wooooolaaaaaaaaaa!!!

se q no tengo madreeeee x q jni me acuerdo de mis demas historias peeeeeeroooo no se si les ha pasado (y espero q si para no sentirme tan loca -__-) que se les ocurre algo y solo los deja en paz hasta que lo hacen

a mi si me passsooooo . pero ya me siento liberada Muajaja

asi que sin más preámbulos solo les diré que Beyblade (por fortuna) no es mío por que si lo fuera no perderia mi tiempo escribiendo historias jaja seee y... la infancia d aquellos q lo hubieran visto habría sido muuy diferente... o no habrían tenido infancia lalala...

El nombre viene de la sonata de Beethoven. Eso significa que la sonata es de Beethoven, si yo pudiera componer algo como eso ni siquiera tocaria la computadora... como sea, comenzemos ya:


Todo estaba en penumbras. Los días lluviosos habían terminado, pero se sentía la desolación que experimentaba en esos días tristes. Esa oscuridad que invadía la habitación no era obligada, al contrario, deseaba mantenerse en la oscuridad para no tener que verse al espejo y comprobar su estado demacrado. No tener que lidiar con aquel porte indiferente y frío esa noche, sólo esa noche, lo aliviaba un poco.

Se sentó al filo de la cama angustiado, callado, manteniendo la mirada fija en un retrato que se distinguía en las penumbras, escondido detrás de todos los retratos que habían prevalecido mucho tiempo delante de ese, con toda la intención de ocultarlo. Había pretendido dejarlo ahí por siempre, no había necesidad de verlo al frente de su repisa y, al contrario, eso ayudaba a no pelear con sus problemas internos ni enfrentar aquel recuerdo viviente que lo perturbaba todos los días. Pero ese recuerdo ya no vivía. Y algo dentro de él le aseguraba que no todo había terminado ahí, no podía dejarlo así, aunque quisiera. Lo más extraño de todo era que no quería, realmente quería enfrentar la situación que se le presentaba tan de repente, sabía que esta vez no tenia opción, sabía que no iba a ser fácil, también sabía que aquella situación en la que estaba ahora era sólo el comienzo de un enorme problema que se le venía encima sin que él pudiera evitarlo o al menos evadirlo tranquilamente como si de nada se tratase. Esta vez era muy diferente, un acontecimiento aleatorio que, irónicamente, sabía que habría de ocurrir en algún momento, pero sin saber cómo o cuando sucedería y mucho menos cómo habría de enfrentarlo.

Todo había sucedido tan rápido, se encontraba en Japón en casa de su amigo cuando le llegó la noticia. Nunca habían sido muy allegados pero aún así le pesaba. Él era el único pariente que tenía en el mundo. Con sus amigos como su único consuelo decidió volver a su país y arreglar lo necesario para el momento. Yuriy y Brian lo recogieron en el aeropuerto y lo condujeron a donde el cuerpo de su abuelo se encontraba esperándolo. Verlo como lo hizo fue lo peor que le pasó desde hacía ya mucho tiempo. Nunca había visto a Voltaire tan frágil y expuesto, inerte, callado. Los otros dos lo dejaron solo con el cadáver de quien alguna vez fue su abuelo. Tomó una silla y se sentó junto a él, mirándolo detenidamente, esperando a que despertase, a que volteara a verlo y le llamara por su nombre con aquella voz rígida y estricta, esperaba que le regañara, que le dijera que por su culpa algo malo había sucedido, como solía acontecer. Quería que se levantara y lo regañara por ser el peor nieto del mundo. Pero después de unos cuantos minutos cerró los ojos resignado, era verdad, el increíble y todo poderoso Voltaire Hiwatari había muerto. Se levantó indignado, molesto y herido y antes de irse le lanzó una cegadora mirada invadida de reproche y cinismo

-y yo que creía que la hierba mala nunca moría- exclamó mordaz y al marcharse azotó la puerta haciendo resonar un profundo eco que lo siguió hasta llegar a donde se encontraban los otros dos –llamen a la funeraria, que se lo lleven lo antes posible- ambos asintieron en silencio. Brian tuvo que cruzar los brazos y tragarse su orgullo por mas difícil que esto fuera, sabía que Kai era mandón por naturaleza y que si les hablaba así no era por que lo hiciera con mala leche, al contrario, el hecho de que fuese a ellos y no a la servidumbre de la casa a quien les asignara la tarea significaba que realmente confiaba en ellos más que en cualquier otra persona que pudiese estar cerca… eso ya era algo.

