¡Hola a todos! Este es mi primer fanfic de esta categoría y el primero en años; ya había dejado la escritura de fanfics pero no pude resistirme a hacer esto, amo este anime y sobre todo amo a Wólfram. En fin espero lo disfruten y sea de su agrado. Les pido disculpas si hay faltas de ortografía o términos mal dichos.
Advertencias: Intento de lemon y sufrimiento emocional (¿?)
Lo dedico especialmente a mi hermana Geraldine y a ti por supuesto que te tomas el tiempo de leer.
Hago esto sin fin de lucro, sólo por diversión y entretenimiento. Los personajes no me pertenecen ni la historia original…..que triste….
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Él no era estúpido, por supuesto que lo sabía, siempre lo había sabido y sin embargo su corazón jamás había querido verlo. Era tan obvio para él, para todos, y sin embargo, muy dentro de su ser siempre se albergó una leve esperanza, tan leve como la pequeña luz de una vela casi extinta que apenas alumbraba la fría y desolada habitación en la que se encontraba. Se encontró observándola hasta que esta terminó por consumirse. Se había extinguido dejando la habitación a merced de la oscuridad; se había terminado igual que su ilusión; al igual que su amor….igual que su accidental compromiso.
¿Esto era lo mejor? Si, lo era. Ya no podía seguir viviendo de la misma manera como desde hace un par de años venía haciéndolo. Viviendo de ilusiones, sueños, esperanzas y un amor unilateral que lo único que le dio fue un gran pesar y dolor en su corazón.
Había luchado por él, había puesto su vida en riesgo con tal de protegerlo, claro que era su deber como soldado y jamás se arrepentiría de ello, incluso ahora y en un futuro lo daría todo por el bienestar del pelinegro. Pero aquí radicaba el problema, porque ese todo incluía su corazón, sus sentimientos, sus secretos, todo. Había dado más de lo que recibió y jamás se quejó, esperó paciente a que algún día la vida fuese mejor, pero no fue así; desde hace un tiempo el notó el cambio en su rey, este comenzó a evitarlo incómodo por su cercanía, se rehusaba a pasar tiempo a solas con él excusándose con pretextos tontos y finalmente llegó ese día, en el que le escuchó hablando con el Gran Sabio sobre alguien. Ellos no se dieron cuenta de su presencia y continuaron su conversación…..Yuuri veía a alguien más….Yuuri había comenzado a desarrollar sentimientos por alguien que no era él….
Fingió no haberse enterado y lo analizó por unos días, evitando a Yuuri y a todos; así fue como término por llegar a una conclusión satisfactoria para ambos.
Decidió terminarlo todo, el papeleo estaba arreglado y listo para firmarse a la brevedad posible. Él podría comenzar una nueva vida, quizá en tierras Bielefold, quizá en otro lugar, (no es como si tuviera que volver forzosamente a esas tierras, ahora que su honor y reputación se habían ido a algún lugar lejano al concluir su compromiso) podría tal vez, con el tiempo, conocer a alguien más, alguien que pudiera rescatar los restos de su impuro y roto corazón, alguien que pudiera atesorarlos y demostrarle como amar y ser amado en un romance reciproco; podrían quizá tener un par de hijos y envejecer tranquilamente en una vida sin preocupaciones. Sí, eso sonaba bien, después de todo es un mazoku y su vida será bastante longeva.
Y Yuuri….
Él finalmente podría vivir tranquilo, libre para casarse con una bella dama de su agrado. Una hermosa mujer, quizá de busto prominente, sonrisa perfecta, piel tan suave como la seda, labios rojos cual carmín, cabello largo y sedoso, de buenos modales y bellos sentimientos. Ella le daría una numerosa y hermosa familia. Vivirían felices en Pacto de Sangre y ella caminaría a su lado en este viaje llamado vida hasta el final de los días del rey.
Eso también sonaba bien.
Yuuri merece ser feliz con una persona que realmente ame.
Pero…
¿Por qué no le hacía realmente feliz esa imagen mental?
Oh, claro….porque él aún ama a Yuuri. Aunque su mente se empeñe en negarlo, su corazón es fiel a su enclencle rey. Malditos sentimientos. Los odia. Los odia tanto como esa traicionera lágrima que sale de su ojo izquierdo y desciende sobre su mejilla.
