5 de Junio
El día de hoy me desperté por la mañana, más temprano de lo habitual y corrí a abrir mi ventana de par en par, permitiendo así que el aire fresco y húmedo de primavera entrara a mi habitación.
Estaba muy emocionada ya que hoy se celebraba el cumpleaños número once de mi primo y mejor amigo, Draco Malfoy, y me moría por darle mi regalo y por ver cuando recibiera su carta de Hogwarts. Sería la primera vez que viera una, ya que yo soy menor que él (Mi cumpleaños es el 31 de Octubre, así que no asistiré a Hogwarts hasta el año siguiente. Que envidia).
Apropósito, mi nombre es Meissa Lestrange, hija de Bellatrix y Rodolphus Lestrange, pero debido a ciertos inconvenientes (Mis padres están en Azkaban ahora mismo), vivo en casa de mis tíos, Lucius y Narcisa Malfoy, desde siempre.
Es por esto que mi primo Draco y yo nos hemos criado juntos.
Una vez el sol comenzó a salir, tía Narcisa y una elfa doméstica, Trixy, entraron a mi habitación.
_Tía Cissy, buenos días. _Dije sonriéndole. _Y buen día también, Trixy.
_Buenos días señorita Maisy. _Respondió la elfa llamándome por el apodo por el que Draco me llamaba últimamente.
_Buenos días querida ¿Qué tal dormiste? _Mi tía se adentró en mi armario y comenzó a escoger un vestido para mí.
_Estupendamente. ¿Draco ya despertó?
_Aun no, pensaba que querrías ir a despertarlo en mi lugar.
_ ¡Sí!
Tía Cissy me envió a asearme, luego me ayudó a ponerme un lindo vestido azul y cepilló mi cabello pelirrojo, adornándolo con una diadema.
Hace tiempo comencé a preguntar la razón de que mi cabello fuera pelirrojo cuando no conocía a nadie en la familia que lo tuviera de ese color. Tía Cissy me explicó entonces que de hecho hubo un tío abuelo del lado Black que lo tenía así, sin embargo, eso no acabó de convencerme del todo. Tiempo después, en una reunión familiar especialmente incomoda, pude conocer a tío Arthur y a algunos de sus hijos. Entonces la historia tuvo sentido para mí.
_Muy bien, tan linda como siempre. _Dijo mi tía enviándome fuera de la habitación mientras Trixy limpiaba.
_Gracias tía Cissy.
Tía Narcisa siempre es dulce conmigo y con Draco, a pesar de que con los demás es bastante fría, e incluso puede llegar a dar miedo. Me alegra mucho no ser parte del resto.
La habitación de mi primo estaba justo frente a la mía, así que crucé el pasillo y abrí la puerta lentamente. Aun dormía por lo cual comencé a sacudirlo.
_Draco, despierta… Despierta, feliz cumpleaños… ¿Draco?
Por más que zarandeaba a mi primo este no despertaba, así que me dirigí a correr las cortinas para abrir la ventana encontrándome con una preciosa lechuza blanca la cual traía una carta que tenía claramente el sello de Hogwarts. ¡Llegó!
_Draco ~. Tengo una cosita para ti ~. _Dije directamente en su oído.
_Mmm… déjame dormir un poco más, Maisy. _Dijo cubriéndose aún más con la manta de la cama.
_Está bien. Supongo que tendré que abrir la carta de Hogwarts por ti.
_ ¡¿Llegó?! _Mi primo bajó de la cama de golpe arrebatándome la carta. _ ¡Llegó!
_Hahaha, pues claro que llegó. La lechuza está ahí mismo ¡Ábrela!
_Espera. Si esa es mi lechuza y esta es mi carta ¿Qué hay con la lechuza que está ahí? _ Draco apuntó hacia una gran lechuza moteada sobre su escritorio.
Me acerqué a ella. Traía una carta de Hogwarts. Que extraño.
Volteé la carta mientras Draco me miraba con curiosidad
_ ¿Qué dice?
_Pone: "Señorita Meissa Lestrange
2º piso, tercera habitación a la izquierda
Mansión Malfoy
Wiltshire, Inglaterra."
_...
_... E-es… ¿Es una broma?
_ ¡Sorpresa! _Mis tíos aparecieron en la puerta de la habitación de Draco.
_Pensamos, _Comenzó tío Lucius siendo observado con reproche por tía Cissy. _bueno, Narcisa pensó, que ya que Meissa no entra a Hogwarts este año solo por dos meses podríamos "incentivar" al resto del consejo para que permitieran que ambos asistan a Hogwarts al mismo tiempo.
_ ¿Qué les parece?
_ ¡Eso suena genial! _Me sentía excesivamente emocionada. Nunca pensé que podría adelantar un año en Hogwarts. Estaba totalmente feliz.
_Te felicito por entrar también, Maisy. _Draco me tendió la mano la cual correspondí. Hacíamos eso siempre antes de un partido de Quidditch o cualquier otra actividad a la que nos enfrentáramos juntos.
_Gracias, Draco.
Mientras tanto, Dobby, otro elfo domestico de la mansión, había entrado para encargarse de la habitación de mi primo.
Una vez tendió la cama, Draco y yo nos tumbamos sobre esta, y leímos una y otra vez nuestras cartas, las que decían:
"COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA
Director: Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore.
Querido/a Sr. /Srta. Draco Malfoy / Meissa Lestrange
Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio.
Muy cordialmente,
Minerva McGonagall
Subdirectora
Uniforme
Los alumnos de primer año necesitarán:
Tres Túnicas sencillas de trabajo.
