NI ONCE UPON A TIME NI SUS PERSONAJES ME PERTENECEN ESTA HISTORIA ES PRODUCTTO DE MI IMAGINACION SIN FINES DE LUCRO SOLO CON FINES DE ENTRETENIMIENTO PARA QUEIN LO ESCRIBE Y PARA QUIEN LO LEE.
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Fairyland- 1498
El hombre aristocrático de corta cabellera se encontraba escribiendo tranquilamente en su estudio. Cuando de repente escucho ciertos pasos presurosos que se acercaban. El hombre agudizo el oído ante la alharaca que se estaba cocinando afuera.
-¡los han encontrado!—
-¿estas segura?—
-te recuerdo que soy la soberana que no ha dejado escapar a ninguno de sus personajes…¡claro que estoy segura!— fue la voz de una mujer con acento árabe.
-oye no me culpes, fue culpa de este idiota que la reina malvada se haya salido de control—
-Jacob no es mi culpa, tú fuiste el culpable por ensañarte con la pobre—
-¿y quién le entrego a la pobre una mama hija de perra?—recrimino el otro jovencito. Al tiempo que abría la puerta del estudio.
-¡que pasa aquí!—
- Andersen los hemos encontrado—
-¿estas seguro?— pregunto el hombre que respondía al nombre de Andersen ganándose una mirada de reproche de la guapa mujer que vestía ligeras ropas árabes.
-por quinta vez, sí, estoy segura, al parecer sigo siendo la más astuta de todos ustedes bola de estúpidos—
-los personajes perdidos…- murmuro el hombre Para sí mismo sin hacer caso de las palabras insultantes de la dama.
-basta ya Scherezada, ¿Quién te dio la información?—
-El capitán de mí armada por supuesto—
-¿Simbad? ¡Entonces es una broma!—rio Whilhelm
- confió plenamente en el, Vio un movimiento sospechoso en aguas totalmente desconocidas. Correspondiente a un capitán de nombre Hook—
-¿y ese quién es?—
-vete tú a saber, no es de mis cuentos—contesto la princesa al hermano menor.
-tampoco es de nosotros, o si hermano ¿escribiste sobre un capitán con un garfio?—
-Jacob ese personaje no es nuestro, ¿Andersen es tuyo? –
- en lo absoluto, pregúntenle a Perrault—
-Si no es de nosotros tampoco de Perrault—contesto uno de los hermanos.
-claro, con eso de que los tres tienen ideas similares—metió cizaña Scherezada.
-¿Qué paso? ¿Qué me perdí?—pregunto un hombre de extravagantes ropas y una extraña peluca rizada. El hombre en cuestión estaba caminando gracias a un elegante bastón y miraba con alegría a sus compañeros que le reprocharon su actitud fresca en un momento tan importante.
-hemos encontrado a los personajes al fin— Perrault abandono su pose despreocupada y se acerco a sus compañeros
-¿están seguros?—
-¡que si carajo! ¡ESTOY SEGURA MALDITA SEA!—grito Scherezada fastidiada de la misma pregunta.
-tranquila my lady, tranquila no te sulfures. Este es un día de fiesta, al fin traeremos a los hijos pródigos a su casa—contesto el hombre soñadoramente acomodándose la peluca- ¿y bien? ¿En donde están mis muchachitos?—
-storybrook—
-¿eso qué es?— pregunto Andersen desconcertado. Scherezada soltó un suspiro de fastidio.
-el pueblo que la niñita de estos tres creo para tener su final feliz—
- oye no es mi culpa, ellos escribieron ese final tan horrendo, seguro la pobre se entero y decidió poner pies de por medio— contesto Perrault señalando acusadoramente a los hermanos.
-si se hubiera querido ir por miedo no se habría llevado a todo mundo con ella—contesto Jacob defendiendose a él y a su hermano.
