La voluntad de la fuerza.
Disclaimer:
Si piensan que yo cree este mundo probablemente han vivido en una cueva oscura toda su vida. O que gano algo más que diversión y comentarios de las personas que gustan de las películas de esta saga. Bueno… probablemente sigan escondidas en su cueva oscura en una tierra remota sin contacto con la humanidad. Pero por si acaso yo no poseo nada de nada de nada de nada de nada, solo una imaginación febril, las seis películas en DVD y el gusanito de la curiosidad por leer en menos de un mes casi todos los fic de Star Wars en ingles y español que pude encontrar. Esto es Slash, yaoi, M/M… ¿Cómo si escribiera otra cosa? Agradezco cada uno de los comentarios que reciba, en realidad los espero con ansias, así que no me dejen sin comentarios.
Resumen: Qui Gon Jin ha recibido una profética visión del futuro que lo llevara a negarse a tomar a Obi Wan Kenobi como su Padawan. Pensando que él puede cambiar el destino del elegido, salvar a los Jedi de la destrucción y aun así darle un entrenamiento digno en manos de Mace Windu. Slash AU A/O Q/M
Prologo.
Qui Gon Jin despertó bañado en sudor en el interior del templo Jedi. Esa mañana el maestro Yoda le había solicitado entrenar a un joven hermoso, no mayor de 13 años, con una fuerte y brillante conexión con la Fuerza. No deseaba tomarlo como un Padawan después de su desdichado final con Xanatos. Sin embargo le había prometido pensarlo y darle su respuesta por la mañana. Después de su visión estaba seguro de cual sería. No entrenaría a Obi Wan Kenobi.
El elegido todavía no había nacido, faltaban varios años para eso y sin embargo presentía que Tatooine lo albergaría. Su nombre sería Anakin Skywalker y su poder en la fuerza sería como ningún otro jamás visto. Probablemente un hombre con mayor sabiduría lo abandonaría en ese planeta polvoso, pero él no lo haría. No permitiría que se convirtiera en un Sith, mucho menos que destruyera el don que le otorgarían y al niño que mañana despreciaría como su Padawan.
Al fin y al cabo, todo lo estaba haciendo por el bienestar de Obi Wan Kenobi. A quien amo tan profundamente en su visión que estaba dispuesto a dejarlo ir solo para que no sufriera lo que le deparaban los años por venir.
Esa mañana encontró que pronunciar su discurso delante de Yoda fue demasiado fácil. Yoda lo miro de manera triste y no dijo más, acepto su decisión como la de un hombre sabio. Qui Gon Jin abandono el Consejo Jedi seguro de que sus decisiones los conducirían al bien mayor.
Mace Windu entonces fue invocado por Yoda para entrenar al joven Padawan. No era un guerrero como Qui Gon Jin, Mace Windu en realidad era un filósofo y como discípulo del diminuto maestro acepto su tarea con humildad.
Qui Gon Jin debía prepararse para la batalla de Naboo y su tarea como maestro del joven Anakin Skywalker, por eso dejaba las tarea del entrenamiento de Obi Wan Kenobi a un mejor maestro de lo que él jamás sería.
Sin embargo, una de sus tareas era advertirle a Mace Windu del terrible futuro que se avecinaba y encomendarle que cuidara de Obi Wan Kenobi como si fuera su hijo, de la forma en la que él lo haría con Anakin cuando por fin lo conociera.
- Maestro Windu.
Mace acababa de abandonar a Obi Wan en sus habitaciones, indicándole que meditara algunas horas para limpiar su mente de la incertidumbre y después descansara para su próximo viaje.
- ¿Qui Gon Jin, ocurre algo por lo que debas estar tan preocupado?
Qui Gon Jin respiro hondamente y respondió señalándole un pasillo que daba en dirección de sus habitaciones – Necesito hablar con usted Maestro Windu. ¿Puede acompañarme?
Mace Windu arqueo una ceja y asintió, siguiendo de cerca a Qui Gon Jin, preguntándose de que deseaba hablar. Al entrar en sus habitaciones Qui Gon le indico un sofá diciéndole – Es acerca de Obi Wan. Temo por su futuro.
Mace Windu no pareció ofenderse, por el contrario le pregunto – ¿Has cambiado de opinión y ahora deseas entrenarlo?
- No. Quiero que tú lo entrenes en la Fuerza. Lo conviertas en el Jedi que debe ser y yo no podre moldear.
