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-perfecto-estaba diciendo Emily admirando lo que acababa de hacer-tu deberías poder hacer eso.
-puedo hacerlo mejor-replique sonriéndole.
Emily puso los ojos en blanco, yo reí por lo bajo mientras que llevaba las cajas al deposito, salude a Tom con la mano y entre, olía a una mezcla de galletas caceras y flores recién cortadas.
-Bree, te ves muy linda hoy-dijo la señora Fray dejando lo que estaba haciendo para darle un abrazo.
Bree la soltó y con cuidado deposito las cajas en el piso, dedicándole una sonrisa de agradecimiento por el cumplido, aunque era claro que ella no estaba linda hoy, ni ningún otro día, últimamente los preparatorios para la graduación en la universidad, el trabajo y las constantes quejas de Emily sobre que vestido y parejas eran mejor para el baila; la había dejado agotada y cada vez que poseía tiempo libre lo empleaba en dormir y no en arreglarse.
Tome la lista donde la señora Fray solía anotar los nombres y las tareas de cada uno, aquella semana la señora había hecho muchas excepciones por ella por lo cual no deseaba protestar ahora que le había tocado a ella quedarse para limpiar y cerrar.
-¿nos vamos, mamá?-pregunto Tom entrando a la habitación.
La señora Fray concentrada en una nueva tarea levanto el dedo índice indicándole que se esperara. Tom suspiro.
-¿día difícil, eh?-le pregunte.
-demasiado, muchas cosas en que pensar-sonrió un poco para si- y dime… ¿piensas ir al baile?
-pues no es como si tenga otra opción-dije mientras firmaba la lista y la dejaba en su lugar-Emily me obligara a ir, lo quiera o no.
-siempre es bueno tener amigas tan buenas-dijo el con sarcasmo.
Reí, Tom conocía tan bien a Emily como yo misma, habíamos sido los tres mejores amigos desde los cuatro años y no podía decirse que Emily poseyera algo de paciencia.
-bueno, ¿no querías irte muchacho?-dijo la señora Fray subiendo las escaleras apresurada.
-adiós Bree-dijo Tom despidiéndose con la mano.
-adiós Bree-grito Emily desde arriba.
Tom sonrió un poco, parecía estar a punto de decir algo, pero se arrepintió y se fue, tal vez solo se le había olvidado.
Subí hasta la parte delantera del restaurante ya todas las sillas estaban sobre las mesas y el cartel de la puerta decía cerrado.
Sonreí era algo que mis amigos me habían dejado y no podía estar mas agradecida de tenerlos en este momento.
Tome un retazo de tela y lo mojo con un poco de agua para poder limpiar el mostrador donde se exponían los pasteles y panes que la señora Fray orneaba todos los días.
La campana de la puerta sonó cuando esta se abrió y entro un hombre vestido con una camisa negra y los jeans del mismo color, traía consigo un paraguas negro con el mango dorado, donde parecía haber una inscripción, pero a esta distancia Bree no podía ver nada.
-disculpe señor, estamos cerrados-dijo Bree con educación.
-oh lo lamento es que la vi aquí y como he viajado tanto tenia hambre y… sabe no tiene caso lo siento-dijo el hombre con voz profunda y suave.
Bree observo como se dirigía hacia la puerta y se mordió el labio por la indecisión, lo que estaba a punto de hacer era estúpido, no podía dejar que el se quedara en el restaurante estando ella sola y todo lo demás cerrado, pero aun sabiendo que era ilógico no pudo contenerse y hablo.
-no espere, ya que ha venido hasta aquí lo menos que puedo hacerle es prepararle algo-Bree dijo sonriendo mientras el hombre se giraba hacia ella- y mi mama siempre ha dicho que la comida es algo que no se puede negar.
El sonrió y se sentó enfrente de ella, entonces ella pudo verlo bien y se dio cuenta de que no era tan mayor como ella había pensado podía ser, uno o dos años mas grande que ella, y era lo que su amiga Emily catalogaría como un perfecto diez, ella miro lo delicado que era su rostro, sus largas pestañas, la sensual curva de la boca y los ojos verdes.
