Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen.
Advertencias: OoC y posible lemon.
Disfrutad de la lectura!
N/A: ¡Hola de nuevo!, ¿cómo han estado? ojalá que muuuy bien. Hoy os traigo el inicio de una nueva historia, más bien el prólogo, que tendrá como protagónicos, lo aclaro ahora, a mis dos parejas favoritas; NaruSaku y ShikaIno.
No os dejéis engañar por los primeros capítulos de la historia, en un comienzo lo haré siguiendo un poco el canon de las parejas para luego darle el giro que todas/os ansiamos y comenzará lo bueno de la trama. Y ya, no digo más que si no les haré spoilers jajaja. No queda ya mucho que decir, solo que disfruten mucho de este pequeño extracto (quedó bastante corto para mi gusto) y me dejéis sus opiniones en los reviews, los cuales leo siempre y me causa mucha emoción siempre que me llegan. Ya sin más, me despido. Un abrazo enorme y hasta la próxima.
(*) Decidí clasificar la historia como 'M' debido a escenas que se desarrollaran más adelante.
Último Año
I
'Prólogo'
Dio una vuelta y se miró nuevamente en el espejo de cuerpo completo. Nada. Parecía una estudiante más del montón de sujetos que hoy harían ingreso a la escuela. Antes, habría hecho de este día algo sumamente especial; un acontecimiento que marcara un nuevo inicio en el año, levantándose más temprano de lo normal solamente con la misión de arreglar su cabello y maquillaje para poder resaltar por sobre el resto y ganarse la atención de todos los presentes, y si tenía suerte, de una nueva conquista amorosa.
Pero ahora era diferente, este día significaba para ella una sola cosa; comenzaría nuevamente con la monótona y aburrida rutina de clases por el resto de sus días, hasta que el año terminase. Tendría que despertar temprano durante cinco días a la semana y soportar a esa bola de ineptos que se hacían llamar sus compañeros, únicamente podía considerar a unas tres o cuatro amigas entre todo el montón. Amigas con las que casi no había tenido comunicación durante todo el verano, era lógico, cada una había hecho su vida por lados diferentes, tenían a sus novios y sus prioridades y metas habían cambiado.
Sabía que ya no podía contar con ellas de la misma manera que antes, ellas seguían juntándose con la misma frecuencia que antes, solo que ahora la alejaban...la dejaban de lado en todas sus juntas, ya ni siquiera hacían el esfuerzo de hablarle. Aún así, seguían fingiendo frente a los demás que tenían una amistad sólida y estrecha.
Abrió el armario y sacó una de las mochilas que había en el interior, era de color negro y estaba bastante usada, pero no le importó. Comenzó a poner en su interior las cosas básicas; un cuaderno para tomar nota, hoy le harían entrega del horario así que no sabía que libros llevar, un estuche son lapiceras, un pequeño cosmetiquero con las cosas básicas que siempre llevaba con ella, su teléfono y una barra de cereales. Nunca había sido de comer mucho con la excusa de querer estar en forma, al parecer este hábito era el único que no había cambiado en ella, es más, iba empeorando día a día. Solo que ahora tenía otros motivos que no se incluían en lo estético. Para terminar se calzó un par de zapatillas que encontró entre su desordenado closet.
Su nombre era Ino Yamanaka y era una estudiante más entre muchos y muchas, que hoy asistirían a la academia para cursar su último año de enseñanza. Suspiró y se miró por última vez en el espejo; su cabello lucía liso como siempre y estaba peinado con una coleta alta, su uniforme estaba impecable y no era para nada osado como el de años anteriores, llevaba sus viejas zapatillas negras que usaba la gran parte del tiempo, no quería lidiar nuevamente a estar frente a zapatos que la hicieran más atractiva a la vista, pero que la torturasen durante todo el día. Su cara estaba levemente maquillada se manera simple; únicamente un poco de rímel, polvos y un brillo labial, finalmente llevaba a sus espaldas su mochila color negro que tenía todos sus materiales.
Estaba lista. Daría inicio a un nuevo año lleno de cambios, había dejado a la antigua Ino atrás hace ya mucho tiempo y no tenía intención alguna de traerla de vuelta.
