Hola a todos, primero que nada feliz años y felices fiestas a todos, espero se la estén pasando lindo en las vacaciones. Primero que nada este fic lo escribí para un reto así que espero que me ayuden diciéndome que les parece.
Ya saben, todos los personajes que reconozcan no me perteneces, YOI no me pertenece y solo uso los personajes por que los amo, este fic también contiene diferentes canciones en las cuales están inspirados los capítulos, igual, esas canciones no me perteneces solo las use como musas.
Les agradezco que lo lean y me dejen comentarios.
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I
Les llego la invitación a todos los patinadores que llegaron a las finales, como todos los torneos, la gala seria en un gran salón en donde les daban comida y bebida para proporcionarles una noche inolvidable.
Viktor sonrió al ver a su pupilo ajustándose la corbata con un poco de torpeza –Yuuri- murmuro para apartar sus manos y ajustar la prenda a la perfección. –No debes estar tan nervioso, no creo que suceda lo del año pasado-
El japonés se tenso y puso cara de desolación, recordaba el ridículo que había hecho solo por las fotos y los videos que habían sacado los demás participantes, no podía creer que hubiera perdido por completo la razón como para hacer competencias de bailes y desnudarse frente a tanta gente. Era una fiesta elegante y seguramente había arruinado todo el ambiente por haber cometido el error de beber más de la cuenta.
-No beberé una sola gota- murmuro entre dientes sintiéndose un poco deprimido.
-Me gusta el Yuuri desinhibido y alegre, te veías tan relajado y confiado que nos arrastraste a la pista, fue una noche muy divertida- respondió su entrenador haciendo que los colores se le subieran al rostro y tartamudeara un poco, aun lograba sorprenderlo los cumplidos del ruso solo que ahora una extraña sensación de aleteos se instalaba en la boca de su estomago.
-Espero que nunca más tengan que ver eso, que vergüenza- murmuro Yuuri sonrojado, en verdad le avergonzaba pensar en esa noche pero por otro lado se preguntaba si su relación con todos sería diferente de no haber tomado de mas, jamás habría competido contra Yurio o no hubiera tenido el valor de decirle a Viktor que lo que más deseaba era que este se volviera su entrenador.
Seguramente las cosas serian muy distintas. Salieron de la habitación para llegar al salón donde se llevaría a cabo la fiesta, enseguida reconoció a sus amigos, Phichit se encontraba sacándose fotos con su entrenador Celestino, ambos lucían muy orgullosos de estar ahí, Otabek platicaba con Yurio y para sorpresa de todos, ese par sonreía con toda naturalidad, creando una pequeña burbuja solo para ellos.
Chris lucia despampanante mandando besos y coqueteando descaradamente con todo aquel que se dejara, parecía que el patinador suizo no tenía intención alguna de ir a su habitación solo esa noche. El mas apartado de todos era JJ que se encontraba con una copa en la mano y la mirada perdida.
-Buenas noches chicos- saludo alegremente Viktor haciendo que todos voltearan a verlos devolviéndoles el saludo. –Se ven increíblemente elegantes el día de hoy- les dijo con una enorme sonrisa.
-¿HAH? ¿Ya estas tomado, anciano?- dijo Yurio con los brazos cruzados y sus cejas levantadas. Por alguna razón Víctor siempre le sacaba esas ganas de pelear por cualquier cosa, Otabek les miraba a ambos con un poco de incomodidad para después bajar la mirada luciendo extrañamente triste.
-Esa no es forma de hablarle a tu superior Yurio, no te creas mucho por haber ganado el oro, además de que solo le ganaste por un poco de suerte. Unas cuantas milésimas- respondió el peliplata sonriéndole amablemente pero sus palabras parecían ser una clara advertencia.
Yurio apretó los dientes, estaba furiosos y solo quería atacar al hombre frente a él, ya sabía que no hubo una gran diferencia de puntaje entre él y el Yuuri japonés pero aun así el había salido victorioso, no tenía el derecho de intentar humillarlo.
