Esta historia tiene como unico fin el entrenimiento, no soy Stephenie Meyer y no me pertenece Twilight.
Se avecinaba una tormenta podía sentirlo, el ambiente se estaba agitando, los animales estaban ansiosos, esperando solo una señal para emprender la huida hacia algún lugar seguro, supongo que no tendría los meses tranquilos que me imaginaba, di un largo suspiro y sonreí de medio lado de todas maneras siempre estaba preparada para todo, no por nada soy quien soy; quizá en el pasado no hubiera podido notar los problemas que se avecinaban, pero hoy si podía por lo cual iría con todo el cuidado posible hasta que la tormenta pasara y evitar terminar ahogada en ella.
No pude evitar agrandar mi sonrisa, si me hubieran dicho hace 40 años que en un futuro seria la persona que soy, me hubiera desmayado o muerto todo dependería de que tan profunda fuera la descripción de esto; realmente el único futuro que tenia en mente hace 40 años era una vida perfecta y eterna a su lado, claro en esa época no consideraba la posibilidad de que el me abandonaría unos días después, ni que en realidad yo si era un gran imán para el peligro, pero que le podemos hacer al pasado pisado, volví a suspirar claro ahora no era de suficiencia era mas bien del hastío que sentía por pensar en él. Mire la hora en mi reloj de mano, perdí demasiado tiempo en mi razonamiento matutino; me coloque mis casco, me cerciore de que mi chaqueta estuviera bien cerrada y mis guantes perfectamente puestos y me dispuse a llegar a la escuela en mi motocicleta deportiva, quizá tendría que irme con cuidado mientras que la tormenta durara pero nada evitaría que disfrutara de tentar a la muerte mientras tanto.
Llegue mas rápido de lo que me esperaba al estacionamiento de la escuela, sin embargo tendría que apresurarme si no quería tener que pedir permiso para entrar en mi primera clase; entre al salón justo cuando el maestro estaba cerrando la puerta por lo cual no me libre de la mirada desaprobatoria por parte de este, cosa que no me importo así que me dirigí a mi asiento al final del salón y me dispuse a divagar una vez mas, realmente seria un semestre de lo mas aburrido la mayoría de las clases no las compartía con nadie de mi familia, por lo cual rezaba que ninguno de los monitos con los que tendría que compartir clases lo tomaran como una invitación para tratar de conversar conmigo, lo bueno era la posible tormenta que se avecinaba quizá eso le daría un poco de diversión al semestre.
Pase de una clase a otra sumergida en mis divagaciones hasta la hora del almuerzo mi hora favorita además vería de nuevo a mi familia los había extrañado durante toda la semana anterior, realmente no quería haberme separado de Eliza, ya habían pasado mas de 6 meses desde que sucedió el incidente y las señales de que era algo mas que un cuerpo que realizaba sus funciones fisiológicas necesarias para su supervivencia eran casi nulas, por lo cual no considere que mi ausencia por los asuntos del campo fuera significativa.
-oye chica poderosa ¿como has estado?- volteo al lugar de donde se origino ese saludo y me encuentro con Daniel, siempre tan desgarbado, con su pelo castaño corto revuelto al viento, su gran sonrisa de despreocupación, sus pantalones un poco mas grandes de lo necesario y su playera con alguna frase ingeniosa, realmente era un crio, le sonreí de lado y deje que colocara su brazo alrededor de mis hombros y así nos encaminamos a la entrada de la cafetería.
Mientras cruzábamos la puerta de la cafetería le dije -¡El ultimo en llegar a la fila paga!- y me zafe de su brazo para revolver su cabello, estaba a punto de soltarme a correr rumbo a Eliza y Fausto que estaba en la fila para escoger su almuerzo cuando sentí perfectamente cinco pares de ojos completamente fijos en mi, disimuladamente mientras me acercaba a los chicos a un paso mas rápido que el de Daniel busque de donde provenía esa sensación, no tarde mucho en ubicar a los dueños de esos ojos, al verlos allí me di una idea de que iba la tormenta que se avecinaba, mientras tanto ellos parecían que habían visto a un fantasma y realmente estoy segura que piensan eso, después de 40 años de no saber de mi, encontrarse casualmente conmigo y no encontrar ni una muestra de que pasaron los años en mi, de seguro estaban pensando si solamente era alguien sumamente parecida o quizá era solo una alucinación suya, tendré que andarme con cuidado para que no descubran que realmente soy la misma chiquilla que dejaron atrás hace tanto tiempo.