Un sombrero negro puntiagudo para uso diario.
Un par de guantes protectores.
Una capa de invierno.
Libros
Todos los alumnos deben tener un ejemplar de los siguientes libros:
El Libro Reglamentario de Hechizos Miranda Goshawk
Una Historia de la Magia, Bathilda Bagshot
Teoría Mágica, Adalbert Waffling
Guía de Transformaciones para principiantes, Emeric Switch
Mil Hierbas y hongos mágicos, Phyllida Spore
Filtros y Pociones Mágicas, Arsenius Jigger
Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos, Newt Scamander
Las Fuerzas Oscuras. Una guía para la autoprotección, Quentim Trimble
1 varita.
1 caldero de peltre número 2.
1 juego de redomas de vidrio o cristal.
1 telescopio.
1 balanza de latón.
Los alumnos también podrán traer una lechuza, un gato, una rata o un sapo.
SE RECUERDA A LOS PADRES QUE A LOS ALUMNOS DE PRIMER AÑO NO SE LES PERMITE TENER ESCOBAS PROPIAS"
_Me gustaría conseguir un sapo balear ¿Crees que tío Lucius y tía Cissy me dejen?
_Claro que sí. No es una petición irrazonable. Aunque… están algo pasados de moda ¿No?
_Lo sé. Preferiría un gato, pero dudo que tenga tiempo de cuidarlo. En cambio, podría llevar a mi sapo en un bolsillo de la túnica.
_Hahaha, muy propio de ti.
_ ¿Y tú?
_Mmm… supongo que una lechuza sería la mejor elección.
_ ¿Una lechuza blanca?
_Sip. Llevo algún tiempo pensándolo.
_Será mejor que consiga una lechuza también. Me ayudaría con la correspondencia.
_Acabarás comprando una rata a este ritmo.
_Hehe, una rata moteada no estaría nada mal.
_Eres increíble…
XXX
Después de hablar un rato dejé que Draco se arreglara y bajamos a desayunar. Una vez acabamos ambos enviamos nuestras respuestas a Hogwarts.
Por la tarde los preparativos para la fiesta de cumpleaños estaban listos y los invitados comenzaron a llegar.
Los amigos de mis tíos nos felicitaron a ambos por entrar a Hogwarts y, el señor Goyle y el señor Crabbe, empujaron a sus hijos junto a nosotros para que jugáramos, lo cual intentamos, sin embargo, ambos eran unos completos idiotas, por lo que los dejamos junto a una mesa con canapés y desaparecimos de allí.
_Draco, quiero darte mi regalo. _Dije cogiéndolo de la mano y comenzando a correr hacia el jardín.
_Meissa, no debemos correr dentro de la mansión. Mamá va a enfadarse si nos ve.
_Tranquilo, la puerta está ahí mismo.
Salimos al jardín y corrimos entre los pavos reales, adentrándonos en un pequeño jardín con una fuente al centro. Al fondo de este, entre los rosales, había una puerta dorada.
_Por aquí. _Dije guiándolo hacia la puerta. _ Tú primero.
Draco entró y se quedó de piedra.
_ ¿Te gusta?
_ Mucho.
Ante nosotros se encontraba una nueva parte del jardín que yo había creado (Con ayuda de Trixy y Dobby, claro).
En el centro había una bella fuente donde se encontraban varios caballitos de mar voladores jugueteando. Alrededor se podían apreciar algunos diricawls (O dodos como los conocen los muggles) corriendo de un lado para otro. A los costados había mandado plantar cerezos de eterna floración rosas y celestes, los cuales perfumaban el aire.
_Gracias Maisy. _ Mi primo me abrazó.
_Sabía que te gustaría. _Correspondí su abrazo y luego comenzamos a caminar.
A mi primo siempre le habían fascinado los animales, incluso si lo ocultaba un poco ya que el ser visto abrazando a un gatito en público podría no dar la impresión que debe proyectar el heredero de la casa Malfoy. Sin embargo, ahora podría hacerlo en la intimidad de este jardín.
Lo llevé hasta una banca de madera en la cual había un gran paquete.
_Y aún falta lo mejor. Ábrelo_ Le dije sonriendo.
Una vez lo abrió, un perrito saltó a sus brazos.
_Wow ¿Es…?
_Un crup albino.
Efectivamente, el cachorro de dos colas era completamente blanco.
_ ¿Cómo vas a llamarlo?
_ Te llamaré Duke.
Al decir eso, la placa mágica que le había puesto anteriormente fue grabada con su nombre y los datos de Draco por detrás.
_Esto es fantástico, pero deberíamos volver ya.
_Si, tienes razón.
_Vamos Duke.
_Woof.
_ ¿Vas a llevarlo a casa?
_Pues claro. Después de todo es digno de mi tener un perro tan magnifico como este.
_Ya veo. _Sonreí. Me alegró que le gustara tanto.
Una vez en casa Draco les informó a mis tíos que desde ahora teníamos un crup, con lo cual no parecían emocionados, pero tampoco molestos.
La fiesta dio paso a una cena preparada por Dobby y Trixy, la cual estaba deliciosa. Al finalizar, los niños fueron enviados a sus casas, escoltados por sus elfos domésticos, mientras que los adultos hablaban de negocios.
Por nuestra parte, Draco y yo subimos a su habitación ya que había dicho que tenía algo para mí.
_Ten. _Dijo dándome una pequeña cajita.
_Gracias, pero, se supone que es tu cumpleaños, no el mío.