-¡Viktor!- le reprendió el japonés tomándole del brazo, lo que menos quería era que los dos rusos comenzaran una discusión, sabía que ninguno se desagradaba pero siempre tenían esa manía de estar discutiendo por todo. –Lo lamento Yurio, en verdad estuviste grandioso- le dijo con una amable sonrisa.
Las mejillas del rubio se llenaron de color y apartando la mirada –Tu tampoco lo hiciste mal, cerdo- intento alagarlo pero siempre con un comentario insultante, clásico del pequeño ruso.
-¡Yuuri! Estuviste increíble, jamás te vi tan concentrado, parecía que eras una persona completamente diferente- dijo Phichit pasando su brazo por los hombros de Yuuri, acercándose demasiado a su rostro haciendo que Víctor les mirara fijamente.
-Gracias Phicit-kun- le dijo Yuuri a su amigo sintiendo como sus mejillas se calentaban, no estaba acostumbrado a que lo elogiaran, a pesar de que su entrenador solía hacerlo aun le parecía algo extraño. Poco a poco cada uno siguió en sus asuntos, saludando a los patrocinadores, a entrenadores y organizadores de los eventos, esa noche era para que todos pudieran relacionarse y hacer alianzas para su futuro.
Esta vez Yuuri intentaba evitar a más no poder consumir alcohol, cada vez que alguien se acercaba a el para brindar levantaba su copa con agua mineralizada, no quería que lo del año pasado volviera a ocurrir.
La noche transcurrió con bastante calma, todos se divertían y conversaban entre si, incluso había algunas parejas bailando un ligero Vals. -¿Por qué ustedes no están bailando chicos?- pregunto Celestino, acercándose a los patinadores que se encontraban conversando entre ellos.
-Es lo mismo que les dije pero ninguno quiere bailar- respondió Chris haciendo un puchero, le había ofrecido su mano a Viktor pero este se negó con una sonrisa, después se dirigió a Yuuri que soltó una apresurada disculpa, no conocía mucho a Phichit por lo cual no se lo pidió y en cuanto miro a Yurio y a Otabek estos le miraron con una clara advertencia en sus ojos.
-Mmm muy mal, ustedes son jóvenes y de hecho la mayoría está esperando que alguien comience a retar a otros para los duelos de baile de este año- murmuro el entrenador mirando a su ex -pupilo – Vamos Yuuri, entra a la pista de baile y demuéstrales como deben moverse- le dijo al japonés soltando una leve risa.
Katsuki en seguida se sonrojo completamente apenado, eso era precisamente lo que no quería que sucediera –Lo siento Celestino pero esta vez Yuri solo bailara conmigo- respondió Viktor tomando del brazo a su pupilo, jalándolo entre la multitud hasta llegar a la pista.
-¡¿Viktor?!- murmuro algo nervioso.
-Si no lo hago yo lo más probable es que te obliguen a bailar en un reto con Yurio o peor…poledance con Chris, creo que esta opción es mejor, no ¿Yuuri?- le respondió guiñándole con complicidad haciendo que el otro sonriera en un gesto de agradecimiento. Pronto la música cambio a un rápido y sensual tango, al escuchar la melodía el japonés volvió a ponerse un poco nervioso.
-¿Por qué un tango?- pregunto Yuuri.
-Ese fue el ritmo que bailamos la última vez, me retaste a bailarlo contigo y fue muy divertido. Yuuri quiero volver a hacerlo y que esta vez sí recuerdes todo- respondió el ruso con su inconfundible sonrisa comenzó a moverse al compas de la música sin despegar sus ojos de los de Yuuri, incitándole a seguirle.
Al inicio lo hizo con torpeza debido a la vergüenza que sentía pero conforme la pieza continuaba decidió no fijarse en ninguna persona a su alrededor, solo veía a Viktor intentando seguir sus movimientos y para su sorpresa parecía que su cuerpo recordaba la música y sabía perfectamente cómo moverse, en completa coordinación con su entrenador.
