EL LUGAR DONDE ESTA NUESTRO HOGAR.
Caminaba sin un rumbo fijo , la mirada vacia como aquella primera vez donde se creía el haber perdido a su hermano. Deseaba fervientemente que todo fuera una cruel y horrible broma del Dios de las travesuras; Mas el cuerpo frío que había dejado atras le servia como un golpe de realidad de lo que estaba sucediendo.
Loki ya no estaba.
Sus padres tampoco.
Todo su pueblo, su gente, reducida a nada.
Su padre una vez le había confesado que Asgard no era el lugar, sino su gente.
¿Pero que pasaba cuando ya no había nadie?
Sintió un tirón en su corazón al ser invadido por las memorias de todos sus amigos.
Compañeros de batalla que habían caído.
Su hermano, la unica familia que le quedaba quien había caído también.
La gente inocente. Personas con vidas tranquilas y pacificas que no sabían defenderse.
Sangre que si bien el no había derramado cubría sus manos.
Si hubiera sido mas fuerte, si hubiera peleado mas, si hubiera sido un mejor estratega como Loki, si hubiera sido mas sabio como su padre.
¿Que clase de rey era el?
¿Como podía llamarse a si mismo un Dios.
Sentía sus ojos picar por las lagrimas que se acumulaban ahí; se negó a dejarlas caer. Alguien como el no tenía el derecho a llorar por los caídos , no tenía el derecho de desear acompañarlos en su descanso eterno.
Su corazón sintió frío; el frío de la soledad, el abandono, la nostalgia, la perdida.
Se dejo caer sobre una roca sintiendo por primera vez el peso real de todo caer sobre sus hombros.
El lugar donde estaba su hogar ya no estaba.
La gente que lo conformaba tampoco.
Solo estaba el.
Maldijo todo, a Thanos por arrancarle a Loki, a la vida por no permitirle irse con su hermano, a las circunstancias por no haber podido estar el en su lugar.
Si Loki se hubiera salvado sabría que hacer, sabría guiarlo inteligentemente, sabría darle calidez a lo que ahora era su frío y muerto corazón.
Un Dios vacio, un Dios olvidado, eso era lo que era.
A lo que se había visto reducido.
Un Rey sin súbditos, un rey sin un reino.
Se levanto despacio recorriendo toda la sala con la mirada, guardando la cruel realidad a fuego en sus pupilas.
Paro su recorrido en el cuerpo de su hermano.
Su piel siempre pálida le hacia dar la impresión de que el travieso Dios solo dormía, como si en cualquier momento fuera a despertar para empezar alguna riña con el como siempre, sus facciones las cuales siempre creyó que parecían talladas en mármol lucían hermosas y altaneras como siempre, sus cabellos aun tenían su brillo que destilaba una sensación de suavidad que podía sentir aun en los dedos gracias a las múltiples veces en que tuvo el honor de tocarlo.
Aparto la mirada abrupto, su corazón no podía soportar ver la hermosa figura del otro y resignarse a que no despertaría.
Emprendió camino hacia la salida de aquel lugar, no pudo salvar a nadie siendo un Asgardiano. Entonces los vengaría, como el Vengador que era.
