Hola :) Nueva historia y siii, si se que todavía ni siquiera acabo las otras, pero tenía que subir esta jaja. Es un Bethyl y nada es mio, etc, etc. Espero que les guste :)
ESPERANZA
No sabía qué buscaba, pero algo hallaría. No confiaba en ella, en ese lugar, en esa gente y en la serenidad que emanaban todos. Nadie podía ser tan feliz en ese mundo.
En ese mismo instante la población en pleno de la Zona Segura de Alexandria se encontraba celebrando el cumpleaños de uno de los vecinos como si todo fuese normal. Pero nada lo era y ellos no lo entendían. Daryl Dixon nunca participaba de esas reuniones y debido a eso a nadie le pareció extraña su ausencia.
Había entrado a la casa forzando cuidadosamente la cerradura. Bajo el amparo de la oscuridad, Daryl era tan sagaz y silencioso como un lince. Caminó a través de la estancia y se dirigió a la sala, reconociendo el sofá en donde Deanna Monroe, la lideresa de Alexandria, lo había entrevistado. ¿Qué buscaba exactamente? De eso ni si quiera él tenía conocimiento. Deambuló unos minutos por el lugar reconociendo la sala y la cocina. La planta baja lucía ordenada pero con extraños implementos colocados por todas partes. Reg Monroe había sido arquitecto, probablemente serían suyos.
Al volver cerca a la puerta observó la escalera y decidió subir. En el segundo piso encontró los dormitorios pero nada importante en ellos. Sin embargo, al dirigirse al ático halló lo que inconscientemente había estado buscando. Deanna había guardado los videos de las entrevistas en el altillo de su casa. No le había costado sacarlos y buscar en la sala donde reproducirlos. Los tenía todos dispuestos en CD, colocados en dos pequeñas cajas y agrupados en orden alfabético. El arquero bajó con ellos lo más cautelosamente que pudo.
Había conectado la cámara filmadora a la televisión de la sala y, después de presionar aleatoriamente los botones, consiguió hacerla funcionar. Empezar por la A, con tantos nombres. Tantas entrevistas, había muchas y menos gente en Alexandria en comparación.
Adkins Sherlyn, Allen Abigail, Anderson Jessie, Anderson Pete, Anderson Ron, Anderson Sam, Andrews Jed, Cloyd Denise y una extensa lista. De la A a la Z. Adkins Sherlyn resultó ser una anciana que nunca antes había visto. Allen Abigail, una joven de alrededor de veinte años. Conocía a los Anderson y a Denise. Andrews Jed, a él también, aún vivía en la zona. Pero Deanna les había dicho que había sido el único grupo al cual había abierto las puertas. No había mencionado a toda esa otra gente faltante. Bronson Jefferson, un ex militar, tampoco vivía ya en Alexandria. Dawn Taylor —Dawn. Justamente ese apellido, pensó el arquero—otro muchacho que nunca había visto. Encontró su propia entrevista y las de la gente que definitivamente conocía: Espinoza Rosita, Ford Abraham.
La Zona Segura de Alexandria nunca lo había convencido del todo. Por un lado, todos buscaron encajar en el lugar, fuese lo que fuese que pensaran de él. Podrían pensar que se volverían débiles rodeados de tanta comodidad, pero en el fondo eso querían. Deseaban volver a ser los de antes, de volver a disfrutar de una vida, de tener un empleo, de tomar un lugar en esa sociedad. Pero Daryl, nunca había encajado en ninguna. No fue nadie antes y regresar al pasado era volver a serlo. No podía acoplarse, volverse un buen vecino cuando nunca lo fue antes. Pero todo lo que tenía era esa familia y no la dejaría.
Más y más nombres, más y más videos de gente que conocía y que no. Aunque quisiese, él ya no podía encajar en ninguna parte. No sin ella. O quizás lo que pasaba era que no quería hacerlo sin ella.
Entonces, al tratar de sacar uno nuevo para reproducirlo, la caja cayó al piso.
—Demonios. —murmuró Dixon.
Los CD habían quedado desperdigados sobre el suelo de madera. El cazador observó a través de la ventana en busca de cualquier indicio de que alguien estuviese cerca pero no vio nada. Se dispuso entonces a recogerlos, tendría que ser rápido y devolverlos en el mismo orden en el que los había encontrado.
Pero de pronto uno de ellos llamó su atención.
"Hope"
Solo esa palabra ¿Sería nombre o apellido? No tenía nada más. Tomó el CD entre sus manos y una extraña sensación lo embargó. La esperanza se le había ido hacía mucho. Puso el aparato a funcionar y se quedó mirando fijamente la pantalla.
El televisor le devolvía la imagen de una muchacha rubia, de brillantes ojos azules. Eran sus ojos, era su rostro, pero no podía serlo. La joven observaba nerviosamente la ventana ubicada a su derecha en la iluminada sala mientras Deanna preparaba la cámara.
Daryl se acercó y casi pegó la nariz a la pantalla. Tocó su imagen, no podía ser ella. Sus dedos acariciaban la fría superficie delineando su cabello rubio.
—¿Podemos comenzar? —le preguntó Deanna en el video.
Ella volteó el rostro intempestivamente y fijó su mirada hacia el frente. Eran sus pupilas azules las que Daryl veía. Era ella.
—Por supuesto. —le respondió la joven y Daryl escuchó emocionado su voz.
—¿Por qué deseas pertenecer a Alexandria?
—Yo…
—¿Deseas siquiera pertenecer a aquí?