El mundo le había enseñado lo cruel que podía llegar a ser de la peor forma, y no estaba dispuesta a vivir otra demostración de ello nunca.
~oOo~
La alarma que sonaba a un lado de su cama sobre la mesita de noche interrumpió su sueño. Intentó torpemente apagarla estirando su brazo y pasando su manos por encima de todas las cosas que había, pero al fracasar en su objetivo se despertó de una vez por todas. Tomó su teléfono y apagó la alarma que hasta ese momento no había dejado de sonar, luego miró la hora en la pantalla: 6:00 am.
Suspiró. Tenía una hora y media disponible para arreglarse debido a que la hora establecida para entrar a clases era a las 8:00 am. Pero, antes de proceder a arreglar su descuidado aspecto de recién despertada procedió a revisar y contestar los montones de mensajes que habían en su teléfono.
Tenten: Sakura...Sakurita...¡DESPIERTA Y CONTESTAME DE UNA VEZ!.
El mensaje había sido enviado a las 5:20 de la mañana. A veces su amiga era una exagerada, habían acordado levantarse temprano para poder arreglarse a la par para su primer día de clases juntas, por lo que tenía que mensajearlas antes de comenzar a vestirse. Comenzó a escribir en el teclado de su celular para enviar una respuesta.
Sakura: ¿5:20?, Tenten...¿¡Enserio!?
Tenten: 5:30*, dormí durante 10 minutos después de eso.
Sakura: ¡Sigue siendo extremadamente temprano!
Tenten: Pues claro que no, tengo que estar perfecta. ¡Hoy es el día!
Sakura: ¿El día en que Neji por fin te mirará?
A los instantes se arrepintió de enviar aquel mensaje, sabía que su amiga suspiraba por él casi desde que entraron a la escuela y lo había visto por primer vez. El chico era un año mayor que ellas, pero había repetido un curso producto de las malas calificaciones, cosa que era bastante extraño en el chico debido a que generalmente destacaba con las notas más altas de su generación.
Tenten: Ja-Ja-Ja, muy graciosa Haruno. ¿Has sabido algo de Hinata?
Sakura: No sé, ¿durmiendo quizás?
Tenten: Bueno, es de esperarse. No tiene a nadie para quién arreglarse
Sakura: Quien sabe, puede que este sea su año después de todo
Tenten: Es probable...pero bueno. ¡Ahora levántate!, pasó por ti a las 7:40, tenemos que llegar temprano para poder tener los mejores puestos.
Sakura: Ok
Tenten: ¡Que te levantes!, Sasuke no querrá una novia desastrosa
Al leer el mensaje rio, y se quedó mirando el techo por unos minutos más. Aún no creía todas las cosas que habían pasado el año anterior, definitivamente había el mejor año en, probablemente, toda su vida. Tras años y años al fin pudo lograr que Sasuke saliera con ella, y ahora eran novios. Sonaba tan irreal que hasta el día de hoy no era capaz de creerlo. ¡Estaba con el chico más popular y lindo de toda la escuela!, finalmente él la había elegido. Era el novio perfecto, hacia que no quisiera nada más en todo el mundo que estar con él, y en efecto no necesitaba nada más que tenerlo cerca de ella. Tenten tenía razón, debía arreglarse para lucir bien frente a él y todo el mundo, quería mostrar a todos que había cambiado, que no era la misma perdedora que en años anteriores, quería verse y sentirse hermosa.
No importaba si eso la hacía sonar como una persona materialista, vivía de las apariencias y eso era un hecho que tenía en claro y, que al contrario como piensan algunos, no quería cambiar. Porque, ¿quién había dicho que eso era malo?. Durante años anteriores siempre había obtenido las mejores calificaciones y era, para muchos, una de las más simpáticas de todo el salón, pero ¿qué había ganado con todo eso?. Había sido rechazada años tras año por Sasuke, el que hasta ese entonces era únicamente un amor platónico. Sin embargo, cuando decidió cambiar su forma de ser y preocuparse más por su apariencia y en lo que decían los demás sobre ella, las cosas habían cambiado totalmente para ella.
