Gokudera se pasó una mano por el cabello plateado, desordenándolo, y con la otra tiró la colilla del cigarrillo al suelo, pisándola con la punta de su zapato. A la lejanía, creyó escuchar a una enfermera decirle "Señor, eso está prohibido, por favor diríjase fuera del establecimiento…" pero fue silenciada por una voz que se asemejaba a la de su hermana. El hospital olía a desinfectante y era tan puramente blanco que las sillas de la sala de espera, de color azul Francia, y la planta de interior que se encontraba en una esquina, eran lo único que representaban una expresión de color en la habitación, a parte de ellos mismos que llevaban ropas oscuras.

Él no sentía nada. Sólo estaba ansioso. No tenía un nudo en el estómago o su pecho estaba cerrado. No estaba nervioso ni tampoco quería gritar de furia. Estaba casi nulo, sólo estaba a la espera. De qué, no sabía, pero algo, lo que sea. Alrededor suyo, sus amigos lo miraban con precaución. Más de una vez le preguntaron si quería entrar a la habitación a verla y él se había negado rotundamente. Era una extrañeza, Tsuna pensó, que su guardián de la Tormenta estuviera tan tranquilo. Bueno, tranquilo por fuera. Nunca sabría qué pasaba por detrás de esos ojos verdes que estaban fijos en la puerta blanca de la habitación de hospital.

Haru había tenido un accidente extraño. Las causas detrás de él aún estaban sido investigadas. Resultó en un golpe en la cabeza, un tobillo torcido, un par de costillas rotas y algunos raspones; Gokudera sabía que eso no era nada que pusiera su vida en riesgo, él lo había tenido peor en varias ocasiones, pero que le sucediese a Haru, que lo único que estaba haciendo era dirigirse al restaurante donde todos se iban a encontrar, le hacía hervir la sangre en sus venas.

No iba a entrar, pero iba a quedarse en la sala de espera hasta que le dieran el alta y se encontrara mejor. Por que él no podía, simplemente le era imposible entrar y verla tan mal, tan herida, sabiendo que no había podido hacer absolutamente nada para evitarlo, para protegerla.

Y dentro de la habitación, Haru revisaba sus mensajes de voz en su celular, empotrada en la cama sin poder moverse con Kyoko y Hana a su lado. Uno de los mensajes, enviado veinte minutos antes de que el accidente haya sucedido.

"…Ti voglio bene…tch".


Katekyo Hitman Reborn! no me pertecene!

¡Gracias por leer! "Ti voglio bene" se traduce a algo como: ¡Te amo!.