Disclaimer: Nada del mundo de Hetalia me pertenece, todos los personajes son de Himaruya Hidekaz (a excepción de algunos que son de mi invención). Resumiendo, yo me limito a jugar con ellos.
Parejas:
FrUk RusAme CanadáxIrlanda Spamano GerIta y muuuuchos más
Navidad. ¿A quién no le gusta la Navidad? Los regalos, los villancicos, el frío, en algunos sitios incluso nieva, y no hay nada mejor que hacer que tu hermano coma nieve para putearle un rato. Hermanos, esas criaturas adorablemente horribles a los que sólo tú puedes joder; esto me recuerda que la Navidad también es pasar tiempo con la familia, amigos y cualquier otro tipo de seres queridos que no encasilles en uno de esos dos grupos.
-22 Diciembre 2015, Dublín-
Irlanda se recoge su melena pelirroja y lisa en una cola alta a la vez que observa a su amante aún desnudo que yace sobre la cama, rendido después de una noche de sexo desenfrenado. Esboza una pequeña sonrisa y se muerde el labio, lo cierto es que a pesar de ser un crío, es tremendamente sexy. El pecho desnudo de Canadá sube y baja a un ritmo lento, uno de sus mechones rubios le cubre parte de la cara.
La irlandesa se acerca y se lo retira con delicadeza, jugando un poco con el pelo sedoso del muchacho procurando no despertarlo, aún así, el norteamericano se revuelve entre las sábanas, pasándole el brazo por encima a la muchacha, que suelta una risita y le da un besito a la extermidad, acomodándose dispuesta a dormir, pues apenas son las cinco de la mañana y ella también está exhausta.
El teléfono suena, y la chica bufa porque está inmovilizada por el brazo no tan poco musculoso del canadiense, que como no se despierta, decide no contestar y cierra los ojos con mucha fuerza, como si quisiera ignorarlo y concentrarse en dormir. La musiquilla cesa y suspira en señal de alivio. Deja de hacer fuerza con los ojos y bosteza apoyando la cabeza en el pecho de su acompañante. De nuevo vuelve a sonar y no es precisamente la alarma, gruñe desesperada y es entonces cuando el rubio se revuelve un poco perplejo y libera a la irlandesa, que se apresura para hacerse la dormida. Canadá le da un beso en la mejilla que después del acto comienza a arderle y mira su smartphone que sigue vibrando y reproduciendo escandalosamente la melodía de Canadian, please. Irlanda rueda los ojos, esa canción le pone de los nervios.
—Hello?—bostezo inevitable del canadiense.
Irlanda agudiza el oído cuando oye algo parecido a la risa de una chica, y para colmo es una risa femenina y tiene una voz preciosa.
—Bonjour, hermanito.
¿Hermanito?¿Desde cuándo Canadá tenía hermanas? A ver, tenía a Estados Unidos, que le solía caer bien a pesar de que era algo... Digamos que los adjetivos positivos brillan por su ausencia en el vocabulario de Irlanda y más con el norteamericano, con quien no tuvo un final muy feliz... También tenía a Cocodrilo Dandee, el de los moños de María Isabel que se pasaba el día con Cocodrilo Dandee, el niño pesado de las cejas y el traje hortera de marinerito que se pasaba el día dando por culo, pero Inglaterra lo ignoraba y decidió subastarse por una página web... Pero no había ninguna fémina. ¿Tal vez ahora los jóvenes llamaban hermanito a sus novios o ligues o cómoquieraqueselellameahoraalaspersonasconlasquesemantienesexo?
—Bonjour? Seychelles, ¿sabes qué hora es?—se restriega los ojos con el puño, como si fuera un niño pequeño.
Hablan en francés. Seychelles. Chica. Chica que habla francés y responde al nombre de Seychelles, haz memoria Éire, haz memoria.
—Deberían ser las doce hora canadiense— dice con tono picaron—. Aquí son las 9 de la mañana, por eso mismo te llamo, sé que a esa hora no estás durmiendo, ni de coña, por mucho que France te considere un angelito.