Luego de haberles dicho aquello Kai se encerró en su cuarto por horas, sin dar señales de vida, el cuarto permaneció igual durante toda la tarde con Kai dentro teniendo consigo mismo un sinfín de debates internos. Voltaire había muerto y ya, tal vez sonaba a algo extremadamente fácil, ellos nunca habían sido una verdadera familia, si le decía abuelo era por simple requisito, nunca había sentido apoyo de su parte, por el contrario, siempre le había tratado como un objeto y, en los momentos más terribles en los que Voltaire lo involucró, Kai llegó a desear su muerte. Ese momento ya había llegado ¿entonces por qué se sentía así? ¿por qué no se sentía lo suficientemente feliz para dejar todo por la paz o mínimo tener indiferencia ante aquello?

Unos cuantos golpes llamaron a la puerta y al no recibir respuestas volvieron a ser escuchados

-Kai- resonó la voz de Brian por toda la habitación –se han llevado a tu abuelo, la gente ha comenzado a llegar y están preguntando por ti, debes irte a la funeraria ya… incluso tus amigos ya están allá- luego de permanecer otro rato así, Kai se levantó y marchó a la funeraria donde miles de personas llegaban poco a poco a acompañarlo en su "dolor". Incluso la mayoría de los beyluchadores conocidos habían llegado al lugar, todos llegando a saludarlo y proferirle un pésame con el mejor de los deseos de que se recuperara pronto de su duelo. No hubo grandes noticias, una misa de despedida y luego el entierro. Kai regresó a su casa acompañado de sus amigos y compañeros de equipo, pero sin hablar con nadie, sin invitarles a hospedarse en el lugar, se encerró de nuevo mientras los demás lo veían apenados por la situación

-¿quién lo diría?- exclamó Takao sentado mientras veía el camino por donde el ruso se había marchado –realmente sí le peso la pérdida de su abuelo

-¿y cómo no?- agregó Max –después de todo era el único familiar que le quedaba- Brian cerró los ojos y se cruzó de brazos, él no se sentía tan seguro sobre aquello y realmente tenía pruebas con las que podía refutar el argumento de Max. Pero si no era eso ¿entonces por qué Kai parecía tan decaído?

Kai no notó que en el transcurso de su marcha alguien lo siguió hasta llegar a su cuarto, cuando giró la perilla la mano de su acompañante se posó en la suya, salió de su letargo y volteo hacia la persona que lo había despertado

-tú eres el único dueño de todo esto- le aseguró Yuriy, que lo veía a los ojos intentando depositarle confianza

-pero no el dueño legal

-sé que te quedarás con todo, como debe de ser, ten fe… intenta tenerla- Kai lo miró unos segundos más, sus ojos irritados lo veían con sumo esfuerzo, dos noches sin dormir eran el resultado de aquel funeral agobiante, pláticas y pláticas con sus asesores jurídicos eran el resultado de los malos tratos de Voltaire. Kai miró a su amigo una vez más y bajando los ojos asintió ligeramente para abrir la puerta y encerrarse de nuevo.

