Todos los personajes y la historia de Sailor Moon le pertenen a Naoko Takeuchi


Hola!

Les platico como se me vino a la mente esta historia. Aunque no les interese.

Me tuve que ir de vacaciones para recuperarme del final de mi historia Un vuelco en el destino. Un par de días en la playa y una canción me trajeron toda esta inspiración para esta nueva historia, que pretendo que sea un mini fic cuyo titulo es obvio, por que para estar leyendo estas letras pues primero leyeron el titulo no.

Bueno amor robado, calza ala perfección, será una trama ligera únicamente contada desde el punto de vista de su dos protagonistas, así que sin mas los dejo con el intro de esta nueva historia


- Serena, eso no esta en discusión - me reñía mi padre como siempre al tocar ese tema.

- Es solo que no logro comprender el por que de tu aprensión hacia los que podrían ser nuestros mas grande aliados padre.

- No me interesa tener ningún tipo de alianza con los Kou - dijo tajantemente.

- Me mandaste a la ciudad a estudiar para que me pudiera hacer cargo de la envasadora y el rancho. Decidiste que me heredarías en vida y a pesar de todo lo respete. Pero no pienses padre que yo seguiré con este absurdo, los Kou fueron ganado terreno poco a poco y se encuentran ya dentro del gusto de la gente, y yo prefiero tener un aliado poderoso a un enemigo así.

- Si me amaras de verdad no me estarías diciendo esta turba de estupideces Serena - me dijo con rabia infinita mi padre, lo que hizo que mi sangre hirviera.

- Esto no se trata de amor, señor Tsukino, se trata de negocios. Y cuando todo esto recaiga sobre mis hombros usted no tendrá nada mas que hacer aquí - estaba tan enfurecida por su necedad y la aberración que tenia para con los Kou que no pude detener mis palabras a tiempo y lo herí - De modo que piensa bien padre, aun estas a tiempo de cambiar de parecer - me di la vuelta y camine a la puerta del enorme despacho de mi padre, pero antes de salir voltee a verlo y le dije - Recuerda que todo lo que yo haga al frente de esta gran compañía es por la gente que se levanta temprano cada mañana y viene a laborar en ella... y por ti - termine por salir sin dejar que mi padre dijese una sola palabra.

SK

- Estas seguro, de lo que vas a hacer - me pregunto mi mejor amigo con preocupación.

- No - le conteste con seguridad - Pero aun así lo haré - clave mi mirada en el hermoso atardecer que siempre ofrecía el sol bañando la punta de la montaña.

- Esto no va a salir bien, Seiya.

- La amo, Taiki. Desde el primer día que la vi cuando apenas era una niña, con su hermoso cabello rubio atado en un par de coletas - suspire hondo y por un momento recree la imagen de Serena Tsukino en mi mente. Aquel día me había colado en el rancho Tsukino sin que nadie pudiera reconocerme y fue cuando la vi por primera vez.

- No la conoces, Seiya - me recordó mi amigo - Como, entonces puedes decir que la amas?

- No lo se, es algo que solo el corazón puede explicar - le conteste.

- No hagas esto, Seiya. Acabara mal.

Fue entonces cuando nuestras miradas se cruzaron al fin - Tu sabes cuantas veces trate de acercarme a ella - baje la mirada - Su padre jamas me dará una oportunidad de estar cerca. Esta será mi única oportunidad.

Pude sentir la tristeza con la que mi mejor amigo me miraba - Lo siento Seiya, pero esta vez no quiero ser parte de esto. Esta noche me voy a la ciudad y de corazón espero que todo te salga bien, hermano.

Se alejo de mi. Taiki y yo habíamos crecido prácticamente como hermanos y siempre nos habíamos ayudado y apoyado hasta en las mas locas decisiones. lo que me hizo pensar si era en realidad la peor idea que había tenido en mi vida... De no ser así mi mejor amigo no me hubiera dado la espalda. Pero me sentía desesperado y esta idea era la única que se me podía ocurrir, después de todo nada saldría mal.

SK

Me encontraba sentada en mi silla columpio favorita situada justo frente al hermoso jardín de flores que mi de tanto amaba. le daba vueltas a la ultima discusión que había tenido con mi padre, tratando de entender un poco el odio que sentía por los Kou, cuando la dulce voz de mi madre me saco de mis cavilaciones.

- Has vuelto a reñir con tu padre, cariño - afirmo mi madre tomando asiento a mi lado.

En respuesta le ofrecí una sonrisa cansada - Desearía entender - y un suspiro se me escapo.

- Ni yo misma se lo que pasa a tu padre con esa familia, pero será mejor que no quiebres la cabeza con eso. Pronto llegara tu prometido, regresemos a la casa.

Mi animo cambio por completo al recordad a mi futuro esposo, amaba a Haruka como nunca pensé amar a nadie mas y dentro de dos meses nos casaríamos aquí mismo y entonces juntos tomaríamos posesión del emporio Tsukino.

Mi madre se puso de pie y se dirigió a la casa - En un momento te dos alcance, madre. Sabes lo mucho que me gusta el rancho y antes de ir a prepararme para la cena quiero dar un paseo por los alrededores.

- Muy bien cariño, solo no demores demasiado.

