Titulo: Portkey Party (Fiesta Trasladora)
Autor: Sarea Okelani
Traductora: Mago
Rating: NC-17
Categorías: Romance, Humor y un poco de Angustia para buena medida.
Spoilers: Estas seguro (a) si has leído todos los libros de HP.
Disclaimer: No son ni míos ni de Sarea, la autora original en inglés de esta magnífica historia.
Notas de Autora Original ¡Gracias a Robbie, Fo, Jade y Cranium por la inspiración! Agradecimientos adicionales van a Jade por su típica ayuda/entretenimiento en el trabajo de beta y por dejarme usar su nombre en vano. Mucho amor y gratitud van a Hannah por atacar mis americanismos y transformarlos en "bretañismos". Oh claro, y por dejarme usar su nombre en vano. Finalmente, esta historia esta dedicada a Amelia, cuyo nombre también uso en vano. Ninguna de estas damas tuvo algo que decir en las personalidades de los personajes que están nombrados después de ellas; es solo que a veces me canso de escoger nombres para ellos.
Resumen: Ginny Weasley se enorgullece al decir que es una mujer progresiva, pero una fiesta inconvencional puede poner a prueba que tan tolerante realmente es.
Fiesta Trasladora
por Sarea Okelani
Un punto bueno de ser una abeja trabajadora e insignificante en el Ministerio, Ginny decidió, era que tenía todos los aniversarios gubernamentales libres. Para la mayoría de la gente que se encontraba sentada en el patio del café, y quien pasaba por la banqueta, era un lunes de trabajo como siempre. Pero Ginny estaba observando el aniversario de la derrota de Gâblakh El Quisquilloso en la Batalla de Tunguska en 1401.
"¿He mencionado cuanto me arrepiento de haber abandonado el Ministerio?" Amelia Andrews se quejó. "Estoy en mi receso de comida de 45 minutos mientras ustedes están sentadas ahí con todo el tiempo del mundo."
"Es bastante lindo," Robin Seggs dijo, solamente con un poco de presunción. "Nadie te forzó a irte a trabajar con los gnomos."
"¡El Ministerio estaba sofocando mi creatividad!"
"Y es mucho mejor en Gringotts¿no es así¿Los gnomos alientan la toma libre de decisiones y negocios?"
"Al menos el sueldo es mejor," Amelia dijo.
"Eso es porque tienes que trabajar en los aniversarios," Ginny fijó. "Es sorprendente para mi que el mundo mágico no se detenga por completo a pensar en los cambios verdaderamente radicales que ocurrieron hace 605 años atrás. Si las fuerzas de Rebelión no hubieran detenido a Gâblakh en Tunguska todas estaríamos usando vestidos escamosos y nos enjugaríamos con la sangre de alguien que nos ha hecho mal como nuestro régimen diario."
"Oh cállate, Ginny." Amelia parecía irritable.
"Bueno, pues a mi no me faltaría sangre si ese fuera el caso. Yo solo necesitaría unos pocos minutos para mandarle una lechuza a mis ex-novios," Robin dijo.
"¿Qué les puedo traer, señoritas?" Su mesera literalmente se materializó del aire con un pergamino en mano.
"Yo pediré un sándwich de pavo y tocino," Ginny decidió. "Sin tomate o mayonesa, con—"
"Tocino extra crujiente y fruta fresca en vez de papas al lado," Amelia completó. "Gin, eres tan predecible."
"No lo soy," Ginny dijo indignada.
"¿Te gustaría un vaso de jugo de naranja recién exprimido?" su mesera preguntó, sus cabellos violentamente rojos poniendo a los de Ginny en vergüenza. El cabello de la otra mujer era del tipo escarlata oscuro que tenía que verse como si viniera de un pomo de pociones…lo cual era bueno, porque así era. Ginny había pensado hacerse algo en el cabello en las semanas recientes—cortárselo dramáticamente o cambiar su color, algo para hacerlo diferente.
