1. Universo alterno, por lo que habrá algo de OoC para mejor adaptación de los personajes en la historia.

2. Mención y descripción de ZoroxRobin, no demasiada, pero sí la suficiente para que el título tenga sentido.

3. Todos los personajes pertenecen a Eiichiro Oda.


I: Versus


Un simple "te quiero" es una bomba arco iris

que tiñe al mundo en colores;

para unos armoniosos,

para otros,

oscuros.


Viernes 13 de noviembre del 2015


Las serpenteantes siluetas de las señoritas resultaban ser una mejor atracción, en vez de las luces de esa gran habitación, que en sus cuatro paredes encerraba una acalorada música; misma que era el motivo de los movimientos tan encendidos, no solo por las mujeres, sino también por los hombres.

Por supuesto, no es como si algo malo estuviera ocurriendo dentro de ese gran lugar, que al final de cuentas, su único objetivo era servir como salón de fiestas. Justo lo que se estaba llevando a cabo en éste momento. Y no precisamente fue hecha por la persona festejada, que era el principal motivo de su realización.

Zoro ni siquiera quería que su cumpleaños fuera celebrado, y si ese hubiese sido el caso, tampoco iba a ser algo tan despampanante.

La música que estaba pasando no era de su agrado, demasiado ruido para su siempre seriedad y tosquedad. No era bueno para éstos ambientes y no deseaba empezar a mejorar ahora. Por eso, su ceño fruncido no se había deshecho desde que inició, pese a que trató de suavizarlo un poco ante la mirada amenazante de Nami; no le tenía miedo, pero sí respeto. Además, era la mejor amiga de su querida novia.

Bueno, Zoro no podía ser tan amargado, porque sí existía una parte en su ser que disfrutaba la fiesta y de la música candente que ahora sonaba, pero solo porque tenía ante él los místicos movimientos de Robin.

Ellos, una pareja admirada, y tan curiosa. Él como un animal salvaje salido de la selva, y ella, como una ninfa delicada proveniente del bosque.

Nico Robin era una mujer muy codiciada dentro de su universidad; iba en último semestre, en la facultad de arqueología y era una de las estudiantes eruditas, becadas y con grandes oportunidades para su futuro. ¿Quién no se enamoraría de ella?

Ya con veintitrés años cumplidos, era toda una diosa de la universidad.

Fue una gran sorpresa que alguien como ella, cayera encantada con el gruñón de Roronoa Zoro. Sin embargo, tenía lo suyo, era un chico igualmente popular, solo que él marcaba con menos gentileza su poco interés en pertenecer al mundo de los populares. Si iba a ser reconocido, sería por su talento, su duro esfuerzo, no por superficialidades como el físico.

A diferencia de Robin, Zoro estaba en el quinto semestre, en la facultad de mecatrónica, con veintiún años cumplidos. Era un hombre muy determinante, exudando virilidad por todos sus poros, demostrándolo al ser un participante reconocido en el club de deportes, pese a que no mantenían notas demasiado elevadas en lo que estudiaba, pero tampoco era malo en eso.

Chains de Nick Jonas, sonaba tan escandalosa, y sugerente, para todos los que estaban ahí.

—La fiesta se hizo para que te diviertas y sepas lo mucho que te valoramos, cariño —dijo Robin, con esa usual voz suave, como si fuera porcelana. Solía mostrarse simpática y amable con todos, aunque a veces tenía sus momentos "siniestros", como solía decir uno de sus amigos.

—Y, como dije, lo agradezco. Pero hubiese preferido tenerte solo a ti, Robin —la voz de Zoro, para cualquiera que no lo conociera y lo escuchara, sería como si estuviese tratando mal a su novia. Pero nada de eso. Incluso le había tomado de la cintura, apegándola a su cuerpo.

—Qué egoísta, Zoro —rió ligeramente ella y depositó un beso en la mejilla de su pareja.

—No me gusta que todos te vean como perros al asecho y parece que muchos se están tomando esa jodida libertad el día de hoy —a Robin le causó gracia que el de cabello verde parecía como si estuviera haciendo un berrinche con ese comentario.

—No tienes de qué preocuparte —trató de calmarlo.

Zoro simplemente puso los ojos en blanco.

— ¿No ibas a ir a verte la cara con Nami al baño? —recordó, pues hace como cinco minutos, la mencionada muchacha llegó llamando a la pelinegra.

—Oh, es verdad. No tardaré.

Con eso, parecía que Robin no volvería a sacar otro comentario innecesario sobre que tenía que disfrutar la fiesta, porque no importaba lo que ella le dijera, su perspectiva no iba a cambiar. Y, sobre todo, por el hecho que sabía que varios de los invitados estaban de aprovechados mirando a su novia.

Es decir, Zoro y Robin llevaban cuatro meses siendo novios —poco tiempo para muchos—, sin embargo, no evitaba sentirse molesto porque alguien más viera con segundas intenciones a su pareja. Él siempre fue muy sobreprotector con las personas en sus relaciones amorosas, y ésta no iba a ser la excepción, aunque no llevaran ni el año.