Y aquí estaba. No se arrepentía de nada de lo que había hecho, no se preocupaba por todas las personas por las que había pasado por encima para llegar hasta ahí, ni mucho menos a todas las que había herido. Si algo había aprendido es que no llegaría a ninguna parte siendo la buena de la película.
Se levantó de su cama y se dirigió a su baño, en donde amarró su cabello con sumo cuidado para no mojarlo y se metió a la ducha. Permaneció unos minutos bajo el agua, disfrutando de la sensación que esta le producía al chocar con su piel, hasta que decidió apurarse para no llegar tarde, y comenzó a ponerse todos los distintos tipos jabones y cremas que estaban dispuestos con sumo cuidado en una pequeña repisa dentro de la ducha. Al finalizar, se envolvió en una toalla y salió.
Ahora, debía arreglar su cabello. Conecto la alisadora y, una vez estuvo a la temperatura adecuada, comenzó a deslizarla por mechones de su cabello. Usualmente, este no poseía forma alguna y era una mezcla entre cabello lacio y algunos mechones ondulados, esto hacía que lo odiara aún más. Aunque el principal motivo era el poseer un color bastante excéntrico que lo volvía horrible, era un tono rosa parecido al de la goma de mascar. O a algo descompuesto, se corrigió. A pesar de esto, se preocupaba de tenerlo bien cuidado y lo había dejado crecer bastante durante los años pasados, ahora le llegaba aproximadamente hasta mitad de espalda.
Procedió luego a trabajar con su rostro, que en realidad era a lo que menos prestaba atención, solamente se limitaba a usar lo básico para no dar la impresión de estar enferma o algo parecido. Finalmente, solo le faltaba ponerse el uniforme. Pero antes revisó nuevamente su celular; eran las 7:20 y tenía algunos mensajes sin leer, probablemente de alguna de sus amigas, que no podría contestar en esos momentos producto de la hora. Tenten me matará si me llego a atrasar. Rápidamente comenzó a vestirse, se deslizó al interior de la polera que tenía el logo de la escuela, no era ni muy holgada ni muy ajustada, tomo la falda y la colocó a la altura de sus caderas, no sin antes haberse puesto unas calzas cortas color negro que la protegiesen en caso de que esta llegase a levantarse, al finalizar tomo un delgado chaleco color azul oscuro abierto en la parte del frente y se lo puso para protegerse un poco de la fría mañana.
Procedió a introducir ambos pies en sus calcetas, que le llegaban a la altura de la rodilla, y luego en sus zapatos. Tomó su mochila, se la colgó al hombro y dio un último vistazo al espejo de cuerpo completo. Estaba lista. Se apresuró a bajar por las escaleras, no sin antes tomar su celular, y llenó con café un pequeño termo en forma de taza.
-¡Me voy!- gritó alegremente antes de salir disparada por la puerta. Vio inmediatamente el auto de su amiga esperándola, le dirigió un seña con la mano para que la viese y entró.
~oOo~
7:00 am.
Escuchó como la alarma comenzaba a sonar con su tan característico sonido que marcaba el inicio de una nueva, y última, etapa escolar. Suspiró y, alargando uno de sus brazos, golpeó el reloj dela mesita de noche para que le dejase conciliar nuevamente su tan placentero sueño.
7:20 am.
Escuchó el molesto ruido nuevamente, pero está vez el sonido era diferente y provenía desde su celular. Dejó que sonase por uno minutos hasta que se cortó, pasaron unos segundos, y volvió a reanudarse la tan molesta y monótona melodía que emitía el artefacto al estar recibiendo una llamada entrante. Con dificultad movió el brazo a ciegas para dar con el objeto, lo desbloqueo y vio en la ventana de notificaciones tres llamadas perdidas de su novia Temari.
-Mujer problemática...- susurró para el mismo. Y apagó el teléfono.
7:30 am.
Escuchó a su madre gritar desde el piso de abajo; 'levántate, holgazán. ¡Llegaras tarde al primer día, DE NUEVO!'. Acompañado de los ruidos matutinos que producía una cocina; platos, tazas, cafeteras y unos pasos acelerados que recorrían toda la primera planta en busca de algún detalle que pudiesen llegar a olvidar. Haciendo un último esfuerzo, se puso de pie y cerró la puerta de su habitación. Se acostó nuevamente entre las cálidas mantas y volvió conciliar el sueño, por última vez.