"Si, por favor. Sin—"
"Sin pulpa, lo sé." Sonrió brillantemente y, después de recoger sus menús, la mujer de cabellos vibrantes estaba en la siguiente mesa para obtener sus órdenes.
Amelia y Robin rieron mientras Ginny trataba de no parecer irritada y fallaba. "Esta bien, así es que me gustan las cosas como me gustan," dijo. "No hay nada de malo en eso."
"Todo esta mal en eso," Amelia dijo. "Estas en un hoyo."
"Ella no esta en un hoyo," Robin defendió.
Ginny le sonrió a la morena. "Gracias, Robin."
"Solo le gustan algunas cosas y se apega a ellas," su amiga continuó. "Algunas de nosotras prefieren un poco de predecibilidad en nuestras vidas, sabes."
"Eh…cierto," Ginny dijo, no totalmente segura de que todavía estaba de acuerdo con Robin, pero aún sin encontrar nada grotescamente erróneo para protestar.
"¿Así es que seguirás así por siempre?" Amelia preguntó, moviendo una mano. "Almuerzo los lunes, Ginny pide un sándwich de pavo y tocino, van a casa a sus pericos o lo que sea…"
"¿Y qué hay de malo en eso? Algunas de nosotras escogemos estar sola. Nos gusta estar solas," Robin dijo.
"Ahora esperen un minuto—" Ginny comenzó.
"Eso es. Yo no pienso que te guste. Creo que te sientes sola y quieres compañía, pero eres muy miedosa o tímida o como quieras para ir allá afuera y conocer a gente. Conocer hombres. Yo era igual. Yo era antisocial. Prácticamente me había convertido en un ermitaño. Pero después me puse ahí fuera y miren que feliz soy. ¿Acaso no parezco feliz?"
Ginny obedientemente estudió la cara de su amiga. No había conocido a Amelia durante su fase "antisocial", y personalmente encontraba algo difícil de creer que alguna vez hubiera habido una. Con su rubio cabello, ojos verdes, y personalidad de notar, Amelia nunca faltaba de compañeros—ya fueran del tipo femeninos o masculinos. "Te ves bastante feliz," Ginny admitió.
Amelia se mostró triunfante. "Ahí lo tienen¿ven?"
"¿Cuál es tu punto, exactamente?" Robin preguntó irritada. "¿Qué debería dormir con cada tipo que entre a la oficina y entonces seré feliz¿Cómo tu?"
"Piensas que eres bastante perspicaz¿no es así?" Amelia dijo cruzándose de brazos, imperturbada por las críticas.
"Algunas veces," Robin respondió modestamente.
"Te haré saber que no he tenido una cita en mas de dos semanas," Amelia dijo con dignidad, arruinándolo después al continuar. "Estoy casi gritando de la frustración. Y no es que no haya hombres. Están allá afuera. Es la situación que se ha vuelto fastidiosa. Es la misma vieja cosa cada vez. Conoces a alguien, dolorosamente atraviesan todas las fases incomodas que la sociedad requiere antes que ambos estén lo suficientemente cómodos para tomar ese siguiente paso, y a veces, descubres que ni siquiera son compatibles en ese aspecto, gastando todo el tiempo que tomaron para llegar a ese punto. A veces realmente pienso que debería ser requerido que la gente tuviera sexo antes de decidir si quieres o no pasar por el proceso de salir con ellos."
Ginny boqueó a su amiga. "En realidad no quieres decir eso. ¿No crees que el sexo es mas significativo si estas cometida a una rela—"
"¿Quién esta buscando significativo? Yo solo quiero un buen acostón," Amelia dijo, sonando impaciente. "No todos los encuentros sexuales tienen que ser significativos. A veces, solo se trata de consentir nuestros cuerpos en su proclividad natural por el sexo. Es sobre satisfacer necesidades. Hay hombres con los cuales me he acostado y con los cuales jamás consideraría tener una relación."