Traga saliva, nerviosito.
—He tenido un día muy duro en el trabajo, ya sabes, Christmas.
Seychelles se mira la manicura francesa que Bélgica acaba de hacerle, está rodeada de chicas, todas echadas sobre mantas que están colocadas encima del suelo, Liechtenstein le pone una almohada en la boca a Wy que está intentando contener la risa. Hungría ha tenido que salir de la habitación porque realmente la situación le hace mucha gracia y está riéndose a carcajada en limpio, sin importarle despertar a Austria que si tiene mal humor cuando su tránsito intestinal es regular, imaginaos cuando le despiertan a las seis de la mañana sólo para gastarle una broma al niño invisible de Francia.
—Mmm, ¿por qué tanto anglais, hermanito?
Canadá se ruboriza hasta las orejas y carraspea para aclararse la garganta.
—What do you mean, sister?— risita nerviosa—. Aquí en Canadá tenemos dos idiomas oficiales, l'anglais et le français.
—Sí, pero siempre hablas conmigo en français— no obtiene respuesta—. ¡¿Canadá has dicho algo?!¡No te oigo!— grita la morena haciendo que sus amigas se lleven las manos para que no estallen en una carcajada conjunta.
—No, no he dicho nada— contesta en un susurro, como había estado hablando hasta ahora.
—QUOI?!
—Que no dije nada—alza un poco la voz.
—CANADÁ NO PUEDO OÍRTE, HABLA MÁS ALTO, ¿QUIERES?
Se muerde el labio y lanza una mirada a la pelirroja, que a sus ojos está profundamente dormida, cual angelito. Se acerca el micrófono del aparato a la boca y pone una mano por delante, creyendo que así no molestaría a Irlanda. Tranquilo, Canadá, no vas a molestarla sólo por hablar un poquito más fuerte, de hecho está DESEANDO que le digas alguna bordería a esa tal Seychelles.
Un momento, Irlanda, ¿no eras tú la que decías que eras una mujer libre?¿No eras tú la que le daba charlitas a Northern sobre la libertad?¿No eras tú la que se burlaba de Gales porque le chupaba el culo a la Queen?¿No eras tú la que le restregaba su libertad a Escocia? Sí, eras tú Irlanda, ¿qué demonios pasa contigo? Ah, ya sé, te estás encoñando con el crío de Francia.
Al pensar eso, la pelirroja vuelve a cerrar los ojitos con fuerza y se cubre el rostro con las sábanas para que el canadiense no se percate que se ha ruborizado.
—Seychelles, stop!—sisea, perdiendo un poco la paciencia.
—Why?—risotada—. Hermanito, ¿nunca te he dicho que tienes el humor digno de un británico?—énfasis en última palabra.
Abre los ojos como platos, la pelirroja también lo ha hecho desde la cama, poniéndo más atención a lo que fuera a contestar (o no) el canadiense.
Vuelve a carraspear.
—Seychelles, al grano, ¿para qué me has llamado?
—Te noto tenso— esta niña es de Francia, ¿no lo habíais notado?
—Seychelleeees— Canadá emplea un tono amenazante, pero no el que utilizaría Romano, no. Utiliza un tono amenazante, dirigido a un niño pequeño que no para de hacer preguntas comprometidas, en este caso insinuaciones.
—Perdooona.
Hace una señal a las chicas para que se alejen, y éstas lo hacen soltando un ''oooh'' conjunto porque la broma ha acabado y que por cierto, Canadá ha oído.
—¿Y esa lamentación a coro?
—¿Quieres que te diga para qué te he llamado o cambias tu pregunta?—alza una ceja.
Canadá suspira.
—Venga, quiero volver a la cama.
—France me dijo que te llamara, ya sabes, Navidad.
