~ Capitulo Único ~
~ Cubelios ~
Ya estaba dando todo por perdido. No tenían nada más que hacer; solo esperar a que Natsu y compañía pudiesen hacer algo contra ese tipo extraño que había aparecido de la nada, pero realmente no tenía mucha fe en ello.
Para cuando despertó, Kinana estaba tirada en medio de unos escombros; acompañada de los cuerpos de sus compañeros. Gracias a sus oidos comprobó que estaban todos con vida.
–Cubelios...– de pronto escuchó el llamado que siempre estaba en su mente, pero esta vez era más nítido y desesperado.
Divisó a un hombre pelirrojo que caminaba entre cuerpos y escombros, buscando algo de manera desesperada.
–Cubelios... Cubelios... Cubelios... Déjame oír tu voz, Cubelios– un punzante dolor se hizo presente en sus sienes, causándole incluso un leve mareo. Pero a pesar de ello, se puso de pie e intentó acercarse a aquel hombre
–¡Cubelios!– gritó él, sin dejar de buscar. Estaba por darse por vencido, cuando escuchó que algo se desplomó detrás de él.
La figura de una muchacha yacía tirada en el suelo, intentando moverse hacia él. Y Cobra, como una buena persona, se le acercó, pero porque una extraña sensación lo obligó a hacerlo.
Cobra ayudó a Kinana a enderezarse un poco, y al verse cara a cara, ambos se reconocieron.
–Mi voz... Espero que te guste– susurró la muchacha, Cobra sonrió casi imperceptiblemente –Erik– agregó, y la que sonrió fue Kinana.
–Me encanta...– dijo él, acariciando el cabello de su serpiente –Tu voz es hermosa... Cubelios...–
–Kinana... Mi nombre es Kinana– dijo ella, mirando a Cobra a la cara
–Kinana... Es un nombre lindo...– contestó él, posando su mirada directamente sobre la de ella, que aún conservaba algún que otro rasgo reptilesco.
~ Capitulo Único ~
~ Cubelios ~
~ Fin ~