Robin estaba asintiendo en aprobación. "Amelia es un poco extrema, pero tiene razón. A veces, un acostón es solamente un acostón."
"Pero están hablando de…es decir, ni siquiera los conocen," Ginny dijo, no molestándose por ocultar su asombro.
"¿Por qué tenemos que conocerlos?"
"¡Porqué!" Ginny explotó. "¿Cómo pueden hacer estas cosas con un hombre si no saben nada de el? Es—no lo puedo imaginar."
"Ginny¿me estás diciendo que solo has tenido sexo dentro de los límites de una 'relación significativa y cometida'?" Ambas mujeres la estaban viendo lastimeramente.
Ginny se sentía como en la séptima dimensión. La respuesta, por supuesto, era 'si', pero aunque intelectualmente era algo de lo cual podía alegrarse, la forma en la que la estaban mirando la hacía sentir como una desmañada niña escolar a la cual jamás habían invitado a bailar. "Si, y estoy segura que no lo querría de ninguna otra manera," contestó sin tanta convicción como había esperado.
"¿Cómo lo sabes, si no has experimentado de otra manera?" Robin preguntó.
"Solo hay unas cosas, saben," Ginny declaró, no dispuesta a conceder el punto. "Y sexo insignificante con un completo extraño—" no suena tan desagradable como yo creía "—no es algo en lo cual estoy interesada."
"¿Acaso nunca han visto un hombre que solo querían atar a la cama por tres días completos y solamente salir por aire cuando la falta de oxígeno significaba que te desmayarías y perderías toda la diversión?"
"No, pero estoy pensando que tu si," Robin dijo sonriendo.
"Mmm. Oh si."
"¿Quién es el más reciente?"
"Bueno, esto no es nada original ya que cada bruja que conozco está jadeando por el, y yo nunca termine de ver el atractivo, pero…"
"Oh, no," Ginny dijo, sintiendo como se hundía su corazón en el pecho. ¿Qué tenía que hacía que las mujeres reaccionaran de esa manera? Era ridículo. Si tan solo lo hubieran conocido cuando era un adolescente insoportable, ciertamente no se sentirían así. Así es como ella se había inmunizado, después de todo. "No—"
"Draco Malfoy," Amelia dijo, abanicándose en broma. "Entró al banco el otro día, y señoritas, fue como si mis ojos finalmente hubieran sido abiertos. Portaba ropas casuales, en las cuales no creo haberlo visto antes, y—Dios, solamente estando tan cerca de el, en todo lo que podía pensar era si mantenía esa fresca compostura en la cama. Nadie mas que el jefe de los gnomos se atreve ir hacia el. Eso es algo de presencia ahí—es decir, solo tiene¿Qué, veinticinco años? Buen Dios, eso me hace sentir vieja. Como sea, hay este algo en el--"
"¿Su dinero?" Robin sugirió.
"¿Su total desaire por otras personas¿Su in-titubeante sentido de titularidad?" Ginny suplió.
"Creo que son todas esas cosas," Amelia acordó. "Además, ya sabes, sienta en la junta de directores del Ministerio y es un Malfoy…"
"¿Desde cuando ser un Malfoy se convirtió nuevamente en un estigma deseado?" Ginny preguntó, irritada. "Su padre era un Mortífago. Y no cualquier Mortífago, pero la mano derecha de Ya-Saben-Quién."
Robin sacudió su cabeza. "Solo le da más misterio. A las mujeres les gustan los hombres impredecibles y peligrosos."
"¡Tu también no, Robin!" Ginny estaba desanimada.
"Que cierto es eso. Aparte, tú sabes que el mundo mágico mantiene ese tipo de cosas. Nadie lo dice, pero nombre, familia, sangre—todo eso cuenta. Todos lo sabemos. Si no fuera así¿por qué continuaríamos segregándonos del mundo Muggle?" Amelia se encogió de hombros. "Aparte, tu, Señorita Weasley, deberías estar feliz de que las cosas son así, ya que tu propio nombre esta subiendo en el mundo. Ahora eres Ginny Weasley, Única Hija del Ministro de Magia."