¿Por qué tiene que ocurrir esto? ¿Por qué todo resultó de esta forma? ¿Por qué no podía ser feliz a su lado? ¿Por qué este no podía corresponder a sus sentimientos?
Qué patético ha de verse en estos momentos cuando más lágrimas corren por sus mejillas. Estúpido amor. Estúpido Yuuri.
¿Por qué debe de amarlo tanto?
Le duele, duele incluso respirar, duele todo lo concerniente al pelinegro. Quiere olvidarlo todo, olvidar que le conoció, regresar el tiempo y evitar el inicio de su compromiso por la ignorancia de su ahora rey. Desea lanzar a los más profundo de su ser sus sentimientos y enterrarlos para siempre.
Pero no puede. Tiene que resignarse y vivir con ello por el resto de sus días, quizá en un futuro pueda superarlo pero por ahora no puede, no puede dejar de sentir tan fácilmente. Se cubre el rostro con una de sus manos mientras más lágrimas brotan de sus verdosos ojos, solloza, llama en casi un susurro imperceptible al causante de ello.
-Yuuri….Yuuri…- no puede detener su llanto ahora que por fin ha salido después de todo este tiempo.
Un leve golpeteo en la puerta llama su atención, limpia sus ojos con las mangas de su camisón blanco, sin adorno, simple y sencillo que ahora viste y con la voz más serena que puede salir de sus labios pronuncia un débil –adelante- toma aire un par de veces e intenta tranquilizarse; no sabe quién llama a su puerta a estas horas, desde que regreso a su vieja habitación no ha tenido contacto con nadie más, salvo las sirvientas que han venido a dejar sus alimentos y a hacer un poco de limpieza.
La puerta se abre lentamente y lo primero que nota es un aura azul conocida, sabe quién es, después de todo le ha visto en demasiadas ocasiones; con ese cabello negro con largo hasta los hombros y esos ojos rasgados que le miran con intensidad y seriedad.
Suspira, sabía que él se presentaría esta noche, lo ha hecho desde hace unos días atrás. Extiende sus brazos en dirección hacia el recién llegado –ven- le llama con una suave voz incitándolo a acercarse
La puerta es cerrada y el pelinegro camina lentamente en su dirección. Sus brazos le rodean y separa sus piernas para darle espacio al pelinegro de estar más cerca suyo –bienvenido- no escucha respuesta pero no le sorprende, no la ha recibido en todas estas noches; siente su cuerpo ser recostado en la vieja cama y observa al otro sobre su cuerpo mirándole a los ojos con algo que Wolfram conoce bien. Desvía su mirada, esto aún sigue siendo un poco vergonzoso. Siente un tacto en su mejilla y se da cuenta que él está acariciando su rostro con tanto cuidado que pareciera que tiene miedo de tocarle. No entiende el porqué de esto ahora si ha sido un poco más rudo con él estos días. Nota algo en su mirada ¿quizá preocupación? ¿Él le escuchó llorar? No, es imposible.
Suspira de nuevo -estoy bien- le rodea con sus brazos –has venido aquí de nuevo sin que él lo sepa ¿verdad?- toma un par de mechones de cabellos oscuros entre sus dedos y los acaricia -¿Qué haremos cuando él se entere? no estará cómodo ni feliz cuando sepa que tú y yo….bueno tú sabes….hemos estado haciendo eso….- no obtiene respuesta de nuevo –esto no está bien, no podemos seguir de esta forma…- porque así le costará más olvidarle y dejarle ir –lo entiendes ¿verdad? Maoh….yo no soy la persona a la que estas destinado y ad….- no pudo terminar de hablar ya que sintió los labios del otro posarse sobre los suyos, opto por corresponderle, sus lenguas juguetearon un poco antes de que decidiera separarse al sentir una fría mano recorrer su pierna y ascender por esta por debajo de su camisón.
-detente- logró decir con algo de cordura -…esto no es correcto y t….- sus labios fueron apresados de nuevo con desesperación, la mano que recorría su piel continúo explorándola hasta levantar su camisón y llegar a su objetivo. Sintió su miembro endurecerse y ser apresado por la mano ajena para después comenzar a ser masajeado. Se separó de nuevo de los labios contrarios y soltó un gemido. El toque del maoh siempre se sentía tan bien que se maldijo por no poner más resistencia.
