Argumento: Tenía bastantes dificultades conquistando al escurridizo Ravenclaw. Así que el plan estaba claro, pedirle a mi gemelo Draco que se hiciera pasar por mí y conquistara a Potter. ¿Qué podía salir mal? Draco/Harry DMHP
Disclaimer: HP pertenece a JKRowling … y bla bla bla… Ya lo sabemos todos. :D
Otro fic. Jeje.. hay gente que querrá quemarme viva, pero en mi defensa, he de decir que hace bastante que lo escribí. Y aunque era un argumento un poco extraño me apetecia escribirlo.
Pues nada, sólo aclarar que esta vez será un DMHP y que tendrá entre 5-6 capítulos (unas 25000 palabras).
Respecto al fic
Algunos puntos que comentar antes que nada: Harry no es el niño que vivió, ni contemplo demasiado a Voldemort, la verdad. Sobre los Malfoy. Draco ya no es hijo único sino que son dos: Cael y Draco. Draco va a Dumstrang mientras que Cael va a Hogwarts.
Otra cosita, el nombre del gemelo de Draco será Caelum porque quería seguir con la tradición de poner a los black nombre de constelaciones. También es el caso de Ara Lestrange, hija de Bellatrix. Ha sido divertido buscar nombres que más o menos encajaran.
Eso es todo. ¡Gracias a todos por leer!
DOS MALFOY POR EL PRECIO DE UNO
Capítulo 1: Trato entre hermanos
"Por enésima vez, Cael." Hice una breve pausa para resaltar mis siguientes palabras. "NO ME IMPORTA." Aparté la vista de mi hermano, ya que me empezaba a sacar de quicio con el dichoso tema. Pero como siempre, ignoraba cualquier cosa que saliera de mi boca.
Era increíble cómo a pesar de ser gemelos no nos parecíamos en más que el aspecto exterior. ¿Cómo podíamos ser tan distintos habiendo sido criados por los mismos padres? Increíble.
"Deberías ver como se pavonea por Hogwarts, Draco. Se cree irresistible el muy…" Vi como se sentaba en mi cama sin que su expresión de frustración desapareciera.
"Sabes que lo único que te molesta es que te rechazara." añadí con sinceridad aunque sabía que estaba siendo cruel. La mirada que me dedicó sólo me hizo reírme aún más por dentro. Pobre tonto.
"Ja ja." Dijo con sarcasmo. "¿Qué pasa, que nadie nunca ha rechazado al gran y maravilloso Draco Malfoy?"
"Pues ahora que lo mencionas, no."Añadí con todo la prepotencia que hallé en mí dedicándole una de mis típicas sonrisitas autosuficientes.
La mirada de Cael había caído al suelo, observando con ojos cansados las caras baldosas de mi cuarto mientras murmuraba algo así como 'y él no me ha rechazado'. La verdad es que ya estaba cansado de ver a mi hermano así, verano tras verano. Cada vez que le veía de nuevo, parecía que había caído aún más profundo en su obsesión con el dichoso muchacho. Pero esto ya colmaba el vaso.
"Cael, no deberías obsesionarte con él. No es sano ¿sabes?" Intentaba que le entrara en esa cabecita testaruda el consejo que le mandaba, pero sabía que tan pronto le llegara a una oreja le iba a salir por la otra.
"¡Ni siquiera le has visto! Estoy seguro que si le conocieras, no dirías lo mismo."
"Eso no es verdad. Le ví cuando le invitaste por vacaciones hace cuatro años." Expliqué como si eso desmoronara sus escusas. "Y la verdad, no me pareció nada del otro mundo." No mentía al decir esto. El chico no había sido nada especial, pelo negro y desordenado, gafas horrendas y un físico delgado y para nada atractivo. No era que el joven fuera horrible, simplemente que no era nada que llamara la atención, por lo menos no la de alguien como yo.
