[Disclaimer:Todos los personajes pertenecen a Hajime Isayama]
Los títulos llevarán nombres de canciones de The Beatles, asimismo, las frases en negrita son en efecto de ellos; estarán al principio del capítulo.
[Disclaimer: Posibles errores ortográficos y algo de OoC. EreRi. También, tener en cuenta que el género puede cambiar en algún momento de la trama]
Ahora, ¡Ha leer!
"Quiero que entres en mi vida
Estaba solo, me di una vuelta
No sabía lo que iba a encontrar...
Otro camino por el que quizá pudiera
Ver otra manera de pensar
Ooh, entonces apareciste tú
Ooh,
¿Te he dicho que te necesito cada día de mi vida?"
Prólogo:
..
.
La radio suena de fondo, la canción es antigua. Recuerdo que mi profesora nos habló sobre aquella artista que les cantaba a las mujeres enamoradas de los 40 y a sus guerreros alemanes. Sobre cómo se encontraban bajo la farola a media noche…
― Como antes, Oh… Lili Marleen— mi madre era la que agregaba ese "oh" y con su bella voz sonaba muy bien. Me la quedé mirando buen rato mientras ella limpiaba los platos con una toalla limpia cerca del fregadero. Ella pese haber acabado la música siguió cantando.
Y me alegraba.
― Ma— la llame. Era mi voz, lo sé, pero la escuchaba tan ajena. Sin embargo, era yo en esencia. Al final, ella se giró a verme pausando sus actividades.
― Uhmm— dijo con el rostro apacible.
― ¿Qué es el amor? — pregunté.
Ante eso, ella elevó las comisuras de sus labios mirando el plato ya limpio en sus manos, y cantó.
— Ella conocía tus pasos. Tu elegante andar […] — tarareó tomando otro plato sin secar— Me mantienen como en un sueño, tus adorables labios. Cuando la nieve se arremoline, yo estaré en la farola, como antes, Lili Marleen…
Su voz se oyó lejana, como un eco. Su risa calló cuando de repente advertí como todo a mí alrededor se volvía una cinta de película vieja. Ella volvió a sonreír, está vez despidiéndose.
Entonces desapareció. Como la música, como su sonrisa. Esto realmente pasó, pero cuando yo tenía once años. Actualmente tengo dieciocho años, vivo en Francia y voy a la universidad.
Si pudiera, hubiera querido alargar ese sueño. Ahora solo deseo apagar esa maldita alarma que suena con una música de motivación que me dan ganas de vomitar.
Apesta.
— ¡Es hora de levantarse! ¡Es un buen día! ¡Es un buen día!— chilló.
Como me gustaría que mamá fuera la que me despertara. Aunque me enojara con ella, aunque…
— Eren — es Mikasa. Ha entrado a mi cuarto con ropa informal, lista para un nuevo día. Me mira desde arriba— es hora— dice.
Soy el chico de la nada, de ningún lugar. Quisiera conocer la razón por la que me siento así todos los días, pero por ahora eso es incierto.
Vamos directo a la Universidad de Sina. La mejor del país en medicina. Quisiera que este mi madre aquí para que lo vea, para que me mirara con sus ojos brillantes y engullidos de orgullo. Pero aunque quisiera, ella lo iría olvidando gradualmente. No quiero ponerme triste así que sonrío y cuento a todo los del grupo mi mejor chiste.
Armin a mi costado me mira con lástima, Mikasa hace como que no lo ha visto.
Qué triste, que triste.
Llegamos al campus y mis amigos se despiden de la mano para ir a sus respectivas clases. Les deseo suerte y ellos a mí ya que este es nuestro primer día en la Universidad. Debería estar feliz, tal vez algo nervioso pero no siento nada, absolutamente nada.
Escogí medicina porque es lo que me apasiona, lo reafirme cuando leí el plan de estudios, ese no es el problema. El problema es que desde hace algún tiempo las cosas que amo han perdido el valor que les di…
Sacudo mi cabeza, dejando mis cavilaciones a un lado y miro a mi alrededor.
Estoy perdido. Literalmente.
Ver su estructura y entrar en ella, esto no es como el colegio y el número de mi aula me hace rondar como un perfecto idiota por todos los pasillos. Me rindo y le pregunto a un chico, que da la apariencia de ser de ciclos más avanzados, que rumbo debo tomar. Tan despreocupado como se le veía, apoyado en la pared cerca de la máquina de comida, me responde con una sonrisa brillante y con un aire de carisma que logra afectarme. Hago un amago de sonrisa.