No es como si fuera un violento manipulador, no. A Roronoa lo único que le molestaba eran las segundas intenciones de los hombres con su novia y el poco respeto que le tenían cuando la miraban, mas no la privaba de su libertad.

— ¿Alguna vez ha pasado por tu diminuto cerebro, qué tiene de malo tú relación con Nico-ya? —cuestionó una inesperada voz masculina, con un tinte malicioso, pero tan sensual, que ni a Zoro lo pasó desapercibido.

—Me vale una puta mierda. Lárgate, Law —cómo no iba Zoro a conocer a ese sujeto.

—Verás —el recién llegado no estaba nada inmutado con la feroz mirada que el de cabello verde le dedicó, más bien, se estaba divirtiendo; la ligera comisura derecha de su labio elevada, lo dejaba en claro—. Si una mujer tan hermosa, que te quiere y es tu novia, te hace una fiesta, lo mínimo que debes hacer es bailar con ella. No que ella te medio baile mientras tú estás sentado, como un pedazo de mierda acabado de salir.

— ¡A mí nadie me dice qué hacer o no con mi novia, imbécil! —la paciencia de Zoro estaba pendiendo de un hilo, su voz contenida y siseante era una advertencia notoria— Robin está conmigo, no contigo.

—Por ahora. Solo es cuestión de tiempo, y eso hasta tú lo sabes, Zoro-ya —Law dejó que el susodicho viera su sonrisa burlona, mientras se inclinaba en la barra de las bebidas del salón. Se puso cómodo, como quién asiste a un teatro para escuchar su monologo favorito.

—Será mejor que te largues, porque me vale una reverenda mierda si es una fiesta, te partiré la cara.

— ¿Ves? ¿A qué clase de novio le importa tan poco la fiesta que le organiza su novia, como para iniciar una pelea?

Zoro no era de perder los estribos tan fácilmente, era una persona estricta consigo mismo, y el manejo de sus emociones lo iba aprendiendo poco a poco en la disciplina que seguía con el deporte. No obstante, Law parecía tener algo que lo hacía irritar a tal manera, que ese "control" de sus emociones se iba al demonio.

Y, Trafalgar Law se divertía tanto viendo al de piel cobriza sucumbir en sus mordaces palabras, que por cierto, sí eran muy ciertas. Las decía no solo con el afán de molestarlo, sino de advertirle.

La mayoría en la universidad sabían que Law era uno de los tantos pretendientes de la codiciada Robin, y que no desaprovechaba las oportunidades que se le presentaban para cortejar a la muchacha sin ningún tipo de vergüenza, ni preocupación porque el novio de ésta fuera el mismísimo Roronoa. Qué va.

Empero, Law no tenía la culpa —a sus ojos—, iba a aceptar sin ningún tipo de problema que la pelinegra tuviera una relación amorosa con alguien que no fuera él, ya había recibido incluso el rechazo amable de su parte. Sin embargo, al enterarse y ver la poca sensibilidad que el de cabello verde tenía, por supuesto que sabía que ese no era el tipo de hombre para Robin.

Irónicamente, Pit of vipers comenzó a sonar en las grandes bocinas, encargadas de esparcir sin temor, la música para que los cuerpos de los universitarios siguieran vibrando en descontrol y sensualidad.

Law tenía unos hermosos ojos grises, como el metal de las espadas, y cuando se enojaba, sus miradas cortaban como unas. Su tez era más morena que la de Zoro, su complexión muscular era similar; la diferencia eran sus alturas —Law más alto por unos centímetros—, y que uno tenía el cabello negro azulado y el otro verde marino.

El de cabello negro tenía una arracada en cada oreja y Zoro tres pendientes alargados y dorados, en la oreja izquierda. Otra diferencia, era que Trafalgar tenía el torso lleno de tatuajes, que le adornaban también las manos y la base de los dedos; ahí tenía letras, que al juntarlas, formaban la palabra "death".

Muy sutil y alentador.

—Seguro al mismo tipo de hombre que no le importa venir a molestar a la chica que le gusta, interponiéndose entre ella y su novio —respondió Zoro, con ese tono contenido aún—. Y lo peor, es que también dice quererla.

La diversión del pelinegro se esfumó lentamente y miró gravemente a su adverso, aunque eso solo fue por unos segundos y esbozó una pequeña sonrisa, fingida o no.

—Entonces, esos hombres solo son de palabras.

Roronoa estaba por lanzarle otro mortal insulto al chico, cuando su novia se hizo presente al fin.

—Law —saludó Robin, como si no notara la fuerte tensión entre ambos hombres—. Qué gusto verte.

—Nico-ya —Law era capaz de sentir como el de cabello verde lo asechaba como un tigre a su presa. Por eso, con mayores ganas, se inclinó hasta la muchacha, la sujetó de la mano, fingiendo un saludo de manos—. ¿Bailas?

Robin no borró esa amable sonrisa de su rostro, aun cuando sentía la furia del de cabello verde y la insinuación del de ojos grises. Se mantuvo serena, con su elegancia de siempre, y así contestó:

—Gracias por la invitación, Law, pero no es necesario —con la misma delicadeza, se liberó del agarre del muchacho.

