Ciausu~~

Bueno, partir diciendo que esta historia no me pertenece, sino que es de una usuario de fanfiction "Wakamai", me gusta mucho su fic el problema es que estaba en inglés, asique decidí traducirlo para que todos los interesados puedan leerlo, si alguien sabe inglés también puede leerlo en mis favoritos, el nombre en inglés en Bedmates

Los personajes le pertenecen a Akira Amano-sama, mientras la historia le pertenece a Wakamai, yo simplemente hice la traducción


Ella no debería estar ahí, ni siquiera debió considerarlo. Aunque él no estuviera interesado en su tristeza, tal vez debería amenazarla o ahuyentarla...

¿Por qué estoy aquí? se cuestionó Haru, mientras convertía sus manos en puños. Se encontraba afuera de la puerta de Hibari Kyoya, sintiendose un poco estúpida. Entre todos los guardianes ¡Habían otras seis opciones para escoger y buscar consuelo!

El único problema era que Yamamoto no estaba pues tuvo que realizar un viaje improvisado rumbo a Italia. Mientras que Gokudera no era ni siquiera una opción. Él la haría sentirse peor de lo que estaba. Lambo era demasiado pequeño como para entender. Tsuna, el jefe de la familia la podría escuchar, el problema es que él representaba la mitad de su tristeza. Ryohei era como su hermano mayor, y Kyoko era su mejor amiga. Ella no podía recurrir a ellos, además, Kyoko era la causa de su tristeza, lo que suprimía inmediatamente a Ryohei. También estaba Mukuro, pero Mukuro no era una buena alternativa. Probablemente Chrome la escucharía, pero ella no estaba en casa, tampoco Lambo. Ellos habían partido junto a Yamamoto rumbo a Italia.

Por más que le costara admitir que su estúpida decisión tenía sentido, Hibari parecía la mejor opción que le iba quedando. Haru se frotó los brazos y miró la puerta. No debería...

Había un gran número de razones de por qué no debería.

Partiendo por que estaba en medio de la noche.

Y era Hibari Kyoya, el demonio de Namimori, el endurecido rostro sin emociones de Skylark. A "eso" estaba recurriendo por consuelo.

Él probablemente no la iba a perdonar por interrumpir su sueño.

Tomó una profunda bocarada de aire y decidió probar su suerte. Levantó su mano y golpeó la puerta para dar fin a su lucha interna. Estaba temblando, pero era por culpa del frío. Esperó. Tal vez él no iba a venir después de todo. Tal vez tenía el sueño demasiado pesado. Al menos lo había intentado, pero mañana temprano podría ponerse en contacto con Chrome o, incluso con Hana.

Ok, descartó a Hana por que estaba saliendo con Ryohei. Tal vez Fuuta... pero él era tan leal a Tsuna como Basil, asique tuvo que dejarlo fuera también.

Retrocedió dos pasos antes de que la puerta se abriera, provocando que todos sus sentidos se activaran.

—Espero que tengas un buen motivo para despertarme, herbívora— escuchó detrás de ella. Se sonrojó al darse cuenta cuán corto era su vestido de noche. Pero bueno, ella lo había llamado asique era la hora de averiguar si fue buena su decisión o no.

—Lo siento, Hibari-san—dijo suavemente y se volteó a mirarlo. Le dirigió una pequeña sonrisa mientras frotaba sus hombros. Esto se había vuelto una mala idea en cuestión de segundos. Realmente, lo mejor que podía hacer era dar media vuelta y echarse a correr. Él probablemente iba a pensar que se había vuelto loca.

Sus brazos tomaron a los suyos y ella hipó. ¿Por qué se había acercado tanto? ¡Era la segunda vez en veinticuatro horas! Miró hacía arriba para encontrar su mirada, él sonreía en su dirección. ¡Sonreía! Lo que provocó que su respiración se acelerara, ella no se podía ni mover.

—Miura-san, ¿por qué estas tocando mi puerta a las dos de la madrugada?—preguntó, sin soltar sus brazos.

—Bueno, Hibari-san fue muy bueno con Haru hoy. Incluso se encargó de hacer la colada a tiempo...—él depositó su dedo en su boca para interrumpirla. Por un motivo, ella estuvo a punto de balbucear, y por un segundo, él quiso encontrar una respuesta

—Espero que esto no tenga nada que ver con la lavandería—lesijo. Ella movió la cabeza tímidamente y respiró aliviada cuando él retiro sus dedos. Su piel picaba justo donde habían estado descansando sus manos.

—Tú... Tú sabes... Tsuna-san y... y Kyoko-chan—su visión comenzó a nublarse mientras hablaba. Hibari lo notó y la empujó para abrazarla.

—¿Estás molesta por que el herbívoro no te escogió?—preguntó. Su aliento recorrió su mejilla cuando habló, de un modo que a ella le agradó. Ella suspiró y asintió. Cerró los ojos y dejó que el calor se filtrara a través de ella. Por segunda vez en el día, se sintió cálida y cómoda. Podría estar aquí para siempre, pensó.

—Es tarde—comentó Hinari, tomando su mano para empujarla dentro de su habitación. Cerró la puerta en menos de un segundo, Haru ni siquiera tuvo tiempo de darse cuenta de lo que estaba pasando cuando sus pantuflas ya habían desaparecido de sus pies y ella se encontró a si misma descansando sobre un cómodo sofá-cama, con el cálido cuerpo de Hibari junto a ella.

—Duérmete—le dijo él tranquilamente y cerró sus ojos, quedandose dormido al instante. Haru permaneció despierta, no se atrevía a mirarlo, pero cuando lo intentó, él apretó su agarre.

Oh bien, ella había pedido esto sin usar muchas palabras, pensó mientras intentaba sentirse cómpda. Cerró sus ojos, respirando la extraña y confortable esencia de Hibari y antes de darse cuenta, se había quedado dormida.

Hibari no se había dormido aún. Él disfrutó del momento. Ella había interrumpido su sueño y probablemente debió haberla reprendido por eso, pero existía una regla, él jamás golpeaba a una mujer indefensa. Aunque sabía cómo asustarla y era toda la disciplina que necesitaba aplicar, pero él no quería lidiar con eso ahora.

El principal motivo era, que de entre todos los guardianes Vongola, ella lo había escogido a él. Probablemente por que él había notado su nostalgia esta mañana.

El hecho de que ella tuviera el sorprendente coraje para golpear su puerta, interrumpiendo su sueño por el simple motivo de buscar consuelo. Eso le parecía increíble.

Él había utilizado la analogía que usaba cuando de animales pequeños se trata para explicar su necesidad de atraparla y hacerla dormir en su cuarto, en su cama.

Miura Haru estaba probando ser un puzzle para él, y uno que quería intentar resolver.

Dedicándole una última mirada, él cerró sus ojos y volvió a dormir, pues tendría que soportar un montón de problemas indeseados, el primero de todos esos problemas había sido este incidente en plena madrugada.