-da igual, debemos ponernos en marcha, Simbad está preparado en su barco para llevarnos al mentado reino nuevo—contesto Scherezada comenzando a caminar hacia la salida—y vayan preparándose mis amigos porque esta algo lejos, serán un mes en viaje—
-un mes en viaje en barco… ¡debes haber perdido la cabeza!—contesto Perrault escandalizado. –que vamos a hacer nosotros caballeros y hombres de estudio en un barco apestoso, y tu una princesa. ¡No lo consiento!—
- pues te aguantas tu, yo, y todos porque es la única manera—
-tranquilos todos- corto Andersen antes de que se estableciera el mercado en sus amigos cuentistas. Los conocía a todos y sabia que eran de una mecha fácil de prender y difícil de apagar.- ¿Por qué esperar un mes? Podemos llegar de inmediato—
-ah si, ilumínanos genio—ironizo Whilhelm el menor de los hermanos Grimm. Andersen sonrió con superioridad.
-¿ustedes creen que cree a un personaje como Jack y sus habichuelas solo por diversión?—
El rostro de los demás se ilumino ante la lógica, sencilla, y útil sugerencia de su amigo.
-por supuesto las habichuelas— contesto Perrault encantado de la vida- es sencillo, es útil y es primera clase—
-además con las habichuelas será más fácil traer al ejercito de personajes por si ocurre algún tipo de de revuelta en nuestra contra—
-eso me parece buena idea, La reina malvada es de armas tomar, si no pregúntennos a nosotros que no sabíamos de lo que era capaz—contesto Jacob con una sonrisa.
-pues no se diga más, vamos a buscarlos, deben regresar al mundo de los cuentos cuanto antes—
-por supuesto que sí, no quiero ni pensar lo que podrían estar haciendo los personajes en un nuevo mundo—contesto Perrault
-yo solo espero que la reina malvada no se ponga en un plan indispuesto porque si no me veré obligada a aplastarla y no me importa lo que ustedes digan— contesto Scherezada fastidiada.
-primero debemos hablar con ella para que quite la maldición—
-pues ya está dicho todo, vamos por Jack—
-aquí tengo una habichuela no hace falta esperar más—contesto Andersen tranquilamente sacando la pequeña habichuela. Y lanzándola en pleno estudio, un torbellino comenzó a succionarlos y los demás espantados se agarraron a lo que pudieron.
-maldita sea Andersen ¿no se supone que iba a salir un estúpido tallo?—
-si pero la hemos mejorado, dejen de quejarse y déjense llevar—contesto Andersen confiado caminando hacia el torbellino que lo succiono. Le siguió Perrault levantando los brazos con una sonrisa divertida. Y los Grimm siguieron.
-¿Cuándo me vine a relacionar con estos?—pregunto Scherezada soltándose del escritorio y siendo levantada por los aires—
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Storybrook—2014
-vamos por favor, ¡solo saldremos a tomar un helado!— dijo Zelena saliendo de la cafetería siguiendo a Regina. –hermana por favor, no lo voy a matar—
-solo eso faltaría, Regina ha dicho que no y yo la respaldo—contesto Emma saliendo de la cafetería siguiendo a las dos hermanas.
-¿y a ti quien te invito brazuda?—rugió Zelena –esto es entre mi hermana y yo—Zelena después de aplacar a la sheriff se giro a ver a su hermana—vamos Regina quiero conocer a mi sobrino, seré una buena tía lo prometo—
-Es mi hijo también, y te recuerdo que Henry ya conoció a su "tía", y no creo que le haya gustado que lo amenazaran—
-según recuerdo lo abandonaste perdiste todos tus derechos, no me vengas con esas, ya dije que empezamos con el pie izquierdo pero puedo reparar ese error—
-¡tu no eres nadie para juzgarme!—
-¡soy la hermana de Regina, y la tía de Henry! Claro que puedo—contesto Zelena, ambas mujeres se quedaron viendo retadoramente, esperando el primer movimiento. Regina se llevo la mano a las sienes.
-perdiste tu oportunidad cuando decidiste asesinar a mi hijo—
-¡tu familia puede convivir tranquilamente con Henry pero la de Regina no! ¿Qué clase de discriminación es esta?—
-¡a ver ya! ¡Se calman las dos! No estamos para ese tipo de…-
Un temblor sacudió el suelo como si fuera gelatina posponiendo el discurso de la alcaldesa que se giro a ver a su hermana que se limito a asentir, las dos lo habían identificado de inmediato eso no era un temblor cualquiera.