Ahí estaba, sentado al filo de su cama a las tres de la mañana, con el retrato de su abuelo en las manos y un semblante que lastimaría a cualquiera. Ese no era Kai Hiwatari, no podía serlo porque Kai Hiwatari no padecía, Kai Hiwatari no era presa fácil de cosas superficiales como un funeral al que le habían obligado a asistir… Kai Hiwatari era inmune a eso que los demás llamaban sentimientos, y el sentimiento que se tiene al perder a alguien aparentemente cercano como se supone que debía serlo su abuelo era la tristeza, la soledad. Bueno, algo muy dentro de sí le decía que realmente se sentía vacío y solo, pero podía asegurar firmemente que no era por la pérdida de Voltaire… tal vez ni siquiera sentía soledad, tal vez era más bien cólera ahogado, era impotencia, ese estúpido sentimiento de sentirse inútil e ignorante a lo que iba a suceder después, porque eso era lo que pasaba, que no sabía que sucedería con él. Nunca había estado tan cercano de su abuelo, y hacia mucho que no dependía de él, así que era algo normal imaginar que el viejo había muerto y ya, Kai seguiría con su vida lejos de Rusia y ajeno a lo que de su abuelo se tratase. Pero no era así, ahora menos que nunca podía decir que la muerte del viejo no le afectaba, al contrario, todo ahora se trataba de eso. Voltaire había muerto y a Kai le había dejado miles de problemas jurídicos que debía atender urgentemente, como sus abogados le habían aconsejado que hiciera. Después de su muerte, los malos tratos de Voltaire salieron a la luz y fueron rápidamente investigados por el gobierno ruso: lavado de dinero, tráfico de armas, asociaciones ilícitas, maltrato a menores, la abadía era uno de los claros ejemplos de las malas movidas que su abuelo había hecho durante muchos años. Por todo eso el gobierno quería mantener las propiedades que ahora eran automáticamente de Kai, argumentando que era probable que todas ellas fueron conseguidas gracias al resultado de todos los manejos ilícitos que Voltaire había hecho. Y en vez de que su abuelo le heredara dos casonas, en donde habitaba y a la que acostumbraban ir a vacacionar; la empresa con la que la familia Hiwatari había conseguido su renombre y la abadía, le dejó miles y miles de deudas económicas y problemas jurídicos que Kai debía atender, y si no se movía, todas sus pertenencias terminarían siendo subastadas o pasarían a ser parte del Estado.

Era por eso que Kai se encontraba lleno de cólera y de ira, Voltaire lo dejó sin nada y lleno de deudas que él debía pagar. El viejo había cumplido su promesa: lo haría sentir miserable aún sin vida. Volteó a ver el reloj, eran las seis de la mañana, sus ojos comenzaban a cerrarse por sí solos, esa era la tercera noche que pasaba despierto, y aunque su mente aún se encontraba perturbada intentando encontrar una solución a lo que parecía no tenerlo, su cuerpo le pedía descanso bien merecido. Miro a la ventana y se encontró con un cielo rojizo, el alba se acercaba lento.

Kai se recostó, siempre mirando al techo y resopló impotente al no poder olvidar sus problemas, cerró los ojos después de un largo suspiro y se quedó profundamente dormido


Yuriy, bastante preocupado, cerró los ojos, suspiró hondamente y meneó la cabeza, Kai se había vuelto a encerrar en su habitación. Sabía que no era fácil, que no podía salir como si nada y decirle a todo el mundo que ya no tenía bienes sin ningún problema, pero ese afán de escapar del mundo, de intentar solucionar todo él solo

-digno de un Hiwatari- sentenció el pelirrojo mirando una vez más la puerta cerrada, seguramente con seguro. Sabía que hiciera lo que hiciera en ese momento nada iba a importar, porque Kai no iba a permitir que Yuriy hiciera algo, Kai no iba a permitir ser ayudado por alguien, su orgullo no podía aceptarlo.

Luego de un rato el pelirrojo regresó a la sala, donde los bladebreackers, o los que llegaron a formar ese equipo en su infancia, se encontraban. Cuando Yuriy entró al lugar Brian se le acercó discretamente comenzando a susurrarle algo que Max no pudo escuchar bien debido a la plática que había en su grupo

-¿qué haremos?- le cuestionó Brian, logrando solamente un ceño fruncido por parte del otro –no podemos quedarnos de brazos cruzados

-¿qué sugieres que hagamos?- sus ojos lavanda se posaron en las personas que se encontraban en la sala

-debemos contarles

-de ninguna manera

-¿por qué?- le exigió saber y el pelirrojo respingó irritado

-no somos nadie para contar los problemas de los demás

-somos sus amigos

-eso no es suficiente

-para mí sí- Yuriy volteó a verlo bastante molesto, la paciencia se le estaba acabando –Kai confía en ellos, sé que será lo mejor, en este momento necesita toda la ayuda posible

-esto es asunto de Kai, nosotros no podemos andar por ahí contando sus problemas

-¡por favor!- exclamó Brian más alto, logrando captar la atención de Max y Rei, por eso el pelirrojo le llamó la atención –los dos sabemos como es Kai y yo sé cómo eres tú, temes que se moleste contigo, claro que lo hará si se lo decimos, pero poco me importa el estúpido orgullo del Hiwatari. Tiene que reconocer que necesita ayuda rápidamente y tal vez ellos puedan ayudar

-¿cómo podrían? ¿lo sabes?