Solo la música era el fondo de ese triángulo amoroso, donde el centro caía simplemente en Nico Robin.

Para Law fue difícil mantener su expresión, ya que al pedirle eso a la chica, estaba sonriendo galante, por sus grandes ganas de fastidiar más a Zoro. Con aquel rechazo amable y directo, simplemente no fue bueno para su orgullo.

Y, Roronoa no hizo más que sonreír arrogante, mirando con completa intención al otro, gritándole en silencio "gané yo".

—Pero si tantas ganas tienes de bailar, ¡entonces baila conmigo, Law! —interrumpió Nami, caída del cielo, y rompiendo ese momento incómodo— Anda, vamos, que la música es excelente.

El joven fue interceptado de tal manera que no supo negarse, no quedándole de otra, que aceptar esa oferta por esa noche.

Eso no significaba que se estuviera rindiendo.


Lunes 16 de Noviembre de 2015


Y, por supuesto que Law no se rindió en esa fiesta del fin de semana.

Zoro lo tuvo bien en claro, cuando al ir al salón de Robin, vio como en el salón de ella, un hermoso ramo de rosas adornaba ese sitio. Mientras, la muchacha leía la pequeña nota que traía el obsequio, con su absoluta neutralidad; no aceptaba el regalo de Law, pero tampoco hizo ningún comentario ahí, guardó la nota y acomodó el ramo de tal modo que no le quitara espacio en su lugar para escribir después.

El de cabello verde resopló, recargándose en el marco de la puerta, mirando a la pelinegra. Serio, molesto, pero sin decir ni una palabra; era consciente de que habían más ojos mirándolos y enterados de la tensión que se originaba por la insistencia de Law en medio de ambos, así que no iba a comentar nada para darle un espectáculo de telenovela a los chismosos de la universidad.

— ¿Vamos a comer? El cejas de caracol está presumiendo el bufet de su facultad —fueron las únicas palabras que pronunció.

—Claro, cielo —Robin asintió, con su mirada cálida. Guardó sus cosas y salió del aula para encontrarse con su novio.

Ninguno de los dos dijo nada; Nico entendía que su novio ahora mismo no estaba para hablar del tema y seguramente más tarde lo haría, en privado. Por mientras, solo estaba acariciándole la mano entrelazada con la suya, en un intento discreto para que se calmara.

Así estuvieron gran rato, hasta que les faltaba poco para llegar a la facultad de gastronomía.

—Seguro comeremos una delicia.

—Por todo el alardeo que el cocinero de mierda estaba haciendo, más le vale que sí.

Robin solo soltó una ligera risa, que desapareció al percatarse que Trafalgar salía de una de las aulas de gastronomía. Ella se mostró como siempre, pero se le era un poco difícil ignorar la tensión que emanaba de Zoro.

—Nico-ya —Law asintió en dirección de la muchacha, sin detenerse, solo como un simple saludo, ignorando olímpicamente al de cabello verde, como si no existiera.

La actitud del pelinegro era tan… normal y a la vez tan cínica. Como si no hubiese sido él quien dejó el ramo de rosas a una chica que ya tenía novio.

Zoro no supo que le enojó más de todo eso, simplemente dirigió una mirada asesina al otro joven, sin recibir el mismo gesto. Dejando pasar eso, continuó caminando.

Iba a ser una larga semana, como lo eran desde que Law empezó a pretender a Robin, a consciencia de que ya tenía novio. Debía preparase mentalmente.


N/A:

¡Hola nuevamente a este bello fandom! (ง •̀ω•́)ง✧

Desde que participé con el Reto LawZo/ZoLaw, escribí este bello short-fic, que pensaba usar para dicho reto, pero como son más de dos capítulos y no tenía internet, entonces me dije que debía publicarlo cuando tuviera la conexión devuelta; creo que mencioné algo de esto en el one-shot que publiqué, también ZoLaw, Gloryhole xD.

Si no lo han leído, ¿qué esperan? Seguro les encantará, más aún por la temática tan de película/vídeo porno(?), jajaja.

Bueno, retomando el short-fic, espero que tengan presentes las ligeras dos advertencias en el resumen de esta historia, para que no exista problema xD. Y sí, me refiero al ZoroxRobin más que nada, no será fuera de lugar en este fic, sino, el título no tendría sentido, lol. Además, a mí me gusta esa pareja, pero OBVIO prefiero al marimo con un macho y a Law igual .

Será un fic sencillo, simple, con su dosis de yaoi y suculencia para ustedes; los capítulos no serán extensos a como acostumbro, pero eso no significa que no los nutra bien xD.

Ya ha quedada clara esa hermosa y shippeante rivalidad entre Zoro y Law, que la tensión se siente hasta los cielos. ¿No se les hace un poco raro ver a Zoro en una relación heterosexual? LOL.

¡No duden en dejarme sus comentarios y bellas opiniones!

En fin, nos vemos pronto, ¡eh! Abracitos.