Ginny roló sus ojos. "Por favor. Apenas han sido cuatro meses, y solo ha sido apuntado Ministro actuante hasta que puedan arreglar las cosas con la dimisión tan inesperada de Crane."
"No te estas dando el crédito suficiente," Amelia exhortó. "Fue apuntado antes que otras cuantas gentes muy calificadas. ¡Deberías de tener algo de orgullo familiar!"
"Si, mira lo que el orgullo familiar hizo por los Malfoys," Robin dijo. "A pesar de todo, Draco Malfoy aun retiene todo el estado Malfoy y muchas de las acciones Black. Si esas familias no hubieran sido tan dedicadas a preservar su linaje en bienes raíces, Draco Malf—"
"Por favor¿podemos dejar de hablar de Draco Malfoy?" Ginny exclamó.
"Probablemente podríamos, pero ahora me interesa mucho el tema," Robin contestó, estudiando a Ginny con curiosidad. "¿Estas diciendo que no encuentras atractivo a Draco Malfoy, Ginny?" preguntó. "Sé que solía jalarte tus colitas o algo así cuando estaban en la escuela…"
"¡Mucho peor que eso!" Ginny dijo. "Era la mas horrible, aterradora y asquerosa cosa. No era solamente yo, era a todos. Especialmente a mi hermano y sus amigos. Ni siquiera puedo pensar en el como un hombre, mucho menos como uno atractivo. Para mi siempre será un pequeño rufián con cara puntiaguda. Mi cerebro ni siquiera sabe que hacer con 'Draco Malfoy' y 'apuesto' en la misma oración. Se siente como si fuera a explotar al considerar tal paradoja."
Robin y Amelia rieron. "Pudo haber cambiado desde entonces, sabes," Robin dijo.
"Si, debe ser diferente, porque la persona que vi en el banco—si era tan solo una parte de lo que es ahora, no te importarían las demás cosas," Amelia añadió.
Ginny pensó en los vistazos que había tenido de Draco Malfoy durante el transcurso de los años—los cuales eran bastantes considerando que ella trabajaba en el Ministerio y el pasaba mucho de su tiempo ahí—pero nunca habían interactuado, y mientras tenía que admitir en un nivel objetivo que ciertamente no era feo ese era un grito alejado de ser apuesto. Y el mismo comportamiento arrogante y privilegiado que lo había caracterizado mientras estaban en la escuela no había disminuido ni un solo gramo. "No, dudo que haya cambiado," Ginny dijo.
"Bien, olvida a Draco Malfoy," Amelia dijo. "El es mi ejemplo de alguien con quien me acostaría, sin preguntas. Estábamos hablando de ti acostándote con alguien, conociéndolo o no. Que tal, no se¿Harcourt Davis¿No piensas que es un tipo atractivo?"
Harcourt Davis era, claro, el cantante primario en una de las bandas favoritas de Ginny. Amelia sabía perfectamente que Ginny lo encontraba atractivo, ya que hacía apariciones regulares en los tabloides y frecuentemente discutían los escándalos más recientes en esas basuras, aunque les gustaba pretender que no las leían.
"Si," Ginny admitió de mala gana, ya adivinando que era lo que seguía.
"No me digas que no te acostarías con el si tuvieras la oportunidad," Amelia dijo en un tono que decía 'he probado mi punto'.
"No puedo decir que no, y si me preguntaras mientras hablamos de eso en este momento, diría que sí," Ginny admitió. "Pero es una fantasía. Jamás va a suceder. Y si sucediera, en una situación real de la vida¿quien diría y mi reacción fuera una completamente diferente¡Nuestras vidas fantasiosas son fantasías por una razón! Si fueran reales, perderían su atractivo."
