En verdad esto es una especie de headcanon que hice en mi cabeza. Y una forma de explicarme qué pasó por la cabeza de este vandalito mientras veía la coreografía de Yuri.

Siempre me dio la sensación de que Yurio es un poco falso, en el sentido de que aparenta ser muy fuerte, cuando en verdad se derrumbaría con mirarlo. Vamos, un tsundere de toda la vida xD

Y eso es lo que intenté aquí... Espero que les guste :')


Acaba de terminar su debut como senior, y acaba de probar su primer fracaso. Él, Yuri Plisetsky, apodado contra su voluntad como Yurio, había sido destronado de lo más alto por aquel sujeto.

Él siempre había sido un prodigio. Nunca pudieron criticar su talento, pues siempre había brillado por encima de los demás. ¿Que si podría ganar el Grand Prix Final junior sin cuádruples? No importaba, resaltaría todo lo demás para aplastar al resto. Fácil. Siempre lo fue, hasta ahora.

Ni terminaba la competición cuando ya se sabía perdedor, y ese sentimiento de frustración, rabia e impotencia se hizo presente. Un sentimiento totalmente desconocido para él.

Nunca había sentido esa congoja y malestar interior de haber trabajado para nada, de haber dejado la piel en algo para no obtener ni un fruto. Y es que en el fondo él nunca se esforzaba más de la cuenta, y por primera vez se daba de bruces con la realidad.

No lo quería admitir, ni en su fuero externo ni en el fondo de su ser. Él había sido mejor en técnica, más limpio, más grácil, sus movimientos los había llevado a cabo a la perfección. Pero es querer ser tan perfecto lo que lo había hundido.

Soy mejor que esto.

Si, era mejor que ese intento de mostrar algo que no era. El cerdo había hecho unos saltos lamentables. Se le notaba rígido, los nervios destilaban por sus poros, y el público lo sabía. Pero ese sentimiento que había volcado en su actuación había ensombrecido a todo lo demás.

Su mayor perdición era la poca flexibilidad a la hora de mostrarse a sí mismo. Él no era alguien sumiso, amoroso ni fiel. No le iba el amor inocente ni la incondicionalidad hacia el amado. Él era fuerte, no dependía de nadie, y siempre fue y será mejor en todo y de todos. O eso creía hasta ahora.

El ver a su enemigo lo había ahogado en su propia interpretación y había sido arrastrado por la pasión del pelinegro, que había sabido hacer todo lo que él no.

Yakov se lo había advertido muchas veces, no siempre será igual que su época de junior. Salió siendo el mayor y un prodigio, y entraba siendo el menor y un desconocido para todos. Siempre habrá alguien mejor y alguien peor, pero no en el mismo orden. Persevera y ganarás, confíate y te comerán. Y efectivamente aquel japonés se había comido todo su ser.

Eran día y noche, agua y fuego, calma y prisa. Contrarios e iguales, lo que le faltaba a uno se complementaba con el otro. Eros y Ágape.

Empezaba a notar un malestar en sus ojos.

Se marchó de allí antes de que eso saliera de sus párpados.


En verdad esto no era un escrito amoroso. Pero siempre arriba mi YurixYuri!