-….voy a terminar pronto…- dijo entre jadeos a medida de que la estimulación en su miembro se hizo más rápida, no demoró demasiado en terminar en la mano del otro; le observó esbozar una media sonrisa e incorporarse un poco para después pasar su lengua por su mano que aún poseía su semen mientras le miraba de esa forma tan provocativa. Sintió sus mejillas arder y desvió su mirada hacia otro punto en la habitación. A pesar de que no era la primera vez que él hacía eso no podía evitar sentir vergüenza ante aquel gesto.
Sintió que el otro se incorporaba de la cama y buscaba algo en la mesa de noche de su habitación. Wolfram sabía que era eso que buscaba y sabía lo que vendría a continuación. –Está justo ahí- señalo el pequeño frasco de cristal sobre la mesita. Al instante el otro lo observó también y lo tomó entre sus manos. Volvió a la cama cerca del rubio quien ahora se había incorporado.
–Va a ser un problema si dejamos la ropa puesta ¿no crees?- dicho esto comenzó a despojarse de su camisón tirándolo al suelo y dejándole completamente desnudo. Él no usaba ropa interior, al ahora que tenía estas inesperadas visitas cada noche –deberías retirar la tuya también, no sería agradable que mancháramos ese pijama azul que tanto le gusta…- se acercó al otro y comenzó a desabotonar la playera, la deslizo por los hombros ajenos y depositó un beso en uno de ellos, se movió un poco para poder besar el cuello un par de veces, debía ser cuidadoso, no podía dejar marcas o Yuuri se daría cuenta. Bajó un poco ahora a su clavícula y de ahí a su pecho. Deposito unos cuantos besos sobre este, le escuchó soltar un gemido y sonrío ligeramente, al menos lo estaba haciendo bien. Disfrutaría de este momento que se convertiría en el último.
Se arrodilló frente a él y acercó sus manos hacía el elástico del pantalón azul y comenzó a bajarlo lentamente junto a la ropa interior del otro liberando así su miembro ya endurecido. Acarició con sus dedos la punta de este y acercó poco a poco sus labios, pasó su lengua sobre la punta de este y después lo introdujo dentro de su boca.
Esta no era la primera vez que Wolfram hacía algo como esto, claro que no, en el pasado se divirtió con más de una persona y experimentó a plenitud la etapa más hormonal de su vida; no es que le gustase presumir de sí mismo, pero él siempre tomó el papel dominante y tenía cierta experiencia en cómo complacer a otro hombre. Pero con el pelinegro era la primera vez que se encontraba siendo el sumiso, no que le molestara, en realidad, no esperaba fuese de otra forma ¿Qué clase de reputación darían si se supiera que el pasivo era el rey?
Una mano se posó sobre su cabeza y le empujó un tanto apartándole de su labor de complacencia al órgano reproductor de su rey. Alzó la vista y le observó expectante por unos segundos, entendió al instante lo que el otro pensaba.
-de acuerdo- se incorporó, tomó la botella que el otro había tenido en manos, la abrió derramando un poco de su líquido sobre sus manos, se acercó de nuevo a la cama y se colocó boca abajo con las piernas flexionadas y la cadera hacia arriba. Llevó una de sus manos hacia su entrada e introdujo un solo dedo en esta; estaba algo estrecha…le dio cierta vergüenza admitirlo por sí mismo. Continúo con un segundo dedo dentro moviéndolo a la par con el otro en su interior, le siguió un tercero al cabo de poco rato.
Wolfram observó de reojo al maoh quien sólo le observaba hasta ese momento. Se mordió el labio inferior cuando le vio acercarse. Optó por retirar sus dedos y al momento de hacerlo, sintió que le halaban de sus caderas hasta que su trasero rozó con el duro miembro del rey.
-Puedes hacerlo- movió su cadera un par de veces fingiendo embestidas, incitándolo a penetrarle.
No esperó demasiado tiempo antes de sentir cómo se introducía de manera lenta dentro de su ser. Soltó un gemido cuando lo sintió por completo dentro.
