Chapter 1: PILOTO
Una vez más regreso de entre los muertos... casi literalmente.
Esta vez traigo el inicio de una historia, que si bien podría quedarse aquí o si les gusta la continúo. Sobre las historias anteriores las actualizaré más seguido, por lo pronto de continuar esta la actualizaré los viernes.
Disclaimer: Ninguno de los personajes que puedan ubicar me pertenecen, aquellos que no identifiquen son de mi autoría, la presente historia es un desvarío más para evadir mi responsabilidad al escribir algo serio.
Luego de releer este fic me he dado cuenta que dejé algunos detalles fuera. En esta reedición ampliaré y explicaré un poco más de este universo de los HÉROES DE JUGUETE, la razón de su existencia y la forma en la que sus vidas han cambiado.
Espero que les guste y no desesperen.
HÉROES DE JUGUETE.
I. LAMENTO DEL CONDENADO
Oh martirio de los desesperados, fuente del consuelo de los malditos., yo, un mortal sin valor alguno me inclino frente a tu grandeza y suplico con lágrimas de sangre por tu intervención.
Príncipe de la dulce pena, sollozando por tu auxilio ofrezco lo que me queda de humanidad, deseo la fuerza y la voluntad para terminar esta historia y tomar entre mis manos la sangre de mi enemigo.
Tu, que caíste presa del pecado único y original, permíteme beber del agua de la fuente mortal para lavar el sosiego que me produce el destino que se preparó cuando era un inocente y levantar mi mano en gloria de aquello que atormenta el corazón de los débiles y desprotegidos.
Mi alma a cambio de un trato.
II. MEMORIAS DE UN CONDENADO
Mi nombre es Harry James Potter, hijo de Lily y James Potter, héroes de guerra que se alzaron tres veces en contra del innombrable, soy el niño-que-vivió, el elegido por una profecía para vencer al mal de esta era, el chico dorado de Griffindor, campeón del torneo de los tres magos, mentiroso e indeseable número uno, soy el maldito fenómeno con magia que debió morir en Halloween.
Si estás leyendo esto es porque así lo he deseado, luego de mi muerte estas memorias se revelarán mostrando que el camino de una leyenda está saturado de buenas intenciones que me llevaron hasta lo más profundo del infierno. Si deseas continuar la lectura te recomiendo que busques un lugar cómodo, pues ni siquiera yo sé por dónde comenzar, pero si estoy seguro de algo, en ningún momento será sencillo leerlo.
Imagino que antes de soltar un soliloquio sobre mi historia debo ubicarte en el tiempo y espacio, en este momento tengo 16 años y he visto más de lo que desearía. Debo aclarar que esto lo escribo desde mi habitación en el número cuatro de Privet Drive, en casa de mis tíos, donde una vez más estoy encerrado sin posibilidad de salir. Yo, no sé cuánto tiempo más me mantendré con vida, si me soy sincero, jamás había tenido tanto miedo, no por mi, no por mis compañeros de guerra, quizá tampoco por mi familia o las personas que han colocado su esperanza sobre mis hombros, temo, más bien, por que la historia se repita y deje a otro desgraciado en mi lugar.
Como dije, estas son mis memorias, la historia de una vida que quedará inconclusa y será entregada a los dioses como ofrenda temporal para mantener a la oscuridad a raya. Te las entrego a ti, extraño, para que evites la existencia de otro cordero.
Todo inició hace 5 años, tal vez un poco más, realmente no quiero pensar en ello, pero si de algo estoy seguro es que antes de saber que era un mago mi vida tampoco fue fácil.
La carta de Hogwarts es, para muchos, el mejor momento de sus vidas. No mentiré, para mi, que jamás había visto a una lechuza entregar el correo, y que fueran estas las que desquiciaban a mi tío, fue fantástico. El simple pensamiento de que también a mi me podía pasar algo sorprendente era lo mejor, al fin alguien me iba a rescatar de un lugar donde no era querido. Hagrid, con su enorme tamaño se impuso frente a mis tíos y me mostró que la magia si existe. En medio de la impresión no pensé que era extraño que nadie me hubiera dicho nada antes. Pero fue después de regresar a un mundo del cual no conocía su existencia, de asombrarme con las posibilidades que se abrían frente a mis ojos al entrar por primera vez al callejón mágico y conseguir aquello que haría que mi vida dejara de ser la de "solo Harry" que creí con todo mi ser que finalmente sería libre, pero mi esperanza terminó cuando supe mi alias.
EL-NIÑO-QUE-VIVIÓ
Al parecer era un héroe, según lo que Hagrid me contó vencí a un señor oscuro, uno de los más malos, y quien casualmente acabó con mis padres, y no solo eso, también soy la única persona que recibió la maldición asesina y vivió para contarlo. En ese momento no tenía idea de cómo reaccionar, todo indicaba que mi pasado, mi vida, y lo que creí saber sobre mí era erróneo. Intenté por largos minutos poner orden a mis pensamientos y creencias, pero a cada segundo nueva información saturaba mi cabeza y una vez más regresaba al principio.