7:40 am.
Se despertó por el ruido de la puerta de su habitación abriéndose bruscamente, lentamente alzó la mirada y vio a su madre apoyada en el marco de la puerta. Eso no pintaba nada bien.
-¡Te he dicho que te levantaras!- le gritó nuevamente, acto seguido tomó todas las frazadas que lo cubrían y las botó fuera de la cama.- ¡LLEGARAS TARDE!, ¡DE NUEVO!.
-Está bien...-dijo mientras se ponía de pie y caminaba hacia el baño. Si bien su madre tenía ese carácter a menudo, hoy estaba más irritante de lo normal. Y estaba en lo correcto, la mujer dio media vuelta y antes de irse fuera de la habitación, le dijo.
-Tu noviecita está esperándote abajo. No demores- le advirtió. Y siguió su camino hacia el primer piso.
Suspiró. Su ella y su madre se llevaban como perros y gatos, no se soportaban por más de cinco minutos juntas, así que debía de obedecer a la amenaza de su progenitora y apurarse antes que la mañana terminase en tragedia. Entró al baño, se lavó la cara, lavó sus dientes y amarró su cabello. Al entrar de nuevo a la habitación, comenzó a vestirse con el uniforme de la escuela que había dejado colgado a un lado del armario el día anterior, para no tener mayores dificultades por la mañana al vestirse. Una vez estuvo listo, tomó la mochila y bajó las escaleras.
Al llegar a la primera planta, observó a su novia que se encontraba sentada al medio del sofá principal de la estancia y que al verlo, corrió hacia donde se encontraba.
-¡Al fin!- le reprochó haciendo un exagerado gesto con sus brazos, para luego lanzarse sobre él y darle un beso en los labios, mientras su madre le dedicaba una mirada de odio desde la cocina.- Me has dejado esperando alrededor de seis minutos, es menos en comparación con la última vez- comenzó a decir al instante en que se separaron.
-¿Vamos?- la interrumpió, tomándola del brazo y arrastrándola hacia la puerta principal, por la cual salieron rápidamente.
-Como odio a esa chica- dijo Yoshino, una vez los jóvenes salieron camino a la escuela, esperando que la rubia la hubiese escuchado.
~oOo~
Tomó una de las últimas cajas que restaban dentro del camión y la llevó hasta su habitación, en parte era un alivio que al fin terminará con trasladar las cosas de la mudanza y ahora tomarse lo que restaba del día para acomodarse y descansar del viaje. Al llegar a la habitación, dejó la caja sobre la cama, la cual aún estaba a medio armar, y miró a su alrededor. Era una pieza amplia, se arriesgaría a decir que era mucho más de lo que necesitaba, que en esos momentos se encontraba abarrotada de montones de cajas de mudanza. Tenía mucho trabajo por hacer aún.
Producto de la empresa familiar, constantemente se encontraba cambiando se escuela y de ciudad por lo que no tenía ningún circulo de amigos realmente cercano, a excepción de uno a quien consideraba como casi su hermano: Sasuke Uchiha. Ambos se conocían desde que tenían memoria, habían crecido juntos, siempre compitiendo, y se construyó un lazo que esperaba nunca se legase a romper. Pensó en llamarlo, pero prefirió esperar hasta más tarde. Hoy comenzaban las clases en la escuela, a la que él comenzaría a asistir desde el día de mañana, y aunque no quisiera admitirlo estaba un poco asustado. No tenía problemas relacionándose con la gente debido a que era bastante sociable, sin embargo, cuando lograba acercarse lo suficiente a las personas siempre tenía que irse. No quería que esta vez sucediera lo mismo, está vez quería disfrutar, pues ante todo sería su último año.
-¡NARUTO!- oyó como su madre le gritaba desde el piso de abajo. Esa mujer tenía los pulmones más resistentes que había visto en toda su corta vida.- ¡VEN A AYUDAR EN LUGAR DE ESTAR ALLÁ HOLGAZANEANDO!.
-¡Ya voy!- gritó el muchacho. Más valía no hacer enojar a su madre, no si quería llegar en una pieza mañana.