Las otras dos mujeres no dijeron nada, pero intercambiaron miradas y elevaron sus cejas, lo cual Ginny pretendió no notar.
"Sabes," Amelia dirigió a Robin, "si sí durmieras con cada tipo que entrara a la oficina, serías mucho más feliz, eso te digo."
Robin parecía que iba a refutar tal increíble declaración, pero solo suspiro. "Probablemente," dijo. "No he tenido sexo en años. Me estoy marchitando. Muy pronto, no sabré que hacer con un hombre en mi cama."
Amelia rió y hasta Ginny tuvo que conceder una sonrisa. "¿Cuánto tiempo ha sido?" Amelia preguntó en su usual manera directa.
"Veamos…" Robin comenzó a contar con los dedos. "Merlín, han sido seis meses. Seis meses sin una cita. Sin siquiera el rastro de una cita. Gracias, Amelia, por subrayar este factor aplastante de autoestima."
"Deberías agradecerme," Amelia declaró sin arrepentirse. "Porque ahora sabes que tienes un problema y puedes pasar a resolverlo. Ahora, Ginny. ¿Cuánto tiempo ha sido para ti?"
"Oh, en realidad no creo—"
"No puedes escaparte de contestar la pregunta. Este es un almuerzo de chicas, y participarás como el resto de nosotras."
"Yo no en realidad…no sé exactamente…"
"Entonces sabes aproximadamente…brutamente, salvajemente," Amelia insistió. "¿O es ese el problema, y no sabes aproximadamente…salvajemente?" La insinuación en la última palabra era inconfundible, y las otras dos mujeres soltaron risillas mientras las mejillas de Ginny se tornaban rojas.
"Ha sido…como el doble de lo que ha sido para Robin," Ginny murmuró.
"¿Qué¿Un año¿Ha sido un año desde la ultima vez que tuviste sexo?" la voz incrédula de Amelia recorrió el acogedor patio en el cual estaban almorzando.
"Si quisiera que toda Inglaterra se enterara, hubiera puesto un anuncio en el periódico," Ginny siseó, mortificada.
"Nadie esta escuchando; todos están hablando sobre sus patéticas vidas," Amelia dijo descartadamente. "¿Estas tratándome decir que no has tenido un hombre en tu cama desde que tu y Adam terminaron?"
"Ella ya dijo que no se ha acostado con alguien con el cual no tuviera una relación significativa," Robin le recordó.
"¿Y que hay de malo en eso?" Ginny preguntó. "Adam y yo salimos por mucho tiempo y—"
"Oh, Dios, no me digas que aún estas lloriqueando por el," Amelia dijo.
"¿Lloriqueando? No," Ginny dijo honestamente. "Pero no he conocido a nadie desde que terminamos las cosas, así es que…simplemente no ha sucedido. No siento como si me estuviera perdiendo de algo." No hasta este momento, al menos, cuando sus dos amigas la estaban viendo como si de repente tuviera dos cabezas—y una de ellas era escamosa y deforme.
"Ginny, Ginny." Amelia estaba sacudiendo la cabeza, como si estuviera tratando con un niño específicamente testarudo. "Estas pensando esto completamente mal. ¡Necesitas llenar tus necesidades físicas! Las tienes¿no es así? Una vida sexual saludable es completamente parte de un estilo de vida saludable. ¿No ves que estas cayendo en un patrón destructivo e incompleto de no tener sexo?"
En realidad no era una maravilla que Amelia estuviera a cargo de la nueva cuenta en Gringotts; en realidad podía ser muy convincente. Ginny de repente sentía como si se hubiera estado privando todo este tiempo de todas sus necesidades, y no podía salir con una sola excusa sobre el por qué. Ginny miró a Robin por ayuda, pero hasta ella parecía haber sido convencida por el discurso sentido de Amelia.