En ese punto me hice de una estrategia sencilla: dejaría que el destino guiara mi actuar, jugaría el papel que se decidió que tendría cuando aún era un bebé. Era lo mejor si no quería regresar a mi vida anterior, al menos de esa forma me aseguraba que sería recordado como algo más que un vulgar huérfano. Así fue como caminé con ciega fe hasta la estación e hice mis primeras alianzas en este mundo. No tardé en encontrarme frente a la magnífica puerta del que sería mi infierno personal, a mi izquierda se encontraba mi Virgilio, un personaje de una historia que leí tras ser encerrado en la alacena hace dos veranos y que mi tía no pareció echar de menos, aunque detrás de mi, no muy lejos estaba quien me ofreció su ayuda y simplemente rechacé, algo me dice que pude aceptarlo de haberle conocido cinco minutos antes.
Tras ser elegido para la casa del valor y bombardeado con preguntas indiscretas sobre mi identidad y la hazaña de la que fui protagonista, cierro los ojos y ruego, a quien sea el dios que me escucha, que tenga piedad de mi y del deseo egoísta que carcome mis entrañas de no ser reconocido por algo que no recuerdo.
Mi ruego no fue escuchado, lo sé, lo siento en la mirada penetrante de tres personas, una de ellas cargada de un odio que no creí posible, la otra con interés y la última con un brillo especial.
NO ENTRAR AL TERCER PISO
Soy un mago, no un adivino, pero puedo apostar mis más preciadas pertenencias a que ese anuncio no fue proclamado por nada, principalmente por la mirada brillante que juraría se posó sobre mi cicatriz.
Meses después sabría que tenía la razón.
Al parecer este mundo, del cual ahora soy parte, tiene un retorcido sentido del deber, o el poder que ostentan algunas personas es exagerado, en sus palabras. No solo he sorteado algunos obstáculos que pretendían frenar a un mago adulto y entrenado en las artes mágicas, también he visitado lugares que pondrían la piel de gallina al semi gigante del castillo, me he perdido en mis deseos y he sido incitado a vagar sin rumbo en un lugar con más años de los que deseo contar y con más trampas ocultas que las buenas intenciones de las personas con las que me crié.
Al despertar del tercer día comprendí que no solo había sido marcado por un asesino cuya sombra ha jurado borrarme del mapa, sino que fui marcado por quien me debía proteger para ser yo quien termine con una historia que no debió empezar. Estaba en medio de una guerra de la cual no sabía nada.
Había sido elegido como el paladín de la esperanza para un mundo del cual era ajeno a sus problemas de sangre y magia, y mi daño colateral sería absorbido por dos almas inocentes hasta donde supe, un chico que cometió el error de desear ser yo y una chica que moría por ser aceptada en esta sociedad retrógrada. Ambos fueros mis primeros amigos, las primeras personas con las que pude hablar de cualquier cosa, y a quienes defendería incluso a costa de mi propia vida.
Éramos juguetes a manos de quienes deseaban el poder y la fama, simples títeres con vida propia, manipulados por el interés de unos cuantos, forzados a tomar decisiones que cambiarían el semblante en nuestro rostro y opacaría nuestros ojos.
Quizá, si se presentara la oportunidad, cambiaría completamente el guión escrito a manos de un dios aburrido, tomaría las riendas de mi vida y bailaría la danza mortal de la batalla. Tal vez, si fuera lo suficientemente poderoso eliminaría a quienes me han condenado a una vida que jamás pedí, pero no lo soy, el encuentro en el ministerio me lo ha dejado totalmente en claro. No fue suficiente con ver morir a Cedric, también Sirius se ha ido y sé que ellos solo son el inicio de una larga lista de muertes en mi nombre.
Mi vida, mi libertad, nada de eso ya existe, afuera, quienes me protegen son las mismas personas que en su momento me lanzarán al frente. No quiero morir, no deseo convertirme en un recuerdo. Lo que ellos no saben es que tengo un plan que no pienso revelarles hasta que sea suficientemente tarde. Voy a cambiar esta locura, no seré su sacrificio hacia un dios en el que no creo.
Cambiar… *
*Del diario de Harry Potter.
Aquella noche una magia oscura y antigua despertó, la tierra se estremeció y llamó la atención de un grupo de personas que se mantenían en constante vigilancia afuera de la casa del héroe. Sin pensarlo ingresaron en la vivienda, buscaron al objeto de su esperanza pero fue inútil, el único vestigio que daba fe de lo ocurrido segundos antes fueron las cenizas de un viejo cuaderno muggle.
Bueno... He aquí el capítulo, espero que lo hayan disfrutado tanto como yo lo hice al escribirlo.
Lo escrito en cursivas al principio de la historia es un texto que encontré en una de mis libretas de escritura creativa... no tengo idea de qué estaba pensando ese día pero me dio pie para una historia.
Espero con ansias sus reviews.
Cariños
Leia Elric