-¡un temblor!—grito Emma asustada. Pegándose a la puerta del restaurante.
-es muy inteligente ¿verdad?- señalo Zelena a la rubia. Regina sonrió con malicia.
-te sorprenderías—
-¿Cómo pueden estar tan tranquilas? ¡Esta temblando!—Emma sintió la presión de la puerta y salió aventada contra el suelo cuando todos los comensales de Granny salieron como estampida del lugar.
-¡esta temblando!— grito David asustado. Zelena rodo los ojos a su hermana
-si, viene de familia—confirmo Regina. El lugar era un completo caos, la gente corría sin ton ni son ni mucho menos saber qué hacer ni como guarecerse, Zelena se acerco hasta Emma y con un "me la prestas" saco la pistola de la sheriff dando de balazos hacia el cielo
-¡quiero todo el mundo! ¡QUIETOS TODOS!—grito la bruja parando el caos, ya que los ciudadanos sabían que era más peligrosa una bruja recién redimida y armada. A un insignificante temblor.
-¡que has hecho bruja!—
-tranquilo pequeñito, este temblor no tiene nada que ver con la casta— contesto Zelena, Regina sonrió divertida. Y decidió aclarar el asunto.
-esto es magia, al parecer alguien ha entrado en la barrera de storybrook— revelo Regina.
-¿alguien de fuera?— pregunto Emma reponiéndose del susto. Zelena le entrego la pistola y señalo el cielo que estaba exhibiendo un torbellino.
-pues de fuera de este mundo al parecer—
-¿amigos o enemigos?—prosiguió la rubia.
-¿y yo que se? No soy adivina –gruño Zelena.
-por su bien espero que amigos—contesto Regina comenzando a caminar hacia el lugar donde estaba el torbellino bola de fuego en mano.
-esto se pondrá bueno—dijo Zelena siguiendo a su hermana con una bola similar pero de color verde.
Hermanas enfrente encabezando la procesión de ciudadanos se acercaron decididas al lugar. Acompañadas de Mary Margaret, David, Emma, Rubí, tinkerbell, Hook, Rumpelstiltskin, belle y las hadas madrinas entre otros.
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-maldita sea Andersen, nos hubiéramos ido con Scherezada en el barco – gruño Jacob ayudando a levantar a su hermano.
-nada de eso, estuvo genial— gimió Perrault excitado y mirando en todas direcciones- ¿Qué lugar es este?— pregunto extrañado antes las extrañas casas, el suelo cubierto de una capa dura, y los extraños carruajes que estaban afuera.
- esto parece ser el infierno—exclamo Scherezada asustada mirando el lugar con terror. -¿Qué es esto?—pregunto acercándose a un coche, comenzando a palparlo- ¿una capsula de tortura?—
-no parece haber nadie—dijo Andersen parándose y mirando el lugar con detenimiento. – No hay castillos, ni un reino, que lugar tan extraño—
-bien, lo que tenemos que hacer es ubicar a la reina malvada, y si no quiere cooperar deshacer su maldición, traer a nuestros personajes de vuelta y… –
-¿pero qué es eso?— los cinco autores se detuvieron a escuchar una voz grave y sorprendida.
-no es eso, son personas— corroboro una voz sedosa que los cinco no pudieron ubicar.
-hija mía—grito Perrault corriendo encantado a abrazar a Regina -¡hija mía! Al fin te encuentro—
-pero que…- exclamo Regina siendo asfixiada por el abrazo del hombre que estaba vestido con un atuendo muy extraño y una peluca ridícula, escucho la risita burlona de Zelena a su lado, y comenzó a empujar al hombre- ¡suélteme maldito loco!—exigió la alcaldesa separándose como podía.
-oh cariño, me da tanto gusto verte, tanto que olvidaremos todo lo que paso, ¿Qué te parece? Borrón y cuenta nueva—exclamo Perrault sonriente.
-¿Regina este es tu padre?—pregunto Emma estupefacta.
