El día había transcurrido normal para el Capitán del escuadrón 11 Zaraki Kenpachi, un par de hollows por aquí, alguna rareza de Yumichika por allá, el entrenamiento habitual con los mismos debiluchos de siempre; si todo parecía un día normal para el salvo por que faltaba algo.
¿Qué será? – se preguntaba para sí mismo
Prefirió no darle importancia y seguir con sus deberes (perseguir a Ichigo por todo el Sereitei). Más tarde después de haber fracasado en su misión regreso resignado a su cuartel pero seguía sintiendo que algo no estaba en su lugar, entonces dirigió su vista a su hombro izquierdo, ¡si ya sabía que era lo que faltaba! Yachiru no se había aparecido en su espalda en todo el día.
-¿Dónde estará esa chiquilla? , eh Yachiru ¿en dónde te metiste?
Kenpachi ya se preparaba mentalmente para todos los reclamos de los demás escuadrones por las ya tan famosas travesuras de su teniente. Buscándola por los pasillos del cuartel se topo con Ikkaku y Yumichika.
-Ey ¿alguno de ustedes ha visto a Yachiru?
-No Capitán, ahora que lo menciona no la he visto en todo el día- contesto Ikkaku.
Yumichika solo se limito a negar y encoger los hombros. No era que a Zaraki le preocupara mucho la seguridad de Yachiru dentro del Sereitei mas bien se preocupaba por la seguridad del Sereitei teniéndola a ella dentro; salió a buscarla por el resto de los cuarteles pero seguía sin aparecer, a donde quiera que preguntara la respuesta era la misma "no la he visto en todo el día" hasta la propia asociación de mujeres shinigami se preguntaba que había pasado con su presidenta cuando falto a la junta de ese día.
Decidió regresar al cuartel para ver si ella había regresado pero la respuesta al llegar no fue la que esperaba, la noche callo rápidamente Kenpachi se sentó afuera de la habitación de Yachiru a esperar, y cuando la tuviera enfrente le daría una buena regañada pero la noche avanzo y la peli-rosa nunca llego a dormir.
Pensé que estos problemas se presentarían hasta que fuera una adolescente – pensó para sí mismo.
Al día siguiente.
-Muy bien como sabrán la teniente Kusajishi no aparece y nadie sabe en donde se encuentra así que formaremos un grupo de búsqueda, Ikkaku tú la buscaras en los túneles que dirigen a la mansión Kuchiki, el resto dispérsese por toda la sociedad ¡ANDANDO!
-Pero ¿Por qué yo capitán? ¿Se imagina lo que hará el capitán Kuchiki si me descubre?
-Porque yo lo digo y te callas, trata de ser discreto es por eso que te mando a ti y no a Yumichika.
-Pero yo sé ser discreto capitán.- argumento Yumichika – aunque eso no es algo muy hermoso que digamos pero cuando se requiere puedo serlo.
-Tranquilo también tengo algo para ti, necesito que vayas con el capitán Kurotsuchi y le pidas que te muestre las cintas de sus cámaras de vigilancia.
-¿Con el payaso diabólico? ,el no es hermoso.
-Si con él, ¿alguna objeción?- Kenpachi les lanzo una mirada asesina así que ambos shinigami no tuvieron más que decir y salir a cumplir su misión.
Y así los grupos se dirigieron en diferentes direcciones por toda la sociedad de almas. Kenpachi comenzaba a sentir impaciencia y se podría decir que un cierto grado de temor, todos sabían que esos dos nunca se separaban incluso desde antes de llegar a ese lugar, aunque su relación no fuera exactamente la más normal entre un "padre" y una "hija" no podía pedir más, tenía un techo seguro para la pequeña, comida de sobra y todos los caprichos que a una niña de su edad se le pudieran ocurrir, no lo daba a notar pero adoraba a esa chiquilla de pelo rosa no podía imaginar una batalla sin el ánimo que ella le daba sin sus adulaciones. Los diferentes grupos enviados fueron llegando durante el transcurso de la mañana sin noticia de ella, el capitán del onceavo escuadrón se impacientaba cada vez más.
Mientras tanto con Ikkaku…
-Eh teniente ¿en donde esta? esto ya dejo de ser divertido salga por favor de donde quiera que este. – Ikkaku se movía con dificultad en los túneles que pasaban por debajo de la mansión Kuchiki.
De repente se topo con una puerta al abrirla sintió como una mirada pesada y fúnebre se posaba sobre él, era el capitán del sexto escuadrón Kuchiki Byakuya, como deseaba haber hecho su danza de la suerte antes de salir a la misión.
