Holas! Bueno, este es mi primer fic (en realidad es el primero que publico, pero viene a ser lo mismo) así que espero que les guste. A diferencia de la mayoría de los fics que he visto, en este no va a aparecer Ash, ni Misty ni ningún otro, aunque si van a poder ver a May. También quiero aclarar que yo me basé en el Manga PokemonSpecial para hacer este fic, por tanto van a encontrar ciertas cosas que son similares o hasta iguales (espero que esto no sea un inconveniente para nadie).

Bueno, que lo disfruten!!!

CAPITULO I

VS POOCHYENA

Sapphire, una chica de diez años, viajaba en la parte trasera de un camión lleno de muebles, mirando al suelo. Su familia se estaba mudando a la región de Hoenn ya que su padre, Norman, había conseguido el puesto de líder de gimnasio de la ciudad de Petalburg. Y, por ciertos motivos, eso era bueno: su padre sería feliz realizando lo que a él le gustaba, ella podría recorrer una región llena de pokémon imposibles de ver naturalmente en Johto, de donde ella venía, y también podría hacer nuevos amigos. Pero, por el otro lado... ella sabía que extrañaría Johto... ese era su hogar, o por lo menos lo era hasta el día anterior. ¿Qué pasaba si Hoenn resultaba ser un lugar horrible, lleno de gente hostil? ¿Qué tal si no lograba hacer ningún amigo? ¡¿Tenía que comenzar su viaje pokémon sola?! Por pensar en todo esto, la pobre Sapphire no notó que el camión se acercaba a destinó y fue por eso que una de las cajas llenas de cosas se le cayó en la cabeza cuando el vehículo frenó abruptamente. La chica bajó adolorida, siendo recibida por su alegre madre, la cual salía de la casa donde el camión se había detenido.

-Sapphire! ¡Ya hemos llegado, cielo!- exclamó su mare muy contenta-. Debe de haber sido agotador viajar en el camión de la mudanza con todos los muebles…

-Sí, algo- dijo su hija aun frotándose donde la caja la había golpeado.

-Bueno, esta es Villa Littleroot- anunció su mamá-. ¿Qué? ¿Te gusta? ¡Aquí es donde vamos a vivir! Quizás no sea un lugar muy grande ni muy transitado, pero creo que viviremos muy a gusto aquí. Además tienes tu propio cuarto. ¡Entremos!

Sapphire siguió a su madre hasta el interior de la casa la cual estaba siendo ordenada por un par de Machokes. El lugar no parecía ser la gran cosa, pero sin duda era acogedor.

-¿Ves, Sapphire? ¿No que esto es lindo?- preguntó su madre con dulzura-. Que conveniente es esto de las mudanzas pokémon. Los pokémon hacen todo el trabajo duro y además recogen lo que ensucian. ¡Es perfecto!

-Claro…- contestó Sapphire, la cual estaba más ocupada mirando la casa que dando atención a su madre.

-Tu cuarto está arriba, querida. ¿Por qué no vas a verlo?- sugirió su mamá, señalando a la escalera-. Tu padre te compró un reloj nuevo, no olvides ponerlo en hora.

-Sí, mamá- respondió ella, subiendo al segundo piso.

Bueno, al menos su habitación era espaciosa. Y, sin duda, su madre tenía la razón sobre la efectividad de la mudanza pokémon: su cama estaba donde debía como también lo estaban la computadora, el televisor y su adorada consola de Nintendo GameCube. Y hasta estaban, sobre el escritorio, las notas que su padre le había anotado sobre como comenzar una aventura. Luego de dar un par de miradas más al cuarto, notó que un reloj blanco y rosado colgaba junto a su puerta marcando las 10:00 de la mañana. Se acercó a este y cuando puso la hora correcta, las 8:30 a.m., su madre entró en la habitación exaltada.

-Sapphire, ven rápido- dijo ella solamente, dándose la vuelta y bajando la escalera apresuradamente.

Su hija, sin entender, la siguió. Cuando llegó abajo, su madre le hizo señas para que se acercara a la televisión, donde ella estaba casi pegada a la pantalla.

-¡Sapphire! ¡Sapphire! ¡Ven rápido!- dijo ella. La muchacha se puso junto a su mamá y miró el televisor-. ¡Mira! ¡Es un reportaje en el gimnasio de Petalburg! ¡Veamos si sale tu padre!

-"Y así se despide Gabby desde la ciudad de Petalburg. Hasta la próxima"- dijo una reportera de cabello azul corto en la televisión.