_Solo ábrelo ¿Quieres?
Lo hice. Dentro se encontraba un pequeño monedero, así que miré a Draco con curiosidad.
_Esta hecho de piel de moke, lo cual no me hace muy feliz, pero, te será útil en Hogwarts. También conseguí un bolso de mano del mismo material. Así no perderás tus cosas. Iba a dártelos por tu cumpleaños, pero será mejor que los tengas ahora.
_Gracias Draco. Es perfecto.
Abracé a mi primo, quien luego me entregó el bolso, por lo cual volví a abrazarlo y nos despedimos para ir a dormir.
Este va a ser un año fantástico, lo sé.
XXX
31 de Julio
Ya han pasado casi dos meses desde que Draco y yo recibimos nuestras cartas de Hogwarts y al fin hoy fuimos al callejón Diagon a conseguirlo todo.
No habíamos ido antes debido a que durante todo Junio el padrino de Draco, Severus Snape, había estado impartiéndonos clases de magia, como había hecho desde siempre durante las vacaciones. Él es realmente estricto cuando nos enseña, sin embargo, una vez la clase acaba es el mejor tío que cualquiera pudiera desear. Incluso, una vez acabó Junio, tío Sev nos llevó a Draco y a mí de vacaciones al "Campo de Hadas" en Escocia.
Los muggles no lo saben, pero, en ese lugar, si sabes a que colina entrar, realmente hay hadas.
Estuvimos allí dos semanas, y luego usamos un traslador hasta los "Acantilados del Mar" en Francia, donde tía Cissy y tío Lucius nos esperaban para continuar nuestras vacaciones, las cuales acabaron ayer, ya que debíamos volver a casa para ir de compras al callejón Diagon hoy.
_ ¡Draco! ¡¿Estás listo?!_ Grité por decimotercera vez golpeando la puerta de su habitación.
_ ¡Ya voy, ya voy! _Mi primo abrió la puerta de golpe con cara de enfado. _Por las barbas de Merlín, Maisy ¿No puedes calmarte un poco? Te comportas como una muggle acelerada.
_Repite eso y asistirás a Hogwarts con el cabello azul neón, Draco. _Dije poniéndome muy seria de pronto, ante lo cual mi primo alzó sus manos para apaciguarme.
_Está bien, está bien. Lo retiro. Pero en serio, estas demasiado emocionada prima. Ya hemos estado en el callejón Diagon antes.
_Lo sé, pero, no es lo mismo. Siempre vamos a la tienda de animales mágicos y a las tiendas de golosina, librerías y boutiques, pero ahora podremos comprar algo que nunca hemos tenido antes.
_Nuestras varitas. _Al decirlo los ojos de mi primo brillaron y sonrió.
_Exacto. _Ante aquella idea comencé a sonreír también. Me preguntaba como serian nuestras varitas. Que nervios.
Bajamos las escaleras bromeando y envueltos en una risa contagiosa, con lo cual tía Cissy, tío Lucius y tío Sev sonrieron.
_ ¿Están listos niños? _Ambos asentimos a tía Cissy. _Bien, nos iremos cuando acabemos el desayuno.
Y eso hicimos, aunque lamentablemente tardamos más de lo necesario, ya que comimos tan rápido mientras nos reíamos, que Draco se atragantó y a mí me dio hipo, lo cual provocó que algunos jarrones explotaran cuando el tocia y que comenzaran a salirme burbujas de colores por la boca al hipar.
XXX
Una vez llegamos al callejón Diagon nos dirigimos a la tienda de Madame Malkin, quien es una bruja amable que ama llevar túnicas de diversos colores. La de hoy era color malva.
_Buenos días Madame Malkin. _Tía Cissy entró con nosotros mientras tío Lucius y tío Sev se dirigían al Caldero Chorreante, para reunirse con alguien.
_Buenos días, Narcisa, querida. ¿Vienes por una túnica nueva?
_En realidad…_ Mi tía dirigió su mirada hacia nosotros.
_Oh, entiendo. ¿Van a Hogwarts, queridos?
Ambos asentimos sonrientes. Luego de saludarla, Madame Malkin nos guio a ambos hacia los escabeles, donde dos brujas nos pusieron un par de túnicas negras y comenzaron a colocar alfileres para marcar el largo apropiado.
_Me gustaría tener una túnica azul también con estrellas de plata bordadas en los bordes.
_Parecerás una Ravenclaw. _Criticó Draco.
_Bueno, una verde entonces. O lavanda. ¿Quizá podrían ser reversibles? _Dije mirando inquisitivamente a tía Cissy, quien a su vez miró de igual manera a Madame Malkin.
_Si usted está de acuerdo, no veo por qué no.
_ ¡Genial!
_En ese caso, yo también quiero una. Roja con detalles plateados quizá.
_Si fueran dorados parecerías un Gryffindor. _Dije comenzando a reír.
_ ¡Retira eso!
_ ¡Jamás!
Justo antes de que comenzáramos a discutir por los colores alguien entró a la tienda.
_ ¿Hogwarts, guapo? _Oí decir a Madame Malkin. _Tengo muchos aquí... En realidad, tengo a dos muchachos ahora mismo.
En un momento, Madame Malkin volvió junto a nosotros trayendo consigo a un chico pelinegro y de piel clara. Guio al niño hasta el escabel junto a Draco y comenzó a medirle la túnica ella misma.
_Hola. _Saludo Draco. _ ¿También Hogwarts?
_Sí. _El chico parecía algo incómodo. Pensé que quizá nunca antes le habían hecho una túnica a medida.