Mace Windu esta vez pareció perplejo por apenas dos segundos – No entiendo de que hablas Qui Gon. Eres terco, a veces rebelde y te dejas llevar demasiado por tus emociones. Sin embargo, yo creo, todo el consejo piensa que serás un Gran Maestro Jedi.
Qui Gon refuto sus palabras tranquilamente – No cuando permitiré que mis emociones por mi Padawan interfieran en su entrenamiento. Por eso debes ser tu el que lo entrene.
- ¿Cómo sabes que tus emociones te llevaran a eso?
Qui Gon respondió tranquilo, como nunca antes lo había hecho – Tuve una premonición del futuro por venir. Sé cómo evitar que todo eso que vi ocurra. Sin embargo, para eso debo hacer un gran sacrificio y estoy dispuesto a eso.
- ¿Una premonición? ¿Por qué no se lo dices al consejo, al maestro Yoda? – pregunto Mace Windu levantándose de su asiento.
- Porque de hacerlo tampoco podre cambiar el siniestro futuro que se cierne sobre nosotros y mi sacrificio será en vano.
Mace Windu comprendía que Qui Gon Jin era todo lo que nunca sería, sus emociones, la forma en la que las manejaba lo preocupaban y admiraban al mismo tiempo. Nunca en toda su vida había conocido a un hombre cuya fuerza fuera tan brillante y su admiración por él era la única emoción que se permitía poseer en silencio por lo que respondió. – ¿Qué deseas de mi, Qui Gon?
Qui Gon Jin respondió posando una de sus manos sobre una de piel oscura – Entrena a Obi Wan Kenobi. Has de él un gran Jedi y nunca permitas que su vida o su destino se unan al de mi futuro Padawan. Anakin Skywalker. Ellos no deben conocerse.
Mace Windu pregunto sorprendido, sintiendo un ligero desagrado al escuchar ese nombre – ¿Quién es este Skywalker y porque no debe cruzar su camino con el de Obi Wan?
Qui Gon Jin respondió – En mi visión cuando Anakin y Obi Wan crucen sus caminos jamás podrán separarse. En ese momento la fuerza los unirá y cosas terribles ocurrirán. Se desatara un remolino de acontecimientos nos llevaran a la destrucción de todo lo que conocemos.
- ¿Por qué no dejar a este Skywalker donde lo encontraras en el futuro que has visto?
- Porque de no ser un Jedi, él se convertirá en un Sith cuyo poder jamás podremos imaginar ni detener.
Mace Windu no pregunto más sobre Skywalker, sin embargo, aun ahora profetizaba que no significaría más que problemas y por lo que decía Qui Gon Jin, de todas formas su camino era el de convertirse en un Sith.
- Hare lo que me pides. Evitare a toda costa que Obi Wan Kenobi se reúna con Skywalker Qui Gon. Tienes mi promesa.
Qui Gon Jin asintió de manera triste, esperando no equivocarse al cambiar el presente de manera tan drástica. Sin embargo, algo le decía que estaba haciendo lo correcto.
- Gracias Maestro Windu.
Mace asintió y partió del cuarto de Qui Gon Jin, esperando ser el maestro que su joven Padawan necesitaba.
1
Con los años ocurrió aquello que pensó era imposible, cuando Obi Wan Kenobi cumplió los 17 años ya estaba encariñado con su Padawan y aquel sentimiento paternal no parecía ser incorrecto con el joven que aparentaba ser todo paz y tranquilidad.
Esa tarde supo acerca de la misión que involucraba a una chica llamada Padme y un planeta nombrado Naboo. Así que esa noche decidió por el bien de su Padawan que lo mejor era ir a conversar con Qui Gon Jin. Esperaba poder hacerlo cambiar de opinión, debía convencerlo de abandonar a Skywalker en Tatooine.
- Qui Gon, esta vez yo necesito hablar contigo.
Qui Gon termino sus Katas con una larga pirueta en el aire y pregunto, guardando su sable en su cinturón – ¿De qué deseas conversar conmigo Maestro Windu?
Mace lo interrumpió, en los años que había entrenado a Obi Wan, él y Qui Gon se habían vuelto amigos cercanos y Qui Gon estaba a punto de recibir el honor de ser miembro del consejo Jedi, si acaso aceptaba un asiento en él. Esperaba que así lo hiciera, como esperaba que abandonara la idea de rescatar (como él lo decía) a Skywalker de la esclavitud en las arenas de Tatooine.
- Esta vez no vengo a ti como un miembro del consejo. Tampoco vengo a ti como un Jedi. Quiero hablar contigo como amigos Qui Gon y espero que comprendas mi petición.