"¿Entonces que sugieres que haga¿Agarrar al siguiente tipo que vea en la calle y pedirle que me haga el amor hasta que no pueda caminar?" Ginny preguntó irritada.
"No. Tengo la solución perfecta para todas nosotras."
"Que¿Qué entremos a Wardstrom's y demandemos todos sus bolsos de mano y más apuestos asistentes?" Robin sugirió.
"No es una mala idea Robin, pero no." Amelia bajó la voz y se acercó, incitando a las otras dos que hicieran lo mismo de manera que pudieran oír al igual que mantener la confidencialidad. "¿Saben que converso ocasionalmente con Jade Streetham cuando va al banco?" Si Amelia viajaba en círculos rápidos, no era nada comparado a Jade, quien era el modelo Saeta de Fuego a la Nimbus de Amelia. Respondiendo a los asentimientos de sus amigas, Amelia continuó, "Bueno, estará teniendo una Fiesta Trasladora, y pienso que todas tenemos que ir."
"¿Hablas en serio?" Robin preguntó, después de tomar un momento para digerir el anuncio. Sonaba repelida e intrigada al mismo tiempo.
"Bastante seria, querida. Oh vamos, Robin--¿nunca te has preguntado como serían¡Son fabulosas!"
"Pues claro que me lo he preguntado. También me he preguntado como sabe la comida de gato, pero no me ves sacándola a cucharadas del plato del Sr. Whiskerson¿cierto?"
"¿Estábamos o no hablando de avivar un poco nuestras aburridas y típicas vidas sin penes? Esta es una oportunidad perfecta para hacer exactamente eso. Estamos hablando de mutua satisfacción sexual sin compromisos. Solamente sería por una noche."
"¿Qué es una Fiesta Trasladora?"
El repentino silencio en la mesa era ensordecedor. Incluso la mesera rojiza-del-pomo, quien acababa de depositar su comida en la mesa, miró a Ginny antes de desearles una buena comida y alejándose bruscamente. Ginny estuvo forzada a considerar que su mesera probablemente tenía una vida sexual más venturosa que ella.
"Quieres decir…tu nunca…" Robin parecía no saber por donde empezar.
"¡Por Dios, es como si fueras una bebé!" Amelia exclamó dramáticamente, aventando sus manos al aire. "¡Un pequeño, diminuto bebé! Quienquiera que haya sido responsable por tu tutelaje simplemente se encontraba discapacitado. ¿Cómo puedes tener veinticuatro y no saber que es una Fiesta Trasladora¡Yo he sabido desde que tenía trece!"
"Estoy segura que has escuchado de ellas, Gin," Robin dijo alentadoramente. "Tú sabes, es donde gente se reúne para una fiesta, se mezclan y conversan, y después, al final de la noche, escogen Trasladores al azar que los llevan a un cuarto donde alguien más de la fiesta esta esperando. Y después ellos…bueno, tú sabes. Tienen sexo."
"Oh," Ginny dijo, sus cachetes en fuego. "Oh." Miró a Amelia, quien había estado sacudiendo su cabeza tristemente durante la explicación. Ginny había escuchado de tales fiestas, pero jamás se les había dado un nombre, y siempre había asumido que tales iniquidades solamente sucedían en una cueva subterránea, donde la gente iba a explotar, corromper, y enredarse en conductas inmorales y deseosas. Pero su amiga había sugerido, en pleno día, en medio de la Plaza Ministerial, que Ginny tenía que atender a una de estas fiestas. Se sentía irreal. "Quieres decir… ¿la gente de hecho hace esas cosas?" se escuchó preguntar.
Amelia soltó un suspiro. "Claro que si. No es tan raro, en realidad. Yo he estado en dos, y en ninguna de las ocasiones me he marchado chasqueada. No lo haría cada semana como cierta gente, pero de vez en cuando es exactamente lo que necesito. Y Jade seguramente tendrá una fiesta fabulosa."