_Mi padre está en el Caldero Chorreante junto a mi padrino por negocios. Mi madre está por aquí mirando las túnicas. Y esta_ Draco se apartó permitiendo que viera mejor al chico, quien tenía unos brillantes ojos verdes, como los míos, tras un par de gafas. _es mi prima.
_Un placer, soy Meissa Lestrange.
_Ah, por cierto, soy Draco. Draco Malfoy.
_Soy Harry. Harry Potter.
Draco y yo nos miramos un momento y luego volteamos a ver al chico pelinegro que decía ser Harry Potter.
_ ¿De verdad eres Harry Potter? _Preguntamos a la vez.
_Lo soy.
_Vaya. Y… ¿Dónde has estado desde… ya sabes? _Pregunté.
_ ¿Es verdad que has estado en el mundo muggle?
_Sí, he estado allí viviendo con mis tíos.
_Ah, entiendo. ¿Son del lado de los Potter? _Indagué.
_No, son la hermana de mi madre y su esposo.
_Creía que tu madre era la única bruja en la familia. _Draco miró a Harry inquisitivo.
_Así es.
_ ¿Has… has vivido con muggles todo este tiempo? _Preguntó mi primo.
Harry asintió y ambos lo miramos con desconcierto y preocupación.
_Pobre, debió ser duro. _Draco estiró una mano, apoyándola en el hombro de Harry.
_N-no necesito que sientan lastima por mí.
_Nos preocupamos.
_Apenas me conocen ¿Por qué les preocuparía?
_Ah, claro. No debe saberlo, Draco.
_ ¿El qué? _Parecía que el chico no podía decidir si se encontraba molesto o intrigado.
_Veras, tu bisabuela, Dorea Potter, de soltera Black, era la hermana mayor de nuestro bisabuelo, Pollux Black.
_En resumen _Continuó Draco al ver que Harry nos miraba confundido. _eres nuestro primo.
_ ¿Cómo? _Los ojos verdes del chico destellaron.
_Si, tío Lucius y tía Narcisa te buscaron cuando supieron lo… lo de tus padres.
_Así es, pero Dumbledore dijo que estarías seguro entre los muggles y pidió que no te buscaran, por tu seguridad.
_Pero creíamos que estarías con una familia de magos.
_Deja que se lo cuente a mamá. _Draco comenzó a buscarla con la mirada, pero en cambio vio algo que pareció sorprenderlo así que miré también. _ ¡Oye, mira a ese hombre!
_Ése es Hagrid. Trabaja en Hogwarts.
_Oh, he oído hablar de él. Es una especie de sirviente, ¿No?
_Es el guardabosque. _Harry pareció molestarse nuevamente. En serio parecía que Draco podía irritarlo con facilidad.
_Draco se refería a que él presta asistencia en Hogwarts. No me parece algo por lo cual molestarse
_Bueno, quizá tienes razón. _El chico se ruborizó un poco, avergonzado supongo. _De todas maneras, yo creo que es estupendo.
_Ya está listo lo tuyo, guapo. _Dijo Madame Malkin, ante lo cual Harry bajó del escabel.
_Espéranos un momento ¿Quieres? Podríamos ir de compras juntos. _Dije sonriendo.
_Eso. Pero ya que Hagrid te está esperando deberías ir con él. _Completó Draco. _Ya sabes, por el helado.
_Tienen razón, los veo fuera.
Una vez acabamos, corrimos a contarle a tía Cissy lo que había ocurrido y los tres salimos de la tienda apresuradamente.
XXX
Pov Harry
_ ¡Harry, cariño! _Una mujer rubia vestida con una túnica blanca se apresuró hacia mí y me abrazó, lo cual provocó que manchara su túnica con gran parte de mi helado de chocolate y frambuesa.
_Lo siento.
_No te preocupes tesoro. _La mujer frunció el ceño y con un movimiento de varita la mancha desapareció.
_Increíble.
_Oh, solo es un hechizo de nada. _Me dijo sonriendo. _Más importante ¿Cómo has estado Harry?
_Bueno, yo… _ ¿Cómo había estado?
_Mis pequeños me han contado que has tenido que vivir con muggles todo este tiempo. _La mujer parecía realmente escandalizada por aquello.
_Ah, sí. Mis tíos y mi primo.
_Dumbledore nos aseguró a Lucius y a mí que estarías a salvo, pero estas tan pálido y delgado... Seguro no has estado comiendo bien ¡Esto lo va a saber el ministro!
La mujer continuó su monologo sobre lo incompetente que había sido el tal Dumbledore, lo preocupada que estaba y lo mal que lo iban a pasar en el ministerio por haber roto a su familia.
_Señora Narcisa, debería calmarse.
_ ¿Hagrid? _La mujer hiso una mueca de asco. Quizá ellos no se llevaban demasiado bien. _ Lo siento, con todo esto no había notado que estabas aquí.
_Si, bueno. Dumbledore me ha encargado que acompañe al chico durante sus compras.
_Oh, ya veo. _La mujer pareció meditar un momento. _Sin embargo, ahora que nos hemos encontrado, Harry podría venir con nosotros. Después de todo, estamos aquí por las mismas razones.
_Pues, no se… _Podía ver a Hagrid indeciso por lo que sugería la mujer, pero antes de que pudiera decir nada el chico rubio me dio la mano.
_Yo creo que es una idea estupenda, mamá.
_Yo también lo creo, tía Cissy. _La chica pelirroja tomó mi otra mano y empezaron a caminar llevándome con ellos.