— Sí es en el pasillo B como tu papel lo menciona— dice— entonces debes ir al frente desde donde estás parado, al pasillo de al fondo. Todos los "B" siempre están en ese lugar en prácticamente todos los pisos.
— Gracias— le agradezco. Él vuelve a ver mi papel.
— Ah y también— añade— tu segunda clase es de este lado izquierdo, pero en el quinto piso. Para que no te pierdas — me explica.
— De nuevo, gracias— le digo.
El campus es grande y sofisticado. Tenía suerte de que casi todas mis clases (Ahora que me doy cuenta) estén de este lado, y que este chico haya tenido la intención de ayudarme. Nos despedimos y cuando ya estoy a punto de abrir la puerta de vidrio para entrar al otro pasillo, grita.
— ¡Oye! ¡Espera! — lo veo correr, de modo que al llegar frente a mí le es imposible hablar — ¿Cuál es tu nombre? — pregunta luego de estabilizar su respiración y cuando deja de apoyarse en sus rodillas. Yo lo miro interrogante, él aclara— Es que eres nuevo, yo normalmente soy el que organiza fiestas de todo tipo con los estudiantes de la U y la verdad es que no conozco a nadie que haya ingresado este año. — explica— ¿Cuál es tu nombre?
— Eren…— murmuro — Eren Jaeger— digo con más firmeza— ¿Para que necesitas mi nombre?
— ¿Para qué más? Conocernos y…
— Farlan— alguien lo llama.
Es posible que este chico tenga mucha facilidad para hablar con desconocidos, pero yo no. Sin embargo, él me ha embargado con su aura de confianza y positividad que se me hace imposible no acceder a lo que me pide. Además me ha ayudado con mi aula, siento que ahora estamos a mano.
Divisó a Farlan al frente mío que con un ademán me pide permiso para alejarse y hablar cómodamente con un muchacho de mirada intimidante —el cuál precisamente es él que lo ha llamado—. Le alzo el pulgar en señal de aprobación y ellos se van a una esquina. Luego de unos minutos, vuelven.
— Lo siento. No pude darte las explicaciones pertinentes— yo asiento, comprendiendo— mira, te presento a un amigo mío; más que eso diría, un hermano.
— Tch— chista el más bajo, desinteresado. Farlan ríe.
— Te presento a Levi Ackerman. Estudiante de Derecho de tercer ciclo.
Capítulo Uno: Got to Get You into My Life
(Quiero que entres a mi vida)
Yo soy de las personas acaloradas. Es por ello que frecuentemente duermo con bóxers y una sábana de tela —solo sí Mikasa no estaba alrededor mío como para abrigarme en las noches sin que me de cuenta— Por suerte, está noche se encuentra fuera de casa, ¿Haciendo qué? Soy mal hermano y no pregunté.
Como decía, dormir casi desnudo es uno de los pocos placeres de la vida que puedo darme. No soy un maldito rico; dormir y comprar manga es toda mi vida, además claro de mis estudios. Hoy no fue la excepción, y me encontré con mi ventana abierta azotando mi espalda con una brisa refrescante. El frío fue directamente a mi piel morena, a causa de tener las sábanas por la cintura o eso es lo que pude percibir aún con los ojos cerrados.
Sin embargo, no era lo único que pude notar en esta posición de descanso. Podía jurar que algo o alguien se hallaba echado en mi cama. Ante eso, no quise voltear, ni tampoco abrir los ojos. Estaba desperdiciando buenos minutos de descanso por algo que ya había sucedido antes. Porque sí, chicas ya habían venido a dormir a mí casa. O bueno, si soy sincero no precisamente a "dormir" pero esa es otra historia.
Ahora que lo pensaba, no recordaba haber traído nadie a casa. Sin embargo, lo que sí era cierto es que alguien dormitaba junto a mí. Supuse que todo esto se trataba de un problema de alcohol, es decir, me pase de copas con la muchacha y simplemente llegamos aquí, y por lo que veo, hubo algo más que besos y abrazos.
Me tomé la frente. Mierda. Al menos hoy era sábado. Lo sabía porque los únicos días que salgo de fiesta son esos. Por lo menos tenía la certeza que ni mi madre ni mi padre estarían aquella mañana. Ellos habían viajado hace un mes a nuestro país natal, Alemania; volverían alrededor de tres meses.
Ya más tranquilo, asomo una sonrisa traviesa al rostro, al tiempo que con manos ágiles tomo la pequeña cintura de mí compañera. Cuando la aprieto contra mí, esta me responde con un ligero ronroneo, murmurando algo que no logró escuchar.