"Yo iré," Robin dijo. "Siempre me he preguntado como sería una Fiesta Trasladora. ¡Que nunca se diga que Robin Seggs no embarcaba en nuevas experiencias!"
Amelia soltó un chillido de emoción que no era consistente con su imagen de mujer empresarial de treinta y dos años, y volteó a ver a Ginny con ojos brillantes. Se acercó. "¿Y tu, Ginny? Apuesto que tu amiga Hermione estaría de acuerdo conmigo. Es una chica práctica¿no es así? Leí un estudio el otro día sobre mujeres que tienen sexo regular contra mujeres que no, y la verdad del asunto es que el primer grupo es mucho más feliz y mejor-adaptado que el segundo grupo."
"¿En serio?" Ginny replicó intrigada. Hizo una nota mental de investigar esto en su propio tiempo, ya que Amelia a veces era conocida por estirar un poco la verdad para que coincidiera con sus propios propósitos—hecho que Hermione había descubierto poco después de haberla conocido por primera vez. "Hablando de Hermione," Ginny dijo, esperando distraer a sus amigas de la presente conversación, "¿alguna de las dos sabría donde puedo encontrar la vieja formula de Sleekeasy?" Ginny había estado preguntando desde la semana pasada, cuando su compañera de cuarto había creado una escena menos que privada en el lugar de trabajo de Ginny.
"¿Por qué demonios querrías eso?" Robin pregunto. "Su nueva fórmula es por mucho más superior que a esa vieja. Ahora ya no salgo de casa sin usarla."
"Hermione prefiera la versión vieja," Ginny explicó, reflexionando en que tan bien sabía este hecho. Hermione había hecho una aparición improvisada en el Ministerio de camino a otra entrevista de trabajo (no estaba contenta con su posición de asistente de boticario en el Callejón Diagon). Ginny había tratado calmarla, pero la otra chica había estado temblando de frustración, al borde de las lágrimas mientras explicaba la situación. Hermione había usado lo último de su fórmula original de Sleekeasy la semana pasada, y quería hacer una buena impresión su empleador potencial¿pero como podía hacer eso cuando se veía tan completamente in-profesional?
Ginny había hecho lo que podía para reconfortar a su amiga, diciéndole que todo lo que necesitaba para obtener el trabajo eran su cualidades, no que su cabello luciera perfecto. Desafortunadamente, Ginny no tenía su propia oficina—tenía un cubículo en el área común—y Draco Malfoy decidió pasar en ese preciso instante. Aunque no se dignó a reconocer sus presencias en ningún sentido, Ginny miró desde el perfil que estaba sonriendo como si hubiera dicho algo increíblemente estúpido e ingenuo. Afortunadamente, Hermione le estaba dando la espalda y no lo vio. En su estado mental tan frágil, burla, aunque en algo tan primario, era capaz de mandarla más allá de la orilla, y esa era lo último que Ginny quería. Rápidamente puso al asno de Malfoy fuera de su mente, ya que su prioridad era conseguir que Hermione se pareciera a la chica segura que normalmente era, para que pudiera ir a su entrevista y tenerlos comiendo la palma de su mano. Hermione eventualmente se calmó, pidiendo disculpas por traer esto al lugar de trabajo de Ginny, pero no había sabido a donde más ir.
Ginny le había dicho a su amiga firmemente que no tenía porqué disculparse, que se veía perfectamente adorable, y que conseguiría el trabajo sin problema alguno. Solo que resultó ser que no fue así, y ya que de otra manera estaba completamente calificada para el trabajo, ambas chicas realizaron que la verdad del asunto, aunque jamás lo dijeron en voz alta: la apariencia física si importaba, y el cabello de Hermione era una prioridad. Ginny no podía hacer más que recordar la expresión de Draco Malfoy; depresivamente, el había sabido la realidad del asunto desde el principio, aunque no había sentido la necesidad de sacarlas de sus ingenuos pensamientos (aunque tenía que admitir que no lo hubieran escuchado de cualquier forma). Pero aun así, ni siquiera lo intentó, aunque debió de haber visto que tan estresada se encontraba Hermione; Ginny simplemente no podía acreditar que Robin y Amelia podían encontrar a alguien tan cruel atractivo.