Las dos figuras lucían increíbles en la pista y las personas no tardaron en sacar sus celulares y cámaras para captar ese momento, Phichit grababa todo con una gran sonrisa, sabía que algo había ahi, algo más que solo cariño y admiración, cada vez que su amigo Yuuri y Viktor se miraban parecía que todos en el mundo desaparecían, creaban un mundo solo para ellos. Se alegraba por su amigo y esperaba que el ruso fuera lo suficientemente inteligente para darse cuenta que no encontraría a alguien más extraordinario que el japonés. Ya que Yuuri era perfecto.
La música fue disminuyendo en volumen y cuando ambos pararon comenzaron los aplausos entusiasmados. Yuuri sonrió y aparto la mirada al suelo mientras que el otro elevaba las manos, saludando a todos y agradeciendo por los aplausos.
-Bravo, agradecemos muchísimo esta rutina señores Katsuki y Nikiforov.- dijo un hombre de cabello negro. – Quiero agradecerles a todos los presentes. A nuestros patrocinadores, a nuestro increíble equipo de trabajo, a los entrenadores y especialmente a nuestros competidores de este año. Me siento honrado de estar en este banquete con ustedes y este año les tenemos una gran sorpresa- dijo comenzando a caminar a donde estaban todos los competidores.
Volvió a llevar el micrófono a sus labios –El año pasado los patinadores nos demostraron que nos hacía falta algo, un espectáculo de completo entretenimiento. La vez pasada, muchos de los jóvenes aquí presentes hicieron un verdadero espectáculo, el cual nos alentó a hacer algo este año. Así que les pido a todos que le demos un fuerte aplauso a la ilusionista, Kagami- todos los presentes algo extrañados comenzaron a aplaudir y miraron como una mujer de cabello negro y liso caminaba con gran elegancia hasta el centro del salón, su vestido verde le hacía resaltar su pálida piel además de que hacia juego con sus ojos.
La mujer sonreía y con gracia hizo una ligera reverencia – Les agradezco a todos los presentes y a los organizadores por esta cordial invitación. Me siento privilegiada por estar esta noche con ustedes y frente a estas brillantes estrellas del patinaje a quienes honramos esta noche. Me encanta saber que todos son tan diferentes y a la vez todos poseen los mismos sueños, Yuri Plisetsky, Yuuri Katsuki, Otabek Altin, Christophe Giacometti, Phichit Chulanont y Jean-Jacques Leroy les agradezco habernos dado un excelente trabajo y una final tan extraordinaria.- dijo volviendo a hacer otra pequeña reverencia mientras les aplaudía a los patinadores haciendo que todos volvieran a aplaudir.
Todos se miraron entre ellos extrañados pero enseguida voltearon a ver al público y cada unos comenzó a sonreír lo mejor que podía para agradecer ese gesto. Viktor estaba al lado de su ex- entrenador, ambos aplaudiendo pero sin sonreír. Ambos en alerta -¿Qué es esto Yakov?- pregunto el pleiplateado.
-No lo sé, esto es culpa de tu pupilo, jamás había visto a esta mujer y no recuerdo que durante el banquete hicieran un espectáculo- respondió el hombre sin quitarle la vista a la extraña mujer que seguía felicitando y adulando a los patinadores.
-Sin embargo estoy segura que para llegar aquí tuvieron que dejar muchas cosas, olvidarse de personas, abandonar otros sueños y esperanzas. Son jóvenes talentosos en la pista de hielo pero jóvenes a fin de cuentas, así que quiero pedirles un enorme favor a los seis. Esta noche quiero que todos los presentes les conozcan pero no solo la cara que ustedes siempre les muestran, quiero mostrar ese rostro que ni siquiera ustedes conocen. Les pido que me acompañen- les dijo la pelinegra tomando la mano de Yurio, incitando a todos los demás a seguirla.
