Disclaimer: Digimon no me pertenece.


Lo que duele es querer

Lo que duele es querer...

Y yo lo quería. Ahora, el frío de las lágrimas me corta el rostro como si de la hoja se un cuchillo se tratase. Me miro al espejo y no me encuentro.

Pelo alborotado, maquillate corrido. No me distingo. Ésta imagen poco se asemeja a lo que realmente fui yo en su momento, pero de estar como antes, él me habría dicho que aún así estoy bella. ¿Qué me pasó?

Me pasó él.

El llanto que cae por mis mejillas es gélido y negro. Estoy helada por dentro, con un corazón que apenas palpita. Hay mucha oscuridad en mi interior, ya no tengo por quién brillar. Es triste.

¿Por qué duele tanto? ¿Acaso está mal? Entonces, no debe estar permitido querer así. Dios me está castigando por quererlo tanto, éso debe ser.

Él debe creer que soy una egoísta. Pero es que al querer todos nos volvemos un poco egoístas, ¿no? ¡Intenten demostrar que me equivoco! ¡¿Quién no ha preferido que le mintieran a que le sean sinceros?! Estando enamorado, ¿quieres un rechazo a un "te amo"?

—¡Dímelo!―le grité al espejo.

El rostro se me deforma en enojo y dolor, dos emociones inseparables desde que él se separó de mí. Pero sí, tal vez pensé mucho en mí. Quería ser feliz a su lado pero él... Tú, amor, ¿qué querías?

Ha pasado suficiente tiempo como para olvidarle y todavía no puedo. ¿Por qué? ¿Por qué su recuerdo me atormenta? Sabiendo la verdad, dos minutos comparados a la eternidad son indistintos. Yo jamás dejaré de querer, de soñar mil cosas con él.

Pero, ¿por qué duele? Si dar amor debería generar aún más amor. ¿Por qué lloro si lo quiero? ¿O lloro... porque lo quiero? Seguramente.

Escuché la puerta se abrirse pero ya no creo ni lo que oigo, ¿qué es mentira y qué es verdad? No sé si estoy loca, pero a veces imagino tenerlo en frente. En realidad no sé si lo imagino, solo lo veo de tras de mí, callado. Siempre me que vuelvo ya no está, pero me siento mejor así. Me gusta aprovechar esos momentos para charlar de ésas cosas que no podría enterarse en la realidad.

Esta vez lo vi sentarse sobre la cama sin mirarme, iba a abrir la boca para hablar cuando lo callé.

—¿Sabes Matt? A veces te extraño. ¿Cómo no hacerlo cuando estás en todas partes?―Él no respondió, jamás responde—. Es difícil dejar de pensar, pero es más difícil olvidar, ¿no te parece?

Él solo me mira, sentado atrás de mí, sobre la cama desecha. Yo le hablo al espejo, no puedo mirarlo de frente ni en sueños.

—Daría todo por olvidar. Realmente quiero secarte de mí, ya no te quiero en mi cabeza; no te quiero en ningún lugar. Si hay que odiar para dejar de amar, estoy dispuesta. Te odiaré por amor, por hacerme infeliz a costa de tu felicidad. ¿Crees que soy egoísta?—Matt ladeó la cabeza, y volvió a bajarla, cubriéndose con la manos, mirando el suelo.

—¡Seré bien egoísta!—grité—. ¡Yo te quería! ¿Por qué tú no? Lo habría dado todo… ¿Está mal? Quiero odiar para ya no sentir dolor alguno al recordar. Quiero poder oler ese mismo perfume que usabas, en otra persona, sin que se me llene el pecho de dolor. ¡Qué se llene de ira, de odio, de lo que sea! Pero no de dolor. No quiero que me lastimes más de lo que ya lo hiciste y sí, soy egoísta por pensar tanto en mí, pero no está mal querer dejar de sufrir.

Y me volví, él realmente estaba ahí, mirándome.


¡Hola! Oh, sí. Dije que me iría un tiempo, pero bueno. Arreglé un par de cosas y ya estoy, pero nunca de forma definitiva. ¿Por qué? Realmente tengo muchos problemas con la inspiración. Por eso, de ahora en más, no haré cosas largas.

Solo así, relatitos cortitos y cada taanto. Es para desahogar. Yo soy feliz con ésto XD

Así que bueno, con ésto y un bizcocho esta pequeña se irá a... jugar a sus video juegos. Bye!