"Todos saben que la nueva formula es mejor," Amelia estaba diciendo. "Estoy segura que mucha gente está teniendo sexo a por ello. Pero¿a quien le importan las estúpidas fórmulas para cabello¿Qué dices, Gin? Ven con nosotras a la fiesta. ¿Eres una chica o una mujer?"
"Um," Ginny dijo, desilusionada que su esfuerzo por detenerlas le había funcionado por tan poco tiempo.
"No la presiones," Robin regañó. "No importa si vas o no, Gin. Si no estas a gusto con ello, no deberías. Quiero decir, hay muchas oportunidades para conseguir acostarte con alguien si es lo que realmente quieres. Tú apégate a tus principios. Algunas de nosotras lo tienen que hacer, en todo caso. Es algo bueno que no estas en el punto en el cual, Dios, solamente quieres sentir un hombre sobre ti y… Bueno, como sea, no escuches a Amelia. Te amaremos igual, no importa que."
"Hmph," dijo Amelia.
"Gracias," Ginny dijo, pero de repente su sándwich no lucía muy apetecible. Robin solo estaba tratando de apoyarla, pero en cuanto más hablaba, cuanto más quería Ginny tirar la precaución al viento. Solamente tenía veinticuatro años, y pensaba que tenía una perspectiva abierta, pero toda la conversación le había hecho sentir como si fuera de otro siglo. Tal vez hubiera encajado mejor durante el tiempo de Gâblakh El Quisquilloso. Al menos entonces, era requerido que los hombres dieran una manada de Diricawls por el privilegio de dormir con una mujer. Y si la mujer en realidad quería, también podía entrar con el pastor de Diricawls sin que nadie sospechara.
"Te ves tan seria, Ginny. ¿En que piensas?" Robin preguntó.
"Um…¿Diricawls?"
Amelia sacudió la cabeza, su tenedor tomando otro tanto de ensalada. "Eres completamente irremediable. Hemos estado hablado de Fiestas Trasladoras y tu estas pensando en aves, por el amor de Merlín."
"He estado pensando que…" Ginny comenzó.
Amelia y Robin ambas pausaron en sus repasadas, viendo a Ginny con interés. Cuando no elaboró inmediatamente, Amelia blandió su tenedor impacientemente. "¿Qué¿Qué has estado pensando?"
"Que…lo pensaré un poco más," Ginny dijo tentativamente. No estaba lista para echar a un lado dos décadas de la educación moral de Molly Weasley, pero tampoco estaba dispuesta a dejar pasar una oportunidad para explorar un lado de ella, el cual jamás había disfrutado.
Para su placentera sorpresa, Amelia no frunció el entrecejo a esta no-respuesta, pero asintió en satisfacción. "La fiesta es a dos sábados de hoy. Tendré que hacerle saber a Jade cuantos invitados llevaré a la mitad de la semana, así es que hazme saber para entonces¿bien?"
Ginny tomó aire profundamente y sonrió. "Lo haré." Su apetito regresó, y terminó cada bocado de su almuerzo. Debería de hablar con Hermione, pensó. Si esto es algo completamente loco, me hará entrar en razón, y si aún así lo hago, me sentiré mejor sabiendo que ella sabe.
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Mago: No saben cuanto me emociona poder hacer esto oficialmente. Esta historia merece más fans, asi es que fui yo la que se ofreció hacer esta traducción. Quiero que quede muy claro que ESTA NO ES MI HISTORIA. Todo pertenece completamente a la genial Sarea Okelani. Ella tiene los derechos reservados de la trama, no de los personajes. Esperen que ustedes hayan disfrutado el primer capítulo tanto como yo.
always & forever,
°Gyn