-DISPERSATE…- comenzó a decir Byakuya con su zanpakuto en mano.
-No no, por favor capitán solo escúcheme no era mi intención irrumpir así en su casa yo jamás lo haría usted sabe que lo respeto mucho, estoy buscando a mi teniente ¿de casualidad usted la ha visto?
Lo único que obtuvo fue una negación con la cabeza de parte de Byakuya- …SENBONZAKURA.
Y así Ikkaku salió volando junto con un millón de flores de cerezo a su alrededor. Por su parte Yumichika había llegado ya a los cuarteles del Departamento de Desarrollo y Tecnología, pensó dos veces antes de entrar, su capitán y el capitán Kurotsuchi no se llevaban muy bien que digamos, el pobre shinigami comenzó a pensar lo peor y ¿si el payaso diabólico tomaba venganza en el por todos los pleitos con su capitán?. Agito su cabeza para despejarse y entro al cuartel, camino un poco y se topo con un oficial.
-Ey tu, me preguntaba si podría hablar un momento con el capitán Kurotsuchi.
El oficial asintió y le indico que lo siguiera hasta donde se encontraba el capitán, en el camino el rostro de Yumichika se tornaba de color morado, había enormes contenedores con líquidos sospechosos dentro, mas de algún espécimen flotaba dentro, chispas de maquinas salían volando por todo el lugar, y pantallas gigantes mostraban los resultados de cuerpos diseccionados por Mayuri. Al fin llegaron al único lugar "decente" que tenía el doceavo escuadrón para recibir visitas, una pequeña sala de estar que para variar también tenía cables de computadora por todo el lugar, finalmente después de unos minutos Mayuri hizo su aparición con Nemu detrás suyo como siempre.
-¿Y ahora que quieres? Estoy muy ocupado – reprocho el científico agitando las manos.
-Muy bien seré breve, como sabrá la teniente Kusajishi tiene casi dos días desparecida así que el capitán Zaraki me envió aquí para que me muestre las cintas de sus cámaras de vigilancia.
-¿Cámaras? ¿Qué cámaras?, yo no tengo cámaras ocultas en todo el Sereitei para vigilar sus movimientos.- dijo nervioso el capitán.
Una gotita callo por la cien de Yumichika…
-Ay por favor no se ponga tan nervioso, todo el mundo sabe sobre esas cámaras así que por favor muéstreme las cintas de los días de ayer y hoy.
-¿Y por que tengo que ayudar a encontrar al torbellino de cabellos rosas? Esa es responsabilidad de sus padres o en su caso del capitán Zaraki, sabía que un bruto como él no era capaz de controlar a una niña, para eso se necesita cerebro y es algo que a el no le funciona bien.
-Por favor capitán no es momento para hacer esa clase de comentarios, mi capitán se nota muy preocupado y el resto del escuadrón esta igual. Por favor muéstreme las cintas.
-Bien no habiendo mas remedio, Nemu, trae las cintas de grabación de estos dos días.
-Si Mayuri-sama.- contesto la teniente de manera monótona.
-Sígueme.-ordeno el capitán.
Llegaron a la enorme sala en donde Mayuri controlaba sus experimentos (ese que parece un enrome órgano) coloco el extraño aparato en donde se encontraban filmados los últimos días y comenzó a reproducirlos. En la pantalla se visualizaron las diferentes entradas de la Sociedad de Almas así como varios kilómetros a la redonda del Rukongai, sin contar también las cámaras que estaban escondidas en los baños y las distintas casas de los capitanes. Se podía ver a Komamura modelando frente al espejo con un collar de perro y una placa en forma de hueso, a Kyouraku todo borracho a punto de ahogarse en el estanque de su patio y Hitsugaya metía la cabeza en un bote lleno de alubias dulces y así podríamos continuar con situaciones vergonzosas de muchos capitanes. Mayuri retrocedió las cintas que mostraban todo el onceavo escuadrón un día antes, Yumichika se puso de pie al ver en la pantalla como Yachiru salía del cuartel muy temprano la madrugada anterior, llevaba su zanpakuto y su rostro parecía bastante pensativo y serio algo muy raro en ella que siempre estaba riendo, pudo ver que se dirigía a los campos de entrenamiento en el bosque.
-Muchas gracias capitán Kurotsuchi. – dijo Yumichika al salir corriendo.