Me giré alejándome de mi hermano y camine hasta donde estaba mi armario. Al abrirlo encontré toda mi ropa. ¿Qué debería ponerme para mi cita con la bella Delphine Bellmont? Por supuesto, algo suficientemente sexi para que la chica accediera a cualquier cosa que le pidiera. Delphine era el tipo de chica con la que me gustaba salir: hermosa, sangrelimpia y lo bastante abierta de mente como para dejarme tener sexo con ella en la primera cita. ¡Qué más podía pedir! Una sonrisa pícara apareció en mi rostro.
"¿Draco, me escuchas?" preguntó la voz de mi hermano a mi espalda.
"Que remedio." Dije agotado de oírle lloriquear una y otra vez por lo mismo.
"Mira, sé que no soy ni la mitad de … bueno… " paró un segundo buscando la palabra correcta. "Ya sabes… de experimentado que tú en estos asuntos." Añadió titubeando un poco.
"Ves al grano, Cael. ¿Qué es lo que quieres?" Dije con tono serio girándome y fijando mis ojos en los de mi hermano.
"Quiero decir, que nunca he salido con un hombre, y menos acostarme con él. Es más, nunca me han interesado en lo más mínimo." Al oír sus palabras una mueca burlona apareció en mi cara.
"¿Y Qué quieres decir con eso, Cael? Si lo que intentas decir es que…"
"Ya sé que tu tampoco eres gay, Draco." Dijo rápidamente. "Pero he pensado que con tu experiencia podías ayudarme a conquistar a Harry. Sabes de qué va el asunto, y tu ayuda me lo pondría mucho más fácil."
"¿Y que ganaría yo a cambio?" pregunté acercándome unos pasos para ver la reacción de mi hermano mayor.
"Se que hay algo que deseas mucho, Draco. Desde el primer momento en que Padre me lo dio." Le miré con cara perpleja sin moverme del sitio.
"No puedes referirte a…"
"Sí. Si consigues conquistar a Harry Potter para mí, te lo daré." Miré como mi hermano se sacaba de debajo de su suéter la reliquia familiar. Un colgante en oro blanco que había pertenecido a la familia Malfoy desde sus inicios. Un colgante de forma ovalada con una M cincelada en el centro que tan sólo podía pertenecer al primogénito de la familia. Y por ese puto medio minuto al nacer, el honor recaía sobre Cael.
"¿Entonces lo que me ofreces es que, a cambio del colgante, vaya a Hogwarts, encante a tu querido Ravenclaw, haga que se enamore de ti y que vuelva y cambie puestos contigo de nuevo?" Pregunté sin poder evitar que una ceja se alzara en señal de incredulidad.
"Sí, exactamente." Dijo mi gemelo con seriedad.
"Esto va a ser fácil." Añadí con satisfacción mirando a los ojos grises de mi hermano.
"Yo no estaría tan seguro, Draco. Harry no va a ser fácil de conquistar. Te lo digo por propia experiencia." Mi gemelo parecía serio mientras decía estas palabras. Vi en su cara una expresión de amargura que pocas veces había visto en él.
"No me compares contigo, Cael." Añadí indignado. "Estoy seguro de que en menos de un mes tendré a tu pequeño Ravenclaw comiendo de mi mano. Y entonces no tendrás más opción que darme ese colgante." Mi tono sonaba tan confiado que hasta yo mismo me sorprendí.
"Eso ya lo veremos Draco. Ojalá sea cierto. Tienes hasta navidades, ahí nos volveremos a cambiar." Añadió el mayor antes de levantarse y salir por la puerta.
"Considéralo hecho, hermanito." Dije antes de que desapareciera dejándome solo en la habitación.
Esto iba a ser pan comido. Pensé con satisfacción.
/
Aquí estaba, en la nueve y tres cuartos, esperando a subirme al tren de Hogwarts por primera vez en mi vida. Había venido con mi hermano suficientes veces para saber cómo funcionaba todo esto. Dumstrang empezaba la segunda semana de septiembre así que siempre había venido a traer a Cael con mis padres.
"Cael, quedan diez minutos para que salga el tren, deberías ir subiendo." Hice un leve asentimiento a mi padre y me dirigí a mi madre dándole un beso en la mejilla.