Yuuri volteo a ver a Viktor algo inseguro y su entrenador noto como él no era el único, todos los patinadores miraban a sus entrenadores. El ruso sabia por propia experiencia que el entrenador es una persona muy importante para el patinador, es en quien confían plenamente y es la persona que debe protegerlos fuera de la pista por eso no temió ni por un segundo cuando se coloco frente a su pupilo y camino con el –Esta bien señor Nikiforov, estoy segura que al señor Katsuki le encantara que usted también participe además de que tranquilizara a los demás entrenadores- le dijo Kagami sin siquiera tomarse la molestia de voltear, parecía que ya sabía que Viktor haría eso.
-Entonces me parece perfecto acompañarlos, ya que todos son amigos míos, gracias por entenderlo señorita- respondió educadamente pero su mirada lucia fría y desconfiada, miro a los demás entrenadores para hacerles saber que el cuidaría a los demás patinadores. En verdad planeaba protegerlos si esa mujer intentaba algo que pudiera herirlos, el protegería a Yuuri con todo lo que tenia.
Caminaron hasta llegar a una puerta que unía el salón del banquete con otro salón más pequeño. Kagami se coloco en la puerta y les hizo entrar a los siete y cerró la puerta después de que entrara el último patinador quedándose ella afuera del salón, las luces estaban apagadas así que no veían absolutamente nada. Viktor tomo la mano de su pupilo y lo jalo para ponerlo detrás de él -¿Qué es esto señorita?- pregunto en voz alta y firme, la actitud de esa mujer le estaba enfadando y era muy raro enfadarlo pero en verdad sentía que estar ahí era un terrible error.
Las luces de pronto se encendieron, Phichit parecía a punto de desmayarse, Chris parpadeaba repetidas veces para adaptar sus ojos al cambio de luz, Yurio y Otabek permanecía lado a lado y por la expresión del mayor parecía muy molesto, JJ estaba cruzado de brazos comenzando a caminar por el lugar. Viktor y Yuuri miraban todo el lugar aun tomados de las manos.
-¿Qué demonios es esto?- dijo JJ bastante molesto.
El lugar era angosto solo habían sietes sillas colocadas frente a un enorme espejo que llegaba de pared a pared, haciendo que se reflejara todo el cuarto.
-Les pido atentamente que se tranquilicen, nada malo va a sucederles ahí dentro, todos podemos verlos por las cámaras de video que están en el cuarto, frente a ustedes están ubicadas siete sillas, una por cada uno de ustedes, por favor tomen asiento y quiero que miren su reflejo, obsérvense detenidamente. Este espejo es muy especial.- les llego la voz de la ilusionista por bocinas que ninguno veía.
-Esto no me gusta- dijo Chris dando media vuelta y dirigiéndose a la puerta, no se quedaría para seguir este juego, era algo ridículo, sin embargo cuando llego a la pared no había rastro de la puerta– La puerta no está – murmuro el rubio esta vez si algo asustado. Todos le voltearon a ver y soltaron exclamaciones de asombro.
Yuuri se acerco a Chris y paso su mano por la ahora pared – Desapareció, como si nunca hubiera estado ahí- dijo.
-Eso es imposible cerdo, todos entramos por esa puerta- murmuro Yurio acercándose también, golpeo la pared donde antes estaba la puerta un par de veces pero no se sentía nada, como si en verdad todo ese fuera un muro completo.
- Como les dije, no tienen de que preocuparse, el cuarto en el que se encuentran es llamado "El cuarto del espejo" ninguno podrá salir de el hasta que hayan expresado lo que de verdad tienen en su corazón. Le pido que cada uno se siente frente al espejo. Todo será mucho mas sencillo y rápido de lo ustedes creen- se volvió a escuchar la voz de la mujer. Todos se sentían inquietos de estar ahí encerrados y ninguno parecía querer moverse.