-Eliza, mi dulce princesa como sigues- le dije a la muñeca de porcelana que estaba enfrente de mi, al parecer no me perdí de mucho en la semana que estuve ausente, Eliza parecía seguir sin dar muestras de vida, parecía solo una muñeca de tamaño real de porcelana, con sus rizos dorados y la ropa costosa que utilizaba, sin nada de maquillaje y solo su alianza como única joya.
-Bella, nos alegra mucho verte de nuevo- recibí como respuesta por parte de Fausto, realmente parecía que él ya se había acostumbrado a responder por los dos, no podría esperar menos, el llevaba su ropa a juego de Eliza, y también solo traía como única joya su alianza. Me rompía el corazón verlos, parecían un pobre muñequero con su muñeca mas preciada.
-oh venga hermano apoco solo llevas esa poca comida para todos- dijo Daniel posicionándose a mi lado, me había concentrado tanto en Eliza que no me percate cuando había llegado Daniel hasta acá, y también me había perdido de los movimientos de los Cullen, aunque parecía que no se habían movido ni un centímetro desde el inicio.
-lo siento Daniel, pero esto es solo para Eliza y yo, no pensábamos que Bella regresara el día de hoy-
-bueno y yo que-
-venga crio por un día que no comas no te pasara nada-dije mostrándole mi mejor sonrisa y dándole un zape mientras me iba a formar por comida.
-a venga bombón no seas mala conmigo yo que tanto te he extrañado- dijo Daniel mientras me seguía y ponía su rostro entre el hueco de mi cuello y hombro. Inmediatamente oímos como si se quebrara algo, interesante pensé, mientras veía disimuladamente a la mesa de ellos.
-valla que ha sido eso- dijo Daniel girando como loco por todos lados buscando el origen de ese sonido. Enserio que ese chico era solo un crio. Pero mejor así, no le desearía nada de lo que hemos pasado Eliza, fausto o yo.
-venga Daniel presta atención y elige que quieres para comer, para que pueda pagar-
Supongo que algo en mi tono de voz lo convenció de que era mejor de que me hiciera caso y dejara de bobear, por que lo hizo inmediatamente.
Después de pagar la comida para los dos, nos retiramos hacia nuestra mesa donde Eliza y Fausto nos esperaban, seria un largo semestre si ellos decidían quedarse, esperaba que mi presencia atormentara demasiado a Edward y que decidiera llevarse de nuevo a su familia lo mas lejos de este lugar, eso seria lo mejor y lo menos peligroso para ellos, sonreí ante ese pensamiento el 40 años atrás me abandono por que era lo mas seguro para mi vida humana, en ese momento me costó demasiado comprender que lo hacia por que me amaba y quería protegerme, hubiera dado mi vida en ese instante si él hubiera decidido quedarse a mi lado, pero no lo hizo y después de 40 años yo daría mi vida por que él se fuera con toda su familia de nuevo.
Me permití observar sus rostros con la cara mas perfecta de indiferencia que pude poner, fui desde el pequeño rostro de pixie de Alice, el hermoso rostro de diosa helénica de Rosalie, el rostro varonil de Emmet, el serio y analizador de Jasper y por ultimo el de Edward, en su rostro podría ver todas las emociones de sus hermanos magnificadas, desde una gran sorpresa e incomprensión de lo que estaban viendo y oliendo de seguro, sin importar lo que hubiera pasado en estos de los 40 años mi esencia no cambio en nada, bueno quizá fuera un poco mas tenue, quizá algo en ellos les estaba advirtiendo que tuvieran cuidado conmigo, quizá por eso se veían tan desconcertados, debe de ser algo nuevo para un vampiro oler algo que le cause miedo o aversión, si tan solo lo pudieran entender, comprender que tanto he cambiado…
Mi contacto visual con Edward se rompió en cuanto Carolina llamo la atención de los Cullen, vaya otra sorpresa para ellos, una humana hablándoles por voluntad propia, en mi rostro se formo una sonrisa al puro estilo del gato de Cheshire, les esperan varias sorpresas si deciden quedarse.