-Oh, que pena. De seguro estaba hasta hace unos segundos y se acaba de ir. Que mala suerte- dijo ella.

-No importa, mamá.

-Ah, sí, una cosa. Uno de los amigos de tu padre vive aquí al lado- dijo su madre sonriente-. Se llama Profesor Birch. Creo que deberías ir a verlo y presentarte, cariño.

-Honestamente, mamá, hacer sociedad con los amigos de papá no es algo que me emocione mucho- dijo Sapphire suspirando.

-¡Oh, vamos! ¿Acaso no es mejor que quedarte aquí durante todo el día sin hacer nada?- insinuó su mamá, pero al no recibir respuestas de su pequeña siguió hablando-. Mira, no pierdes nada con ir. Además, tu padre me comentó que él tiene un hijo. Podrías hacerte un nuevo amigo.

-¿Un hijo? ¿O una hija?- preguntó Sapphire.

-¿Importa eso? Tú solo ve y averígualo.

-Bien, volveré más tarde- dijo Sapphire, saliendo de la casa.

La chica salió de la casa y, con paso ligero, fue a lo de su nuevo vecino. ¿Cómo sería el hijo de ese profesor? Si era una chica tendría una amiga muy inteligente, suponiendo que fuese como su padre, pero, si era un varón... los hombres dedicados a la ciencia no eran por lo general gente muy linda, o eso era lo que Sapphire pensaba. Y si era el hijo de un profesor había posibilidades de que no fuese apuesto, idea que no parecía gustarle a ella. Aunque lo más importante no era el sexo que tuviese, sino que fuese una persona agradable.

Al fin estuvo frente a la puerta de la casa del señor Birch, lista para conocer a su nuevo amigo o amiga. Tocó la puerta una vez, pero nadie respondió; la toco más fuerte, pero nada; la aporreó, pero aun sin respuesta; le dio una fuerte patada... y con la fuerza de esta la puerta se abrió.

-¿Hola?- preguntó Sapphire tímidamente entreabriendo la puerta-. ¿Hay alguien?

Toda la sala estaba a oscuras como parecía estar el resto de la casa. Cerró la puerta y se dirigió a un edificio cercano al hogar del profesor, el cual resultó ser su laboratorio. Esta vez Sapphire no se molestó en abrir la puerta, directamente entró encontrándose con un joven de unos 20 años ordenando unos libros.

-¿Quién eres?- preguntó el muchacho.

-Soy Sapphire, la hija de un amigo del profesor Birch, acabo de mudarme al lado. ¿Es usted el profesor?

-No, yo solo soy su ayudante, Joey- dijo él-. Pero si buscas al Prof. Birch, lamento decirte que en este momento no se encuentra, ha ido a realizar un trabajo al campo. Si quieres puedo explicarte esto mejor. El profesor va al campo para estudiar las cosas en su entorno natural, como el bosque o la montaña, en vez de hacerlo desde el laboratorio. El Prof. Birch no es de esos científicos que se quedan sentados en una silla frente a un escritorio todo el día. Él prefiere salir y experimentar las cosas. No le basta con leer de ellas en los libros. Esa es una de las razones por las que trabajo para él, porque admiro mucho su modo de hacer las cosas. El profesor es algo excéntrico, pero nada comparado con su hijo.

-¿Hijo? ¿Entonces es un chico?- preguntó ella interesada.

-Así es. Es mas, no debe de ser más de un año mayor que tú. Pero no se donde está en este momento. De seguro que el profesor lo sabe.

-Entonces iré a preguntarle- dijo ella, saliendo del laboratorio.

-Buena suerte- le dijo Joey.

Sapphire fue hacía la salida del pueblo, donde pudo ver a un pequeño mirando con preocupación el camino.

-¿Te sucede algo?- le preguntó ella al niño.

-Alguien está gritando por ahí- dijo él señalando vagamente hacía la ruta 101-. ¿Qué hago? ¿Qué hacemos? ¡Tenemos que ayudarlo!

-No te preocupes, yo iré a ver que pasa- dijo Sapphire, yendo hacía donde el chico le había dicho.

Entonces, al avanzar un poco, alguien comenzó a gritar.

-¡Socorro! ¡Ayuda!

Sapphire se adelantó con prisa encontrándose con un hombre de unos treinta años, vistiendo un guardapolvo blanco, corriendo acreedor de un árbol mientras que un furioso Poochyena lo perseguía.