No es que fuera de los románticos pero me había dado cuenta que con las mujeres ganas más dándoles este tipo de atenciones. Ya que así, hay muchas posibilidades de que ellas puedan acceder a una segunda vuelta.
Entonces me encuentro desconcertándome de nuevo. La chica que tomo en mis brazos es delgada y menuda como tanto me gustan. Acabo de colar mis manos por mi camisa, que por el momento ella usa; para lograr mi objetivo de tomar su estómago y conocer la textura de su piel dándome con la sorpresa de lo suave y tersa que es. Mis manos caen fácilmente por su pequeño estómago. No obstante, eso no es lo que me confunde.
Lo que me confunde, no sé si será mi imaginación; es que al momento de acomodar mi barbilla en su hombro me topo con que el olor que despide su cabello, es un aroma para nada femenino. Pero no menos adictivo. Es extraño pero he de admitir que ya me había cansado al olor a jazmines.
Ella es diferente.
Lo confirmé cuando jadea para mí y se voltea mostrándome su rostro adormilado, pálido pero no menos bello. Siento como a mi rostro se le bajan los colores, ocasionando que por pura inercia lo suelte, alejándolo de mí. Luego de eso, advierto como mi corazón no para de latir demente cuando desprevenidamente la persona junto a mí me acaricia el rostro, acerca nuestros cuerpos de nuevo, restriega su entrepierna contra la mía, siendo esto, el desencadenante del despertar de mí amigo allí abajo.
Mierda. No soy gay. Porque sí, lo que tengo frente a mí es un hombrecito. Uno lindo, uno al que no me importaría volverme gay mil veces.
Joder.
― Oh… — dice con voz burlona — Alguien ha amanecido despierto ¿eh?
Abro la boca dispuesto a hablar, a defender mi herida y burlada masculinidad pero no más dije "a" ya estaba atacándome. Ante eso, me encuentro en un estado de conmoción increíble. Sus labios finos y rojizos, húmedos por habérselos lamido previamente me besan dulcemente y con su lengua cálida dentro de mi boca termina por derribarme los muros.
Ese fue mi error: Ceder. Ante el malvado hombrecillo con rostro de ángel. Un error que se siente bien. Ya después tendré tiempo de lamentarme.
Ahora, me enfoco en chuparle los labios, en jugar con nuestras lenguas, en demandarle más atención, saboreándolos con todo lo que tengo. Con hambre y algo de lujuria, mientras escucho como gime, y contrario a lo que pensé, eso logra excitarme.
Para mi defensa, él es deseable. Así que cuando rodea mi cuello con sus brazos, en el proceso, acariciando mis cabellos; yo pierdo, mi mente pierde, toda razón que pudo existir en mí se rinde ante él. Empero, lo tomo posesivamente de la cintura y nos quedamos así; besándonos, probándonos. Él también lo disfruta, lo sé, porque al estar tan apegado a mí siento como algo comienza a endurecerse.
Se avergüenza, de modo que no puedo evitar pensar en lo tierno de su reacción, y jadea cuando tomo una de sus nalgas. Blancas y duras, cabiendo perfectamente en mis manos. Las masajeó sin dejar de besarlo. Realmente, nunca había sentido tanto en tan solo un beso. Caliente, pero fin y al cabo un beso.
Me sentí tan lleno.
Sin embargo, contrario a mis planes, un grito nos detiene.
Mi acompañante a regañadientes se aleja de mí lentamente y suspira, también irritado por la interrupción. Acaricia mi pecho como último capricho para alejarse completamente, mirándome con sus, ahora que noto, ojos grises, que los percibo tratando de descifrar mi mirada.
Algo aturdido, besa mis labios. Finalmente, me murmura.
― Buenos días, Eren. — con un tierno sonrojo en sus mejillas.
Sin que yo me lo proyectara, mi mente ya había dado su sentencia:
"No me importaría despertar así todos los días de mi vida"
...
.
.
Nota:
Básicamente cree este fic porque quería algo refrescante, con algo de drama y porque en este tiempo me he preguntado que sería si hubiera sabido muchas cosas de antemano en mi vida para así poder cambiarlas.
Pero como dicen: En los centros educativos te puedes equivocar y tener la oportunidad de volverlo hacer, en la vida no.
Quise fantasear.
Espero les haya gustado, yo normalmente no hago notas muy largas pero este necesitaba su justificación. Este no es mi primer fic pero sí el que terminaré primero. Lo sé.
También espero su review de qué les pareció y bueno nada :3 Estoy nerviosa.
Hasta luego.
Girl Anywhere
