su pilar y sin ti ellos estarían desprovistos de muchas cosas.
Frunces el ceño y suspiras de nuevo, estar aquí calma tu alma y aunque sabes que no deberías estar tan cerca de tu hijo la tentación fue demasiado grande para ti.
Percy poco a poco va abriendo esos soñolientos ojos y te mira con esa ternura e inocencia característica de los niños.
Verde contra verde.
Ambos se miran mutuamente y no pueden evitar sonreírse al verse, tu porque no puedes evitar sentir un enorme orgullo al ver como se parece tanto a ti y Percy… Bueno, Percy sonríe porque tu cara le parece graciosa.
Grabas este momento en tu mente y no lo dejas ir, aunque sabes que en un par de años lo lamentaras ya que sabes muy bien que tu hijo es un mortal, mas tu no y es que estas destinado a ver como la muerte reclama su alma como suya y lo manda al mismísimo Hades.
Esperas que viva tantos años como pueda y que sea feliz en todo lo que haga. Ves como tu mano se aleja de su mejilla y como se pone en uno de los barandales de la cuna, lo aprietas con fuerza y suspiras más fuerte que las veces anteriores.
No deseas irte, tú lo sabes muy bien y sabes que estás buscando excusas para quedarte, pero al no encontrar ninguna aflojas tu agarre en el barandal y tus pies van en retroceso mientras tu vista no se despega de tu pequeño retoño.
Este frunce el ceño de una manera muy graciosa y te ve molesto, sus ojos brillan dando la perfecta entrada a las lágrimas y fuertes lloriqueos.
Rápidamente te acercas y tomas a tu pequeño hijo en brazos, lo acomodas en tus brazos y lo meces con temor.
No deseas que ella se despierte y te encuentre aquí. Ves como Percy lentamente se va calmando y bosteza con lentitud.
Te dirige una última mirada y cierra los ojos con una sonrisa plasmada en el rostro. Lo sigues meciendo y te dices a ti mismo.
"Tal vez pueda quedarme cinco minutos más"
Espero que les haya agradado leerlo tanto como a mi escribirlo.
Me despido
Lizzie Taisho.