- Si si como sea, cierra la puerta cuando salgas. Por fin me dejaran continuar con mi trabajo Nemu apúrate vamos al laboratorio, necesito terminar mi investigación.
-Si Mayuri-sama.
Yumichika utilizo shunpo lo más rápido que pudo para llegar con Kenpachi, pero durante el camino se topo con Ichigo y Rukia que llegaban del mundo de los vivos. Mientras tanto Ikkaku aterrizo en el patio del onceavo escuadrón.
-Veo que no fuiste muy discreto Ikkaku.
-Lo siento mucho capitán, no me esperaba que el capitán Kuchiki estuviera esperando detrás de esa puerta.
-Bueno como sea, ¿Qué averiguaste?
-Lo siento mucho señor, pero no se encuentra en ninguno de los tuéneles y tampoco escondida debajo de la mansión Kuchiki el capitán tampoco sabe nada.-dijo Ikkaku un tanto cabizbajo.
Kenpachi bajo la cabeza pensando en donde podría estar Yachiru pero ningún lugar en especial se le venía a la mente. Al mismo tiempo Yumichika le informaba la situación a Ichigo y Rukia.
-Dime ¿ya la buscaron debajo de mi casa?- pregunto Rukia cruzando sus brazos.
-Ikkaku estaba en eso, pero por lo que parece tu hermano lo encontró.
-Pobre a parte de calvo sufrir la furia de Byakuya.- dijo Ichigo despreocupado.- Vamos no se preocupen tanto todos sabemos que esa mocosa tiene energía de sobra, debe de estar escondida por ahí planeando alguna travesura o mejor aun llevándola a cabo.
-En eso tienes razón Kurosaki, pero nunca se había ausentado tanto tiempo, e incluso falto a la reunión de mujeres shinigami eso nunca había pasado antes.- afirmo preocupado el 5to oficial- acabo de estar con el capitán Kurotsuchi y me mostro las cintas de las cámaras de vigilancia, ella salió de nuestro cuartel ayer por la madrugada no se notaba muy bien, en estos momentos voy en camino para comunicárselo a mi capitán.
-Muy bien iremos contigo.- afirmo Rukia.
Los tres se desplazaron con shunpo a máxima velocidad rumbo a los cuarteles del onceavo escuadrón, al llegar encontraron a los demás grupos de búsqueda con la cara larga lo que significaba que no habían tenido mucha suerte, Ikkaku estaba sentado junto a Kenpachi con la misma expresión.
-Vaya hasta que llegas Yumichika, espero que tengas mejores noticias que las mías.
-¿Pues quién crees que soy Ikkaku?, no soy tan inútil como tú.
-¿Qué dijiste? Repítelo.
-Ya basta- grito Kenpachi – ¿y ustedes que hacen aquí?
-Pensamos en venir a ayudar capitán Zaraki.
-Si, tal vez si la buscamos en otros lugares la encontraremos mas rápido.- agrego Ichigo.
-Muy bien, Yumichika ¿que averiguaste?
-Si capitán, revise las cintas del capitán Kurotsuchi la teniente salió muy temprano ayer por la madrugada llevaba su zanpakuto, pero…-hizo una pequeña pausa.
-Pero ¿Qué?, no me dejes con la duda.- dijo enfadado Kenpachi.
-… bueno ella no se notaba muy feliz, por el contrario ella…
Yumichika se detuvo de golpe, todos vieron en la dirección en la que él veía para saber el motivo de su silencia, al hacerlo todos se quedaron con la boca abierta ahí estaba la teniente del onceavo escuadrón parada en la puerta.
-¡TENIENTE! – grito el grupo de oficiales.- ¿en donde ha estado?
Ella no respondió a ninguna de las preguntas que se le hacían, simplemente camino y se paro frente a su capitán, su expresión era un tanto melancólica y se le notaba por demás preocupación.
Y a esta ¿Qué le pasa?- se pregunto el capitán.
-Capitán, tengo que hablar con usted.- dijo secamente la pequeña.
Al escucharla tan formal, tan distante todos se quedaron con la boca abierta, al comprender la situación dejaron solos al capitán y su teniente para que aclararan la situación.
¿Capitán? ¿Desde cuándo me llama así? Y ¿desde cuándo habla con tanto respeto?
-Muy bien niña boba estoy esperando una explicación, ¿crees que por ser teniente puedes desaparecer así como así sin avisarle a nadie?
-No capitán- contesto la pequeña bajando la cabeza.- y-yo
-¿Tu?
-Me gustaría que me acompañara por favor. -Dijo la niña intentando convencer al capitán.