-Hola mi nombre es Carolina y soy la presidenta del comité estudiantil, ustedes deben de ser los Cullen y los Hale, verdad- esa chica si que sabia ser fastidiosa, quizá si no se hubiera entrometido tanto para saber el pasado de mi familia no estaría en mi lista negra, pero bueno ella creía que al ser bonita por su largo cabello castaño, su piel de porcelana y sus largas piernas, además ser la presidenta del comité estudiantil de daba derecho para saber y opinar sobre la vida de los demás.
-si así es, mi nombre es Alice, ella es Rosalie, y ellos son Emmet, Jasper y Edward, te podemos ayudar en algo- uhm interesante Alice fue la primera en contestar, observe el rostro de los demás Rosalie la miraba con una completa indiferencia, mientras que Emmet y Jasper solo le dedicaron una rápida mirada y regresaron sus ojos a sus respectivas parejas, Edward sin embargo parece que leyó algo en la mente de ella que no le agrado demasiado ya que frunció el ceño conteniendo su enojo.
-ah, yo solo quería darles las bienvenida- titubeó… interesante parece ser que su instinto esta reaccionando, cuando desvió su mirada dio con la mía, vi sus ojos llenarse de coraje al observar que ellos le prestaban demasiada atención a mi mesa así que decidió tirar todo su veneno lo mas rápido que pudo- yo que ustedes me fijaría con quien me junto, en esta escuela hay gente que anda en malos pasos, y ellos son las personas mas indeseables que puedan existir, aun no terminan la escuela y ya están casados y han sufrido un aborto- en cuanto dijo todo eso se dio cuenta de que me encontraba a un lado suyo, me encantaba asustar así a los humanos.
-Carolina creo que ya habíamos hablado sobre tu mala costumbre de divulgar rumores sobre mi familia, ¿oh no?- sentí como se estremeció todo por la proximidad de mi boca con su oreja, me separe un poco de ella para hablarle directo a los Cullen- es cierto que hay personas con las que no deberían asociarse y mi familia es una de ellas, así que deberían agradecer a la encantadora de nuestra presidenta por sus advertencia- les dedique una sonrisa y me gire para encontrarme a mi familia en la puerta de la cafetería, ya era hora de la clase -Caro no olvides nuestra conversación- le dije al pasar a su lado, estoy segura que casi se desmalla dé la impresión, solté una ligera carcajada, realmente tenia una muy mala costumbre sobre atormentar a la gente, pero bueno al menos si tenia suerte mi forma de actuar ayudaría a los Cullen a creer que solo soy demasiado parecida a la humana que amaron tanto y abandonaron.
-sabes no deberías exponerte de esa forma- me advirtió Fausto mientras nos separábamos para llegar a nuestros salones
Quizá tuviera razón Fausto que tal si los Cullen, se intrigaban demasiado y decidían empezar a investigar en lugar de huir, uhm, por un lado tendría en que entretenerme en este semestre y por otro ellos podrían salir heridos, hace mucho tiempo me prometí que no dejaría que alguien mas saliera herido por mi culpa, pero al parecer el destino no me la ponía fácil, al entrar en mi salón me di cuenta de eso al ver a Alice y a Edward sentados en mi mesa de laboratorio, bueno allí se va mi aburrida vida en el laboratorio de biología.