—Él lo necesita.
—¿Y tú?
—Yo… necesito paz.
—Cuéntame de ti.
—No hay mucho qué contar.
—De igual manera quiero escucharlo.
Ella permanecía con los ojos fijos en la cámara de video pero no continuó hablando. Parecía serle difícil encontrar las palabras precisas. Su semblante denotaba incomodidad y sus ojos parpadearon un par de veces antes de continuar.
Daryl la siguió contemplando ¿Era un fantasma? ¿Era real? Ya no sabía.
—Tuve una familia… antes. —prosiguió la muchacha y por unos segundos su vista se asentó en el piso para volver al frente rápidamente— Se cazar, se rastrear. Puedo sobrevivir. Les puedo ayudar.
—Eso no es todo, pero está bien. Es lo que quieres decir. Sin embargo, no podemos confiar plenamente en ti si no te abres un poco más.
—¿Qué más sería importante que supieran?... Amaba cantar. Esta cicatriz es de una bala. —dijo señalando su frente— Soy fuerte, no lo sabía antes, pero lo soy… Una vez le dije a… alguien que debía dejar su pasado atrás, para poder seguir…
—¿Es lo que estás haciendo?
—No estoy dejando nada, ya no tengo nada. Todo lo que una vez tuve lo guardo aquí.
La mano de la chica se posó en su pecho y Daryl pudo ver que sus ojos se esforzaban por no derramar lágrimas. Los de él hacían lo mismo.
—Estás lejos de casa… —dijo Deanna.
—Más de lo que piensa… —le respondió ella.
—¿Qué recuerdas de tu hogar?
Por un momento, su mirada se fijó en la cámara de una manera que Daryl reconocía. Sus propios ojos veían así todo en los últimos tiempos, Carol se lo había dicho. Observando sin ver realmente, como si no estuviese presente, como si se hubiese transportado a otro lugar y otro tiempo, y hubiese dejado su cuerpo actuando como un autómata.
—Que… era diferente… a esto. —dijo la muchacha con dificultad— Viví en una granja, una vida más simple, rodeada de animales, del campo. Solía… cantar cuando estaba triste. A papá… —intentó continuar con una inesperada sonrisa, que se borró en cuanto mencionó la última palabra— … a todos solía gustarle que cantara algunas veces… Bueno, a algunos podía parecerle molesto.
—Eres una adorable jovencita. —le dijo sonriendo Deanna— Siempre he pensado que lo que fuimos antes nos define ahora pero tú eres tan joven ¿A qué te hubieses dedicado?
—No siempre.
—¿Perdón?
—No siempre nos define… lo que fuimos antes… No siempre tenemos que ser lo mismo. A veces es mejor dejarlo ir. Para ser lo que realmente hubiésemos querido. A veces el pasado solo nos atormenta, y puede que este no sea el mejor de los comienzos pero aún sigue siendo un mundo nuevo… Rodeados de todo esto es tan difícil encontrar motivos para seguir, pero solo eso queda.
—Suenas resignada, cariño.
—Es más… instinto de supervivencia ahora. Eso quiero creer… Siempre habrá miedo a morir, miedo a que tu tiempo se acabe. Todos desearíamos ser quienes siempre quisimos ser en nuestros últimos momentos. Eso no va a cambiar.
Daryl continuaba en medio de aquella sala, la misma del video. Contemplando la pantalla del televisor como si nada más fuese importante, como si su imagen fuese a desaparecer de repente y tuviese la certeza de no tener la oportunidad de verla de nuevo. La había despedido una vez y, aunque en esta oportunidad solo la observaba a través de aquel aparato, era como si nunca lo hubiese hecho.
—Aún no me has contestado. ¿A qué te hubieses dedicado tú? —continuó preguntando Deanna.
—No lo se. Quizás, maestra de música. Adoro a los niños… Pero no pienso volver a cuidar niños.
—Está bien, respeto tu determinación. —añadió Deanna mientras le sonreía— Dices que puedes rastrear y cazar, seguramente podré encontrarte una labor que cumplir.
—Lo haré bien, tuve al mejor de los maestros.
—Creo que hemos terminado entonces.
Daryl vio como Deanna Monroe se ponía de pie y observó su figura atravesarse en el encuadre para dirigirse hacia la cámara de video. En el proceso, la mirada de la joven había vuelto a posarse lentamente en la ventana a su derecha.
—¿Te gusta el lugar?
—Me recuerda a otro. —le respondió la chica sin voltear la cabeza, los rayos de luz le iluminaban el rostro y hacían brillar aún más su rubio cabello suelto— Igual de apacible, igual de impecable. Su casa —dijo esta vez recorriendo la estancia con la mirada— me recuerda a otra. Pero tuve que dejar ese lugar intempestivamente. —continuó con nostalgia en su voz y regresando su vista a la ventana.
Un pequeño silencio se instauró mientras ella observaba el exterior y sus ojos volvían a ver sin hacerlo realmente.
—Hope. —dijo Deanna para llamar su atención— Hope. —la volvió a llamar.
—¿Qué? —respondió ella y la miró extrañada.
—Hope ¿No es ese tu nombre?
—Si. —le respondió como volviendo a la realidad nuevamente— Mi nombre es Hope.
—¡Beth! —dijo por fin Daryl Dixon y al momento siguiente la pantalla quedó en lluvia.
¿CONTINUARÁ?
¿Creen que debe continuar? Déjenmelo saber ;)