"Nos vemos en navidad."Les dije sabiendo cuál era la frase que decía mi hermano cada vez que se embarcaba de vuelta al colegio. Entonces me giré hacia mi hermano. "Suerte este curso en Dumstrang, Draco." Una mueca divertida apareció en mi rostro que fue en seguida imitada por mi gemelo.
"Tú también, hermano."
Después de todas las despedidas me dirigí hacia el tren levitando mi baúl tras de mí. Al subir busqué un compartimento vacío en el que meterme y en cuanto encontré uno decidí instalarme allí.
No podía mentirme a mí mismo. Estaba un poco nervioso. La verdad es que era difícil hacerme pasar por mi hermano a tan gran escala. Cael, durante años, me había hablado muchísimo de Hogwarts, de sus profesores, e incluso me había enseñado multitud fotos. Y por supuesto, conocía a todos sus amigos cercanos íntimamente. Mi hermano, se dedicaba a invitarles todos los veranos, así que nunca había tenido mucho dicho sobre conocerlos. También me había hablado sobre la gente de su casa, e incluso sobre algunos estudiantes que no estaba en ella, resaltando en el anuario escolar quien era la sangresucia sabelotodo y quien era la comadreja traidora. Así que, esperaba que con toda esta información no me hiciera descubrir, sobre todo con la gente cercana a Cael.
Noté como la puerta se abría y alguien se asomaba.
"Ah, está ocupado." Oí que decía una voz decepcionada en la puerta. Me giré y vi a un chico que me resultaba familiar. Nuestras miradas se cruzaron y me percaté de los preciosos ojos verdes que poseía y entonces su expresión cambió.
"Ah, Cael, eres tú. Te importa si me siento aquí, estoy un poco cansado delevitar mi equipaje pasillo arriba pasillo abajo." Dijo rápidamente, para segundos después girarse ya que alguien le llamaba desde fuera del compartimento.
"Harry, parece que hay sitio en la otra parte." Oí una voz profunda que seguramente pertenecía a un amigo del chico frente a mí.
"No, no te preocupes, yo me quedo en éste. Nos vemos al llegar, Demi." Oí que decía el chico llamado Harry.
Espera. Harry. ¡El chico se llamaba Harry! Miré de nuevo sus facciones que ahora se hacían mucho más conocidas que antes. Pelo negro azabache desordenado, piel ligeramente bronceada, ojos esmeralda, y esa sonrisa bobalicona plantada en su cara. ¡Éste era el chico con el que Cael estaba obsesionado!
"¿Entonces, puedo pasar?" Dijo de nuevo mirándome con serias dudas sobre mi respuesta.
"Claro, no hay problema." Añadí con rapidez, viendo que seguramente había parecido medio subnormal segundos antes. "Tranquilo, hay sitio de sobra."
"Gracias." Su sonrisa se amplió para segundos después ver como el chico, sacando su varita, lo levitaba hasta la parte de arriba depositándolo ahí.
Mientras proseguía con la faena, me fijé más en él. Podía decir que al Ravenclaw le habían sentado estupendamente estos cuatro años. Había mejorado sustancialmente en casi todo. El chico delgaducho y flácido se había convertido en alguien más en forma y ligeramente musculado, además de que ahora era bastante más alto, tan sólo quedándose a meros centímetros de mí. Otro rasgo que había cambiado era su cara, más marcada y varonil, así como también destacaba el hecho de que esas horribles gafas redondas ya no estuvieran allí, lo que remarcaban esas fascinantes orbes verdes. Bajé aún más abajo observando esas piernas firmes y duras que acababan en un trasero bastante decente, si mi vista no me fallaba.
Realmente, el trabajo que me había impuesto mi gemelo no se presentaba tan duro ahora mismo. El chico era bastante atractivo, y sería divertido verle caer a mis pies. Sonreí juguetonamente. Este cuatrimestre iba a ser realmente entretenido.
"¿Dime Cael, que tal han ido las vacaciones por casa?" Dijo dejándose caer en el asiento enfrente de mí.
"Bien, bueno… ya sabes, igual que siempre. Las he pasado con mis padres y mi hermano en la mansión."
"¿Pensaba que ibas a pasarlas en Moscú?" añadió rápidamente el chico frente a mí un poco extrañado.