Hasta que Otabek dejo salir un bufido algo desesperado y camino hasta alcanzar el respaldo de una de las sillas, sentándose justo como la ilusionista les había dicho –Mientras mas rápido lo hagamos más rápido saldremos de este lugar- fue lo único que dijo mientras cruzaba los brazos y miraba detenidamente su reflejo.
-Tiene razón- dijo Chris también tomando asiento en otra silla. JJ y Yurio les imitaron pero con un gesto irritado.
-¿Yuuri, que hacemos?- pregunto el tailandés mirando a su mejor amigo, parecía un poco asustado así que el japonés le sonrió con amabilidad y le tomo del hombro, empujándolo un poco para que ambos caminaran a las sillas.
-Hagámoslo, no te preocupes Phichit- le dijo amablemente tomando la silla junto a la de su amigo. Viktor tomo el último lugar disponible al lado de su pupilo, quedando en orden. Otabek en un extremo, seiguido de Yurio, JJ,Chris, Phichit, Yuuri y cerrando con Viktor. Todos callados solo viéndose a través del espejo, esperando alguna indicación por unos segundos pero parecía que nadie les diría que hacer ahora.
Yurio soltó un grito de desesperación – ¡Mujer podría decirnos qué demonios tenemos que hacer para largarnos de una buena vez!- El rubio muy molesto estaba al borde de comenzar a golpear algo, odiaba que le hicieran perder el tiempo y justo ahora lo único que quería era ir a divertirse con Otabek en la fiesta que supuestamente estaba hecha en su honor, quería celebrar todo su esfuerzo para alcanzar la medalla de oro.
Se volvió a escuchar las bocinas y la voz de la ilusionista lleno el cuarto – Deben abrirse para que la puerta vuelva a aparecer, si no lo hacen se quedaran ahí-
-¿JAAA? Yo no pienso seguir esta tontería- grito Yurio poniéndose de pie de un salto y camino con rapidez de nuevo hacia donde antes estaba la puerta comenzando a patearla con desesperación, lo más rápido que podía.
-…Hada…- murmuro JJ con voz asustada haciendo que el rubio volteara para gritarle que se callara pero su voz no logro salir de sus cuerdas bucales. Al girarse todos miraban con completo asombro el espejo.
En la segunda silla, entre Otabek y JJ estaba la fina figura de Yuri Plisetsky, sentada, con la mirada fija frente a él. Sin embargo el Yurio real estaba parado, recargado en la pared viendo con asombros y algo de miedo el reflejo.
En automático todos se pusieron de pie, alejándose del espejo hasta que sus espaldas chocaron contra la pared. Para asombro de todos sus reflejos seguían en la misma posición, cada una viéndolos fijamente.
-¿Qué clase de brujería es esta?- grito Phichit escondiéndose detrás de Yuuri, todos estaban bastante asustados por lo sucedido. Solo podían escucharse sus respiraciones aceleradas, incluso parecía que algunos estaban a punto de sufrir un ataque nervioso.
El Yuuri del espejo se puso de pie repentinamente con una amable sonrisa en sus labios – No es nuestra intención que se asusten- dijo mirando al verdadero Yuuri con cariño.
-Así es, tienen que escucharnos, hace mucho tiempo que no quieres escucharme Chris- murmuro el Chris del espejo mirándose con un poco de enfado.
-¿Escucharte? ¡Esto es imposible! ¿Qué demonios está sucediendo?- respondió el patinador Suizo mirando con verdadero miedo el espejo frente a él.
-No queremos asustarlos, solo pensamos que ninguno a tenido el valor de enfrentarse a sus sentimientos, lo que de verdad tienen en su corazón y si no lo enfrentan siempre estarán atorados y no podrán ser realmente felices- murmuro el Phichit del espejo también poniéndose de pie y caminando hacia el borde del espejo, parecía que en cualquier momento esas figuras podrían atravesar el cristal, era una conmoción para todos.