Qui Gon comenzó a caminar en dirección de uno de los jardines menos transitados del templo, esperando poder hablar a solas del problema que su amigo necesitaba confesarle, de otra forma un hombre como Mace Windu jamás intentaría avocar a los sentimientos de un hombre.
- ¿Qué deseas pedirme?
Mace nunca se demoraba en tocar el punto que le inquietaba – Es acerca de Skywalker Qui Gon.
Qui Gon asintió indicándole que continuara con un movimiento de su mano.
- Debo pedirte que lo abandones en Tatooine. Por el bien de mi Padawan y el futuro que tanto dices temer. No veo porque debamos traer con nosotros a un hombre que probablemente de todas formas será un Sith. Porque arriesgar el futuro de la República, de nuestro Templo. Skywalker solo es una amenaza, nada más que eso.
Qui Gon respondió claramente, mirando las estrellas que pronto lo llevarían en dirección de Tatooine – No puedo hacer eso Mace, Anakin es el elegido de la profecía. No podemos abandonarlo en Tatooine, mucho menos permitir que se convierta en un Sith.
- Mañana partirás con la senadora y cuando regreses traerás contigo a Skywalker. – Anuncio Mace Windu con rudeza.
- Así es.
- Entonces, para cuando regreses Qui Gon. Yo habré partido con mi Padawan y espero que para cuando regresemos tú hayas hecho lo mismo. – señalo Mace sin saber de las noticias que los harían demorarse algunos días de tomar su viaje a un planeta remoto.
Qui Gon Jin durante todos esos años había pensado en su decisión acerca de mantenerlos separados, encontrándola después de pensarlo demasiado, errónea. Probablemente los dos jóvenes dotados debían conocerse y así controlar su primer contacto. Sin embargo, no podría hacer cambiar de opinión a Mace Windu, muchos menos ahora que se había encariñado con Obi Wan Kenobi.
- Así lo hare Maestro Windu.
2
Las noticias que habían recibido de Qui Gon eran alarmantes, tanto así como para obligarle a Mace Windu a permanecer en el templo en presencia del Consejo Jedi. Quienes nombraron a Ki-Adi Mundi como parte del mismo en vez de aguardar la llegada de Qui Gon Jin.
Una guerra estaba forjándose en la galaxia, justo como lo había dicho Qui Gon, exactamente en el momento que pensaba había encontrado por fin a Skywalker. A su dichoso elegido de la fuerza. Debían marcharse antes de que el futuro Sith disfrazado de un infante arribara en el templo y el testarudo Jedi los convenciera para entrenarlo.
- Maestro Windu, algo le molesta. Puedo sentirlo.
Mace Windu respondió con tranquilidad, observando directamente a los ojos de su Padawan. Obi Wan había crecido para convertirse en un hombre atractivo, cuyo color de ojos iba desde el azul cerúleo hasta el gris de una mañana nublada.
- Debes saber que Qui Gon Jin está por arribar. Traerá consigo un infante llamado Anakin Skywalker para que sea entrenado como un Jedi.
Obi Wan arqueo una ceja y jugo momentáneamente con su trenza que sobrepasaba su hombro, señal de que sus Juicios para convertirse en un caballero y después, con mucho trabajo duro en un Maestro Jedi con un Padawan bajo su cargo estaban cercanos, después de todo no era sólo un sueño.
- Eso es lo común. Un maestro elige un Padawan para guiarlo en su camino.
Mace asintió cruzando sus brazos detrás de su espalda, no encontrando las palabras para prohibirle que se acercara al joven Padawan de Qui Gon Jin, casi como una fuerza desconocida atara su lengua en su paladar.
- ¿Eso es todo? – pregunto el joven Obi Wan con una sonrisa en sus labios.
- Tengo un mal presentimiento. Eso es todo Padawan.
- Sí Maestro Windu.
3
Qui Gon Jin esperaba encontrar mucha más renuencia en el Consejo Jedi. Mace Windu fue duro, sensato y decidido. No parecía dispuesto a que Anakin fuera entrenado por él. No lo culpaba después de lo que le había confesado, sin embargo, esperaba un poco más de comprensión para el pequeño inocente.
Anakin lo miraba aprensivo, probablemente preguntándose porque un Jedi lo trataba como si fuera una pequeña amenaza, un bicho especialmente desagradable que no le gustaría tener cerca de los demás Padawan.
Sin soportar más aquel escrutinio le pregunto a Qui Gon, susurrándole al oído – ¿Puedo irme de aquí?