"Sí, pero sólo pase una semanas." Parecía que Harry no se había conformado con mi respuesta así que proseguí. "Ya sabes, hicimos mucho turismo por la ciudad mientras mi padre cerraba unos negocios. Pero no pude disfrutar tanto del viaje como hubiera querido." Eso era cierto. El viaje había sido un auténtico coñazo, ya que mi madre se dedicaba a arrastrarnos a diferentes museos y monumentos de la ciudad cuando lo que verdaderamente queríamos yo y mi hermano era disfrutar de la vida nocturna de la ciudad rusa.
En vista del silencio que se había formado decidí sacarle alguna información también. "¿Y tú que tal el verano, Harry? ¿Algo interesante?" al mirarle me di cuenta de su cara de sorpresa. ¿Qué es lo que había dicho para crear esa reacción en él?
"¿Qué ocurre?" pregunté un poco preocupado de haber metido la pata.
"Nada, tan sólo, que hacía bastante que no me llamabas Harry." Dijo el chico con una mirada apenada. "Ya sabes, desde …." Parecía que prefería no acabar esa frase así que decidí que lo mejor era asentir.
"Sabes que siento lo que pasó en la fiesta, Cael." Reanudó de nuevo, mirándome angustiado. Sabía que estaba bastante dolido por toda la situación. "Pero no me arrepiento de cómo actué, eres mi amigo y aunque sé que a veces entre amigos pueden suceder algunas cosas, en mi caso prefiero no jugar con nuestra amistad. Significas mucho para mí, y no puedo arriesgarla por una borrachera, lo siento."
"Lo entiendo, Harry. De veras. Fue infantil de mi parte enfadarme por algo así. Pero este verano he pensado en ello y me he dado cuenta de que mi comportamiento no fue demasiado maduro." Dije mostrándole que no le daba mucha más importancia a lo que había pasado.
Sabía que eso era una completa mentira. Para Cael, eso había hundido sus esperanzas con el muchacho. Todo había ocurrido en la fiesta postnavideña que los Slytherin daban todos los años en su sala común. Por lo que me había contado mi gemelo, en esa fiesta, había bebido más de la cuenta, y con una cantidad elevada de alcohol en vena y con toda la valentía que poseía se había insinuado a Harry, que lo había rechazado educadamente.
El problema radicaba en que el estúpido de mi hermano, estaba enamorado de Harry, y lo que el chico tomó como un calentón, no era más que mi hermano expresando sus más profundos deseos por su amigo. Al final, todo había acabado en una relación un poco extraña entre ambos, y un rencor oculto por parte de mi hermano.
En mi opinión, si el chico le había rechazado, debería haber ido a por otra presa. Estaba claro que Harry era atractivo, pero dudaba, que no hubiera nada mejor aquí en Hogwarts.
"Bueno, entonces dime. ¿Qué has hecho estas vacaciones?"
"La verdad es que poco." Su voz sonaba decepcionada. "Me hubiera gustado haber viajado como tú, pero mis padres decidieron que este año era mejor quedarse en casa. Además Sam está insoportable ahora que se ha echado novia."
"¿Sam?" pregunté esperando recibir alguna respuesta que me indicara de quien se trataba.
"Sí, el muy tonto se ha pasado todo el verano hablándole a mis padres y a mí, sobre lo maravillosa y guapa que es Isabella. Tenías que haberle oído ' es que tiene unos ojos tan bonitos' y ' es tan inteligente y divertida'" Oí que decía en tono de burla mientras ponía caras extrañas. "Y el hecho de que ella tenga dos años más que Sam me molesta un poco. ¿Puedes creer que salga con esa prefecta? De verdad que alucino en colores."
Sonreí ante la indignación que mostraba el joven frente a mí. Hacía tiempo que mi hermano y yo no actuábamos con tanta soltura como él, y a veces lo echaba de menos.
"¿Por cierto, que tal te fue con Astoria Greengrass? Sé que a final de curso ibas a tener una cita con ella, pero no me comentaste mucho." Preguntó con curiosidad mirándome fijamente.
"Fue…. Yo diría, que fue interesante."
