Huy... Que nervios... Admito que jamás había escrito algo que no fuera Inazuma Eleven, pero ahora vengo con este proyecto de un anime que amé demasiado *o* Uta No Prince-Sama! O simplemente UtaPri -w- Ok, este Fic se me ocurrió mientras dormía, pues sueño esas cosas owo Si, soy así de rara(?) xDDDDDDDD Bueno, dejemonos de Bla, Bla, Blay empezamos de una vez!
Un Giro Que No Debimos Dar
Disclaimer: Uta No Prince-Sama no me pertenece. Este Anime es propiedad de Broccoli.
Capítulo 1: Empezando
La Academia Saotome, una prestigiosa Academia donde los alumnos vienen a demostrar todo su talento para convertirse en Idols o Compositores de Idols. Nanami Haruka era una de esas personas, que deseaba poder componer canciones para todas las personas, en especial para una, que era su sueño: Hayato.
-Haruka-Chan... Haruka-Chan- le llamó una peli-roja, mientras la movía por el hombro lentamente, sacándola de sus pensamientos.
-¿Eh?- la mencionada miró a todos lados, y luego miró a su amiga -Shibuya-San, ¿Qué ocurre?-.
-¿Qué ocurre? ¡Has estado callada todo el rato!- exclamó la otra, alzando los brazos y haciendo un ademán exagerado.
-Go-Gomené- se disculpó, mientras volvía a observar el oscuro cielo, iluminado por las estrellas.
Si bien, Nanami Haruka es una persona importante, esta historia no se centra en ella. En la zona de los hombres, en uno de los cuartos, dos personas se encontraban en sus respectivos lugares, cada uno haciendo algo diferente. Otoya Ittoki se dedicaba a escuchar su música, algo distraido con quién-sabe-que cosa, mientras Ichinose Tokiya, solo estaba sentado en su escritorio, escribiendo una letra para su clase.
-¿Qué escribes Tokiya?- preguntó el peli-rojo, observando al mayor.
-La letra para mañana- respondió fríamente, como siempre.
-Letra... ¿Para mañana?- preguntó de nuevo el otro, algo confundido.
-¿No me digas que la olvidaste?- Tokiya dejó de escribir, y dirigió su mirada al otro.
-¡Cl-Claro que no! Solo estaba preguntando- respondió Otoya en su defensa, viendo de nuevo al techo -"¡Dios! ¡Olvidé la letra!"- exclamó mentalmente, queriendo golpearse.
Ichinose suspiró, volviendo a su posición anterior, y nuevamente escribiendo su letra. Sus labios se movían lentamente, al compás de la melodía que tenía en la cabeza, mientras su lápiz giraba al ritmo de la misma melodía mental del peli-azul. Ittoki le quedó mirando, con un poco de envidia. Al otro se le hacía sumamente sencillo escribir letras, mientras que a él le costaba un mundo hacer un simple verso.
-Tokiya~- le llamó, con un leve tono de aburrimiento.
-Déjame, estoy ocupado- solo dijo el otro, sin apartar su vista de la hoja, a lo que el oji-rojo infló las mejillas y se puso a escuchar música. Tokiya le miró de reojo, sin poder evitar soltar un leve suspiro. Aunque a veces tratara con gran frialdad al otro, no podía evitar un simple hecho que a veces le dejaba callado: Estaba enamorado de Otoya Ittoki. No sabía cuando había aceptado sus sentimientos hacía su compañero de cuarto, pero ahora que lo había hecho, no podía sacarse al otro de su cabeza. Y es que... ¿Cuándo le había empezado a interesar? Ah, lo recordaba, su confusión había empezado cuando Ren le había empezado a meter cosas en la cabeza sobre Ittoki. Chasqueó la lengua molesto, acto que no pasó desapercibido por el otro.
-¿Nanda Te, Tokiya?- preguntó el menor, mirando al más alto.
-Ie, Nandemonai- respondió simplemente, ganándose solamente una mueca no muy segura de parte del otro.