-¡Oye, tú!- dijo él al percatarse de la presencia de la chica.

-¿Quién? ¿Yo?- preguntó ella.

-Sí, ¡tú! ¡Ayúdame, por favor!- pidió el señor desesperadamente-. ¡Toma alguna de las pokéballs! ¡En mi mochila!

Sapphire se acercó al bolso marrón que estaba tirado en el suelo. Lo abrió y encontró dos pokéballs dentro de este, pero no sabía cual elegir ya que ninguna mostraba alguna marca que indicase que pokémon había dentro. Sin pensar, tomó la pokéball del medio.

-Ve, lo que quiera que seas- dijo ella, arrojando la esfera.

De la pokéball salió un pequeño polluelo de color anaranjado con expresión seria.

-¡Perfecto!- dijo el hombre-. Un Torchic. Ordénale algún ataque. Dile que use Rasguño.

-Bien. Torchic, usa Rasguño- ordenó ella, repitiendo lo que el señor le había dicho.

El pequeño Torchic usó sus filosas garras para herir al Poochyena, pero este no se rindió y tacleó a su atacante. Sapphire le ordenó al pokémon que usase Rasguño otra vez, pero el Poochyena fue más rápido y tacleó al Torchic primero.

-¡Torchic, no te rindas! ¡Usa Rasguño una vez más!- dijo Sapphire.

Reuniendo fuerzas, el polluelo envistió nuevamente con sus patas al Poochyena, dejándole una marca bien visible en el lado izquierdo del cuello. Y el cachorro, débil y sin muchas esperanzas de victoria, huyó veloz. El hombre, al ver que el peligro había pasado, suspiró aliviado y ce acercó a Sapphire.

-Muchas gracias por ayudarme, pequeña- le dijo él-. Estaba en la zona de hierba alta estudiando a los pokémon, ¡cuando uno me atacó! ¡Gracias por salvarme!

-No es nada- dijo ella, rascándose la mejilla, apenada-. ¡Ah! Casi se me olvida. ¿Sabe usted donde se encuentra el profesor Birch?

-Ese soy yo. Espera... tú me resultas familiar...- dijo él, mirando el rostro de la muchacha con detenimiento.

-Pues... yo soy la hija de Norman, su amigo, y acabo de mudarme a Littleroot- explicó ella.

-Ah, sí. Entonces tú debes de ser Sapphire, ¿no?- dijo él-. ¿Sabes? No creo que este sea el mejor lugar para conversar. ¿Por qué no regresamos a mi laboratorio?

-Claro.

Y, en el Laboratorio...

-Pues sí, Sapphire- comenzó el profesor-. Tu padre me ha hablado mucho de ti.

-¿En serio?- dijo Sapphire.

-Sí, y me ha dicho que aun no tienes tu propio pokémon- dijo él-. Pero por el modo en que luchaste hace unos momentos, es obvio que sabes como arreglártelas sola. Se nota que por tus venas corre la sangre de tu padre.

-Je, je…- rió tímidamente ella, mientras se sonrojaba.

-Me gustaría poder darte algo para agradecerte lo que hiciste por mi hace un rato- dijo él.

-En realidad no es necesario- comenzó a decir ella.

-Oh, ya se. ¿Qué te parece quedarte con el Torchic que usaste antes?

-¿Es en serio?- preguntó ella ilusionada.

-Por supuesto- dijo el profesor, dándole a Sapphire la pokéball con el Torchic.

-Muchas gracias- dijo ella, tomando la pokéball.

-Y, ya que estamos, ¿no te gustaría ponerle un nombre a tu nuevo amigo?- sugirió él.

-¿Un nombre? Pero, ¿cómo podría llamarse? ¿Sabe usted si este pequeño es macho o hembra?

-Es un macho. Es mas, de los tres pokémon iniciales que yo tenía, la única hembra ya estaba reservada desde hacía mucho.

-Yo pensé que a los entrenadores que comenzaban su aventura se les daba como opción tres pokémon, pero en su bolso solo había dos- dijo ella.

-Es que, como ya dije, el tercer pokémon ya estaba reservado hacía mucho. Mi hijo fue quien tomó la pokéball que faltaba.

-Ah...- dijo Sapphire, alegre por dentro ya que habían entrado al tema del que ella quería hablar.

-¿Y? ¿Qué nombre le pondrás?- preguntó el Prof. Birch.

-¿Qué? Oh... sí, un nombre. Um... Que tal... eh... ¿Chaka?- sugirió ella.