-claro que no, este no es mi padre, mi padre murió señor está usted confundido—
-¿estas segura?—canturreo Zelena –no olvides que nuestra madre era una mujer de muchos secretos no me sorprendería que este…individuo fuera tu padre, de hecho creo que se parecen en el cabello— bromeo Zelena ganándose una mirada asesina.
-mi padre es Henry— corto Regina hosca
-¿yo?—pregunto Henry abrazado a Emma sorprendido por la revelación.
-no, tú no—se quejo Regina—mi padre se llamaba Henry y me temo que el caballero aquí se está confundiendo-
-Perrault no seas estúpido, los estas asustando y estas confundiendo a la reina- dijo Jacob sujetando al hombre y sopándolo de la morena ganándose el silencioso agradecimiento de la alcaldesa.
-pero si es Snow White ¿Cómo has estado cariño?- pregunto Whilhelm acercándose a mary Margaret y depositando un beso en su mano. –veo que sigues siendo tan blanca como la nieve y con los labios tan rojos como…olvídalo, parece que la vida aquí no te ha tratado bien—
-aléjate de mi esposa—exigió David abrazando posesivamente a Mary Margaret.
-charming, hola, ¡caray que ropas tan raras!—siguió Whilhelm mirando de arriba abajo al príncipe
-¿alguien quiere decirnos que pasa aquí?— pregunto Emma sin entender nada de lo que decían el grupo de locos.
-¿y tu quien eres?—pregunto la mujer de ropas árabes que iba con ellos. –no te reconozco—
-¿y quién eres tú?—contraataco la sheriff
-YO PREGUNTE PRIMERO-
-mi nombre es Emma—
-¿Emma? ¿Emma que?— pregunto la mujer interesada.
-Emma Swan ¿y tu quien eres?-
La mujer ignoro a Emma y se volteo a los hombres.
-¿alguno de ustedes creo a una tal Emma Swan?—
-no—respondió el hombre de cabellos cortos.
-no fui yo—canturreo el señor de la peluca.
-a nosotros no nos miren—corearon al mismo tiempo los dos jovencitos.
-oh dios, esto es un desastre- se quejo la mujer.
- bien basta de juegos ¿Quiénes son?—pregunto Emma. Los hombres soltaron una sonrisa. Y el hombre de cabello corto se adelanto al grupo.
-mi nombre es Andersen, y estos dos jóvenes son Whilhelm y Jacob Grimm, el hombre que ven allá—dijo señalando al señor de la peluca—se llama Perrault y esta linda dama árabe es Scherezada- dijo estirando los brazos en actitud teatral con una sonrisa radiante esperando aplausos y ovaciones que no llegaron, en su lugar se instalo el silencio. El hombre poco a poco fue borrando su sonrisa y bajo los brazos contrariado -¿no lo entienden? Somos los autores—intento aclarar. Los ciudadanos de storybrook siguieron mirándolos como bichos raros. Y Scherezada se adelanto.
-para que quede más claro, somos sus creadores—revelo la mujer—nosotros fuimos los encargados de crearlos a todos y cada uno de ustedes, todo evento que ocurrió en sus vidas es producto de nosotros, cada cosa que ustedes vivieron fue porque nosotros así lo quisimos—
Termino la mujer árabe. Y por unos segundos el silencio y la estupefacción reino en el lugar. Los cinco se juntaron en grupo con grandes sonrisas y poses esperando la ovación del publico pero los personajes de cuentos se miraron unos con otros y el descontrol domino el lugar.
-¡devuélvanme a Peter!- grito rubí tomando a uno de los hermanos por las solapas de la camisa
-¡permitieron la maldición bola de idiotas!—gruño David sacando su espada contra Andersen
-¡quiero venganza contra mis hermanastras! – exigió cenicienta mirando con cara de pocos amigos hacia Perrault.
-ustedes…me entregaron un destino de mierda y me arrebataron mi final feliz—gruño Leroy con su hacha fulminando con sus miradas a los cinco
-alto—grito Emma en medio de la refriega tratando de poner orden
-momento, ¡antes me tiene que explicar porque me dejaron vivir en el bosque durante tanto tiempo!—rugió Mary Margaret arrebatándole la peluca a Perrault.