Debería molestarme, pero no lo hiso. Tendría que aprenderme sus nombres pronto.
Pude ver como Hagrid se despedía de mí con una sonrisa mientras la mujer rubia nos alcanzaba, así que le sonreí también.
_Entonces… ¿Es usted mi tía? _ Pregunté una vez la mujer estuvo a nuestro lado.
_Así es, soy Narcisa Malfoy, pero puedes llamarme tía Cissy como hace Maisy.
_ ¿Maisy?
_Soy yo. _Dijo la niña pelirroja sonriendo. _Mi nombre es Meissa, pero todos me llaman Maisy. Tú también puedes hacerlo, primo.
Me sonrojé. No porque me gustara ni nada de eso. Es solo que nadie nunca me había llamado primo con tanto cariño y menos sin apenas conocerme. Después de todo Dudley me trata más como un saco de boxeo que como un familiar.
De pronto llegamos a una pequeña plaza donde mi nueva tía nos dejó diciendo que iría a por su marido al Caldero Chorreante.
_Supongo que no tienes escoba propia. _Comentó el chico rubio… Draco, tomando asiento en una banca.
_No._ Respondí sentándome junto a él.
_Ni has de saber que es el quidditch. _Le siguió Maisy sentándose del otro lado de Draco.
_No._ Me estaba comenzando a sentir como un idiota.
_Nosotros jugamos. Papá dice que sería un crimen que no me eligieran para jugar por mi casa, y la verdad es que estoy de acuerdo.
_ ¿Ya sabes en qué casa vas a estar?
_No _ Cada vez me sentía más tonto.
_Bueno, nadie lo sabrá realmente hasta que lleguemos allí, pero yo sé que seré de Slytherin, porque toda mi familia fue de allí. ¿Te imaginas estar en Hufflepuff? Yo creo que me iría, ¿no te parece?
_Oh, vamos. Los Hufflepuff son adorables, pero por supuesto estaré en Slytherin también, después de todo, mis padres estuvieron allí.
_Mmm… Supongo que mis padres también estuvieron en Slytherin.
Mis nuevos primos se miraron un momento y entonces Maisy habló.
_Tengo entendido que estuvieron en Gryffindor en realidad. _Dijo haciendo un gesto de desagrado.
_Es una casa horrible. _Draco parecía disgustado también.
_No es que sea mala, es solo que la mayoría en esa casa son muy… impulsivos.
_Dirás idiotas.
_Se caracterizan por ser valientes, pero hacen las cosas sin pensar y acaban dejándolo todo peor casi siempre.
_Entiendo…_Escuchando aquello me pregunté cómo serían mis padres y si habrían muerto por actuar sin cuidado.
_Pero no te preocupes, seguro entraras en Slytherin, como nosotros. _Draco apoyó una mano en mi espalda para consolarme. Eso se sintió cálido.
_Incluso si acabas en la casa de tus padres, seguiremos siendo amigos ¿Verdad? _Maisy me miró con preocupación. _ Es decir, se sabe que esas casas no se llevan nada bien, pero aun así…
_ Espera ¿Somos amigos? _Pregunté con algo de sorpresa.
_Al menos yo espero que sí, aunque no es que me importe del todo. _ Draco desvió la mirada sonrojado.
Me estiré para ver a Maisy y noté que miraba al suelo.
No quería hacer que dudaran de nuestra amistad, es solo que nunca había tenido amigos. No me esperaba que lo fuéramos. No tan rápido, al menos.
_I-incluso si me escogen para otra casa, me gustaría que siempre seamos amigos.
Ambos parecieron animarse. Supongo que estaban tan preocupados como yo.
_Siempre. _Repetimos los tres uniendo nuestras manos.
Justo en ese momento, tía Cissy volvió junto a nosotros acompañada de un hombre rubio y un hombre pelinegro que me resultaba extrañamente familiar.
_Mira cuanto has crecido muchacho. _Habló el pelinegro. _ La última vez que te vi tan solo tenías un año… Si hubiera sabido… Siento mucho lo de tu madre.
_No te culpes Severus. _El hombre rubio intentó consolarlo. _ Ninguno sabía que Dumbledore haría esto. Hicimos mal en confiar en él. Por cierto, soy Lucius Malfoy, tu tío. Es un gusto poder verte al fin, Harry. _Dijo tendiéndome la mano, por lo cual me puse de pie y correspondí el gesto.
_Y yo soy Severus Snape. Tu madre y yo éramos buenos amigos.
_ ¿De verdad? _Eso me sorprendió. Nunca había sabido nada de mis padres. Esta era mi oportunidad. _Podría… ¿Podría hablarme de ella?
_Será un placer muchacho.
Pasamos el resto del día yendo de tienda en tienda, mientras todos me ponían al día sobre el mundo mágico.
Primero fuimos a por helados para todos cuando les conté que aquel día era mi cumpleaños (Fue bueno, ya que el que Hagrid compró para mi había acabado en la túnica de mi tía en lugar de en mi boca).
Draco sugirió que probara el helado de chocolate con chispas explosivas, el cual fue alucinante. Por su parte, él y Maisy, habían pedido helados de pistacho con centro de goma de mascar eterna, por lo cual al salir de la heladería compitieron por ver quien hacia el globo más grande y luego los dejaron irse flotando.