"O sea, que fue una mierda. ¿No?" sonreí ante las palabras sin tapujos que salieron de su boca. Era divertido ver a alguien actuar con tanta libertad.
"Tampoco es eso. Simplemente después de un par de citas me di cuenta que no era lo que buscaba." Sonreí ante eso. Era cierto que mi hermano me había comentado que la chica era demasiado habladora y sumamente irritante como para tomarla en serio como novia. Pero a diferencia de mi hermano, eso no me hubiera parado para tirármela. Sonreí malignamente pero Harry me pilló.
"¿A qué viene esa sonrisa, Cael?" preguntó con picardía. "¿Hay algo que no me has contado?" su afable sonrisa se presentó de nuevo.
"Por supuesto que no. No pasó nada más." Añadí con seriedad esperando que no indagara mucho más en el tema. Cuando Cael había hablado sobre el asunto no le había escuchado debidamente, así que tampoco sabía demasiados detalles jugosos.
"¿Por cierto, y qué tal tú? ¿Alguna conquista que no conozca?" Al oír mi pregunta el chico sonrió divertido.
"Sí, digamos, que ha sido un verano provechoso." Su sonrisa se amplió aún más, y vi como en sus ojos se mostraba un brillo divertido.
"Muy provechoso por lo que veo."
"Por supuesto."
El viaje prosiguió así, hablando de varias cosas que habían sucedido en el verano y gente nueva a la que habíamos conocido. En todo el tiempo que estuvimos charlando entendí porque a mi hermano le gustaba tanto este chico. Harry era alguien inteligente, abierto, atractivo, y eso era algo extraño combinado con esa honestidad poco común. Era una buena mezcla de virtudes.
Al fin, sonó el timbre diciendo que en breve llegaríamos a Hogwarts. Entonces me di cuenta que ninguno de ambos llevábamos el uniforme cosa que le advertí a Harry.
"¿Te importa si me cambio aquí?" añadió el muchacho, aunque ya se había empezado a quitar el jersey.
"¿Te pararía si te dijera que si?"Le dije al chico con una mueca divertida.
"No, seguramente no." Añadió girándose levemente y mirándome fijamente. "Pero siempre puedes intentarlo." Dicho esto se giró de nuevo mirando el asiento donde había dejado su ropa y buscando sus pantalones.
"Aquí están." Dijo alegremente sacándolos del montón.
Entonces me percaté de que empezaba a quitarse la ropa, yo aún continuaba sentado y realmente no quería mirar, pero me era imposible apartar los ojos de esa espalda perfecta y bronceada y del cuello apetecible que se me mostraba. Entonces noté como se agachaba un poco para bajarse los pantalones. Cuando los apartó para ponerse los del uniforme pude vislumbrar las piernas delgadas pero bien formadas que poseía el chico, como también ese culo que me apetecía agarrar para ver como de firme era.
Aparté mi mirada, este show me estaba excitando demasiado, y ya notaba como mi pantalón me apretaba más que antes. Me levanté rápidamente y me giré buscando mi capa y mis cosas en la maleta. Las dejé fuera.
"Cael, el tren ha parado." Dijo el chico tras de mí. "He quedado con mis compañeros de casa fuera, te veo en el gran comedor luego. ¿Vale?" Cuando me giré vi que Harry estaba abriendo la puerta del compartimento.
El chico me miró una última vez esperando mi respuesta, así que asentí. Entonces salió del compartimento ya vestido con el uniforme de Hogwarts.
Miré a mi entrepierna, y suspiré profundamente. No pensaba que el chico consiguiera excitarme tan fácilmente, había sido un duro golpe a mi orgullo. No es que nunca me hubiera empalmado con un show como ese, sino que siempre había ejercido un completo autocontrol con estos temas, y si no quería excitarme era difícil que lo lograran. Y ahí estaba yo, en el tren y con mi amiguito demasiado despierto para mi gusto.
Empezaba a pensar que mi hermano no había estado tan lejos de la verdad cuando dijo que Harry era como una irresistible tentación.
Gracias a todos por darle una oportunidad a este fic. ¡Espero que os haya gustado el primer capítulo! XD