Se masajea las sienes empezando a estresarse. Observa a Irlanda que le da la espalda, pero aún así le escucha con atención. Pensaba pasar todas las fiestas junto a ella y animarse a dar un pasito más. Y de repente le golpea el recuerdo de Francia diciéndole que pasaran la Navidad juntos, como siempre. Porque es Francia y no se va a quedar de brazos cruzados viendo como su niño pasa la fiesta más importante del año en compañía de un oso que ni siquiera sabía quien era. Papa France ha sacado la artillería pesada: Seychelles.
—Ya le dije que no... No puedo—se apresura a añadir, despeinándose un poco con la mano libre.
—Pero por quéee— Seychelles parece tener cinco años.
—Porque estoy muy ocupado.
No se ríe por respeto a su hermano. Joder, que eres Canadá, o sea, Seychelles tiene su isla a tope de guiris durante todo el año y no pone pegas para pasar tiempo con su familia.
—No seas aguafiestas, eso de tener a la Queen te está afectando, eh.
Vamos, Irlanda, admite que ahí la chica tiene toda la razón.
—I'm sorry, Seychelles. Mi respuesta es no.
Ojos en blanco de la africana.
—Por ahora...—susurra con voz cantarina jugando con una de sus coletas e imaginándose que el francés moverá cielo y tierra para salirse con la suya o sonsacarle al canadiense el secretito. Sí, a Francia le gusta jugar a ser mentalista.
—Pardon?
—Nothing, nothing... En, esto... ¡Tengo que colgar!Au revoir!
—¡Eh!¡Seychelles!¡Te he oído!¿Qué quieres decir?
—Je t'aime, hermanito. Besis de fresiiiiis
—SEYCHELLES!—chilla algo histérico.
Pero la respuesta es un bip que da por acabada la conversación. Suelta un gruñidito impropio de él, acompañado de una maldición, es lo que tiene pasar tanto tiempo con una británica. Se sienta sobre la cama y mira de nuevo el móvil preguntándose si debería volver a llamar a su hermana, pulsa el botón de desbloqueo: las cinco y veinte de la mañana, no se lo cogería.
La irlandesa finge despertarse y le acaricia la espalda desnuda, lo que le hace sonreír.
Se gira lo suficiente para mirarla a los ojos, unos ojos verdes enormes y no tiene unas cejas gruesas como las tienen sus hermanos, están bien depiladas. Se sabe que es hermana de esos bestias e Inglaterra, es por las pecas, las tiene por todas partes y por la mata de pelo naranja, y porque en el fondo también es algo... poco femenina, pero bueno, Hungría pensó que era un chico hasta la pubertad.
Irlanda es mayor que Canadá, bastante mayor, pero eso a él no le importa y a ella tampoco, pero prefieren mantenerlo en secreto. Son tan diferentes entre ellos... Ella es una chica con carácter y muy alocada, él parece estar siempre sosegado. Ella un completo desastre, la palabra desorden personificada, él tan ordenado y sincronizado. Ella tan ruda a veces, y él tan educado. Ella tan amante de la cerveza y él tan amante de la miel de maple. Él tan hojas de maple y ella tan trébol. Ella tan supersticiosa y él tan... ¿En qué se supone que creen los canadienses? En fin, me parece que ya os hacéis una idea.
Pero a pesar de ser tan distintos ambos tienen algo en común: la soledad. Sí, Irlanda tiene a Norte, su hermano mellizo, como vecino y Canadá tiene a Estados Unidos, pero a pesar de tener a personas tan cercanas como un hermano, se sienten solos. Corrijo, se sentían, hasta que surgió esa relación entre ambos, ya no se sienten solos, al menos no tanto.
—Hi— le saluda ella, ronroneando cual felino.
—Bonjour.
Acerca su rostro al de la chica y ambos juntan sus narices. La nariz de Irlanda es pequeñita y está sapicada de pecas además está rojita, porque hace frío y su única prenda es una camiseta de un maple propiedad del muchacho.
—Bonjour?¿Sabes qué hora es?
Al hablar sus labios se rozan y eso provoca que se estremezca, ella sonríe, es tan mono.
—Amanecerá en unas horas— deposita un besito en la frente de la chica—. Siento haberte despertado.