-No creo que no pase nada- Otoya se sentó en la cama, ladeando levemente el rostro -Ahm... ¿Quiéres algo de beber?- preguntó, sonriendo y levantándose para ir a la entrada.
-Te lo agradecería- dijo simplemente el otro.
Ittoki sonrió abiertamente y salió del cuarto, camino a la cocina. Cuando podía, le gustaba ayudar al mayor y escuchar un "Gracias" de parte de él; eso lo hacía ponerse feliz, lo admitía. Y es que... Cuando se trataba del peli-azul, compañero de habitación suyo, él se ponía enormemente feliz. ¿Por qué? ¿Por qué le gustaba tanto ayudarlo? Tanto verlo sonreír cuando podía, escucharlo reír de repente cuando algo le causaba gracia. -Ano...- se dedicó a pensar eso, llevando su mano a su mentón de forma pensativa.
-¡Otoya!- exclamó alguien, llamando la atención del otro, y haciendo que se girara.
-¡Syo!- el mencionado sonrió, y se acercó al peli-rojo.
-Ibas algo pensativo, ¿A dónde vas?- preguntó el rubio, mientras llevaba sus manos en sus bolsillos y se dedicaba a caminar con el otro.
-Iba a cocina por algo de beber para mi y Tokiya- le respondió, mirando al frente -¿Y tú que haces despierto aún?-.
-¿Qué crees? Con Natsuki con todas esas energías el peor error de mi vida sería dormirme- respondió, soltando un suspiro -Por lo que ahora solo me dedico a huir de él hasta que se duerma-.
-Ya veo...- Ittoki mostró una nerviosa sonrisa, mientras una gotita de sudor caía por su cara. -¿Me acompañarías a la cocina?-.
-Claro, te acompaño- respondió el otro, con una sonrisa de lado.
Diez minutos después, Ittoki volvió al cuarto con dos sodas en mano, pero cuando entró, pudo ver que el mayor no estaba en el cuarto. -¿Tokiya?- preguntó con algo de confusión, cerrando la puerta tras de sí; de paso, dejó una de las latas en el Escritorio del mayor, y luego se fue a su cama, abriendo la lata y volviendo a escuchar música, sumiéndose en sus pensamientos. Fue en eso que el mayor entró al cuarto, observando a su acompañante recostado en la cama; el peli-azul observó la lata en su mesa, y luego miró nuevamente al peli-rojo.
-Otoya- le llamó, pero al parecer el otro estaba distraído con la música.
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La puerta se abrió solamente un poco, pero de forma lenta y suave, para no llamar la atención de la persona que estaba en el interior, pero el que observaba se sorprendió de ver que en el lugar no había absolutamente nadie. -Pero si hace poco estaba aquí dentro...- susurró el chico, abriendo más la puerta y entrando a su cuarto. Observó a su alrededor, para asegurarse de que todo estaba bien -Al parecer realmente no está- soltó un suspiro de alivio, dibujando una sonrisa. Se dirigió con calma a su cama, y se recostó con lentitud en esta, tomando su sombrero y lanzandolo con puntería al colgador que estaba cerca de su cama. Cerró sus ojos alegremente, y sin darse cuenta, se rindió ante los brazos de Morfeo.
La segunda persona, habitante del cuarto entró repentinamente de forma estrepitoza, casi botando el colgador de gorros ante mencionado. -¡Syo-Cha...!- su grito se paró al ver como el mencionado dormía plácidamente sobre las mantas de la cama, lo que le sacó una sonrisa de ironía -Syo-Chan, eres descuidado- mencionó el rubio mayor, como si su compañero le pudiera escuchar. Con sumo cuidado, movió al menor y lo acomodó bajo las mantas de la cama, despojándolo de una chaqueta que el otro traía y sus zapatos. Se dirigió a su cama, sacando un cuaderno de música y empezando a componer con tranquilidad.