El solo asintió y se dispuso a seguirla, la pequeña no le dirigió la palabra en todo el camino hasta llegar al lugar de entrenamiento de Yoruichi y Urahara.
-Muy bien ¿para que estamos aquí? Déjate de juegos Yachiru.
La pequeña no contesto, se puso frente a él y dio un gran salto hacia atrás poniéndose en defensiva.
-¡YOTTE, AMAI JIGOKU! - (traducción: intoxica, dulce infernal) grito la pequeña mientras desenfundaba su zanpakuto.
-Yachiru ¿Qué crees que haces? ¿Per que demo…?
Kenpachi no termino de hablar porque de inmediato fue atacado por miles de terrones de azúcar, eran duros como dimanantes así que más de alguno pudo herirlo. Yachiru arremetió contra él con toda velocidad y fuerza que tenia Kenpachi apenas pudo desenvainar su espada para defenderse, así continuo por un rato golpe tras golpe, estocada tras estocada. El reiatsu de la pequeña se elevaba tras cada ataque que lanzaba, poco a poco Kenpachi fue dándose cuenta que ella peleaba seriamente, en pocos minutos su semblante cambio por completo mostraba su típica sonrisa maniaca que siempre se le veía en las peleas.
-¡Eso es Yachiru!, ¡muy bien niña! ¡muy bien!-gritaba eufórico el capitán – se nota que te entrene bien.
Así pasaron varios minutos desde que la pelea había comenzado, Yachiru se notaba cansada y su vista comenzaba a nublarse, de un momento a otro se separo abruptamente de Kenpachi y se alejo lo suficiente para mantener su ofensiva.
-¿Qué pasa niña? ¿tan rápido te cansaste?, pensé que podrías resistir un poco mas, no me des razones para reemplazarte como mi teniente.
-¡BANKAI! – murmuro la pequeña - ¡SHI NO AMAI IE! (traducción: dulce casa de la muerte)
-¿Bankai dijiste? – pregunto el capitán parpadeando varias veces.
En ese momento una oscuridad inundo el lugar Kenpachi volteo hacia el cielo y observo como una enorme casa de dulce (al estilo Hansel y Gretel) caía sobre ellos, al estar totalmente encerrados en ella Yachiru desapareció por completo.
-Debo decir niña, que tienes un Bankai un tanto…- hizo una pausa para rascar su cabeza –…raro.
Pudo escuchar la risita traviesa de su teniente, y de la oscuridad salieron ositos de goma gigantes que atraparon por completo al capitán Zaraki, el reiatsu de los ositos era considerablemente fuerte y si a eso se le suma que estaban un tanto, pegajosos, el capitán tuvo problemas para librarse de sus captores.
-¿Qué demonios es esto? – dijo cortando un osito por la mitad y riendo macabramente- no son nada para mi ositos de pacotilla, ¡vengan a mí los rebanare a todos!
Y así aparecieron un sinfín de ejércitos de ositos; Kenpachi se cansaba ya de la pelea, de repente sintió como el piso se volvía viscoso.
-Conviértete en malvavisco. –dijo la voz de la pequeña desde la oscuridad.
Kenpachi fijo su mirada en el piso que se volvía mas y mas espeso y lo atrapaba sin poder hacer nada, trato de cortarlo con su espada pero este se volvía a regenerar, así quedaron sus piernas y su espada atrapados en el piso y un osito de goma aprisionándolo por la espalda.
-Maldito osito ¡déjame ir!, ningún dulce con forma de animal derrotara a Kenpachi Zaraki, es ridículo.
La pequeña salió de la oscuridad montada en la cabeza de un osito, miro sorprendida a su querido capitán y le dedico una enorme sonrisa.
-¡Yay! – Grito Yachiru- esto es muy divertido Ken-chan.
-¿Te parece divertido pequeña mocosa?
-Por supuesto que sí– se puso a la altura de la cara de su capitán y lo abrazo- tu tuviste la culpa de todo Ken-chan.
-¿Yo? ¿y yo porque?
-Recuérdalo.- dijo frunciendo el seño
Kenpachi cerró los ojos y trato de recordar que era lo que había hecho para molestar en ese grado a la teniente pero nada se le venía a la mente, tenían sus discusiones pero ninguna como para atacarlo de esa manera incluso libero su Bankai solo para asegurar su captura.
Yo ni siquiera sabía que tenía un Bankai - pensó Kenpachi.