—Don't worry— apoya el peso de su cuerpo sobre el codo y coloca una mano en su cuello, inclinando la cabeza para mirar cómo su acompañante la imita para mirarla a la cara—. ¿Quién era?
—Oh, Seychelles, my sister.
Arruga la nariz, no la conoce y eso le provoca desconfianza.
Ya sabes, fue criada por France cuando era pequeñita, pero cuando hubo crecido England se encargó de ella... Algo así como yo.
—Seychelles...—murmura mordiéndose el labio, pensando en si alguna vez la había visto—. Rubia, pelo corto, bajita con un...—hace una pausa sonrojándose y se mira los senos— Ya sabes... Que son algo— otra pausa para elegir un adjetivo—. Prominentes.
—Oh, that's Belgium— le explica conteniendo una risita por el rubor que se nota en sus mejillas—. Belgium es la chica del Parlamento, que tiene unos hermanos un poco vagos y se lleva muy bien con Spain y France, pero no... Seychelles es...
—¿La ludópata de las gafas?
Canadá abre mucho los ojos.
—No, that's Monaco. Y no la llames ludópata delante de France o le dará algo— Irlanda pone los ojos en blanco, lo último que quiere es encontrarse con Francia —. Seychelles también fue la niña de England.
Frunce un poco el ceño, intentando hacer memoria.
—¡Aaaah!¡La morenita!—exclama acomodándose el brazo donde estaba apoyada, porque notó como un hormigueo—. Pelo largo con dos lacitos, que es algo ruidosa y delgadita.
—Yes. Quiere que pase Christmas con ella y con France... Pero ya hablé con France, así que creo que sólo me llamó porque estaría con sus amigas, por esta fecha suelen hacer una fiesta de pijamas y se pasan la noche haciendo travesuras.
—¿Te crees que France se va a rendir así como así?
El canadiense vacila un instante.
—No va a hacerlo—contesta por él—. Mira, Canada, creo que esto de aislarnos en Christmas va a acabar mal, además tu familia querrá que estés con ellos... No te puedo retener aquí, por mucho que quiera—apoya la cabeza sobre su pecho y él la abraza.
—Pero yo quiero estar contigo... Con ellos he pasado muchas Navidades y tú sin embargo las pasas sola.
Levanta la cabeza para mirarle a la cara.
—Si quieres puedo hablar con Northern y pasarlas con él, o con Scotland. Aunque pensándolo bien, Scotland estará hibernando.
Suspira y niega rotundamente.
—¿Ves?Sería como si estuvieras sola.
—Estoy acostumbrada a estar sola o al menos lo estaba—dice antes de plantarle un besito en los labios—. Creo que no deberías pasar de tu familia, al menos no el día de Navidad—a la irlandesa se le escapa un bostezo—. Ahora durmamos, aún es pronto para que me hagas el desayuno.
—Pero si vinieras en Navidad a mi casa podría hacerte el desayuno a la hora que quisieras.
Irlanda suelta una risa y vuelve a depositarle un beso en los labios.
—Goodnight.
—Bonne nuit.
Se muerde el labio, pensando que la pelirroja no ha contestado a su proposición, porque una risita y un besito no es una respuesta, al menos no para él.
—Éire—la llama cuando ha cerrado los ojos, dispuesta a caer en los brazos de Morfeo.
—Mmm.
—Lo digo en serio.
—What?—mantiene los ojos cerrados, temiéndose lo peor.
La está escrutando con la mirada y ella lo nota, se empieza a sentir incómoda. Él es muy sensible y ella muy bestia, tal vez puede herir sus sentimientos si le dice que no está dispuesta a pasar las Navidades con él. Él está algo preocupado, los británicos son bastante fríos y distantes, tal vez está invadiendo demasiado su espacio, pero llevaban como dos meses con esa situación, en secreto.
—Nothing...—murmura soltándola un poco.
Se percata de que ha soltado su cintura y es ahí cuando abre los ojos de sopetón.
—No, tell me.