Me acerque a la mesa y antes de que Alice pudiera decir cualquier cosa le dije de manera cortante – estas en mi lugar- ella me miro un poco desconcertada y siguió la dirección de mi mano que apuntaba al croquis que el profesor había diseñado con la información acerca de nuestros respectivos lugares- como ves mi asiento es en esta mesa en el banco del lado del pasillo, puedes sentarte en cualquier otro sitio de la mesa pero no en este- y para darle un efecto mas tosco a mis palabras coloque ruidosamente mis cosas sobre la mesa, estaba segura que iba a contestar algo pero el profesor entro y me llamo la atención
–señorita Rosernot me podría decir por que no se encuentra ya en su asiento lista para la clase- me dijo con ese tono prepotente por el cual había ganado un puesto en mi gran lista negra
-bueno profesor como puede ver hay alguien en este momento ocupando mi puesto y al parecer es de lento entendimiento ya que no se ha quitado a pesar de que le he comentado que ese puesto es mio-el centro su atención a Alice y Edward
- oh, ustedes son los nuevos, perfecto entonces si me hacen favor de colocarse en los asientos-
Y después de esto se giro para empezar a dar la clase, tome asiento y para evitar cualquier intento de conversación por parte de ellos me asegure de que observaran por completo como me colocaba mis audífonos y me concentre en dibujar algo en mi libreta, así paso la hora mas larga y tediosa de este semestre, salí de mi trance hasta que me percate que ellos prácticamente dejaban de respirar, me pregunte que había causado esto y les dedique una mirada de refilón, vi que estaban observando con aprensión mi libreta, así que por primera vez desde que había empezado a dibujar le preste atención a mi creación y descubrí el porqué de su falta de aliento, prácticamente había dibujado la casa Cullen en Forks, nada mas que se veía abandonada, y desolada de la misma forma en que yo la vi la ultima vez que estuve de visita, trate que no se notara el desconcierto por lo que había dibujado, cerré mi libreta y me dispuse a salir de la clase.
Después de ese encuentro con mis dos Cullen favoritos mis demás clases pasaron volando, y gracias al cielo no me tope con nadie mas del clan, me pregunto si alguien de mi familia habrá compartido clases con ellos. Salí hacia el estacionamiento como siempre un poco tarde esperando que ya no hubiera muchas personas en el, me acerque al lugar donde había colocado mi moto en la mañana con los audífonos a todo volumen y pensando en cuanto polvo se acumuló en la tienda por que estoy segura que Federico no limpio nada, cuando sentí movimiento a mi alrededor por lo que me aleje lo mas que pude de la trayectoria de este, cual fue mi sorpresa de ver a Daniel tirado en el lugar donde había estado yo quejándose por el golpe que había recibido.
-Que crio eres enano-le dije mientras pasada de su lado, me dirigí a la Hummer blindada donde se encontraban Fausto y Eliza alado de mi encantadora moto. Realmente odia esa Hummer pero era lo mejor para la protección de Eliza, quizá si ella hubiera estado en un auto de ese estilo quizá…me detuve en esa línea de pensamiento, el pensar en los quizás solo me distraería y no me permitiría estar totalmente alerta.
-¿Que tal las clases chicos?- les dije mientras tomaba mi moto y la acomodaba para la salida
-bastante interesante-me contesto Fausto con una sonrisa burlesca en su rostro, mientras le abría la puerta de copiloto a Eliza y tomaba del asiento mi casco y mi chaqueta,
-Gracias- le dije mientras tomaba mis cosas
-si, si como sea, gracias por ayudarme a levantarme Bella, que te parece si al menos me das un besito para que se me quite el dolor- dijo Daniel acercándose a nosotros y haciendo pucheros.
Encarne una ceja y me coloque mi chamarra y el casco, cuando tuve todo en su lugar, me subi a la moto, la prendí y dirigiéndome a Daniel le conteste un
– Ya quisieras crio- y me despedí de ellos con un "nos vemos en casa".
Mientras salía del estacionamiento les dedique a los Cullen una rápida miradita, al final de cuentas con el casco no me podían ver, espero que estén lo suficientemente convencidos y atormentados por mi presencia para irse de este pueblo. Ese fue el ultimo pensamiento que me permití tener sobre ellos, al menos en ese día.