Siguió buscando en lo más recóndito de su memoria pero de verdad no podía encontrar que era lo que había hecho para enfadar a Yachiru.
-¿Ya pudiste recordad Ken-chan?
-Mmm pues no. –dijo despreocupado – y a propósito ¿que no sabes cuales son las reglas de nuestro escuadrón chiquilla?
-No usar ninguna clase de Kido, usar las zanpakuto para ataques directos, pelear como animales, buscar a los más fuertes y poderosos, amar la pelea y pelear hasta la muerte si es necesario.
-Entonces ¿Por qué demonios tienes un Bankai?
-Bueno pues porque entrene muy duro a tu lado, ¿me expulsaras del escuadrón once por eso Ken-chan? – pregunto triste la pequeña.
-Ya cállate, no digas estupideces y apúrate para liberarme de esta porquería.
-No puedo- dijo divertida- ya te dije que esto es tu culpa, no te liberare hasta que pidas perdón y lo cumplas.
-¿Cumplir con que?
-Pues con lo que prometiste.
Genial mas adivinanzas, ¿Qué no era suficiente con tenerlo en esa ridícula situación?, estar atrapado por dulces y ahora venían más preguntas. ¿Qué era lo que le había prometido?
Vamos Zaraki has memoria. Promesa ¿Cuál promesa?
En ese momento otros dos ositos aparecieron de la nada, llevaban como prisioneros a Ikkaku y Yumichika, ambos aterrorizados por el entorno, sobre todo Yumichika que cuidaba que ningún dulce se pegara a su amada cabellera o a las plumitas en sus cejas.
-Teniente ¿esto es necesario?
-Claro que si Baldy deberías de agradecerle a Ken-chan.
Ambos shinigami le lanzaron miradas mortales a su capitán que seguía sin entender como había llegado a esa situación, Ikkaku y Yumichika seguían pasmados con los alrededores. Yachiru había desparecido nuevamente dejando solos a los tres hombres.
-Capitán, usted perdonara mi ignorancia ¿pero que es este lugar? – pregunto el 5to al mando.
-Es el Bankai de Yachiru.
-¡¿BANKAI?! – gritaron ambos oficiales.
-No hagan tanto escándalo, no son los único sorprendidos, creo que lo desarrollo debido al entrenamiento que le di.
-No me sorprende, el haber estado con usted desde pequeña hizo que desarrollara un gran reiatsu como el suyo, no es raro que pudiera liberar su Bankai a tan corta edad. Pero sigo sin entender, ¿por qué demonios estamos nosotros dos aquí capitán?
-Al parecer está molesta conmigo, por algo que olvide. Según ella le hice una promesa pero mi memoria no me está ayudando, de casualidad ¿ustedes sabrán de qué se trata la susodicha promesa?
Los dos negaron con la cabeza, después de unos minutos Yachiru volvió- muy bien hora de irnos – chasqueo sus dedos y de inmediato los ositos comenzaron a seguirla llevando por la fuerza a sus prisioneros, los pasillos de la condenada casita parecían interminables, de vez en cuando agarraba algún jarrón que se encontraba por el lugar y comenzaba a comerlo o saltaba sobre alguna silla y la atacaba a mordidas, de todas maneras ahí todo era comestible. Llegaron a una enorme puerta dos paletas de caramelo con forma de cerdito la abrieron.
-Gracias Onchi-onchi – dijo la pequeña sonriendo.
La habitación era de lo más elegante y a diferencia de toda la casita, esa no parecía hecha de dulce de repente los ositos se convirtieron en sillas y sin liberar a sus prisioneros se colocaron alrededor de una elegante mesa.
-Yachiru esto ya se está pasando del límite, libéranos en este momento.
-No Ken-chan, no hasta que cumplas tu promesa.
-¡Y dale con la dichosa promesa, ya te dije que no recuerdo nada pero que terca eres! – grito el capitán.
-P-pero…
-Pero nada, ¡ya me arte de estar aquí metido, te desapareciste sin avisar a nadie, rompiste las reglas de mi escuadrón, me atacaste y capturaste en este maldito lugar, cuando salgamos de aquí te arrepentirás pequeña mocosa del mal y olvídate de tu cargo como teniente estas fuera me escuchaste! ¡Fuera!
Yachiru lo miro confundida, pero duro poco esta expresión ya que de inmediato sus ojos comenzaron a ponerse vidriosos, en todos sus años juntos su querido Ken-chan nunca le había gritado de esa manera, de sus tristes ojos comenzaron a brotar lagrimas, los tres shinigami apretaron los dientes y abrieron los ojos como platos al ver a su teniente de esa manera.