Después entramos a una tienda a por pergaminos y plumas, donde pude conseguir un frasco de tinta que cambiaba de color al escribir. Draco se obsesionó con tener una pluma que escribía por sí misma y me arrastró con él para escoger la que mejor combinaba con su cabello, mientras que nuestra prima se adentró en la tienda en busca de algo. Poco después regresó con un libro rosa y detalles dorados.
_Escribe todo lo que te ocurre durante el día, lo que piensas y la lista de deberes pendientes. Es realmente útil. _Dijo sonriendo alegre.
Al final acabé escogiendo una pluma de búho gris para Draco, ya que, como le dije, combinaba con sus ojos.
Mientras caminábamos a Flourish y Blotts, una tienda de libros, los chicos comenzaron a explicarme que es el quidditch y como se juega.
_En lo que resta de vacaciones puedo enseñarte Harry. _Dijo tía Narcisa.
_No creo que los Dursley estén muy felices con eso.
_ ¿Los Dursley? ¿Te refieres a la familia muggle con la que has vivido? _Asentí. _ Cielo, no creerás que dejaremos que sigas viviendo allí ¿O sí?
_ ¿No?
_Pues claro que no._ Intervino tío Lucius. _ Quizá si por algunos días más, sin embargo, en cuanto hayamos arreglado todo en el ministerio vendrás a vivir con nosotros.
_ ¿De verdad? _No me lo podía creer. ¿De verdad esto estaba pasando?
_Ah, pero no creas que todo será coser y cantar, jovencito. _Tío Severus me miró seriamente. Me habían explicado que él era maestro de pociones en Hogwarts pero que también era el tutor de mis primos durante las vacaciones. El resto del tiempo tía Narcisa se encargaba. _Tengo mucho que enseñarte antes de que comience el curso en Hogwarts.
_Estoy deseando aprender. _Dije con impaciencia. Realmente deseaba saber más de todo esto.
Una vez en la librería pude ver que los estantes estaban llenos de libros hasta el techo. Algunos estaban forrados en piel, otros eran pequeños como un sello, con tapas de seda, otros estaban llenos de símbolos raros y unos pocos no tenían nada impreso en sus páginas.
Hasta Dudley, que nunca leía nada, habría deseado tener alguno de aquellos libros. Pensando en mi odioso primo cogí un tomo de "Hechizos y Contra hechizos" el cual decía más abajo "Encante a sus amigos y confunda a sus enemigos con las más recientes venganzas: Pérdida de Cabello, Piernas de Mantequilla, Lengua Atada y más, mucho más. Escrito por el profesor Vindictus Viridian".
_Gran elección Harry. _ Dijo Maisy acercándose con una pila de libros.
_ ¿A quién planeas hechizar? _Preguntó Draco apareciendo tras ella con más libros aún.
_Estaba tratando de averiguar cómo hechizar a Dudley, mi primo muggle.
_ ¡Oh~! ¡Gran idea! Podrías hacer que su piel sea verde y morada. _Mi prima dejó los libros sobre una mesa y comenzó a buscar en la repisa junto a mí.
_ ¡O que los dientes y las uñas se le caigan! _Draco la imitó comenzando a buscar del otro lado.
_No diré que es una mala idea, _Tío Severus apareció tras nosotros. _ pero está prohibido utilizar magia en el mundo muggle. _Y tras decir aquello me arrebató el libro y lo puso en su lugar, para luego coger otro. _ Sin embargo este podría resultarte más útil. _Dijo entregándome un tomo que ponía "Magia silenciosa para principiantes", para luego sonreír de modo cómplice y retirarse.
Luego mis primos me explicaron que si no pronunciaba palabras al hechizar podía declarar lo que sea que hiciera como magia accidental luego, lo cual resultaba claramente útil.
Salimos de la tienda una hora después con los libros necesarios para las clases, además de varias novelas, herbolarios, bestiarios y grimorios que Maisy, Draco y yo habíamos comprado.
Seguido a esto fuimos a por nuestros calderos, balanzas y telescopios, y después nos dirigimos a una droguería verdaderamente fascinante. Tanto como para hacerte olvidar el horrible hedor que había dentro. Algo así como una mezcla de huevos pasados y repollo podrido.
Desde la pared hasta el techo pude divisar raíces secas, polvos brillantes, manojos de plumas, colmillos y garras ¡Incluso había cuernos de unicornio a la venta!
Tío Severus se encargó de solicitarle al vendedor lo necesario para su clase, además de algunas cosas extras para ponerme al día.
Cuando salimos de la tienda nos dirigimos al "Emporio de la Lechuza". Era un sitio oscuro y lleno de ojos brillantes, susurros y aleteos.
Allí nos encontramos a Hagrid, quien apareció con una gran jaula la cual en su interior portaba una hermosa lechuza blanca, medio dormida.
_Ten Harry, feliz cumpleaños. _Dijo sonriendo.
_Muchas gracias Hagrid, no tenías por qué hacerlo.
_Lo sé, pero quería.
_En serio muchas gracias.
_Ni lo menciones _Hagrid dejó de sonreír y dijo con aspereza. _No creo que los Dursley te hagan muchos regalos.
_ ¿Puedo verla? _Draco se acercó con curiosidad.
_Es muy bonita. ¿Cómo vas a llamarla? _Maisy se acercó por el otro lado.
_Aun no lo sé. Creo que lo decidiré luego.
Después de eso mis primos entraron a conseguir lechuzas para ellos y tras una media hora ambos salieron con jaulas similares a la mía y dos bonitas lechuzas.
_La mía es una Lechuza de los Campanarios, la llamare Selenia. Había querido una de estas desde hace mucho. _Draco me enseñó su lechuza emocionado. Esta dormía al igual que la mía.
