Traducción autorizada por sunshineoptimismandangels. La pueden encontrar bajo ese nombre acá en Fanfiction, en S&C y en Tumblr.

Está historia forma parte de los retos del GKM ( glee-kink-meme.l ivejournal 4 ?thread =62444214# t62444214) Les dejo el link de donde proviene la idea de está historia.

¡Muchas gracias por dejarme traducir otra de tus historias! :D

ENJOY!


TIMER

CAPÍTULO 1


Era una cosa pequeña y discreta pero con tanto poder e importancia. Kurt aún recuerda cuando su mamá le dijo por primera vez lo que era. Él había sido tan joven que apenas lo entendía.

— Todas las personas tienen a alguien, esa persona en el mundo que se supone amarás.—Su madre le había explicado—Alguien que también te amé, no importa lo que pase —.

— ¿Así como tú me amas a mí? —Kurt le había preguntado, sus dedos rozaban el cronometro implantado en su muñeca.

— Yo siempre te amaré, no importa qué, pero esto… —Dijo ella tocando el cronometro con un dedo— Es de alguien que te amará tanto como tu papá me ama. ¿Ves este número aquí? —Dijo y Kurt sacó la punta de su lengua mientras miraba fijamente aquella luz— Se vuelve más y más pequeño hasta que desaparece, ahí es cuando te encontraras con…—

— Tu alma gemela. —Kurt terminó, sintiéndose orgulloso de que él sabía la respuesta.

— Eso es correcto. —Su mamá sonrió— La persona que fue hecha para estar contigo. —

Tenía cinco años cuando su mamá se lo explicó, y él desde entonces sabía que era algo importante.

A veces, en las noches se sentaba en su cama, sin poder dormir y le cantaba canciones a su cronometro. El tipo de canciones que su mamá le cantaba para ayudarle a conciliar el sueño.

Algunos de sus compañeros de la escuela le decían que era una tontería el hablar o cantarle a su cronometro. Tu alma gemela no puede oírte, pero eso nunca detuvo a Kurt. No sabía si su alma gemela le oía o no, pero sabía que su alma gemela podía sentirlo. Lo sabía mucho antes de que alguien le dijera esa parte de las cosas.


— No me siento bien. —Un Kurt de siete años de edad dijo una mañana, mientras sus padres hacían el desayuno.

— ¿Qué está mal, amigo? —Le preguntó su papá.

— No lo sé. —Kurt se quejó— Me siento mal. —

Su papá se acercó y puso una mano en la cabeza del niño— No tienes fiebre. —Dijo.

— ¡Sí, tengo! —Kurt protestó— Me siento caliente por todas partes y me duele la garganta y el estómago y… —

Lo llevaron al médico, quien dijo que Kurt estaba bien, no estaba enfermo en absoluto. Kurt estaba molesto, ¿acaso el doctor pensaba que Kurt estaba mintiendo?

— Pero me siento enfermo. — Kurt dijo, ya al borde de las lágrimas.

— Oh, cariño. —Su mamá le dijo sosteniéndolo en sus brazos— Te creemos, el médico solo dijo que no tienes ningún virus o cualquier otra cosa… Tú alma gemela puede estar enferma y es por eso que no te sientes bien. —

— ¿Mi… mi alma gemela? —Preguntó Kurt.

— Algunas veces, cuando tu alma gemela siente algo realmente fuerte tú puedes sentirlo también. —Dijo su papá.

— ¿Mi alma gemela va a estar bien? —Kurt le preguntó, con los ojos abiertos como platos y un poco de miedo. Él no quería que su alma gemela se sintiera mal.

— Estoy segura que va a estar bien. —Su mamá respondió con una sonrisa— Sus padres probablemente ya lo llevaron al médico. —

La mamá de Kurt nunca llamo a su alma gemela como "él" o "ella". A veces, intencionalmente, su papá decía algo que indicaba que su alma gemela sería una niña, pero en su mayoría mantenían los términos neutrales. Kurt sabía que los otros niños de su clase también asumían que su alma gemela sería una niña.