El pelinegro comenzó a moverse lento, mientras sujetaba la cadera del otro con ambas manos para después acelerar sus embestidas. Wolfram se sujetó a las sábanas con fuerza mientras pequeños jadeos salían de sus labios al ser embestido de esa forma. Se sentía bien, demasiado bien, era como tocar el cielo antes de volver al infierno que era su vida. Se dejó llevar, dejó de pensar en esos momentos y se concentró sólo en sentir al otro.
Las embestidas se detuvieron abruptamente y el maoh salió de su interior. Antes de que el rubio dijese o pensase cualquier cosa su cuerpo fue girado dejándole boca arriba y mirando al azabache. Sus piernas fueron separadas y colocadas cada una a un costado del cuerpo contrario y volvió a ser penetrado sin previo aviso. Levantó sus brazos aferrándose al cuerpo ajeno por encima de los hombros mientras las embestidas frenéticas comenzaban de nueva cuenta.
No pasó demasiado tiempo antes de que escuchara un sonoro gemido por parte del otro y que sintiera un líquido llenarle el interior. Había terminado en su interior, sería un problema limpiarse de nuevo ahí, aunque no le molestaba eso. Él también terminó por venirse y manchar ambos vientres mientras llamaba a aquel a quien amaba -… ¡Yuuri!..- se había terminado, esta era la última vez que diría ese nombre y que ambos podrían estar de esa forma.
Soltó su agarre del otro y quedó recostado en su cama mientras regulaba su respiración. Le observó ponerse de pie y comenzar a vestirse en completo silencio. No le sorprendió tampoco el que hiciera esto. Él siempre lo hacía así; llegaba en medio de la noche a su habitación, hacían eso y después se iba sin decirle nada más. Le observó caminar hacia la puerta; se quedó unos segundos inmóvil y Wolfram se preguntó si le sucedía algo. De inmediato el pelinegro abrió la puerta y comenzó a salir sin dedicarle una mirada. La puerta se cerró.
El rubio suspiró cansado y se recostó dando la espalda hacia a puerta –Adiós majestad….- dijo más para sí mismo y terminó por cerrar los ojos y dejarse llevar al mundo de sueños dónde él y Yuuri podrían ser felices, tendrían muchos hijos, se amarían y vivirían felices para siempre. Sería un mundo ideal dónde Yuuri no se negara a amarlo por el día y el maoh le visitara clandestinamente por las noches sin decirle palabra alguna. Sería su pequeño mundo perfecto dónde Yuuri le amaría completamente y no solo una parte de él lo tomara para satisfacer sus deseos carnales.
Otra lágrima rodó por su mejilla y tomó una decisión; la mejor que podía tomar dadas las circunstancias.
Se marcharía mañana mismo de Pacto de Sangre y esta vez sería para siempre.
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Yuuri despertó repentinamente como lo venía haciendo desde hace unos días. Observó a su alrededor y notó que se encontraba en su habitación en el castillo; el sol comenzaba apenas a colarse por los grandes ventanales y el sonido característico de aquella ave se escuchó un par de veces "mal augurio".
Suspiró y llevó una de sus manos a su rostro cubriéndolo con esta. Otra vez había tenido ese sueño con Wólfram en dónde ellos…Se sonrojó de sólo recordarlo, ese sueño era tan vívido, tan real que si no despertara en su habitación y estuviera seguro de sus sentimientos por aquella chica pensaría que de verdad visitaba a Wólfram en medio de la noche para…..bueno para eso….
Él nunca había hecho algo como eso antes, mucho menos con un hombre ¿Por qué su mente le jugaba esta clase de bromas?
Se levantó con pesar; tomó sus cosas para el aseo personal y caminó en dirección al baño. Agradecía que sólo él podía hacer uso de ese baño en estos momentos y que Wólfram ya no lo seguía como antes; así podría arreglar ese problema entre sus piernas que se había formado por recordar el sueño de la noche pasada.
Tenía que arreglarlo rápido y dejar de pensar en el rubio. Eso era lo mejor; después de todo, no quería que esto siguiera sucediendo cuando, en un futuro, contrajera matrimonio con su reciente novia que se encontraba en la tierra.
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Bueno eso es todo, espero haya sido de su agrado, la verdad es que originalmente pensé en esto como un one shot pero podría hacer una continuación, no sé ¿Qué piensan? Me siento ligeramente depresiva y tenía ganas de hacer algo así…que mala soy….
Si les gusto o quieren una continuación pueden dejar un comentario ;)
Bye bye
