Buenos, les traigo un pequeño proyecto que a estado en mi cabeza por un tiempo y no podía sacar de ella, es OCXSeverus, no se si publicar la continuación o dejarlo con un final abierto, pero eso lo dejo a su consideración.
Quería trata con drama y tragedia, pues quería ver como se da.
–Quiero el divorcio.
Esa simple frase fue suficiente para detener cualquier otro movimiento de el Slytherin estuviera a punto de hacer.
Sin revelar los sentimientos que se encontraban en su interior, levanto la cabeza del libro que estaba leyendo. Frente a él se encontraba una hermosa de mujer de largo cabello de un tono bronce y ojos verdes azulados.
No son como los de Lily pero su rostro era algo parecido al de ella. Después de todo, eran hermanas, en algo debían de parecerse.
–¿Acabas de decir algo?
Pregunto, ella tomó una gran bocanada de aire, se paso lengua por los labios (como si estuvieran resecos) antes de encontrar su mirada con la suya.
Él nunca la había visto antes con ese brillo en sus ojos.
Fue sorprendido, nunca lo había visto así.
–Dije: Quiero el divorcio.- repitió y él pudo detectar cierta húmeda que comenzaba a empañar sus ojos.
Qué raro, ¿Por qué se sentía incomodo? Antes eso no ocurría, pero no importa.
Ya tenía pensado pedir el divorcio desde hace un tiempo.
–Está bien. –combino él y regreso su atención a la lectura.
Escucho algo que parecía un sollozo ahogando pero no levanto la vista, poco después se pudo oír el sonar de unos zapatos bajos y el ya conocido rechinar de las bisagras de la puerta al abrirse, no paso mucho tiempo que la puerta se cerro cuando la habitación comenzó a enfriar y él apretó los dientes, su mirada se poso en la chimenea prendida y, furioso, arrojo su libro hacia esa dirección.
El libro cayó al suelo al poco de haber impactado contra la pared.
Severus Snape observo cómo este caí sin decir nada.
Se paso una mano por su cabello graso sin entender el porqué de repente se encontraba muy enojado. Tan enojado que su cabeza empezó a doler.
Recargo su cabeza contra el respaldo del sofá y cerro sus ojos.
Esperando a que el dolor se fuera.
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Cuando la conoció por primera vez no eran más que unos niños.
Había visto a Lily hacer florecer un capullo de flor de en sus manos, sus brillantes ojos verdes parecían un par de estrellas relucientes mientras que le explicaba que era mágica y que ellos dos eran iguales.
De ahí comenzó a formarse una "amistad" y él nunca había sido tan feliz antes.
Era como sí el resto de las personas en este mundo cruel y asqueroso se hubieran ido y solamente permanecieran ellos.
Era tan perfecto que, por primera vez en su corta vida, sentía no necesitaba nada más para estar completo.
Era tan feliz.
Pero entonces Lily trajo a otra persona a su precioso círculo.
Era otra niña, de una estatura más pequeña que Lily y estaba gorda (como un cerdo), su cabello era corto (apenas llegando le a los hombros) y desordenado que parecía tener dos tonos; uno rojo y el otro rubio, su rostro regordete estaba adornado por unos extraños ojos verde azulados (Que le parecían muy molestos) que lo observaban un gran curiosidad y ansiedad. En pocas palabras; la niña era fea, Severus la odio desde el primer momento que fueron presentados.
No la quería con ellos
Pero su Lily la presento como su hermana bebé; Primrose Evans.
Algo dentro de él le decía que esa niña no debería de haber existido, pero no dijo nada.
Si Lily era feliz, entonces él estaría bien.
Aunque esa niña le molestara no más verla.
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Abrió sus ojos oscuros y observo a la mujer que los atendía con algo de aburrimiento.
–¿Un divorcio? Ciertamente no son muy frecuentes, pero tampoco son extraños,- contesto la agente del ministerio que los atendió, viendo a su futura ex mujer con pena.
Primrose se movía incomoda a su lado, no entendía porque actuaba así si era ella quien lo solicito en primer lugar.
Él mantuvo una expresión impávida mientras que Potter y Black le lanzaban miradas de venenosas (las cuales no tuvo ningún problema en regresar). Lily estaba al lado de Primrose, hablándole al oído de vez en cuando.
Como los otros dos; Lily parecía terriblemente enojada cuando volteaba a verlo.
¿Por qué se enojaban con él? Ella fue la que solicito el divorcio no él.
Sea como fuere, cuando la agente termino de explicar el proceso ellos se dividieron en dos grupos: Primrose se fue con los Potter, más Black, y él se fue por su cuenta.
Qué extraño, él cría que el odio de Lily era lo único que podía hacerle daño, pero paso la ultima hora y media siendo el receptor de su mirada enojada y no sintió nada en particular.
Ciertamente fue curioso.
Llego a su hogar ya entrada la tarde y se dirigió directamente a su dormitorio.