_Esta es un Cárabo Norteamericano. _Dijo Maisy mostrándome a la lechuza la cual extrañamente miraba hacia todos lados. _No esperaba que tuvieran uno aquí. La llamaré Wisdom.
_ ¿Qué clase de lechuza es la mía Hagrid?
_Un búho de las nieves. Te será muy útil en invierno. _Dijo con orgullo.
_Le encontrare un nombre adecuado.
_ ¿Han ido ya a Ollivander?
_Nos dirigíamos allí ahora mismo. _ Dijo tío Lucius acercándose.
_Entonces vamos. Muero de curiosidad por ver cómo es la varita del chico.
Tía Cissy murmuro algo que sonó como "Lo que sea", y comenzamos a caminar hacia la tienda de varitas. Llevaba todo el día esperando por esto, y por los saltitos mal disimulados que daban mis primos parecía que ellos llevaban esperando mucho más.
XXX
Pov Draco
La tienda del señor Ollivander era estrecha, desaliñada y algo desastrosa, sin embargo, había oído que, hacia las mejores varitas de Inglaterra, así que entré siguiendo a mis padres junto a Maisy y Harry.
Se me hacía extraño tener otro primo así, de pronto, pero no era algo que me disgustara. Era agradable tener a otro chico con el que hablar. Después de todo, siempre habíamos sido Maisy y yo, y solo veíamos a otros chicos en nuestros cumpleaños. Y no eran niños muy interesantes que digamos.
En el polvoriento escaparate, sobre un cojín de desteñido color púrpura, había una varita.
El tal Hagrid se sentó en una pequeña silla mientras los demás nos dirigimos hacia el mostrador en completo silencio.
_Buenas tardes. _Un anciano de grandes ojos apareció frente a nosotros provocando que me sobresaltara. Oí un crujido. Al parecer Hagrid también se había sorprendido. Incluso aunque se vestía con ese horrible abrigo, no parecía ser un mal hombre.
_Buenos días señor Ollivander. _Mi madre le sonrió al hombre.
_Narcisa, querida. ¿Cómo has estado? Aun conservas tu varita ¿No es así? Veintisiete centímetros, cabello de unicornio, de acacia. Una varita temperamental. Con clase.
_Aun la tengo. _Mi madre acarició su varita con un brillo en los ojos y mi padre se aclaró la garganta.
_ ¡Lucius! Treintaiun centímetro, olmo, nervio de corazón de dragón. Una varita poderosa, como olvidarla.
_Hemos venido a por las varitas de los niños, señor Ollivander. _Habló mi madre.
_Por supuesto, por supuesto. Ah, sí. Draco Malfoy y Harry Potter, pensaba que los vería pronto. Tienes los ojos de tu padre. _Dijo dirigiéndose a mí. Luego miró a mi primo. _Y tú de tu madre. _Por último miró a Maisy con curiosidad. _Meissa Lestrange… ¿No eres demasiado joven aun, querida?
_Me han dejado entrar antes a Hogwarts, señor.
_Ah, debes ser una brujita extraordinaria entonces. Es extraño, no te pareces en nada a tus padres.
Vi a mi prima palidecer. Ella siempre había mostrado preocupación por este hecho. Nunca había visto a sus padres además de en fotografías, debido a que se encontraban en Azkaban, un lugar que no era para niños, por lo cual siempre le había preocupado que se decepcionaran de ella cuando los conociera.
_ ¿Dijo que había conocido a la madre de Harry? _Dije intentando desviar la atención de Maisy y aprovechando de satisfacer la curiosidad de mi primo por sus padres.
_Si, sí. Parece que fue ayer el día en que ella vino aquí, a comprar su primera varita. Veintiséis centímetros de largo, elástica, de sauce. Una preciosa varita para encantamientos.
El señor Ollivander se acercó a Harry sin siquiera parpadear. Me estaba comenzando a hacer sentir incómodo.
_Tu padre, por otra parte, prefirió una varita de caoba. Veintiocho centímetros y medio. Flexible. Un poquito más poderosa y excelente para transformaciones. Bueno, he dicho que tu padre la prefirió, pero en realidad es la varita la que elige al mago.
El señor Ollivander estaba tan cerca de Harry que casi estaban nariz contra nariz, así que jalé a mi primo hacia mí con algo de molestia. Sin embargo, el hombre volvió a acercarse y tocó una cicatriz en la frente de Harry que hasta ahora no había notado. Entonces volvió a enderezarse y sonrió con pesar. Que hombre más extraño.
_Lamento decir que yo vendí la varita que hizo eso. Treinta y cuatro centímetros y cuarto. Una varita poderosa, muy poderosa, y en las manos equivocadas... Bueno, si hubiera sabido lo que esa varita iba a hacer en el mundo..._ El hombre negó con la cabeza y entonces miró a Hagrid.
_ ¡Rubeus! ¡Rubeus Hagrid! Me alegro de verlo otra vez... Roble, cuarenta centímetros y medio, flexible... ¿Era así?
_Así era, sí, señor.
Este hombre no parecía prestar real atención a nada que no fueran las varitas. Además, desvariaba un poco. Miré a mis primos, ambos parecían estar envueltos en sus propios pensamientos con un aire depresivo. Este hombre no me gustaba nada.
_Buena varita. Pero supongo que la partieron en dos cuando lo expulsaron.
Aquí vamos de nuevo, ahora planea deprimir al pobre Hagrid.