Viktor se miro fijamente, ese chico del otro lado del espejo le devolvió la mirada pero con un poco de burla – No podrás escapar y no podrás sacarlos de aquí hasta que se enfrenten a si mismos- le respondió su reflejo con un tono cantarín que en verdad le molesto.
-No tienes por que tener miedo, Yuri- le dijo su reflejo a Yurio.
-No te tengo miedo, esto es un truco barato de esa anciana, esto simplemente no es real, tu no estás hablando y todos nosotros no estamos viviendo nada más que una alucinación- dijo exasperado el rubio.
-Es un truco pero si es real, al menos lo que debo decirte lo es, se que no me tienes miedo eres muy fuerte y eso mismo es lo que me preocupa, no quiero que toda tu vida estés engañándote para no salir herido.- respondió el Yurio del espejo.
-Eso no es…- intento decir Yurio pero su reflejo golpeo el cristal haciendo que este se retumbara para callarse.
-¡Deja de ser tan imbécil! Si no lo aceptas de una buena vez jamás podrás ser feliz- grito el reflejo esta vez sus ojos brillaban como si en cualquier momento se soltaría a llorar – No debes tenerle miedo a estar enamorado, Yuri. Es hermoso lo que sientes, tus ojos se iluminan al mirar su rostro, tu corazón tiembla de amor e incluso tú alma se sacude, jamás habías estado enamorado y esas son las señales de su llegada- le dijo con cariño su reflejo, recargando su frente en el espejo.
Dejo salir un largo suspiro –Abre tus brazos, dile que ya lo esperabas, dale tus sueños, no dejes que se vaya. Dile que nadie…que nadie te hará cambiar este amor por el, dile que el amor existe, que en verdad existe porque al fin lo encontraste en él. Dile que es para ti tan atractiva, dulce y delicada que mirarlo te quema en corazón, que es tan serena y clara que tocarlo te cura el alma. No temas a pelear por el, sabes que tendrás que hacerlo si quieres la dicha de poder tenerlo entre tus brazos. Cuando llegue el momento pelea con todo lo que tienes. No vuelvas a negar lo que sientes y no te avergüences por saber quién es, esa persona es el mejor ser humano que has conocido, te hace querer ser mejor persona y es lógico que otras personas también vean su belleza pero depende de ti hacer que sea tuyo.-
Todos estaban en completo silencio mirando detenidamente el rostro de Yurio, sus mejillas estaban completamente rojas, todos soltaron exclamaciones de sorpresa al ver como comenzaron a salir lagrimas de los verdes ojos de su amigo.
-Yurio…- murmuro Yuuri queriendo acercarse al rubio, este comenzó a llorar frente a todos mientras su reflejo le sonreía comenzando a llorar también.
-No quiero que lo sigas negando y se que tu no puedes seguir negándolo- murmuro el reflejo.
-¡YA BASTA!- grito Otabek, dando unos cuantos pasos llego hasta su amigo y lo jalo hacia su pecho, envolviéndole en sus brazos, sabía que el chico odiaba sentirse vulnerable y quería al menos poder ocular su rostro de todos los que les miraban – No sé quién diablos te crees ilusionista, pero pararas esto ahora-
-Ya te lo dijo, no hasta que todos hablen con el corazón, tu también debes abrir tu corazón, debes..- dijo el Otabek del espejo.
-¡Tú no sabes nada! ¡No se que es esto pero tu no conoces mi corazón!- le grito con los dientes apretados mientras seguía acariciando la espalda de Yurio.
-Si lo sé, yo soy tu corazón. Sabes por qué estas enojado, te comportas de esta manera por qué no te gusta que nadie lastime a Yuri, no lo soportas por que estas enamorado de el-
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CONTINUARA….
Gracias a todos por leer esta pequeña historia, si llegaste hasta aquí dime que te parecía y que piensas que sucederá con los demás patinadores. Si tienes una idea de la canción que utilice déjamelo saber en el review.
Felices fiestas. Nos leemos pronto