Qui Gon espero la señal de Yoda que pronuncio levantando una de sus diminutas manos – Anakin, tu poder irte. Nosotros hablar debemos.
Anakin obedeció inmediatamente y comenzó a caminar en dirección de la salida, no sin antes escuchar que su maestro le decía – No te alejes demasiado Anakin.
Anakin Skywalker intento no alejarse demasiado, sin embargo fue imposible no hacerlo delante de tanta belleza. El templo era precioso, casi tanto que le dolían los ojos al observarlo y se repetía en silencio que algún día traería a su madre a Coruscant en donde le compraría una casa para que viviera rodeada de estas maravillas toda su vida.
Poco sabía el pequeño Anakin que los Jedi no podían poseer nada, ni posesiones materiales ni sentimentales. Camino en dirección del sonido cristalino de una fuente, encontrándose perdido al ver tanta agua en un floreciente jardín de múltiples colores.
Fue entonces que vio un ángel de cabello dorado, que vestido de blanco meditaba en el interior del jardín, junto la fuente cristalina que repiqueteaba risueña salpicando su rostro con pequeñas gotitas de agua.
- ¿Eres un ángel?
El ángel no respondió al principio, mantenía sus ojos cerrados y la misma posición. Parecía casi irreal. Una hermosa visión de cabellera dorada y blanca vestimenta. Anakin tuvo que tocarlo, para saber que no era una ilusión.
Su piel era suave, cálida, sus cabellos tan sedosos como aparentaban. Al contrario de lo que pensó al principio no se trataba de una visión, ni de una estatua y cuando aquellos ojos indescifrables lo miraron sorprendidos volvió a preguntarle – ¿Eres un ángel?
Obi Wan no se movió porque no sintiera la fuerza del niño o su presencia dentro del jardín. Por el contrario, cuando supo que un joven llegaba al templo para ser entrenado se preguntaba si era la misma fuerza que presentía. Acercándose con forme pasaban los días, de cierta forma al saber que no era su imaginación sintió temor y paz. Dos sentimientos contradictorios que se acrecentaban en este momento cuando el pequeño de ojos dorados le preguntaba tímidamente. – ¿Eres un ángel? ¿Puedes escucharme?
Obi Wan carraspeo un poco y le respondió – No, no soy un ángel. ¿Qué te haría pensar que soy uno?
Anakin se encogió de hombros y comenzó a tocar su trenza colgando de su hombro – No lo sé… Eres muy bonito.
Obi Wan no pudo evitar sonreír por algunos momentos, preguntándose qué clase de niño era este – ¿Cómo te llamas?
- Anakin. Anakin Skywalker.
Ese nombre parecía demasiado familiar, no solo porque su maestro le había dicho acerca de su llegada, sino como si pertenecieran juntos los nombres Obi Wan y Anakin, como si se tratara de un viejo amigo, un hermano, hasta un amante que debía conocer. La fuerza se lo estaba diciendo y aun así su mente inquisitiva le decía que no podía ser posible – ¿No deberías estar acompañando a tu maestro Anakin?
Anakin volteo en dirección del pasillo por donde había venido y le respondió – Mi maestro está hablando con el Consejo. Me dijo que lo esperara fuera y eso estoy haciendo.
- Muy bien. Deberías en ese caso esperarlo afuera de la puerta del consejo. Así no tendrá que buscarte cuando termine.
- Pero… no podrá encontrarme con ayuda de… la… ¿Fuerza?
Obi Wan suspiro preguntándole tocando el hombro del pequeño – Supongo. ¿Qué haces aquí? ¿No existe algún otro jardín que llame tu atención o algo que quisieras ver?
Anakin no comprendió su no tan sutil manera de correrlo o simplemente la ignoro sentándose sobre la fuente, sumergiendo su mano en el agua – ¿Cómo te llamas?
Obi Wan estaba a punto de responderle cuando escucho la voz de Qui Gon Jin llamarlo por su nombre y con una mirada triunfal pronuncio de tal forma que parecía creer que un Padawan a punto de convertirse en un caballero no sabría lo que él conocía sobre la fuerza – ¡Te lo dije, Qui Gon me encontró con ayuda de la fuerza!
- Eso puedo verlo – respondió Obi Wan intentando concentrarse nuevamente cuando un grito estridente pronuncio - ¡Adiós ángel!
SWSWSWSWSW
No sé sí Padme deba hacer una ligera aparición. ¿Qué me dicen, lo hago o no lo hago?