_Eh..., sí, eso hicieron, sí. Sin embargo, todavía tengo los pedazos.
Eso ultimo pareció animar al gran hombre.
_Pero no los utiliza, ¿verdad?
_Creo que no es momento para esto señor Ollivander, no tenemos toda la tarde. Los chicos tienen un horario para irse a la cama ¿Sabe? _Dijo tío Sev haciéndose notar.
_Severus Snape, que sorpresa. _Hagrid se relajó al ver que su atención ya no estaba sobre él. _ Treinta centímetros, rígida, pino negro y fibras de corazón de dragón. Muy útil en artes oscuras.
_Si, sí. Ahora ¿Podríamos encontrar una varita para los niños antes de la hora de cenar?
_Claro, claro. Déjenme ver. _Sacó de su bolsillo una cinta métrica, con marcas plateadas. _ ¿Con qué brazo cogen la varita?
_Eh... bien, soy diestro _Respondió Harry.
_Con la derecha. _Dije yo.
_También soy diestra. _Completo Maisy.
_Extiendan su brazo. Eso es.
De pronto, la cinta se dividió en tres y comenzaron a medirnos del hombro al dedo, luego de la muñeca al codo, del hombro al suelo, de la rodilla a la axila y alrededor de nuestras cabezas.
_Cada varita Ollivander tiene un núcleo central de una poderosa sustancia mágica. Aquí utilizamos pelos de unicornio, plumas de cola de fénix y nervios de corazón de dragón. No hay dos varitas Ollivander iguales, como no hay dos unicornios, dragones o aves fénix iguales. Y, por supuesto, nunca obtendrán tan buenos resultados con la varita de otro mago, niños.
El señor Ollivander estaba revoloteando entre los estantes, sacando caja tras caja.
_Esto ya está. _Al decir aquello las cintas métricas se enrollaron en el suelo. El señor Ollivander puso una caja frente a cada uno _Bien niños, prueben esas. Madera de haya y nervios de corazón de dragón. Veintitrés centímetros. Bonita y flexible; Arce y pluma de fénix. Diecisiete centímetros y cuarto. Muy elástica; Ébano y pelo de unicornio, veintiún centímetros y medio. Elástica. Vamos, vamos, agítenlas.
Estuvimos agitando y agitando varitas sin resultados, las cuales aumentaban por momentos.
De pronto pude sentir el calor extenderse por mi cuerpo. Era como si mi magia se acelerara y se dirigiera hacia la varita, la cual comenzó a soltar chispas azules y verdes.
Los adultos comenzaron a aplaudir.
_Maravilloso, 25 centímetros, razonablemente flexible, madera de espino y núcleo de cabello de unicornio. Ideal para magia curativa.
No podía parar de sonreír, me encantaba mi nueva varita. Sin embargo, el señor Ollivander me la arrebató para embalarla.
Retrocedí junto a mis padres mientras mis primos continuaban agitando y agitando varitas.
_Valla. Qué clientes más difíciles ¿No? Pero no se preocupen, encontraremos a su pareja perfecta por aquí, en algún lado. Me pregunto... sí, por qué no, una combinación poco usual, acebo y pluma de fénix, veintiocho centímetros, bonita y flexible.
Cuando Harry agitó la varita una corriente de chispas rojas y doradas estallaron en la punta como fuegos artificiales. Todos aplaudimos.
_ ¡Oh, bravo! Oh, sí, oh, muy bien. Bien, bien, bien... Qué curioso... Realmente qué curioso...
Puso la varita de Harry en su caja y la envolvió murmurando lo curioso que era.
_Perdón, pero ¿Qué es tan curioso? _Preguntó mi primo expectante.
_Recuerdo cada varita que he vendido, Harry Potter. Cada una de las varitas. Y resulta que la cola de fénix de donde salió la pluma que está en tu varita dio otra pluma, sólo una más. Y realmente es muy curioso que estuvieras destinado a esa varita, cuando fue su hermana la que te hizo esa cicatriz.
Harry tragó, sin poder hablar. En serio este hombre no tenía filtro.
_Sí, veintiocho centímetros. Ajá. Realmente curioso cómo suceden estas cosas. La varita escoge al mago, recuérdalo... Creo que debemos esperar grandes cosas de ti, Harry Potter... Después de todo, El-que-no-debe-ser nombrado hizo grandes cosas... Terribles, sí, pero grandiosas.
Ahora solo quedaba Maisy, quien no dejaba de agitar varita tras varita.
_Quizá… quizá soy demasiado joven y mi varita ideal aún no se ha hecho.
_Tonterías. Tiene que estar por aquí. Ten, intenta con esta. Treintaiun centímetros, madera de cornejo, cabello de unicornio y ligeramente elástica.
Cuando Maisy la agitó chispas blancas y rosas saltaron de la varita. Mi prima comenzó a reír alegremente mientras aplaudíamos.
_Es una varita juguetona, ideal para encantamientos. Es muy parlanchina, no le gustan los encantamientos sin palabras. Me sorprende que sea la pareja de una Lestrange-Black. Muy curioso.
Pagamos y salimos de allí. Mis padres insistieron en comprar todo el material de Harry por lo cual se había quejado incontables veces durante el día diciendo que no era necesario, y esta no fue la excepción. Sin embargo, papá pagó antes de que pudiera objetar demasiado.
No me agradó el señor Ollivander, pero al menos ya teníamos nuestras varitas.
Mientras atardecía, nos dirigimos hacia el Caldero Chorreante hablando de tonterías con mis primos.
Realmente este iba a ser un gran año.
