Star wars pertenece a George Lucas, Disney y Mara Jade a Timothy Z.

Mira con detenimiento el atardecer en Coruscant. Leo ha hecho todos los preparativos, Luce no aparece por ningún lado y él solo quiere verla una vez más. Falta solo unos días para la boda, nunca se ha sentido tan nervioso, vamos, es un asesino profesional y ex mano de la emperatriz. Pero es la chica granjera, maestra jedi y todos esos estúpidos títulos quien lo pone de los Aprieta el barandal con toda la fuerza que tiene.
- ¿Algo va mal Mario?

Luce, con su típica sonrisa cálida y ojos chispeantes hizo su aparición. Tiene el cabello rubio sujeto en una cola de caballo alta y su ropa jedi normal.
-Nada que te incumba. - dijo apretando los dientes, regresando la vista al frente.
Fuerza! No quiere que su presencia sea tan notoria. ¿Así fue con sus anteriores novios? ¿Ellos la besaron?. Esas preguntas le hicieron caer en cuenta sobre los anteriores hombres que pasaron por la vida de Luce.
Oh. Mario. Sabes que te amo...
Hay un momento de perplejidad. Algunas veces se olvida de la fusión mental que hicieron aquella vez.

-Lo se pero. Es que... ¡Maldición Skywalker! No te metas en mi mente.

Luce vuelve a su faceta de chica granjera. Aquella faceta que le parece tierna y la vez confusa. ¿La ruda y excelente piloto, roja como un tomate?
-Dejando eso aparte-carraspea mitigando su rubor.- Leo y los otros me han dicho, que cuando vas a ir con ellos para elegir el traje del novio.
Bronceada y con esos extraños signos de cansancio en el rostro, en realidad luce no parecía acorde a su edad. Mario deja a un lado sus revoltosos pensamientos. Luce lo mira, con aquellos ojos celestes queriendo descifrar cada secreto que ya no oculto de él.
-Te amo Luce...
-Digo lo mismo.
Es tan rápido que Luce en un momento sintió pánico. Las manos de él le acariciaron la linea de la cintura.
-Pareces asustada.
-Solo un poco-admite con la mirada nerviosa.
-¿No me decías que yo soy guapo?
-Lo sigo pensado.- apoya su mano en el musculoso brazo de Mario y él la acerca más.
-¿Lucinda?
-¿Si?- pregunta mirando esos ojos verdes que son fríos y calculadores o tímidos y divertidos.
Tiembla al sentir ese beso en la oreja y cierra los ojos al captar el cálido suspiro.
-Lucinda...
-Si...- respira hondo, sostenida de los fuertes hombros de su chico pelirrojo.

Mario deposita un suave beso en su boca, esperando una respuesta de ella. Lucinda lo besa con anhelo, nada avergonzada y temerosa. Lo besa como siempre ha querido hacerlo, cuando disfrutan de la soledad. Se olvida que es la gran Maestra Jedi y permite que el le suelte el cabello. Fuerza. Que reconfortante es estar en la compañía de alguien que tanto amas, que él te bese y tu lo hagas igual. Se aferra más a él y se pone de puntillas para alcanzarlo. Su cabello rojo dorado se enreda entre sus dedos y él la abraza fuerte, aprisionando su cuerpo contra la masa de músculos que la reciben.

-Es.. Espera Mario. Viene mi hermano Leo.
-Esto hay que terminarlo en otro lugar.
Luce se gira tan rápido y peina su cabello con la punta de los dedos para no crear malos entendidos.
-¿Otro lugar? ¿Que quieres decir con...?
Su mente hace un leve clic y Mario no se salva de un puñetazo juguetón en el hombro derecho

-Vamos chica granjera. -ríe alzando ambas cejas- En unos días seré Mario Jade Skywalker

-Hoy no es ese día, Jade.