-no lo sabré si no se lo decimos… en tres días Kai estará completamente desamparado, somos sus únicos amigos en este país y si las cosas empeoran también nosotros tendremos que ver por nuestra propia persona ¿así cómo podremos ayudarlo a él?- Yuriy suspiró hondo y cerró los ojos molesto con la persona a su lado, lo viera por todos los ángulos posibles sólo llegaba a la conclusión de que Brian tenía razón. Kai necesitaba ayuda, pero su orgullo no le iba a permitir pedirla, ellos tenían que hacer algo. Con paso silencioso se acercó a los demás que mantenían una amena conversación

-¡vaya!- exclamó Takao observando todo a su alrededor –esta sala es enorme… mi casa podría caber aquí- agregó riendo –que suerte que ahora Kai tenga todo este lugar para él sólo

-yo no pienso igual- todos voltearon a ver a Brian, incluyendo a Yuriy que lo miró con clara desaprobación por aquel comentario tan imprudente

-¿a qué te refieres?- Yuriy se sentó lentamente, como si incluso eso le pesara y se talló el rostro con su mano, haciendo el gran esfuerzo de regresar a su tranquilidad, volteó a una de las paredes de la estancia donde un bonito reloj colgaba

-son las once de la noche, aún no les hemos asignado una habitación, ya encomendé a unas mucamas para esa tarea, en cualquier momento vendrán y los llevaran a sus cuartos- después de que él hablara nadie lo hizo, todos permanecían callados, como si hubiera una clara señal de que aún no había terminado –mientras ellas llegan debemos platicar de algo –Yuriy volteó a ver a Brian que permanecía parado a su lado, de brazos cruzados y le dedicó una mirada que parecía pedir apoyo

-¿qué sucede?- preguntó Kenny, igual de curioso que los demás. Brian le asintió a su amigo y este suspiró nuevamente

-se trata de Kai. Él necesita su ayuda- todos permanecieron callados, intentando descubrir qué era lo que trataba de decir el ruso –ya lo saben. Voltaire está muerto, tal vez imaginen que eso debería causar felicidad…

-no lo creo- le interrumpió Hilary –después de todo era su abuelo

-no se trata de eso. Kai realmente está en problemas, todos causados por Voltaire. Tal vez recuerden el campeonato ruso, donde apresaron a su abuelo, después de ese hecho Voltaire fue liberado, pero siempre tuvo miles de problemas jurídicos debido a sus acciones ilícitas. Ahora que ha muerto el gobierno está investigando su pasado, intentan hacer que sus familiares paguen el castigo que no se le impuso al viejo

-…pero su único familiar es Kai- el pelirrojo asintió de mala gana

-si siempre tuvo tantos problemas con la ley, entonces ¿por qué nunca hicieron que pagara sus crímenes en vida?

-porque Voltaire era muy poderoso, tenía influencias por todos lados y contaba con miles de personas que lo apoyaban y protegían- todos permanecieron en silencio intentando entender todas las cosas que les habían dicho en tan poco tiempo

-…significa que… siendo Kai el único familiar… es él quien va a pagar por todos los malos tratos del viejo- la voz de Daichi resonó por toda la sala, escuchar al niño decir en pocas palabras lo que todos ya sabían y querían negar fue algo bastante fuerte para sus amigos. Takao gruñó molesto

-hablemos más claro- Rei se acomodó frente a Yuriy y lo miró a los ojos pidiéndole en silencio que fuera sincero -¿qué es lo que le van a hacer a Kai? ¿cómo es que Kai va a pagar por las acciones de su abuelo?- el pelirrojo notó como esos ojos lo penetraban lentamente y sintió un nerviosismo que hacía mucho no sentía, el nerviosismo que había guardado desde hacía ya dos días y que había reprimido con éxito sólo para hacer sentir confianza a Kai en esos momentos que tanto necesitaba. Por un momento sintió que no podía responder a lo que el chino demandaba saber

-el gobierno argumenta que todas las posesiones del viejo pudieron haber sido obtenidas o manejadas gracias a los delitos a los que se le implica, por eso esas propiedades son ilícitas. Por ejemplo, esta casa es ilícita- Hilary mantuvo un grito ahogado, parecía que nadie salía de su estupor. Brian cerró los ojos

-todas las propiedades que ese desgraciado le heredó a Kai serán investigadas: esta casa, la casona cerca del mar, la empresa y la abadía- Brian apretó los dientes antes de poder continuar –tendrán que estar bajo inspección hasta que se demuestre el origen de cada una de ellas

-esperen- les pidió Max -¿la abadía? Entonces ustedes… ¿qué harán?

