Nota de autor: Naruto y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto

Aviso: Este fic participara en el reto Primer día en la academia del ninja, del foro La Aldea Oculta entre las Hojas

¿Yo, acosador sexual?

Mi vida siempre ha estado rodeada de peligros, a decir verdad hubiera preferido estar todavía en ellos, pero... siempre es lo mismo, las matanzas, los asesinatos, los secuestros, la vieja información falsa, nuevos jutsus, etc. Yo ya estoy cansado, me separé de aquel mundo porque no me hacía ningún bien. Ahora soy un maestro decente, tengo un titular, diplomado y soy un maestro estricto. Pero, siempre me dedicaba a enseñar a chicos y chicas de seis años, eso es demasiado aburrido. Así que decidí ser profesor de clases de último año, para ver si podía ver la educación de unos niños mucho más astutos y malcriados como un reto. Pero causó el efecto contrario.

–¡sensei! -gritó uno de los chicos que estaban en aquella aula, era el único que tenía una mano alzada, se encontraba sentado y no movía ni un musculo -¿Nos va a enseñar algo productivo hoy?

Suspiro. La verdad no me esperaba tanto escándalo de estos niños.

–Si -digo con una sonrisa que no llegó a mis ojos -les podría enseñar técnicas para lanzamientos de Kunais

–¿también sabe técnicas de genjutsu? -preguntó una chica de cabello rubio quien parecía aburrida

–Se muchas cosas –digo con un tono irritante –creo que no debí aceptar la propuesta de Iruka-sensei…

Empecé a recordar a aquel hombre quien parecía contento por obtener un remplazo, lo único que le había entregado era una lista de los alumnos a los que les estaría enseñando. Pero a diferencia de ese entonces, ya no me sentía tan entusiasmado.

–¡CALLENSE TODOS! –grite a todo pulmón con tal de que los chicos lograran escucharme – ¡Por fin! ¡Algo de paz!

Me siento en el escritorio, tomo la lista con cuidado y empiezo a nombrar a cada uno de mis alumnos que se encontraban en el aula.

–Haruno

Presente

–Uchiha

Presente

–Nara

Aquí

–Uzumaki

Presente presidente

–Aggg –gruño con todas mis fuerzas, es algo castrante estos chicos, todos se ríen por las estúpidas bromas de aquel niño rubio que todo el mundo detesta por pintar los rostros Hokagues. Aunque algunos no se ríen, eso quiere decir que no todos lo adoran.

–Bien, ahora ¿Quién sabe acerca de jutsus curativos? –pregunto con entusiasmo, pero los chicos no parecían igual, todos hicieron gestos de aburrimiento y se desplomaron en las mesas de trabajo.

La única chica que alza la mano tiene el cabello rosado, sus ojos son verde entre esmeralda y verde agua, parecía una chica inteligente.

–Adelante –señalo a la chica

–Los jutsus curativos, son formas de manipular el chakra en el cuerpo curando toda clase de heridas que nuestros ninjas médicos puedan atender –dijo la chica como si lo hubiera sacado de un libro o documental –son extremadamente difíciles de aprender, gracias a que se necesita un buen adiestramiento, conocimiento de la medicina y condición física

Muy inteligente. Además también es bonita.

Me atraganto con mi propia saliva, empiezo a toser haciendo un gran escándalo en toda el aula. ¿Acaso de verdad pensé eso? Es algo demasiado pedófilo…

–Muchas gracias –digo a pesar de lo irritada que está mi garganta

Me aclaro la garganta dos veces antes de volver a hablar, aspiro con fuerza y siento irritada la nariz. Sonrío lo mejor que puedo para que se vea creíble y hablo en voz alta:

–Bien, mañana les enseñare un poco acerca del conocimiento del cuerpo humano y los puntos esenciales de chakra, para eso, necesitaré que formen parejas, porque vamos a hacer una práctica la siguiente clase, usaran a su pareja para encontrar los puntos clave, y tendrán un premio muy especial.

–¡Los Hyuga harán trampa!

–Oh –finjo sorpresa –bueno, ellos tienen prohibido usar su byakugan, y la pareja tendrá que encontrar todos y cada uno de los puntos de chakra en el cuerpo de su compañero (solo necesitaran señalármelos) en tal caso, hasta mañana chicos.

Habíamos terminado ya con el primer día, pero aquella chica es la última en salir. Me parece que me mira de soslayo y me sonríe con dulzura.

–Hasta mañana, sensei –dijo la chica con un tono cantado. Sentía que mis ojos se llenaban de deseo, tenía una sensación extraña en el estomago y pronto se extendió por todo el cuerpo.

No me importa si mañana alguien más lo hace bien. Me da igual si alguien termina antes que ella, yo haré todo lo necesario, lo que esté en mi alcance, para que ella gane mañana y pueda tenerla sola para mí.

Es como si una serpiente acabara de elegir a su presa.