Parece una quinceañera enamorada, el rubio sonríe con su actitud y se vuelve a incorporar sobre el colchón. La chica adquiere una notalidad en su cara similar a la de su cabellera y a él se le contagia, porque no es que Canadá cause esa sensación a menudo, es más, normalmente la gente ni se percata de su existencia.
—Well... Ya que no vamos a pasar la Navidad juntos...—aparta la mirada y hace circulitos con el índice sobre las sábanas.
Irlanda se humedece los labios y piensa que es muy cuco y que tiene muuuchas ganas de besarle.
—Yes?
''Stay with me on Christmas, pleaseeee''.
—Esto...
Mirada llena de esperanza, pero Canadá está tan nervioso que ni se da cuenta.
''Es británica, mantén las distancias o se sentirá invadida''.
—Yo...Esto... I...—traga saliva y mira la camiseta de la chica.
''Quiero pasar contigo tooooda la Navidad, aquí, en mi casa. Quiero montarmelo contigo frente a la chimenea encendida, en la moqueta y que Bastian vea cómo gozo cual bitch''.
—Te traeré un poco de miel de maple, si quieres.
Canadá, si Francia hubiera presenciado esto ahora mismo estaría dando vueltas por el suelo y echando espumita por la boca, además te prohibiría volver a hablar en francés y borraría cualquier tipo de relación contigo.
Pestañea perpleja.
—Honey?
—Y-yes.
Vuelve a pestañear. Canadá se está muriendo de la vergüenza y le están entrando ganas de saltar por la ventana, correr hacia la carretera y pararse en medio de ella gritando ''Atropéllame, camión''.
—Oh, eh... Thanks, sería... genial— untarte con ella y tener sexo navideño.
—Yes... T-te traeré un poco c-cuando vuelva.
—S-sí. Ya lo has dicho... Esto...
Y esta es la escena de la película en la que al chico se le escapa una sonrisa picarona y le pone la cara a la chica a dos centímetros, y le suelta un: All I want for Christmas is you. Pero esto no es una peli, es la vida real y no es el chico más guapo y popular del insti, que es quarterback del equipo de rugby y ella no es la chica guapa, puritana y reservada a la que le hacen cosas de este tipo. Son Canadá e Irlanda.
—Creo que está lloviendo— si esto fuera Gran Hermano o un reality por el estilo, Francia habría lanzado su mejor sartén contra la televisión.
—Ah, yes... Suele llover en Diciembre.
Face palm mental de la pelirroja y si por un momento sus hermanos estuvieran viendoles en un reality a) se habrían indignado b) se habrían descojonado. Irlanda suspira, avergonzada y murmura un dulces sueños. Pero el canadiense ya ha caído en los brazos de Morfeo, ¿qué vamos a hacerle? Tiene un sueño fácil y profundo.
-22 de diciembre, Moscú-
Estados Unidos se revuelve buscando el calor corporal del ruso enorme que le hace compañía en la cama de matrimonio que es aún más enorme. Con los ojos cerrados se mueve hacia el lado de la cama de Rusia y por fin lo encuentra, sonríe y se restriega contra su torso desnudo cual felino, incluso ronronea un poco. Rusia, que está bastante más despierto que el americano le rodea con un brazo y lo estruja con suavidad. Estados Unidos se hace el dormido y contiene una risita, el ruso se percata de esto y le hace cosquillas en el cuello con su nariz, sacándole una carcajada.
—Zdravstvuyte.
—Hello—sonríe abriendo por fin los ojos.
—¿Has dormido bien?
El norteamericano niega con la cabeza.
—Net?¿Por qué net?
—Tú casa es very cold, he pasado muchísimo frío.
—Ah, da? Pues anoche dejaste que te quitara toooda la ropa sin quejarte.
Estados Unidos se ríe y estira el brazo hasta la mesita de noche del ruso, donde descansan sus gafas. Se las pone y se pasa la mano por el pelo, aunque es imposible peinarlo después de una noche movidita.
—Pero cuando dormíamos te llevaste toda la manta, ¡eso no vale!