-la abadía continuará con su situación normal, el gobierno nos ha permitido continuar entrenando y viviendo ahí hasta que la investigación concluya. Si se llega a la conclusión de que Kai es el dueño del lugar se le regresará y continuaremos como si nada hubiese sucedido, pero si la abadía pasa a ser del Estado… tal vez nos corran del lugar

-han sido poco más condescendientes con nosotros, con Kai en cambio… así como la abadía, el gobierno le confiscará los bienes durante el transcurso de la investigación- todos permanecieron en silencio durante un largo rato, sólo la ligera expresión de Max parecida a un "oh" se esparció por el lugar –en tres días, Kai no tendrá un lugar para vivir- Takao cerró los ojos y apretó su mandíbula fuertemente, un zumbido se presentó en sus orejas y su rostro comenzó a pintarse de rojo –tampoco tendrá dinero dentro de un tiempo, las ganancias de la empresa serán retiradas de su cuenta bancaria y no recibirá nada de lo que se produzca durante la investigación… prácticamente Kai está en la ruina- Hilary cerró los ojos y meneó la cabeza preocupada, esa noticia era completamente inesperada y al igual que ella los demás no deseaban creerla

-¿por qué a Kai?- preguntó Max al aire mientras se tallaba la cabeza con ambas manos impotente –ya ha sufrido demasiado ¿acaso no es suficiente todo por lo que ha pasado?- nadie contestó, nadie sabía qué decir, incluso Daichi había preferido reservarse su derecho a injuriar contra el destino o el maldito abuelo, nadie sabía qué hacer o cómo actuar, los rostros de todos reflejaban de distintas formas la misma cosa: impotencia y decepción

-¡qué injusticia!- todos los rostros voltearon hacia la indignada figura de Takao y el ruido sordo que su mano hizo al chocar con el cristal de la mesita de centro resonó por toda la estancia -¿qué clase de broma tan absurda y poco divertida están haciendo? ¿eh? ¿acaso les parece divertido?- les gritó a los dos rusos que permanecieron en el mismo lugar contemplando la respiración pesada que Takao mostraba

-basta Takao- le pidió Kenny aún cabizbajo, intentando comprender bien todo el embrollo en el que sin querer Kai se había metido

-¿basta? ¿Yo? ¡maldita sea! ¡todo aquí solo se trata de injusticias y malos manejos! ¿cómo es posible que se quieran desquitar con el menos responsable de toda su ineptitud y poca responsabilidad? ¡Kai no tiene la culpa de que su abuelo haya sido un completo bastardo y sin embargo será él quien pague por todas sus estupideces!

-¡basta ya!- le gritó Rei tomándolo de los hombros y obligándolo a que lo viera a los ojos. Takao quedó estático ¿qué era aquello que Rei reflejaba en sus ojos? Un sentimiento que el japonés no pudo distinguir ¿impotencia, decepción… tristeza?

-Rei- soltó intranquilo bajando los hombros –… Kai no se lo merece- Rei meneó la cabeza

-nosotros lo sabemos, Takao… tú, yo… ellos, pero no hay nada que podamos hacer más que guardar la compostura y mostrarle a Kai que nos tendrá en todo momento y para todo lo que necesite

-Aún hay una ligera esperanza. Si se comprueba que las posesiones no tienen un origen dudoso volverán a ser entregadas a su dueño legítimo

-¿cuánto puede tardar la investigación?

-semanas, meses… años- Brian movió las manos en un gesto de inutilidad, haciendo notorio por primera vez su sentimiento de molestia e impotencia, él como todos los demás no era ajeno a la situación de su amigo. Desde el momento en el que se enteró de aquella situación la impotencia lo había invadido, pero siempre intentó mantener la cabeza fría, sabía que la desesperación no serviría de ninguna manera, por eso había intentado sin suerte buscar una forma de ayudar a Kai. Ya se le habían agotado las ideas

-tenemos que buscar una forma de ayudarlo- sentenció Rei volviendo a sentarse junto a Yuriy

-pero es Kai- agregó Hilary –no aceptará nuestra ayuda de ninguna manera.