-Y-Y-Yachiru no llores… - intento tranquilizarla su capitán.
-¡Waaaaaaaa! ¡primero Ken-chan no cumple su promesa y después Ken-chan me grita! ¡Waaaaaaaa!
-Teniente vamos, el capitán no lo dijo enserio, pare de llorar por favor.
-Si claro ¿verdad que no hablaba en enserio capitán?
-…
-¿Capitán? ¡No se quede callado, esto es su culpa! – dijo Ikkaku enojado.
-Arghh está bien, no hablaba enserio Yachiru, no te expulsare del onceavo escuadrón, pero ya tranquilízate y deja de llorar. ¿Ok?
-Ok, sniff sniff – de un momento a otro el humor de la niña cambio y mostro una enorme sonrisa – entonces ¿Ken-chan cumplirá su promesa?
-¿Qué? ¿ en que momento dije eso? Ya te dije que ni siquiera…
-¡Perfecto!, entonces esperen aquí un poco mas.
-Muy bien pero no es necesario que nos tengas prisioneros.
-Lo se, pero mejor estar segura, no quiero arriesgarme y que se vayan a escapar.
Yachiru volvió a desparecer detrás de las enormes puertas custodiadas por los cerditos de caramelo; no supieron cuanto tiempo había pasado pero fue bastante, finalmente, escucharon voces acercándose y las puertas volvieron a abrirse.
-¡Vaya! Hasta que regreso teniente, pensé que se había olvidado de noso… - Ikkaku se quedo con la boca abierta al ver el desfile que se acercaba.
Delante de todo Yachiru entraba en la cabeza de su osito de goma, detrás de ellos varios de los capitanes y tenientes los seguían, algunos por la fuerza y otros más resignados y cooperando. Venían los capitanes Ukitake, Kyouraku y Unohana muy sonrientes como siempre acompañados de los ositos, mientras que Byakuya y Hitsugaya caminaban con los ojos cerrados y molestos. Por otro lado Kurotsuchi forcejeaba con su carcelero que al igual que los tres primeros shinigami en entrar a la casita lo llevaba cargando.
-¿De que se trata esto? Pequeña mocosa cuando me libere te utilizare como sujeto de investigación.
-Cuida tus palabras Kurotsuchi – le sentencio Kenpachi.
El desfile continuo por un rato mas, Momo, Kira y Hisagi observaban sorprendidos a su alrededor. Matsumoto y Rukia venían platicando de quien sabe que cosa y Nemu, bueno ella venía detrás del osito que tenía a su Mayuri-sama en los brazos, el héroe de la historia Ichigo y su buen amigo Renji estaban aterrados con su carcelero y con lo que tenían alrededor.
-Ahhhhhhhhh, ¿Qué es esto?
-¡Si! ¿Por qué me tienen que cargar junto a este?
-¡¿Este?! , este tiene nombre, baboso pelos rojos.
-Como te atreves a llamarme así.
-Ichigo, Renji ya dejen de gritar– les ordeno Rukia- de nada servirá que hagan tanto escándalo, por eso les dije que vinieran por la buena, pero no, ustedes dos par de brutos se pusieron a rebanarlos bueno estas son las consecuencias.
-Muy bien, pueden sentarse en donde les plazca. – dijo la peli-rosa.
-Gracias Yachiru-chan.- dijo Unohana.
-Yo no estoy muy seguro- comento Kira.
-Izuru -san ella dijo que nos sentáramos.- le contesto Unohana sonriendo atemorizantemente.
-H-hai.
Y resignadamente Kira y el resto se sentaron alrededor de la mesa, excepto por Mayuri, Ichigo y Renji que seguían intentando escapar.
-Oye Byakuya, ¿que es lo que tiene tu escolta-osito en la barriga?- pregunto Ichigo apuntando al extraño contenido dentro de la gomita.
-Se trago mi Senbonzakura – contesto fríamente el capitán.
Todos los presentes hicieron un gran esfuerzo por no echarse a reír como locos.
-¡Yay! Ya estamos todos, ahora si Ken- chan cumplirá con su promesa.
-Nosotros no sabemos porque estamos aquí, así que serias tan amable en explicarnos capitán Zaraki- pregunto Ukitake de lo más tranquilo.
-Me creerás si te digo que yo tampoco lo sé.
-¿Cómo es eso?
-Bueno si el no sabe, la que nos trajo aquí debe de explicarnos, no es así Yachiru-chan- pregunto Kyouraku acomodando su sombrerito.