—¿Yo?Pero si me destapaste entero y tiraste la manta al suelo, te volví a poner una pero de nuevo acabó en el suelo.
Es cierto, en el lado de la cama de Estados Unidos yacen dos mantas térmicas sobre el suelo enmoquetado. El culpable lo comprueba y se ríe con el chico de ojos violetas.
—Aún así, en tu casa hace muchísimo frío... Tal vez si...
—Net, Amerika.
—But,¡si ni siquiera me has dejado terminar!
Se cruza de brazos y hace un pucherito, como si fuera un niño pequeño al que le prohiben jugar con su juguete. Rusia le acaricia el pelo con ternura.
—Da, pero te conozco muy bien.
El rubio da un salto y se pone de pie sobre la cama, exponiéndose al chico del pelo blanco tal y como Mother America lo trajo al mundo, pero no le da vergüenza, por Dios es América, ¿qué le da vergüenza a este niño?
—¡Soy un hero!¡Tengo una mente prodigiosa y tú no puedes usar tus malvados poderes telepáticos para saber qué plan super awesome estoy ingeniando!
Que mono es, como un crío encerrado en un tío gigante de metro ochenta. Rusia sonríe y le coge una pierna haciéndole caer de culo sobre el colchón.
—¡Eh!¡No es justo!¡Estaba distraído!
El ruso niega con la cabeza mientras vuelve a incorporarse y se coloca bien las gafas.
—¡Oh, come on!Sólo iba a decirte que por una vez podrías venir a mi casa.
—Voy a tu casa.
—¡Los G8 no cuentan!¡Y si vienes con Putin no es divertido!—se cruza de brazos y frunce el ceño.
—Lo sé, pero si voy Putin se enfadará.
—Pero no tiene por qué enterarse.
—Lo hará.
—¡Pero Obama no lo hace!
En realidad el presidente de la nación si que se entera de todas y cada una de tus escapadas, América, pero ya el pobre está tan cansado de repetirte lo mismo que ha desistido y te ha colocado a varios guardaespaldas vestidos de civiles que te acompañan en todo momento y tienen que tragarse hasta cuando llegas al orgasmo con Rusia.
—¡Pero Obama no es Putin, Amerika!—sentencia seriamente.
El menor pone carita de perrito abandonado y Rusia suspira, vuelve a acariciarle y lo estruja de nuevo contra sí mismo. Estados Unidos le abraza con fuerza.
—Bullshit—murmura con el ceño fruncido.
—Chto?
—I wanna be with you!
—¡Y yo también!
Permanecen abrazados y en silencio, algo poco usual en el chico de las gafas, porque suele hablar por los codos y rara vez mantiene el pico cerrado sólo cuando está triste o enfermo.
—¿Ni siquiera en Christmas?Para ti Christmas no es importante, pero para mí sí, ¿qué más le dará?—Al americano se le encendie la bombillita y se le dibuja una sonrisa.
Toma la cara del mayor entre sus manazas y le planta un beso rápido en los labios. Acto seguido salta de la cama y rebusca entre las prendas que hay regadas por el suelo, camisa, calzoncillos, bufanda, calcetín con un agujero en el dedo gordo dequiénserá, ¡eureka!Los vaqueros del estadounidense, hurga en los bolsillos y encuentra su iPhone 6.
—¿A quién piensas llamar?
—¿Llamar?
—Sí, los teléfonos se usan para llamar.
Cierto, América. Aunque para ti eso esté o sea super anticuado y o sea sólo mandes mensajes o uses Skype o el FaceTime, pero él se ríe de manera risueña y vuelve a dejarse caer en la cama. Rusia parpadea confuso y él le da otro beso en los labios.
¡Jou, jou, jou! ¡Feliz pre-Navidad! Ya falta muy poquito y eso me ha inspirado a empezar este long-fic, aquí el primer capítulo. Espero que lo hayáis disfrutado y espero tener pronto el siguiente. ¡Gracias por leer! Y nos leemos en el próximo :DD