-¿sabe dónde va a vivir este tiempo? ¿tiene algún lugar dónde quedarse?- los rusos voltearon a verse y ambos les negaron

-podría decirse que está… desamparado

-¡o no! ¡Claro que no!- exclamó Takao levantándose de nuevo de su asiento –ningún amigo mío se encontrará en alguna situación adversa él sólo. Tal vez no sé mucho de leyes y eso, pero si de algo puedo estar seguro es de que todo esto- levantó su mano como recorriendo el lugar –es de Kai, y si realmente existe ese abstracto y raro concepto de justicia entonces tarde o temprano se lo van a devolver- Yuriy levantó la mirada hacia el reloj nuevamente, la una de la mañana, recargó su codo en el descansabrazos del sillón y apoyó su mejilla en su mano, miró de nuevo a todos los presentes que parecían meditar aquella situación sin parecer encontrar alguna salida. Bostezó levemente y cerró los ojos, sabía que todos los presentes, incluyéndose, deseaban que las palabras de Takao fueran verdaderas. Aunque también sabía que no era tan fácil como sólo decirlas.


Esos ligeros toques en su puerta hacían retumbar su cabeza fuertemente, se volvió a tapar con las sábanas, pero el sonido continuaba y parecía que no lo iban a detener

-¡¿quién?!- gritó exasperado al fin, descubriéndose la cabeza y luciendo su completo enojo

-siento molestarlo, señor. Pero como no bajó a desayunar me preguntaba si tendría hambre para traerle el almuerzo- Kai revisó su reloj y frunció el ceño. Las 11de la mañana. Era demasiado tarde para él y le sorprendía demasiado haber permanecido dormido por tanto tiempo. Sinceramente, no tenía hambre, pudo haber corrido al hombre y listo, pero sabía que si no era él, sería Yuriy quien iría la siguiente vez y le regañaría por no haber comido nada desde la mañana anterior

-está bien, tráeme lo que quieras

-con gusto, señor- y el hombre se alejó. Kai permaneció otro rato recostado, pero sintiéndose luego como tonto por perder el tiempo teniendo tantas cosas que hacer, decidió levantarse. Se dirigió al baño a ducharse y cuando salió encontró una bandeja con comida de lo que sólo tomo el vaso con jugo, luego salió de ahí. Debía hablar con sus abogados, checar sus cuentas bancarias, y buscar un lugar donde residir mientras todo el circo que se le venía encima terminaba. Así que sin perder tiempo debía empezar por…

-hola Kai- el ruso volteó impresionado al ver a Max acercársele con su habitual sonrisa e intentó rememorar dónde había sido la última vez que vio a Max. En su casa -¿dónde has estado? No te vi en el desayuno

-arreglando unos asuntos. De hecho ya me iba para terminarlos

-¿es muy urgente? Justo te buscaba para decirte que lo chicos y yo iremos a pasear por la ciudad y nos gustaría que fueras nuestro guía, además que queremos estar todos juntos, como en los viejos tiempos

-bueno, lamento no poder acompañarlos. En serio tengo varios asuntos pendientes

-¿sobre qué?- le preguntó demasiado curioso en opinión a Kai. Sus ojos azules lo miraban cautelosos, esperando un comentario sobre su actual estado económico o por lo menos un pequeño desliz por parte del ruso

-asuntos que no te incumben, Max- el rubio cerró los ojos resignado

-de acuerdo. Pero sólo quería decirte que si es algo en lo que podamos ayudar no dudes en decírnoslo, cuentas con nosotros, Kai- el ruso lo miró con el ceño fruncido mientras Max le mostraba una enorme sonrisa y se marchaba tranquilo. La última frase de Max lo hizo dudar, pero bueno, era Max y era así como actuaba ante los problemas suyos o de terceros ¿qué posibilidades había de que su amigo supiera de su estado actual? No, ninguno


que tal?

contestenme con la verdad x favor ustedes dicen si lo sigo escribiendo

creo que ya notaron a uno de los protagonistas... falta un poco para que conozcan el otro y m encantaria saber si tienen asi como algun sospechoso

bueno, creo q es todo por hoy

nos estaremos leyendo y gracias por todo