EL TIENE LOS OJOS VERDES.-fue lo que pensó.
-¿y que quiere pedir?-pregunto Bree esforzándose por mantener la calma.
-ummm-dijo poniéndose una mano en la barbilla-tal vez quiera algo que no este en el menú.
Ella sintió como su pulso comenzaba a acelerarse y la sangre se le subía a las mejillas.
-¿disculpe?-pregunto con voz estrangulada.
-no quiero nada del menú de hoy-dijo de nuevo como si no se percatase de la reacción que estaba creando en la chica-solo dame un café negro cargado y cualquier acompañamiento que se te ocurra.
-de acuerdo-dijo Bree-enseguida se lo traigo.
Sin decir más se retiro a la cocina, donde se apoyo contra el muro mientras trataba de controlar sus respiraciones.
-oh, por el amor de…, Bree tienes que calmarte, solo quería café, no lo pusieron en el menú de hoy, no es un asesino o un violador…aunque esa ultima…
Bree sacudió la cabeza alejando esos pensamientos, y preparo rápidamente un café, si mal lo recordaba el había dicho que cualquier acompañamiento que se le ocurriese, como ella no quería quedar mal, tomo cuatro de los mejores panecillos de la señora Fray, los cuatro que siempre dejaba para ella, los miro con tristeza, pero se dijo que el cliente siempre era lo mas importante.
Puso todo en una bandeja y tomo aire para armase de valor y salir.
El seguía ahí sentado en la misma silla, aun en la misma posición solo que había tomado uno de los periódicos que la señora Fray ponía para que los clientes leyeran y parecía estar muy interesado en un articulo.
-tome-dijo Bree poniendo la bandeja frente a el.
-gracias-dijo el sonriéndole.
Cálmate, Bree, Cálmate.
-¿desea algo más?-pregunto Bree limpiándose el sudor de las palmas de las manos en el pantalón.
Los ojos verdes del joven la miraron tan descarada y lentamente, haciendo que a Bree le temblaran un poco las rodillas.
-Oh, claro que si deseo algo más-dijo el con voz ronca y una sonrisa-¿Cómo te llamas?
-Bree-respondió la joven sin poder pensar con claridad-es decir Aubrey, pero todos me dicen Bree.
-bonito nombre-dijo dándole una cálida sonrisa, que no tenia nada que ver con la mirada anterior- Yo soy Harry Styles.
- Styles, ummm…-dijo ella llevándose un dedo a los labios pensativamente-me parece haber escuchado eso antes.
-tal vez en las revistas de moda, ya sabes el termino Style se usa mucho ahí-dijo el sonriéndole.
Ella se rio y negó con la cabeza, camino lentamente hacia la ventana y se dispuso a limpiar todo el gran cristal, mas para dejar a Harry comer que por hacer algo bien intencionado realmente.
Ella demoro mas de lo que había planeado, el cristal era mucho mas amplio de lo que había calculado, así que cuando iba a mitad de cristal había querido dejarlo, pero no iba tener sentido que lo hiciera, además aun no se sentía en condiciones de enfrentar a Harry.
-bien, Bree he terminado-dijo Harry desde la mesa.
- muy bien, déjelo ahí, lo limpiare cuando termine con el cristal.-dijo Bree sin girarse.
Se puso de puntas para alcanzar el lado mas alto de aquel cristal, cuando sintió como dos brazos la rodeaban por la cadera, y la estrechaba contra un cuerpo duro y caliente aun entre la ropa, Bree miro el cristal y vio el reflejo de Harry y ella, vio como el la miraba, y la estrecho aun mas fuerte contra el, hasta que ella sintió el frio metal de la hebilla de la correa de el, en la parte baja de su espalda, ella sintió como se le aceleraba el pulso y se le tensaban los músculos.
-hasta luego Bree-dijo el rozándole el oído con sus labios, luego fue dándole besos en toda la cuerva del cuello, hasta llegar donde el cuello se une con la piel de los hombros, donde le dio un ligero mordisco que hizo que Bree se mordiera los labios para no gemir.
-fue el placer conocerte-murmuro el y la soltó.
Y así de rápido como había llegado, abrió la puerta del restaurante y se fue.
