Siempre, como ya es costumbre día a día es igual

No hay nada que decir ante la gente es así;

-Haru…basta…-murmure al sentir sus besos bajando por mi cuello –Akito…

-olvídate de el… -susurro en mi oído –de todos… -añadió empezando a desabrochar las cintas de mi blusa.

Amigos simplemente amigos y nada más

Pero quien sabe en realidad lo que sucede entre los dos,

Si cada quien al llegando la noche finge un adiós

Olvidarme de todos…eso era fácil cuando me encontraba perdida entre sus brazos, caricias y besos…

Cuanto daría por gritarles nuestro amor

Decirles que al cerrar la puerta nos amamos sin control

Que despertamos abrazados con ganas de seguir amándonos

Pero es que en realidad no acepten nuestro AMOR.

Odio esto…siempre tiene que besar mis labios para ahogar mis susurros delicados, haciendo lo posible por que no nos descubran. Pero según Hatsuharu ¿Qué pensarían de dos Juunishi de catorce y quince años que se aman no solo en el día, si no que cada noche realizan una batalla bajo las sabanas intentando convertirse en uno solo…?

Siempre, (siempre) con miradas siempre nos damos todo el amor

Hablamos sin hablar todo es silencio en nuestro andar;

Amigos simplemente amigos y nada más;

Pero quien sabe en realidad lo que sucede entre los dos,

Si cada quien llegando la noche finge un adiós

-¿recuerdas nuestro primer beso? –le pregunte, acurrucándome en su atlético pecho, aun con el corazón repiqueteando en mi pecho.

-como olvidarlo –respondió el con una risita, acariciando mi cabello y entonces suspiro al ver el reloj

-¿Qué ocurre?

-tengo que irme… -mascullo y se puso de pie.

-¿Qué? ¿Por qué? –le pregunte algo sorprendida

-¿sabes los problemas en que nos meteremos si nos descubren juntos? –me pregunto, empezando a vestirse de nuevo, yo me incorpore y lo vi con el entrecejo fruncido.

-¿te avergüenzas de mi? –le pregunte, con la voz algo temblorosa.

-eso jamás, Rin… -me dijo en tono serio y me beso –es solo que no te quiero meter en problemas por mis estupideces…

-no digas eso… -le dije, acariciando su mejilla –si algo de lo que jamás me he arrepentido…es de esto…

Haru volvió a mis labios le devolví el beso pero al igual que el lo inicio el lo termino.

-Haru…

-No, Rin…sabes que no puedo…el otro día casi Hatori nos descubrió… no quiero que Akito te dañe por mi culpa, ya lo dije…

No dije nada, baje la vista para que evitara ver las lagrimas que habían aparecido, lo sentí salir de la habitación y me tire de nuevo sobre las almohadas, abracé una con fuerza imaginando que era su cuerpo, repitiendo lo mismo de cada noche…

Cuanto daría por gritarles nuestro amor

Decirles que al cerrar la puerta nos amamos sin control

Que despertamos abrazados con ganas de seguir amándonos

Pero es que en realidad no aceptan nuestro AMOR.