Yo también me puse de pie, pero emprendí mi caminata al lado contrario que el de mi madre. Amaba cada pedazo de esas tierras en donde había crecido, y a pesar de haber pasado muchos años lejos jamas deje de añorar regresar a ella. Tuve la dicha de crecer en el campo rodeada de gente que me ama y siempre cuido de mi. Nunca podría sentirme en peligro, mientras estuviera aquí. Aun en el pueblo me sentía segura, este era mi hogar y yo lucharía por que la vida de la gente del pueblo mejorara.

Seguí caminando hasta salir de los limites de rancho, no me di cuenta, siempre me ocurría lo mismo cuando se trataba de dar un paseo por esas tierras. Descalcé mis pies para sentir el agua del arrollo y justo cuando e disponía a meterlos en el cuando un ruido me hizo ponerme alerta, de inmediato voltee a ver que había sido, pero a no encontrar nada supuse que se trataba de un venado y metí mis pies en la fresca agua del arrollo.

Me encontraba en tranquilidad disfrutando de la naturaleza cuando una mano me tomo del brazo y antes de que pudiera reaccionar colocaron un pañuelo en mi boca y nariz y lo presionaron, trate de resistirme, pero al respirar sobre el pañuelo me desvanecí y todo se volvió negro.

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Desperté. Me encontraba recostada en mi cama y tapada con mantas, sentía mi cuerpo dolorido y pesado, me senté sobre mi cama y fue entonces cuando me di cuenta que no era mi cama, ni mi habitación. trate de ponerme en pie pero estaba muy mareada y no logre ponerme en pie.

Tras la puerta escuche unos pasos. Que había sucedido y por que me encontraba ahí, quien podría ser tan cruel como para hacerme esto. Es acaso dinero lo quieren. Me sentía desesperada y asustada. De pronto pude ver que la puerta se abría y por ella entraba un hombre con una charola en las manos. No logre ver su rostro por que lo cubría con un pasamontañas de color negro, pero su cuerpo era grande y muy musculoso. Por un momento sus ojos se cruzaron con los míos, eran de un intenso color esmeralda, que no me demostraban para nada maldad.

- Por que me han traído aquí - pregunte con pánico, pero no obtuve respuesta - Si... si lo que - estaba muerta de miedo y mi voz salía con mucha dificultad - Si lo que quieren es dinero, solo dejenme ir - El chico no contesto nada y antes de que pudiera terminar de decir lo que quería ya me encontraba sola de nuevo en esa enorme habitación.

Aun con mucha dificultad logre ponerme en pie y corrí en dirección a la puerta y trate de abrirla. Por su puesto que fue en vano, recorrí cada rincón de la habitación que estaba decorada de una humilde manera, pero muy reconfortable. No logre encontrar mas salida que la puerta por donde rabia salido minutos atrás aquel hombre, de manera que corrí hacia ella y trate con todas mis fuerzas de abrirla.

De mis ojos ya se desbordaban las lagrimas de impotencia, golpeaba la puerta mientras gritaba para tratar de que alguien lograra escucharme - Por favor! por favor! dejenme ir, les juro que les daré lo quieran! - grite y golpee la puerta casi hasta desfallecer pero no obtuve respuesta alguna. Después de lo que me parecieron años desistí de mi intento por hacer que alguien me escuchara y solo me recargue en la puerta.

Abrace mis rodillas que de inmediato de empaparon con mis abundantes lagrimas - Haruka, mi amor - lograba sollozar. mientras en mi interior le suplicaba que me encontrar pronto, que viniera por mi. le decía que moría de miedo y que lo amaba con todo el corazón - Haruka... ven.

Llore y llore por lo que me parecieron horas. Había agotado todas mis fuerzas, pero no planeaba rendirme sin luchar. Así que me puse en pie de nuevo y golpee con todas mis fuerzas la puerta y grite y grite hasta quedarme sin voz. No estaba dispuesta a renunciar a la felicidad yo me casaría en un par de meses y ningún ruin y cobarde truhán me alejarían de la felicidad. Fue por Haruka que saque todas las fuerzas que me quedaban y seguí golpeando y gritando a fin de obtener mi libertad pronto.

Al cabo de unos minutos la perilla de la puerta giro y la puerta fue empujada con gran fuerza, tal que legro que me cayera al piso, por ella entraron tres hombre. Dos de ellos me tomaron en brazos. Trate de sacar fuerzas de donde pude y poner resistencia, todos mis intentos fueron en vano y pronto me tenían recostada en la cama. El tercer hombre saco de su bolsillo una jeringa y mi sangre se helo.

- Suelteme! que quiere, que me van a hacer? - gritaba desesperaba mientras trataba de zafarme. La respuesta a mis preguntas nunca llego y pronto la aguja de la jeringa atravesaba mi piel y el liquido se depositaba en mi sangre. Para mi todo estaba perdido, el liquido derrumbo mis barreras y me dejo a merced de los delincuentes que estaban alrededor de mi. Pronto perdería el conocimiento y lo único que pude venir a mi mente fue el rostro del hombre que amaba... Haruka.

Continuara...


Bueno, espero que les agrade la propuesta. Tratare de no demorar demasiado pero no prometo nada, ya que pronto regresare a mi vida agitada de estudiante. Espero y me digan que les pareció el pequeño intro a esta historia.

Tezza K.G.