-Me parece un lindo nombre- dijo él-. Hey, ya se: ¿por qué no vas a la Ruta 103? Mi hijo está allá ayudándome con mi investigación. ¿Por qué no vas y le pides que te de una lección sobre como entrenar pokémon? De seguro aprenderás algo de él, le encantan los pokémon y sabe mucho de ellos. Además sabe luchar muy bien, mi esposa lo ha entrenado para eso.

-Claro, profesor, pero...- comenzó ella, pero el chico del laboratorio con quien ella había hablado antes la interrumpió.

-Discúlpeme señor, pero su esposa acaba de llamarlo desde ciudad Fortree. Dice que se comunique con ella ahora- dijo Joey.

-Gracias por avisarme, Joe- le dijo él, volteándose luego a Sapphire-. Bueno, debo irme. Mi esposa tiene poca paciencia y, si no le hablo pronto, se enfadará. Nos veremos luego.

El profesor se retiró del laboratorio, dejando a Sapphire sola. Bueno, lo único que tenía que hacer era caminar un rato y averiguar si el chico era simpático, pero... ¿cómo se suponía que iba a identificarlo si ni siquiera sabía su nombre?

Y, mientras tanto, cerca de pueblo Oldade...

Un chico de once años, con un pokédex en su mano derecha y una lupa en la izquierda, hurgaba entre la tierra buscando información. Y, detrás de él, una Mudkip cabeceaba medio dormida. El chico, al darse cuenta de esto, la miró.

-Se que estas aburrida, Zuzu, pero mi padre me lo pidió, sin agregar que yo quería hacerlo- le dijo él a la Mudkip-. Además, te dije antes de salir que podías quedarte en la casa.

Zuzu no dijo nada, solo siguió caminando detrás de su entrenador, el cual seguía mirando el pasto con atención. A él le gustaba mucho investigar la vida de los pokémon, pero siendo tan joven él creía que debía intentar algún tipo de "contacto" más cercano con los pokémon, con pokémon propios. Pero… su madre, que era una de las líderes de gimnasio de Hoenn, no lo dejaría hacer lo que en realidad él deseaba. Ella siempre decía que un chico tan pequeño no tenía que viajar solo, que no era seguro. Pero él ya teníaonce años con dos meses, ¿no era aún lo suficientemente grande como para andar solo? ¿Tan peligroso era Hoenn? Se suponía que los chicos comenzaban su viaje pokémon a los diez, pero él todavía no veía esperanzas de hacerlo, en especial después de las discusiones con su madre, como la del día anterior...

FLASHBACK MODE

-¡Pero, madre!- se quejó el chico.

-Nada de peros- respondió fríamente la mujer de cabello violáceo-. ¿Cuantas veces debo decírtelo? Hoenn no es seguro en este momento.

-¿Por qué no?

-Créeme, serás más feliz si no lo sabes- respondió ella evasivamente.

-¿Y cuando podré salir? ¿Pronto?

-No lo se, no lo se- respondió ella saliendo de la cocina, dejando a su hijo bastante enfadado.

FIN DEL FLASHBACK

Y por eso él ya había planeado que haría. Sin duda su plan para salir de su casa era un poco arriesgado, pero... ¿qué más podía hacer? Su madre de seguro no lo dejaría ir en, por lo menos, dos años. ¿Tenía, por culpa de ella, que comenzar su aventura a los veinte años?

-Bien, Zuzu, hoy es el día- dijo él, avanzando por la Ruta 103-. Se que piensas que lo que voy a hacer no está bien, pero no me queda otro camino. Ninguno más pronto, mejor dicho. Supongo que vendrás conmigo, ¿no?

Zuzu se quedó callada durante unos momentos, para luego asistir con énfasis a su amigo.

-Bien. Hoy, en la noche, nos iremos- dijo él, trepándose a un árbol y siguiendo su rumbo avanzando con las lianas de la arboleda.

ACLARACIONES:

Pueblo Littleroot: Villa Raíz/Villa Raíz Chica

Sapphire: Haruka/May/Aura

Profesor Birch: Profesor Abedul

Ciudad Petalburg: Ciudad Petalburgo/Ciudad Petalia

Zuzu: le puso ese nombre basándose en el nombre de Mudkip en japonés (Mizugorou)

Bueno, esto fue todo por el momento. Voy a actualizar en cuanto pueda, espero que les haya gustado.

HASTA LA PRÓXIMA!!