-Ngh... ¿Are?- los ojos de Syo se abrieron un poco, soltando ese pequeño susurró. Se fijó en él mismo, viendo como estaba acostado en la cama, cubierto por las tibias mantas -Pero si...- alzó un poco la vista, viendo a Natsuki concentradamente en alguna melodía que de seguro estaría creando. -"Natsuki... Eres un genio..."- pensó con una leve sonrisa, recostándose nuevamente con cuidado, observando el rostro del mayor, y queriendo ver los ojos esmeraldas de su compañero; lamentablemente, Shinomiya mantenía los ojos cerrados en ese momento. El menor cerró los ojos con lentitud, durmiéndose de nuevo.
-Descansa... Syo-Chan- susurró el de lentes, aún con sus ojos cerrados, los que se abrieron para ver el tranquilo y relajado rostro del otro dormír plácidamente, con una hermosa sonrisa dibujada en su rostro.
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-Hmp, esos dos son interesantes- una persona de 17 años se dedicaba a entrar a su cuarto, con una elegante y coqueta sonrisa dibujada en su cara, luego de venir de hablar con el dúo de menores que anteriormente estaban en la cocina.
-¿Ya te has dedicado a molestar a alguien, Jinguji?- preguntó la persona que, en ese momento, se encontraba arrodillado frente a una pequeña mesa japonesa, escribiendo lo más calmado que se le pudiera ver, o eso hasta la entrada del mencionado.
-Hmp, no seas tan estirado, Hijirikawa- se "defendió" Ren, cerrando la puerta trás de él, para solo ir a un lado de su cama, sacando un dardo de su mueble, para con su gran puntería, lanzar y dar en el centro -Solo tuve una interesante conversa con el pequeño Syo y el joven Otoya- le avisó, empezando a desvestirse para acostarse.
-Que mal por ellos- mencionó el peli-azul, ganándose la mirada del mayor -Tener que hablar con alguien como tú, que solo trae mala suerte a su alrededor-.
-Oya, eres directo- el muchacho de los dorados cabellos sonrió de lado, luego de escuchar al otro y apartarse de su camisa, dejando a la vista su muy bien formado torso -No esperaba más de ti~-
-¿A qué te refieres?- rechistó Masato, mirando a su compañero de reojo, pero notando que el otro no estaba en donde se supone estaba antes.
-Me refiero a que dices todo sin ningún pelo en la boca, ¿No?- respondió con tranquilidad Ren, diciendo esto repentinamente tras el menor, provocando un leve salto en el otro -¿Oh? ¿Te asusté?- preguntó con burla el Jinguji, con una sonrisa igualmente de burla.
-No, solo me tomaste por sorpresa, aunque...-.
-¿Aunque?-.
-Aunque... ¿Quién no se asustaría con esa cara que tienes pegada a la cabeza?- Hijirikawa sonrió con clara burla, mirando hacía el otro, con algo de molestia en su mirar.
-¡Hmp! No jueges con fuego, Hijirikawa- la sonrisa que Ren tenía en su rostro desapareció al decir esas palabras, mirándolo con suma seriedad.
-No fuí yo quién encendió el Fósforo desde un comienzo, Jinguji- replicó el peli-azul, borrando igualmente la sonrisa de su rostro.
-...Tch- el mayor se separó del otro, dirigiéndose a su cama, despojándose de las últimas prendas que su cuerpo poseía, para luego recostarse en su cama, apagando la luz de noche para descansar.
-...- luego de oír el Click de la luz, Masato esperó un poco, y luego su rostro se giró hacía el que ahora mismo dormía -Eres molesto... Jinguji- susurró, con algo de molestia.
-"Igual te aprecio mucho... Hijirikawa"- pensó el otro, dibujando nuevamente esa sonrisa de calma y alegría en su rostro.
Ok, así termina el primer capítulo! w Admito correcciones, tomatazos, piedrasos(?) o lo que sea, pero sobre todo... REVIEWS! ToT Miren que he tenido muy pocos -nada-. Ojalá les guste este Fic!
Hasta el prox capi!
Matta Ne~!
