Un final esperado
1. Pensando en ti.
El sr. William se encontraba muy pensativo en su biblioteca de la mansión en Lakewood, por más que daba vueltas al asunto, no podía sacarse de la cabeza que algo andaba mal ¿La había decepcionado tanto? Pero ¿Cómo? ¿Por qué? Él estaba seguro de que ella lo amaba, de que ambos se amaban y merecían la oportunidad de ser felices. La última vez que lo vió, estaba convencido de recuperarse a sí mismo, de recuperar su gran pasión: el teatro, de volver a levantarse y ser el gran chico que fue; había decidido dejar a Susana, no lo creía capaz de regresar con ella. No, eso no podía ser, ella se encontraba en Nueva York y él en un pequeño sitio llamado Rockstown; sí, George lo había encontrado en aquél pequeño teatro, bueno, luego de dejar botado su puesto en Sratford, tal vez quería empezar con algo pequeño, él era un hombre de honor, seguramente apoyaría económicamente a Susana pero no regresaría con ella, aún amaba a Candy, eso había quedado muy claro, supuso que la última vez no había querido verla debido a que él apenas iniciaría el camino de recuperación, que la buscaría en cuanto tuviese un empleo y nuevamente pisara un escenario… Pero no lo hizo ¿Porqué?
¡Ahora lo entendía! Aún no dejaba el alcohol ¡El maldito alcohol! Terry ¿Dónde está tu valor? ¿Tu fuerza de voluntad? ¡Lo difícil ya pasó! Se libró de un compromiso absurdo y regresaba al teatro. Merecía una oportunidad, lo apreciaba demasiado para saberlo.
Y Candy –"mi" Candy- pensaba, la había visto derrumbarse al separarse de él, sufrir al encontrar las revistas; ella que siempre se mostraba fuerte y optimista ante todos; le había mostrado su lado frágil y vulnerable a él, a "su amigo", a" su hermano", a Albert. Ella, a quien literalmente le debía la vida, lo había cuidado tanto… -Sí, ella merece la oportunidad de ser feliz… aunque no sea conmigo.-
¿En qué momento pasó? Cuando mi mente era un abismo de niebla y oscuridad, ahí estaba ella; con su sonrisa, sus palabras de aliento, su apoyo incondicional; sin importarle la sociedad, perder el trabajo, el rechazo de la tía abuela, y el veto de los hospitales… Mmm eso aún había de arreglarlo. Mi pequeña, me enamoré de ti como un estúpido, me alegrabas el corazón con cada detalle, como aquellas tazas con nuestras iniciales, tal como pensé que algún día las tendrían nuestras argollas, cuando recuperara mi pasado y pudiera ofrecerte un futuro… ¡Ah cómo extraño vivir contigo! Respirar tu aroma, escuchar tu voz, tu risa, tus cantos… tus "encantos"… ¡Albert, respétala!
Que lejanos parecen los días a tu lado. Candy, lo que más deseo en el mundo es tu felicidad, lamento tanto haberte dejado así, pero no era el momento de la verdad aún, sé que me buscabas, ví los volantes, lo siento mucho, tenía la idea que al enviarte aquel presente, te dirigieras al remitente y encontraras tu felicidad con Terry, aunque me doliera el alma, sería feliz con tu propia felicidad, por eso me extrañó tanto que ni siquiera hablaras con él, aunque sé que lo viste; los informantes de George dicen que charlaste con Eleanor, no saben que es su madre, pero eso me confirma que no quisiste hablar con él. Ya habrá tiempo para saber que pasó, ahora lo que me importa es hablar yo mismo contigo, faltan sólo unos días para la presentación y no puedo permitir que te enteres de la verdad por los diarios o por alguien que no sea yo. Debes saber todo por mi, aclarar tantas cosas y sobre todo, no fallar a tu confianza, y por supuesto, me encantaría que estuvieras conmigo ese día, aunque tendrá que ser como miembro de los Andry, ¡Porque sigues siendo una Andry!
En ese momento, entra George a la biblioteca
-William, ya salgo rumbo a Chicago, vengo a asegurarme si necesitas algo
-De hecho George, sí necesito un favor, me parece que ya es tiempo de hablar con Candy
-¡Me parece perfecto William! La señorita Candy merece conocer tu identidad por ti mismo, déjame adivinar ¿La quieres en la presentación verdad?
-Claro, ella es una Andry
-Debes saber que la sra. Elroy la despreció y le prohibió usar el apellido
-¿Quéeeee? ¿Y porqué diablos no lo dijiste antes? ¡Es absurdo!
-William, la señora Elroy estaba muy deprimida, tienes que entenderla, tú, su único sobrino directo, el heredero, ¡estabas desaparecido! ¡Pensamos que estarías muerto! Y además Stear, su sobrino, al que ella misma crió, se marchaba a la guerra como voluntario. Aunado a esto, los Leagan le informaron que ella vivía "en pecado" con un vil vagabundo, pues obviamente descargó su ira contra la chica, incluso cuando estaba enferma, creéme que si yo lo hubiera sabido a tiempo, la hubiese ayudado, pero el joven Archie y la señorita Britter lo hicieron, y pues… la llevaron directo contigo ¿No?
-¡Oh sí! Recuerdo muy bien ése día, pero Candy no me dijo nada de la tía, ella nunca habla mal de nadie… Bueno pues con mayor razón, debo hablar primero con la tía, necesito que le digas que es urgente, que venga unos días antes de lo planeado, dile que se le requiere para ultimar detalles del evento. Y a Candy le dices la verdad, que el tío abuelo desea presentarse con ella antes de que sea oficial, porfavor no permitas que se niegue
-¿Y si la señora Elroy se niega a venir antes que Candy?
-¡Entonces, tendré que ir a Chicago!