- ¡era necesario! Para que conocieras a tu príncipe—se justifico el hombre
-ah bueno eso si- contesto Snow encantada con la respuesta y entregándole la peluca. El hombre sonrió
-si, y la maldición no se hubiera lanzado te hubiera encantado el final de tu madrastra, ella iba a bailar sobre brazas ardientes hasta morir—dijo Perrault con una sonrisa.
-¡que yo que!—exclamo Regina furiosa ante la respuesta del hombre que comenzó a sudar.
-no me mires a mí, ellos lo estaban planeando—contesto Perrault señalando a los hermanos Grimm que tragaron saliva.
-con que esas tenemos- Regina sonrió malvadamente y su tono bajo dos octavas, los ciudadanos conocían a su alcaldesa y en el fondo compadecieron a los pobres. - ¿así que les gusta bailar sobre el fuego?- pregunto Regina sacando una enorme bola de fuego—pues para que hacerlos esperar—
Regina empezó todo, la alcaldesa comenzó a repartir bolas de fuego a diestra y siniestra hacia los pies de los dos personajes que comenzaron a bailar ridículamente tratando de esquivar las bolas. Los otros ciudadanos se abalanzaron sobre los otros tres dispuestos a lincharlos
-¡yo no soy su autora! ¡Yo NO los cree! Suéltenme les digo—exigió la mujer árabe que respondía al nombre de Scherezada. Pero los ciudadanos no entendían razones. Se abalanzaron sobre ellos exigiendo y reclamando por su destino y finales felices.
-¡alto! ¡Alto!—gritaba Emma pero sus gritos eran callados por el escándalo.
-tu no aprendes ¿verdad?—pregunto Zelena que era la única que se había mantenido alejada de toda la bronca. Mirando con atención. Emma se giro a verla
-¿sobre qué?—
-préstamela otra vez—Zelena arrebato el arma de Emma y volvió a disparar hacia el cielo. -¡bien! ¡TRANQUILOS TODOS! ¡TRANQUILOS!—
-Gracias—dijo Emma con una sonrisa al ver que Zelena le había ayudado a calmar los ánimos. Zelena se abrió paso entre la multitud que dejo a los cinco personajes tranquilos.
-muchas gracias señorita—exclamo Perrault despelucado y con la ropa hecha girones. Scherezada estaba a punto de la desnudez debido a que la gente había arrancado sus delicadas ropas, los Grimm tenían los pantalones chamuscados y Andersen el cabello revuelto y cubierto de arañazos.
-nada de gracias…ahora díganme ¡¿QUIEN ES EL BASTARDO QUE ME CREO Y DECIDIO HACERME LA VIDA IMPOSIBLE!? – Exigió Zelena con un tomo dulce. Pero los cinco temblaron de miedo ante la mujer que se veía mucho más peligrosa que todo el pueblo junto.
-Andersen mejor vámonos de aquí—exclamo Jacob al borde del infarto.
-ellos ya tienen una vida aquí, creo que será mejor retirarnos- apoyo Whilhelm.
Andersen carraspeo un poco la garganta nerviosa y Scherezada que era la que más lo conocía alzo una ceja.
- por que podemos irnos de aquí cierto…- Andersen guardo silencio- ¡verdad que si!—grito Scherezada agarrando el cuello de la camisa del caballero quien sonrió débilmente.
-bueno cuando les dije que tenía una habichuela mágica era cierto…solo tenía una—
-¡pero qué dices!—pregunto Perrault empujando a Scherezada olvidando todo gesto de caballerosidad y tomando ahora del cuello de su amigo zarandeándolo sin compasión.
-digo que estamos encerrados en este lugar— corroboro Andersen
- ¡la bruja malvada del oeste hizo una pregunta!—exclamo Zelena bola de fuego verde en mano, MUCHISIMO mas grande que la de Regina. Los cinco personajes tragaron saliva.
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Nada que decir, solo aclarar que esta historia será 100% swanqueen obviamente y por supuesto.
Espero que les haya gustado n.n dejo los comentarios y opiniones para ustedes.
Señoritas prince sweet sorrow a su servicio en el recuadro de abajo.