-Claro ¡yo les digo!- exclamo alegre la teniente- hace unos días Ken-chan me prometió que si cumplía con todo mi papeleo me dejaría hacer una gran fiesta de té, y que podría invitar a quien yo quisiera y es por eso que están aquí, todos ustedes están invitados a "La Súper Fiesta de Té de Ken-chan"
El fuerte capitán del onceavo escuadrón sintió como las sombrías miradas y sonrisas malévolas de todos alrededor se posaban sobre él. Yachiru le ordeno a unas cuantas galletas de jengibre que trajeran la comida, los postres, dulces y el hermoso juego de té que había comprado en el mundo de los humanos en su última visita.
-Así que por eso estamos aquí – dijo Kyouraku un tanto desanimado – a mi me dijeron que habría mucho sake y bellas bailarinas exóticas.
-Si Kira y yo venimos porque nos dijeron lo mismo – comento Hisagi.
-No te desanimes amigo mío, solo cumplamos con el gusto de la pequeña. – le dijo Ukitake a Kyouraku
El resto soltó un suspiro de resignación ante el hecho de cargar con la promesa del capitán Zaraki, este por su lado se quedo pensativo un momento.
¿Cuando le hice esa promesa? ¿habrá sido cuando pelee contra ese enorme Menos? No no ella no iba conmigo ese día, o tal vez, ¿Cuándo perseguía a Ichigo? No ella tampoco estaba conmigo.
-Capitán Zaraki ¿le ocurre algo malo? – pregunto Toushiro.
-Es solo que no recuerdo cuando le hice esa promesa.
-Pero que mala memoria tienes Ken –chan, me prometiste eso el día que fuimos a la fiesta en casa de Koma-Koma estabas riendo mucho junto el y Kyo-san.
-Ahh si yo lo recuerdo- interrumpió el sombrerudo – ese día nos divertimos mucho.
-Si se divirtieron mucho fue porque todos estaban borrachos hasta la inconsciencia – replico Toushiro – hasta el capitán Komamura estaba borracho, tuve que ir a sacar a Matsumoto de ahí para que terminara el papeleo.
-Lo vez Ken-chan todos se acuerdan menos tu.
-Si no lo recuerdo es porque estaba borracho ¿Qué no escuchaste?, eres una tramposa el hacer que te prometa cosas cuando no estoy en mis cinco sentidos.
-¿Te vas a echar para atrás Ken-chan?
¡Aha!, la pequeña había dado en el clavo, mira que hacer esa clase de pregunta al capitán del onceavo escuadrón estaba fuera de limite ella sabía muy bien que el nunca se desentendía de algo o se retiraba, el consideraba cobardía a todo aquel que no cumpliera con lo que decía no podía ser esta la excepción de mostrar su orgullo y su hombría tenía que cumplir con la infame fiestecita que había prometido a su teniente. Ikkaku y Yumichika se aguantaban las ganas de reírse, su capitán borracho haciendo promesas a niñas pequeñas, era el colmo.
-Muy bien. – dijo resignado – pero libéranos, nadie escapara.
-¿Lo prometen?
Ichigo y Renji negaron con la cabeza neuróticamente, pero la sombra de Zaraki apareció gigante detrás de ellos.
-Lo prometemos ¿verdad Ichigo y Renji? – dijo malévolamente el capitán.
-¡Si claro, claro lo prometemos! – afirmaron nerviosos.
-¡Perfecto!
-¡Alto todos! – grito Yumichika – nadie empiece a comer todavía.
-Pero ¿Por qué plumitas?- pregunto Yachiru.
-Porque esto está lleno de brutos que no cierran la boca para comer – el shinigami comenzó a buscar algo dentro de la manga de su kimono, aparecieron toda clase de cosas, un estuche lleno de cremas, un espejo, un cepillo, una secadora, brillo para labios, una bolsa llena de más plumitas para sus cejas. – Aha aquí esta – dijo victorioso sosteniendo un casco de futbol americano. – Esto me ayudara a proteger mi peinado.
Y así la famosa fiesta de té dio inicio, los ositos liberaron a sus prisioneros que en poco se olvidaron del porque estaban en ese lugar, el capitán Hitsugaya disfrutaba de sus amados frijoles dulces, mientras que el resto se deleitaba con galletas y pastelitos de todos gustos y variedades.
-Bya-chan tengo un regalo para ti – dijo la niña contenta.
