Chandler se detuvo ante la máquina de café y estuvo a punto de romper su baso de plástico de igual manera que si se tratara de un bote ahogado de "Cocacola" al que encoges por ansiedad. Su respiración se entrecortó igual que cuando a Joey le daban espasmos repentinos y propios de una indigestión provocada por exceso de patatas. Sólo que ahora aquella especie de parálisis ascendió y descendió por cada rincón de su cuerpo hasta detenerse justo en la zona donde respondía a aquella sensación con la ayuda de latidos despampanantes. Sobretodo y, con mucha más intensidad, cuando aquel cabello rubio, tras el cual se ocultaba el rostro de la persona que acababa de servirse el estimulante, se volvió hacia él junto a una sonrisa tan agradablemente deslumbrante, con la cual pensaba que jamás llegaría a soportar el haberse casado con alguien que no fuera con ella.
- ¡Buenos días, Chandler! ¿Qué? ¿Tú hoy tampoco tienes tiempo para ir al "Central Perk"?
Chandler parpadeó y respiró hondo antes de lograr dar una respuesta a aquellos rasgos tan risueñamente perfectos y adorables.
- Sí, pero creo que podrán sobrevivir sin nosotros, "Phebs". O, bueno…¡Quizás sin mí no!
Y Phoebe rió, en el mismo instante en que su amigo añadía una sonrisa que tan sólo era posible gracias a que ella estaba allí.
