Historia: ¿Boston?

Pairing: Brooklyn/Kai

Derechos: La serie de Beyblade y todo lo que conlleva a ella, no es mio, por lo tanto, para decirlo de manera educada, los tomé prestado, si no, uno se queda sin historia.

Shonen-ai

Serie de drabbles inconexos y a la vez no, sobre la relación de estos chicos después de campeonato mundial. Basado en la canción titulada Boston del grupo Augustana. Por lo tanto es un songfic, que no se note es otra cosa.


La noche daba un fresco embriagador. El viento acariciaba a las hojas de árboles frondosos de forma constante con aquel silbido inequívoco de un viaje en extremo lejano realzando en transparencia la belleza de la Naturaleza.

1° Drabble.

Kai sé que lo sabes, pero en minutos de que el coraje se arreciara en ti, conseguí un paseo nocturno en el parque. No hay mucha gente, pero sí la suficiente para la melosidad del infortunio corazón al ser enamorado. Uno que palpita, tal vez, en nosotros. No quiero pensarlo, porque soy demasiado lógico para aceptarlo y tu, complicadamente anti sentimentalista para expresarlo.

Y lo creo así encogiéndome de hombros lo cual tiene consecuencia en tu malhumor. Frunces el ceño esperando algún comentario, el cual, no te daré. Prefiero contemplar el paisaje del lugar, a las palomas acurrucándose en los recovecos de las estatuas para descansar de su arduo trabajo en la búsqueda del alimento continuo y, a veces virar para observar los entrelazos de manos en aquellas parejas que impregnaban de su historia a las bancas de verdoso color alrededor de la fuente que, en sus aguas, reflejaba la luminiscencia de los faros en perfecta sincronía con la estética del lugar.

Paraste de golpe cruzando los brazos a tu pecho.

—¿Ahora qué pasa?— aventuré a expresar con la tranquilidad emanante de mi característica personalidad.

No dices nada arremetiendo con tus miradas en supuesto asesinas pretendiendo, en vano, alguna acción de mi parte. Te desespero, lo sé, sin embargo, en lo basto de mi conocimiento de mí mismo prefiero tener un plan antes de plantar estrategia alguna que me lleve a una expectativa convincente para perpetrarla, en pocas palabras, actuar por una razón especifica.

—Sabes, no leo mentes— mentí con indiferencia. La verdad es que tengo flojera de entenderla. Volví encoger los hombros, esperando el momento, que al fin llegó, para que tomases mi brazo y lo arrastraras a las lejanías de los faros adentrándonos en tu desesperación a la oscuridad de entre los árboles.

Suspiras con resignación, moverme no es sinónimo de que tengas el control y lo sabes, soy yo quien la tiene.

—¿Kai?— reproché poniéndome serio en el acto y divirtiéndome internamente.—Parece que tienes ganas de hablar o golpearme— la segunda no, quieres gritar y yo concierto grado de masoquismo te dejaría.

El viento sólo susurraba para dejarme escuchar tu respiración y el árbol donde te recargaste se mecía de vez en cuando para dejar pasar la luz de la luna y descubriera ante mí las facciones de tu frustración. Reí logrando que alzaras una ceja para demostrar tu desconcierto; si supieras que con cierta melancolía entendí, después de este tiempo en Boston que esperabas a alguien como yo, en definitiva no yo pero si parecido, que aguantara tus peroratas sin hastiarse o indignarse al acto, creo doblarías a la izquierda y te perderías sólo para demostrar que no necesitas de nadie. Porque en este momento debates si abrirte o no, porque crees que al escuchar me hartaría o la que más adoro, el hecho de darte cuenta que no deberías mitigarte conmigo. ¿Qué culpa tengo yo de tus problemas?

Pero realmente te dejaría, si lo hice tres veces en momentos de arrebatos inconscientes de tu parte, no costaría nuevamente, pero sería tu decisión, y como he pensado, entendí que cualquiera podría estar en mi lugar escuchándote. No lo quiero.

—¿Qué decías? No te escucho— aguijoneé con el corazón agitado a pesares de mi físico con actitud flácida. Nunca conseguiré despabilarme.

—Idiota— murmuraste bajando la mirada enderezando tu cuerpo. Odio cuando te acercas en demasía. Un beso. Si lo quieres tendrás que actuar.

Te enojas caminando hacia las afueras del parque, esperando en la esquina a que llegara. Soy de lo peor, que puedo decir, cara de ángel con la fuerza de las tinieblas en cada una de mis acciones. Si tus amigos supieran, creo te apreciarían más, por la única razón de que eres más honesto que yo.

Voy hacia a ti. Puedo esperar. Soy la palabra llamada paciencia, no lo olvides…