Yachiru le entrego un plato lleno de galletas con forma del Embajador de Algas, Byakuya hizo una mueca que parecía una sonrisa y se dispuso a comerlas, hizo lo mismo con Rukia pero las galletas eran de Chappy. Varias horas pasaron y todos se olvidaron de donde estaban, reían y más que nada se agasajaban con la comida que había, hasta las shinigami olvidaron sus dietas por tan solo ese día.
-Muy bien Yachiru-chan, creo que es hora de irnos. – dijo Kyouraku
-Si otro día podremos repetirlo, pero hoy ya rompí suficiente mi dieta, además tengo mucho trabajo.
-Matsumoto tu nunca trabajas.- le respondió Toushiro.
-Aww pero que malo es jefe, porque no me acompaña a beber un poco de sake para que se relaje.
-¡MAAATSUMOTOOO!
-Yachiru ya sácanos de este lugar –le ordeno su capitán.
-Bueno verán, la cosa es que no se cómo salir. –dijo alegre.
-¡¿Qué?! - gritaron algunos.
-Entonces ¿cómo demonios trajo al resto teniente?
-mmm, solo mande a los ositos por ellos yo nunca salí de la casa.
Los mas alterados salieron corriendo por el pasillo buscando desesperadamente una salida pero era imposible en ese lugar no había ni puertas ni ventanas al exterior, Ichigo ataco una de las paredes con su zanpakuto pero no dio resultado, así como las paredes se venían abajo así se volvían a reconstruir. Ni siquiera Kenpachi con su súper fuerza y sus destructoras patadas en los muros pudo visualizar alguna salida. Los únicos que como siempre mantenían la calma eran Unohana, Byakuya y Toushiro, Ukitake se había desmayado y Kyouraku le daba aire con su sombrerito, Mayuri se había interesado en la estructura de los ositos y con Nemu comenzaron a tomar muestras de todo. El resto gritaba y corría despavoridamente por todo el lugar, mientras que Yachiru, buena ella estaba feliz de la vida bailando y brincando sobre la mesa.
-¡AHHHHHHHHHHHHH! – Kenpachi se levanto gritando y empapado en sudor, miro a su alrededor y de inmediato reconoció su habitación – vaya, solo fue una pesadilla, pero que horror.
Para estar seguro se levanto y deslizo la puerta de papel de arroz que dividía su cuarto y el de Yachiru, la niña dormía plácidamente, dio un gran suspiro de alivio y cerro de nuevo la puerta. Al egresar a su cama sintió un espasmo en su estomago y seguido un ruido enorme se desprendió de su barriga.
Todo debió ser por la comida, ¿pero que fue lo que cene? – se preguntaba. Al voltear a la pequeña mesa en el rincón de su cuarto identifico al responsable de su horrible pesadilla, una caja con comida que decía:
"TACOS Y BURRITOS, EL JALAPEÑO FELIZ"
A buena hora le hizo caso a Ikkaku de comprar comida de esa clase, además de dónde demonios había salido un puesto ambulante de comida mexicana en medio de la Sociedad de Almas. A la mañana siguiente le ordeno a su subordinado que se deshiciera de la comida restante.
-Pero capitán si estaba muy sabrosa, es más todavía podemos recalentarla.
-Nada de eso, la tiras o se la das a los perros.
-Pero no tenemos perros.
-Entonces a los gatos, no me importa a quien pero te deshaces de eso.
-Muy bien capitán.
-¡Buenos días a todos! – saludo enérgicamente Yachiru -Ken-chan ¿ya estas mejor?
-¿A que se refiere teniente?, ¿acaso está enfermo capitán?
-Sí, la pancita de Ken-chan estuvo haciendo ruidos raros toda la noche. Creo que es por la comida que compraste Baldy.
-Entonces por eso quiere que la tire, hubiera dicho desde un principio que le había dado diarrea.
-¡Que no me dio diarrea! ¡ya cállate!
-Pero que escándalo, no dejan dormir – dijo Yumichika saliendo de su cuarto. -¿Qué es lo que pasa?
-Es que el capitán tiene diarrea.
-Te dije que te callaras con un demonio, yo estoy muy bien.
En ese momento el estomago del capitán hizo un enorme ruido que sacudió todo el escuadrón once, los tres presentes comenzaron a reírse sin parar mientras que Kenpachi corría desesperado al baño más cercano. Así nuestro buen capitán del onceavo escuadrón aprendió a no comer comida mexicana antes de ir a dormir, bueno eso claro si quería tener un sueño pacifico.
