PRÓLOGO
Guadalajara, Jalisco
Noviembre del 2015


–¿Dónde estoy? –Me pregunte confundida . Solo había obscuridad y no podía ver nada, ni las estrellas en el cielo, ni la luna, de pronto el sonido de un relámpago me hace dar un salto hacia delante y caigo, el resplandor producido por el relámpago me hace percatarme que estoy rodeada de árboles con grandes ramas que cubren el cielo y raíces sobre la superficie.

Segundos antes de que el resplandor desapareciera por completo, frente a mi hay un pequeño sendero entre los árboles, pero antes de levantarme del suelo me quedo totalmente a obscuras de nuevo, sin otra cosa en mi cabeza más que la de salir de ese bosque me pongo a gatas y tuve que buscar el sendero a tientas.
Cuando salí vi en frente de mi unos juegos y rutas para corredores y bicicletas, rápidamente supe que estaba en el Parque Metropolitano, estaba poco ilumino por no decir nada pero bajo una de las farolas estaba una banca y en ella estaba Naruto con otra mujer de pelo largo rubio y ondulado y tez clara, pero no la conocía.
Tenía el pie en el aire a mitad de dar el paso cuando veo a Naruto besar a aquella mujer, eso me deja paralizada, no podía creer lo que mis ojos veían, mi ritmo cardíaco aumento en un instante, los ojos los tenia hinchados y rojos a punto de derramar las lágrimas, mi garganta la sentía cerrada no podía articular ninguna palabra, no entendía ¿Por qué Naruto me hacía esto después de estar 3 años casados?
Me dije que no era momento de pensar en eso y me enfoque en respirar hondo y bajar mi ritmo cardíaco, me seque las lágrimas que intentaban salir de mis ojos con las manos y me las limpie en la blusa, casi instantáneamente volteé hacía abajo y me di cuenta que seguía con mi pijama, una camisa negra de encaje que me llegaba al ombligo y unos shorts de licra negros mis mejillas se ruborizaron y volteé a los dos lados buscando ver si alguien me había visto pero no había nadie excepto Naruto, La mujer desconocida y Yo.

Eso me hizo enfurecer más pues seguía sin saber cómo llegue ahí y aparte en pijama, me le acerque a Naruto por detrás y le toque el hombro y rápidamente volteo y note su cara de sorpresa.

–¿Hinata? –Me pregunto–. Sus ojos parecían de alguien sorprendido pero al mismo tiempo su voz sonaba como si estuviese desconcertado.

–Puedes venir un momento –le dije–. Me siguió a unos metro de la banca junto a otra farola.

–¿Qué estás haciendo con esa mujer aquí, a estas horas y aparte besándola? –Trate de parecer seria y enojada pero por dentro solo quería romper en llanto.

Lo único que pasaba por mi mente después de preguntarle eso era correr a sus brazos y darle de golpes a su pecho y esperar a que me detuviera el brazo y me jalase de él y me besara, me diera una explicación tonta y dijera que no lo volvería hacer, pero esto no era así de fácil.

–Hinata empiezo a pensar, que quizás la monotonía nos esté afectando, incluso he dudado si habernos casado fue la decisión correcta. –La frialdad de sus palabras me hizo caer de rodillas, mi cabeza apuntaba al suelo, me daba vueltas la cabeza no podía creer lo que acababa de escuchar, sentí algo recorriendo mis mejillas y cayendo en mis rodillas lo sabía estaba llorando.

–¡lloro sangre! –Grite en mi mente–. Eso no me preocupaba, lo que realmente dominaba mi cerebro era Naruto, Naruto esto y aquello, mi cabello cubría mi rostro pero escuchaba los pasos de alguien acercándose.

–¿Ya nos vamos? –Dijo aquella mujer con dulce voz–.

–Sí. –La respuesta rápida y segura de Naruto me hizo prenderme en llamas, ¿Cómo podía decirme aquellas palabras y luego irse y dejarme aquí sola en la noche? Ese no era el Naruto que conocía, que pasaban con esos 3 años de matrimonio que teníamos se acabarían así nada más ¿Será que no le importo? ¿Todo fue una farsa?

–¿A dónde crees que vas con esta mujer? –le pregunte eufórica–.

–¿Mujer? Tengo nombre sabes, me llamo Victoria. –lo dice con voz presuntuosa–.

–No me importa cómo te llames no te iras con Naruto. –Cuando le dije eso intente levantarme pero cuando estuve a punto de hacerlo Naruto levanta su pierna y la apoya en mi frente y me da un impulso que me hace caer hacia atrás, caigo en un charco con lodo y me ensucio toda, su acción me hace que darme inmóvil en el suelo sobre el charco.

–Vámonos Victoria, dejemos que la basura se sienta en casa en ese charco. –Mientras lo dice me voltea a ver y esbozó una sonrisa burlona, mientras se alejan mi pecho empieza a doler y casi seguidamente mi hombro y cuello, no sé qué ocurre me siento sin aire y creo que me desma…

–¡Hinata! ¡Hinata! –Una voz de despierta, cuando abro los ojos tengo a Naruto en frente de mí con una gran sonrisa acostado en la cama, eso me hace levantarme de un brinco.

¿Eh? Estoy en casa de nuevo que ha pasado ¿Era un sueño? Corro al espejo y me veo con pijama una cara fatal de alguien que acaba de despertar y unas lágrimas en los ojos, volteo hacia la entrada y veo a Naruto recargado en el marco de la puerta.

–¿Estas bien, Hinata? Creo que tuviste una pesadilla no dejabas de gritar mi nombre y llorar, fue por eso que te desperté.
Su voz tranquila y cálida me hace sollozar, lo único que quería en ese momento era correr hacia pero me sentía un poco temerosa por la patada que medio en el sueño.

–Quisiera correr hacia ti y abrazarte pero estoy hecha un desastre. –le dije mientras intentaba esbozar una sonrisa alegre pero parecía más la de un perro maltratado, se acercó lentamente a mí, eso me hizo sentirme incomoda y asustada pero cuando me abrazo sus brazos me tenían totalmente rodeada y pegada a su pecho, podía escuchar latir su corazón, eso me hizo olvidar todo en un instante.

–Quiero que me des un beso. –le pedí un poco ruborizada– Puso su dedo en mi barbilla y la levanto acercándome cada vez más a su boca, cuando toque sus labios eran dulces y cálidos me hacían derretirme por dentro mi cuerpo quería más que durara más tiempo nuestros labios juntos pero el sonido de la alarma del despertador hizo que nos separáramos.


Espero sus reviews para saber si la continuo.