El trayecto silencioso por su casa lo hizo hacerse consciente de varios vacíos que antes no había y que ahora lo molestaban, siempre había pensado que Primrose era una acumuladora que no podía soltar nada con una molesta afición por las plantas, muchas veces habían discutido sobre ello sin llegar algún lado realmente pero ahora esas cosas no estaban y él no sentía esa satisfacción que espera sentir cuando eso ocurriese.
Primrose se había mudado con Lily, porque lo que ahora no había mucho de sus objetos personales en la residencia Snape. Solo algunas cuantas ropas ocupaban actualmente una pequeña parte de su armario y su viejo tocador aun conservaba unas cuantas encima, como un perfume que le hizo cuando celebraron un aniversario, de hecho, si se detenía a pensarlo cuidadosamente, ese podría haber sido uno de los pocos regalos que le hizo.
Severus se llevo una mano a su frente, de repente se sintió mareado.
Suponiendo que estaba cansado, tomó la decisión de que era mejor dormir un rato. Ya no queriendo pensar en nada más.
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Tan pronto cerro sus ojos unas imágenes comenzaron a formarse en su mente.
Si era cierto.
El tiempo pasó. El tiempo tuvo que pasar.
En cuestión de unos meses se acostumbro que la irritante hermana de Lily formara parte de su grupo.
Primrose se la pasaba llamándolo Sev todo el tiempo, a pesar de que solamente le había dado permiso a Lily para usarlo; pero por alguna razón no le molestaba demasiado.
Prim (como ella insistía a que la llamarán) era una chica irritante que siempre tenía una brillante sonrisa pegada en la cara. Nunca antes la había visto llorar hasta que se fue a Hogwarts, donde ella le suplicaba que no se fuera, rogándole que le mandara cartas siempre que pudiera y que no la olvidara.
Y, ciertamente, fallo en todas y cada una de sus solicitudes hasta que Lily le regaño por haber hecho "angustiar" demasiado a su "pequeño bebé". A él no le importo, pero si Lily quería entonces le mandaría cartas a la pequeña cerdita.
El tiempo volvió a pasar, la cerdita se les unió en Hogwarts y todo volvió a ser como era antes. Sin embargo, ahora había pequeños cambios. La cerdita Evans comenzó a sonrojarse cada vez que lo veía y eso comenzó a más molestarlo, sobre todo cuando Lily le comentaba de forma "inocente" lo increíble que sería si la cerdita y él terminaban juntos.
"Nunca" decía él, pero antes que se diera cuenta, Lily comenzó a tener sentimientos por Potter, antes que pudiera hacer algo para evitarlo, esos dos ya estaban en una relación.
No recordaba mucho de ese periodo de tiempo, pero lo que si era constante en sus memorias era la cerdita Evans. Primrose. Prim. Ella dejo de ser la cerdita Evans para volverse Prim.
Ella y sus brazos envueltos alrededor de su cuello y hombros, sus palabras de apoyo y miradas tiernas, incluso sus besos… se volvieron sus recuerdos más claros.
Cuando ella se le declaró y él acepto. Fue ahí donde se volvió su novio.
Lily fue muy feliz cuando se entero y a él no le importo; formaría parte de la vida de Lily.
Eso era todo lo que le importaba.
Pero Primrose era extraña, ella insistía en hacer cosas románticas y pasar algo de tiempo juntos de misma manera que lo haría una pareja muggle, lo esperaba para comer o cenar juntos cuando tenía que salir por trabajo, le pedía que le contara como le fue en el día, por lo más trivial o frívolo que fuera y ella llegaría a contestarle de igual forma con una sonrisa brillante en su rostro y buen humor sin importar cuando mordaz fueran sus respuestas, fue así por un tiempo hasta que un día paro.
Para su gran alivio considero en su momento.
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–Severus.
El susodicho abrió sus ojos perezosamente, sus adormilados ojos voltearon en dirección de la persona que le había llamado. Sin ganas; también giro su cabeza en esa dirección.
Lucius Malfoy se encontraba en la puerta de su alcoba observándole con molestia.
Se había olvidado que iba a venir a llevárselo.
–Es tiempo. –declaro y le dio la espalda para irse.
Arreglándose tan rápido como pudo lo alcanzo frente a la chimenea, Severus vio como agarraba una foto de Primrose y él de cuando se casaron. Lucius soltó un bufido despectivo antes de decir "Incendio", mientras apuntaba la foto con su varita, y esta comenzara a ser consumida por las llamas.
Qué raro.
Otra vez volvía a sentirse molesto.
Lucius soltó el porta retratos antes que las llamas llegaran sus dedos y se volteo a su encuentro.
–El señor Tenebroso esta esperándote. –dijo pomposamente.
Le dio una sonrisa a medias. El tipo de sonrisa que alguien le da a otra persona cuando se une a una gran causa o cuando alguien le hace un gran favor a una persona.
Pero, para su sorpresa, no llego a emocionarlo como pensó que lo haría.
Bien, ¿Qué opinas?
