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Sunday

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Era un domingo como otro cualquiera, la señora Weasley, Molly Weasley, se encontraba en la cocina preparando la comida que cada semana compartía la amplia familia de pelirrojos. Las demás mujeres Weasley estaban ocupadas ayudando aquí o allá, o como en el caso de Fleur cuidando de los niños.

Hermione movía la varita más contenta de lo habitual. Nunca le había parecido justo que ellas hicieran todo el trabajo, mientras los hombres se dedicaban a hacer… a hacer nada. Todos, excepto Harry, quien de vez en cuando conseguía que los hombres de la familia se movieran del sofá.

Harry entró en la cocina, como de costumbre, el único hombre que se dignaba a echar una mano, y levitó decenas de platos, vasos, cubiertos que se llevó consigo al jardín. Al igual que la castaña, llevaba una amplia sonrisa en la cara. Colocó los platos en la larga mesa, y observó hasta el más mínimo detalle.

Para Hermione no era otro domingo más. Tampoco lo era para Harry.

Cuando todos se sentaron, y después de que Arthur Weasley pronunciara algunas palabras, Harry miró a Hermione, quien estaba sentada delante de él, ella le dedicó una sonrisa, sus ojos radiantes de felicidad, y comenzó a comer.

Harry reía con las historias de Ron, y Hermione se limitó a escuchar, sin interrumpir ni una sola vez, las tonterías que el pelirrojo decía. El postre llegó, el ruido era cada vez más alto, las conversaciones se dividían por secciones de la mesa, pero Harry y Hermione permanecían en silencio lanzándose miradas de vez en cuando. Fue en una de esas que Hermione asintió. Y Harry arrastró la silla para poder levantarse.

Sin embargo, Ginny se le adelantó.

La pelirroja alzó un vaso y lo golpeó con una cucharita para llamar la atención. El jardín se quedó en silencio, y fue entonces cuando Ginny acabó con los sueños de dos personas presentes en la mesa.

'¡Estoy embarazada!' exclamó.

La señora Weasley se acercó a su hija y la abrazó. Las felicitaciones comenzaron a oírse por toda la mesa. Harry era incapaz de moverse, miraba fijamente su plato, aunque en realidad no veía nada.

'Cariño' dijo Ginny mientras tocaba su hombro para que despertara de su conmoción. Harry sonrió inseguro, y su esposa se inclinó para besarle.

'¿De cuánto tiempo estás?' preguntó Hermione, quien se había levantado de la silla para unirse a la exaltación de toda la familia.

'De seis semanas' contestó.

Hermione dio la vuelta a la mesa para felicitarla, y tocó el hombro de Harry, éste la miró y se puso de pie. Ella sonreía como si fuera la persona más feliz del mundo.

'Estoy feliz por ti' dijo y le abrazó.

Harry inhaló el olor de su cabello, pensando que esa sería la última vez que podría hacerlo libremente. Hermione se apartó lentamente, y se hizo a un lado para dejar que Ron felicitara a su mejor amigo.

Lejos quedaba aquella tarde de hacía dos semanas, donde habían sabido sin la necesidad de decirlo, que se amaban; donde habían decidido que se marcharían, que lo dejarían todo; donde habían soñado que serían libres para estar el uno con el otro.

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Nota de la Autora: Me da a mí que no voy a poder escribir un final feliz para esta pareja nunca más. Por ahora me voy a dedicar a los fics de un solo capítulo. Espero que os haya gustado.

Saludos, Nami.