— Eres un niño. —Uno de sus compañeros de clase le había dicho— Así que tu alma gemela será una niña. Tonto. —

Pero Kurt no estaba seguro y sus padres parecían estar igual. No estaba preocupado por eso. No importa quien fuese, ellos no amarían no importa qué.


No fue hasta que Kurt tenía ocho años de edad que aprendió algo más del cronometro para almas gemelas. Este podría detenerse antes de conocer a tu alma gemela.

Su mamá y su papá, tenían ambos cronómetros en blanco en sus muñecas. Kurt sabía que su cuenta atrás había finalizado en el momento en que sus padres se conocieron. Pero cuando su mamá murió, en las noches su papá permanecía en la cama llorando y apretando su muñera con toda sus fuerzas.

Nada parecía definitivo ya. Nada tenía sentido. Siempre había sabido que conocería a su alma gemela algún día, al igual que sabía que su mamá y su papá siempre estarían ahí para él. Pero ahora su mamá se había ido.

Una noche se metió en la cama con su papá y sintió la fuerte envoltura de sus brazos alrededor de su pequeño cuerpo— Extraño a mamá. —Dijo entre lágrimas, sintiendo el cuerpo de su padre tensarse.

Después de un largo momento, su padre hablaría, con la voz rota y las lágrimas apoderándose de sus ojos: — Yo también la extraño. —

— Ya no quiero perder a nadie más. No a ti… o a mi alma gemela o a quien sea. —Kurt aún no había conocido a su alma gemela, sin embargo, de acuerdo a su cronometro aun le faltaban alrededor de 3,000 días para que eso sucediese, pero él ya sentía que su alma gemela era una parte de él, y el temor de perder a alguien más era demasiado— ¿La gente pierde a su alma gemela incluso antes de conocerla? —

Su padre dejo escapar un suave suspiro para luego responder: — Sí, a veces. —

Kurt se deslizo hacía atrás y miró a su padre a la cara. Se veía cansado y triste.

— ¡No, pero el cronometro! —

— A veces les suceden cosas malas y su cronometro queda en blanco antes de conocer a su alma gemela, cuando eso ocurre, significa… significa que murieron. —

— No. —Repetía Kurt mientras comenzaba a llorar.

— Eso no va a pasarte. — Dijo su papá con tanta determinación que a Kurt no le quedo más que creerle.


Cuando Kurt tenía 13 años le confeso a su padre que era gay. Había sido un accidente. Estaban en el sofá viendo High School Musical cuando a Kurt se le escapó por error.

— Me pregunto si a mi alma gemela le gustan los musicales. —Kurt dijo mientas pasaba un dedo por su cronometro— Espero que a él le gusten. —Luego se quedó inmóvil— Quiero decir… quiero decir ella. Mi alma gemela. Ella… o lo que sea…—

Miró hacía su papá con el corazón en la garganta. Él solo se echó a reír.

— Estoy seguro que si a él no le gustan los musicales tú lo puedes hacer cambiar de opinión. — Había dicho su papá y eso había sido todo. Desde ese día ambos llamaban a su alma gemela un "él" en lugar de una "ella".

Tener un alma gemela de tu mismo sexo no era algo inaudito, pero aún se tomaba muy discretamente por todo lo conservador que podía ser Lima, Ohio. Aun así, Kurt mantuvo la cabeza en alto, a pesar de las burlas que pudo sufrir.

La gente se burlaba de él por ser gay, le decían que su alma gemela no era un alma gemela real si se trataba de otro chico, que su cronometro de tiempo terminaría su cuenta atrás y nada sucedería porque era una abominación. Las palabras dolían, pero Kurt no dejaba que lo derribaran.

En algún lugar había un chico que iba a amar incondicionalmente a Kurt, un chico que estaba hecho para amar a Kurt. Él frotaba su pulgar sobre su cronometro o lo mantenía cerca de su corazón mientras ignoraba las cosas odiosas que la gente decía. Ellos no importaban de todos modos.

TBC